Normalmente la
mayoría de las series de anime suelen acabar bien, ser todos felices
o dejar un final abierto para la libre interpretación. Es muy bonito
ver que dos protagonistas se acaban casando, son felices y comen perdices.
Pero claro, después de eso... ¿Qué hay?
Afortunadamente La Rosa de Versalles carece de final feliz, y digo "afortunadamente"
porque tal y como era la serie, el alegre final no habría pegado
ni con cola.
Recordemos las
grandes tragedias de nuestra historia, así como "Romeo y Julieta"
de Shakespeare o "Edipo Rey" de Sófocles. Por mucho que se comente,
el amor eterno no existe, pues cuando una pareja vive junta, la pasión
del amor se va convirtiendo en cariño y en una rutina diaria, a
no ser que surjan inconvenientes y por lo tanto, esa pareja se separe.
Pero hay una excepción: sólo existe un caso donde el amor
es siempre eterno y pasional a la vez. Me refiero al caso del amor trágico,
pues cuando dos amantes mueren, el amor no muere, y la pasión tampoco.
Es un amor puro que traspasa todas las barreras, y son tan poderosas que
ni siquiera la muerte las puede llegar a separar. Por eso, la Rosa de Versalles
finaliza con la muerte de los dos amantes, un final que no les permitió
consumar su pasión, y por eso estará presente para toda la
eternidad. Ha sido el final más apropiado que se lo podía
haber dado, pues ahora el amor de Oscar y André siempre será
eterno y nunca se apagará. Por lo menos Oscar se dio cuenta a tiempo
de lo mucho que amaba a André, aunque la muerte no les dejase disfrutar
de su amor. Pero el destino y la autora lo quisieron así, y dentro
de lo que cabe, es un final feliz, pues habría sido mucho peor si
Oscar hubiese muerto antes, pues André jamás lo superaría,
o que hubiesen vivido felices, pero André se habría quedado
ciego, y lo pasarían también muy mal. Por eso pienso que
este ha sido el final más apropiado para la Rosa de Versalles.