Futabasha, 1983

"Domu" (conocida en España como "Pesadillas"), es una de las primeras obras de Katsuhiro Otomo, de hecho, es la primera obra larga del autor. Empezó a publicarse en 1980 en la revista Action y es considerada la primera obra importante de Otomo-sensei; con ella ganó el SF Grand Prix de Japón.

Para entrar un poco en situación debemos decir que "Domu" es la historia de unos edificios y sus peculiares habitantes. De un tiempo a esta parte se vienen produciendo en esos edificios misteriosas muertes. Estas muertes, que están siendo investigadas por la policía, parecen ser el resultado de los extraños poderes de tres curiosos personajes: E-chan, Yo-chan y Cho-san.

Otomo-sensei nos tiene acostumbrados a la temática sobrenatural, de hecho, si por algo se caracteriza este autor es precisamente por eso. En este sentido "Domu" parece algo así como un entrenamiento antes de adentrarse en su gran obra: Akira, ya que en muchos aspectos ambas obras se parecen. Sin embargo, no debemos caer en la tentación de considerar "Domu" como una obra secundaria o de transición, pues constituye una historia autónoma, muy bien acabada, sin cabos sueltos y, sobre todo, muy bien narrada. Otomo-sensei es un gran narrador, no es espectacular, pero es uno de los más efectivos y precisos del cómic moderno. El ritmo buscado y la composición de las páginas se combinan a la perfección, provocando una lectura ágil, pero nada precipitada; muy en la línea de sus historias cortas anteriores.

Donde Otomo-sama si es realmente espectacular es en el dibujo. Espectacularidad y precisión son las palabras que mejor describen las viñetas de esta apasionante historia. El autor demuestra en este apartado un gran dominio de la perspectiva y una gran pasión por el detalle. Todo ello confluye en unas grandes y majestuosas viñetas donde destacan las también grandes y majestuosas figuras arquitectónicas.

Yo siempre he dicho que "Domu" es realismo de ficción, realista en su desarrollo, pero de ficción en su temática. Lo segundo salta a la vista, es lo primero, el realismo, lo realmente interesante. Hay pocos que, como Otomo, consigan que sus historias se desarrollen con realismo; en esto tienen mucho que ver las elipsis y las competencias de los personajes. Es decir, en los diálogos, el que habla obvia (elipsis) muchos elementos del discurso, pues se supone que su interlocutor ya los conoce (competencia). Esto, que parece de Perogrullo, es muy caro de ver en el cómic actual y en especial en el manga, donde las complejas tramas obligan al autor a hacer que sus personajes protagonicen monólogos con el fin de solucionar un vacío en la narración.

En resumen: "Domu" es fascinante, ágil, espectacular cuando la acción lo requiere, realista donde hay que serlo y apasionante en su lectura.