El Corazón Artificial

Era una noche cálida y placentera.

Rikum Humter disfrutaba de una pequeña siesta en una cama flotante, ubicada en la proa del Gin-yu, el veloz barco que lo llevaba de regreso a su país: Tarles.

El Gin- yu era pequeño. Podía llegar a ir a 8000 Kilómetros por hora y para evitar las incomodidades de los pasajeros, se cubría por un campo de fuerza, para que la inercia no afecte a los que estaban fuera de los camarotes, como el.

Tuvo lindos sueños. Uno de ellos fue con todas cosas que había disfrutado en su corto viaje al país de Arlia. Había conocido gente amistosa y visitó lugares bellos. Recordaba también como disfrutó volar por los cielos, alquilando los cinturones antigravedad en la plaza mayor. Pero sin duda el recuerdo que tomo parte en sus sueños y que más le gusto fue el de que su primer hijo le esperaba en Tarles. Tuvo que dejar su país cuando este nació, ya que sus cualidades de respetable médico le obligaron a encargarse de un asunto en Arlia. De repente, todos esos sueños se tornaron pesadillas. Soñó que le habrían la cabeza y lo picoteaban unos seres raros que parecían humanos pero muy diferentes. Algunos eran hipérboles debido a su musculatura. Se despertó sobresaltado. Jadeaba.

- ¡uff !- exclamó. – Que real fue.

Miró a su alrededor. No vió a nadie. Pensó que alguno de los pocos pasajeros podía haberlo visto dormir, pero no había nadie. Le pareció raro porque el Gin-yu era un barco muy pequeño y los demás pasajeros, que eran nada más que cinco no podían estar todos en sus camarotes desde su salida de puerto Papoi. Algo pasaba. Se puso de pié y se propuso ir a buscarlos pero antes de que pudiera dar un paso , el barco se detuvo en un muelle extraño. El ese puerto era todo extraño. Definitivamente no era su país, no era Arlia, era otro lugar donde la tecnología era más avanzada a juzgar por las máquinas de carga.

 

Entonces se le aparecieron dos extraños personajes. Uno era azul pero parecía humano, y el otro era un enano negro con una pierna metálica.

Se le tiró encima y lo golpeó en la cabeza. Rikum casi cayó inconsciente pero se recuperó y se escabulló por entre las piernas de Leslat. Saltó por la borda del Gin-yu, cayendo en el puerto. Salió corriendo. Entonces escuchó una especie de bocina e inmediatamente detrás de el aparecieron unas motocicletas flotantes, muy parecidas a las Levi Bike que usan en su hogar, porque obviamente no estaba en ningún país conocido. A diferencia de las Levi, estás volaban más rápido y más alto.

Uno se sus tripulantes le lanzó un rayo que lo aturdió. Cayó al piso y pudo ver que los que montaban las motos eran robots esqueléticos que solo había visto en películas. Poseían ojos humanos.

Todo se puso negro. Despertó en una especie de laboratorio donde había un robot con partes humanas y otro con aspecto de científico. También estaba el negrito junto a su azulado sirviente, Leslat. Rikum se hallaba sentado en un sillón mecánico y estaba aferrado a unos gruesos cables.

El negrito le dijo: - Dr. Myo, sáquele el chip sentimental.

- A la orden , señor Genki. – respondió el científico.

Myo sacó una especie de taladro con punta láser y se empezó a acercar a Rikum.

Al ver esto, arrancó los cables que lo retenían y le dio un golpe a Myo en la cabeza. Salió corriendo por una especie de puerta metálica. Una vez más volvió a sonar la alarma pero en lugar de motos, salieron en su persecución pequeñas bolas metálicas que al parecer disparaban por unos cañones que poseían. En un acto desesperado, vió que al final del pasillo por el cual escapaba había una ventana. Se lanzó por ella rompiendo el vidrio.

Por un breve momento sintió como que flotaba. Cayó sobre un camión que era aparentemente normal. Se bajó y salió corriendo como nunca antes, sin importarle adonde.

De repente algo le golpeó y detuvo su carrera. Era una especie de robot gigantesco con una escafandra en la cabeza. Este lo piso e hundió a Rikum hasta por debajo de la tierra. Mientras lo aplastaba, pedía que acabase pronto, que el dolor frenara pero por alguna razón, no moría. Sintió que el peso sobre el dejaba de ejercer presión. Escuchó una tremenda explosión y luego volvió a desmayarse.

Al despertar, se vió rodeado por personas con rasgos muy similares a los que estaban en ese extraño laboratorio, aunque estos tenían aspecto más inocente, algunos eran niños, pero tenían algunos implantes metálicos en varios lugares del cuerpo.

-¿Qué es esto..? – preguntó Rikum.

- Estás a salvo. – le respondió uno de los que estaba a su lado.

- ¿Quiénes son?

- Somos los rechazados – respondió uno de los niños que no tenía pelo, sino, una placa metálica en la cabeza y un ojo rojo.

- ¿ Rechazados? – preguntó Rikum sorprendido.

-Necesitas explicaciones. Te las daré aunque te sorprenderá mucho. No eres humano.

Nadie aquí lo es. Bueno, casi.

Rikum se puso nervioso.

- Verás , En el siglo XV, los gobiernos de Tarles y Masenko se unieron secretamente para un nuevo proyecto. La conquista de Arlia. Como ya lo sabes, nuestro planeta es pequeño y el país más hermoso y rico en minerales es Arlia. Tanto los gobiernos de Masenko como de Tarles quieren ese país. Obviamente , los habitantes de esos países no tienen ni idea de lo que pasa, ni idea.

Rikum seguía escuchando boquiabierto.

- Para conquistarlo, decidieron comenzar un proyecto. Los robots. Primero , secuestraron a

algunos habitantes de Arlia, personas que salían del país. Los convertían en robots. Robots con base humana para que se parecieran a ellos. Desafortunadamente para Tarles y Masenko, estos robots seguían siendo muy humanos, por eso ,algunos fueron destruidos. Otros, como nosotros, huimos.

- Pero ahora- interrumpió otro joven – Tarles que es el país mayormente responsable, a creado un nuevo tipo de robots. Son los Zerobots. Robots que se hacen de la nada. Pero no tienen sentimientos. No eran tan humanos. Por eso, el gobierno de Masenko creó un nuevo chip, el chip sentimental que se puede agregar a la cabeza de los Zerobots y de esta forma, actúan como humanos. Tu eres el primer Zerobot.

- ¡¿QUÉ?! – gritó Rikum.

- Tranquilo...

- ¿!CÓMO QUE TRANQUILO?!, ¡ NO! Es... es...

- No te exaltes es la verdad. Queremos ayudarte.

Uno de los robots con aspecto femenino le dijo : - Lamentamos decirte esto.

Luego de tranquilizarse un poco, y después de un gran silencio, Rikum habló.

- ¿ Qué es este lugar ?

- Nuestro hogar- dijo la mujer – estamos cien metros bajo tierra – si los guardias robots nos hallan, nos desmantelaran. Somos muchos. Más de seiscientos. Todos secuestrados. Convertidos en robots de base humana. El negrito que viste es el verdadero gobernador de Tarles. Se llama Genki. El y todos sus ayudantes fueron convertidos en robots de base humana con la ambición de ser seres casi divinos.

- Pero...- dijo Rikum - ¿Por qué hicieron tal cosa?

- Su ambición de poder. Quieren sacarles todo a los que tienen más y aparte quieren ser seres superiores. No les importa la vida ni de los habitantes de su propio país. Tampoco se respetaron a ellos mismos. Como te dije, se convirtieron en robots ellos mismos.

- y.. ustedes ¿ Qué van a hacer?- preguntó Rikum.

- Llevamos años aquí. Algunos de nosotros todavía pueden aparearse y algunos han tenido familia. Y así seguiremos.

- ¡Pero si pueden hacer eso entonces aún tienen chance de continuar su vida!

- No, no , no. – dijo otro chico – Aunque amamos la vida, y más que nunca, no somos guerreros ni tenemos armas. Además el ejercito de Genki nos destruiría. Y aparte ya se están creando Zerobots con potencia inimaginable.

- ¿Por qué no les piden ayuda a los humanos de Tarles?

- Porque el gobierno les a cerrado los ojos, les hace creer que hacen todo por el bien. Y encima, para cubrir algunos disturbios violentos en algunas ciudades, se lanzaron recientemente, unos modernos satélites con videocámaras al espacio, cuyas imágenes se proyectan todas las noches por televisión. A la gente le importa más eso que lo que pasa a su alrededor. ¡Estúpidos! , hasta hace un siglo se habían abandonado los proyectos espaciales. ¿ Es que no se da cuenta la gente ?

- El que tiene más poder controla lo que quiere – dijo la mujer – Las fuerzas armadas de Masenko y Tarles están de parte de sus respectivos gobiernos.

Rikum bajó la cabeza, y meditó por un rato. Su familia había sido una farsa. La había creado algún robot científico. Todo su pasado. Incluso su carrera, aunque tenía todavía sus conocimientos. Sabía que había realizado operaciones quirúrgicas en Arlia. Sí . Eso fue real. El resto no. Se preguntó si sus amigos habían sido inventados. Si seguían en Tarles, pero luego se dio cuenta de que ellos, aunque fuesen reales, no existían.

- Yo era médico.- le dijo a la chica.- Había gente que me conocía en Arlia.

- Recibieron su información por parte de Genki, supongo.

- Tengo ganas de acabar con ese tipo y sus planes.

- ¿!QUE!?, no ,no! No digas tonterías... ay. Eres el peor error que cometió el gobierno de Masenko. El chip sentimental es demasiado humano. Sin darse cuenta crearon a ser humano artificial. Jugaron a ser Dios y les salió bien, bueno mal para ellos, por que tu eras su mejor experimento. Planeaban sacarte el chip temiendo eso.

- Hay gente inocente en Arlia. – dijo Rikum. – Las he visto, e compartido su dicha de vivir en ese lugar. No podemos dejar que caiga en manos de Genki.

- Ya te he dicho que no pienses en eso.

- ¡ Espera, Lila ! – gritó el chico. – ¡ El te también tiene cualidades de guerrero !, Según los datos que figuran en mi Netscape.

El Netscape era un aparato pequeño con una pantallita. Su procesador le permitía almacenar muchisimos datos.

- Todos estos datos que robé de la red de Tarles indican que él es el número quince.

- ¿¡QUE!?

Todos los de la sala murmuraban sorprendidos.

Rikum no tenía idea de lo que pasaba en ese momento.

- ¡ Si el es el numero quince, quiere decir que fue preparado para ser soldado!

- Exacto, Lila. Pero con el chip sentimental, es un ser bueno. Me pregunto como no detuvieron el funcionamiento de este. Tal vez cuando el robot gigantesco lo pisoteó se... nono. Eso fue después. ¿Cómo pudo dañarse el mecanismo de apagado y encendido del chip?

- Quizá la granada de plasma con la que le destruí al robot también lo afectó- dijo uno de los robots que se hallaba sentado y que tenía el pelo verdoso.

- No, eso no.

- eh. – murmuró Rikum. – Ni bien llegué, me pegó ese robot ,Leslat.

- AH! Ese grandote te dañó el sistema. JE! Ese tonto destruyó los planes de Genki. Tranquilo. Sin ti, Genki no puede duplicar Zerobots. Que tonto fue. Arlia está a salvo.

- Aún no comprendo el plan de ese tipo.

- Primero quería mandar espías como tú para ver si sirven para hacerse pasar por humanos. Luego les iba a desactivar el Chip les enviaría ordenes vía satélite para que ataquen a todo lo que se mueva. Por suerte, tú eres el único Zerobot.

De repente, entro por una puerta un joven muy agitado. Le faltaba un brazo.

- ¡LOCKE! – Gritó Lila.

- No saben lo que vi... en Masenko.

Locke poseía un artilugio en la cintura con propulsores que al parecer le hacía volar por los cielos.

- Al parecer... Genki ya tenía datos para crear más Zerobots... y los mandó a Masenko...

- Eso... dios... el gobierno de Masenko tenía ya los planes necesarios. – dijo Lila tristemente.

- ¿Quién es el? – preguntó Rikum a ver quien le respondía.

- Es igual que tú – dijo el chico – quiere destruir al gobierno de Tarles y Masenko solo. Un soñador.

Luego de este episodio, Rikum pasó dos días conviviendo con los rechazados. Una noche , logro robarle el Netscape al chico. Lo leyó todo y asimiló sus datos sobre el mismo. Más tarde se lo devolvió, y de pasó averiguó que su nombre era Troi. Comprendió sus propia habilidades. Luego se robó el extraño aparato de Locke, mientras este estaba siendo reparado.

Dos día más tarde tomó una decisión. Debía ayudar a Arlia. Faltaba poco para que se realizara el ataque según los datos que el chico seguía robando con su Netscape. Se despidió de sus amigos quienes estaban sorprendidos por lo que iba a hacer. Despegó con el aparato propulsor a una velocidad increíble. Le había hecho ajustes al propulsor para que fuera más rápido. Para evitar que la inercia le arrancara la piel de su estructura cibernética utilizó un dispositivo de su cuerpo que le permitía crear una barrera magnética protectora alrededor de si mismo, parecida a la que tenía el Gin- Yu.

Llegó en menos de veinte minutos a Arlia.

Aterrizó en la plaza mayor de Arlia. La gente estaba sorprendida, ya que ese tipo de aparatos no eran comunes en sus vidas normales. Los agentes de seguridad que estaban circulando por ahí pensaron que podía pertenecer al ejercito ya que ese tipo de cosas solo la usaban los militares.

Rikum se incorporó y dijo en voz muy alta : - ¡Por favor! ¡Están a punto de ser atacados! ¡Entre ustedes hay robots con aspecto humano dispuestos a destruirlos! ¡Todo es obra de los gobiernos de Masenko y Tarles!

La gente lo miraba como si fuese un loco y la policía se le acercaba para arrestarlo.

Rikum encendió su rastreador interno, que le permitía ubicar a los Zerobots. Descubrió que había muchos en la plaza, en toda esa ciudad y otros que estaban llegando al puerto de Papoi por mar, seguramente, haciéndose pasar por turistas.

Entonces descubrió algo terrible. Uno de los robots que se hallaba en la plaza era nada menos que Leslat. Había sido remodelado. Y se habían reconocido mutuamente.

Sin que se diera cuenta Rikum, Leslat estaba comunicándose, gracias a su módem interno, con Genki.

En Tarles, Genki comprendió la situación, y decidió desactivar los chips de los Zerobots en Arlia y prepararlos para la lucha. Y así lo hizo.

En menos de un minuto, la ciudad de Papoi , se convirtió en un campo de guerra con explosiones interminables. Los Zerobots atacaban a todo las personas. Usaban sus manos para lanzar especies de rayos energéticos, ya que poseían reservas de energía protónica en sus cuerpos. La gente perecía al instante con esas armas. Las de los policías eran inútiles.

Rikum quería ayudar, pero algunos Zerobots se le tiraron encima. Rikum usó su propia energía para sacárselos de encima y calcinarlos. Entonces se le apareció Leslat, y este le habló : - Eres un tonto, si te unieses a nosotros no tendrías que morir, podrías seguir viviendo como un humano si lo quisieras, si tanto te gusta.

- Ustedes no respetan la vida. ¡Soy diferente! ¡Soy...

En ese instante, antes de que Rikum terminara su frase, Leslat le lanzó un golpe al estómago. Rikum sintió el dolor. Se paró para golpearlo pero el grandote le detuvo el golpe y le rompió la mano.

Volvió a caer. Lestat generó un campo de fuerza a su alrededor y lo golpeó en el brazo. Se lo quemó. Luego se dispuso a darle otro puñetazo, a modo de gancho, esta vez en la cara. Rikum se cubrió con el brazo quemado. La fuerza de Leslat fue tal que se lo arrancó.

Ya no le quedaban fuerzas ni para gritar. Cayó al suelo. Cuando Leslat le estaba por pisar la cabeza, un policía que se había escondido dentro de su patrullero vio la escena y decidió brindarle ayuda. Encendió los motores aerodinámicos de su coche y este elevó. Inmediatamente se dispuso a atropellar a Leslat, pero este usó uno de sus golpes energéticos para destruir al patrullero y a su conductor. Rikum lo vió y grito furioso por lo ocurrido. Leslat se dio vuelta y le disparó de igual forma. Ese fue su golpe definitivo. El cuerpo de Rikum voló por los aires, y mientras sus sistemas se iban desconectando, vio pasar su falsa vida por delante sus ojos, deseo por unos segundos que su vida hubiese sido real. Que esos recuerdos de su esposa hubiesen sido reales y que hubiese podido ver a su hijo.

Se lo imaginó poco antes de que su cerebro artificial dejase de funcionar.

Dos día más tarde, los rechazados escucharon la noticia de cómo Papoi fue destruida y de cómo Arlia estaba siendo conquistada.

Troi, el chico, usó su Netscape para robar más dató de la red gubernamental de Tarles. Averiguó que Rikum había sido destruido. Comunicó la noticia al resto de los rechazados. Muchos de ellos lloraron su muerte. Algunos habían apreciado sus actitudes en el tiempo que pasó con ellos.

Los noticieros televisivos y radiales de Tarles les mostraban a su audiencia una falsa realidad. Que Arlia estaba siendo atacada por extraterrestres. Lo mismo pasaba en Masenko.

Al saber de esto Troi se dio cuenta de la actitud de Rikum. Que su muerte no fue en vano. Hizo lo que tenía a su alcance para proteger la vida humana. Y eso que el era un Zerobot, sin nada realmente humano. Que no le importó no tener el apoyo de nadie.

- Esta vez será diferente- se dijo Troi así mismo.

Tres día más tarde, los rechazados iniciaron un ataque al gobierno de Tarles, comandados por Troi y Lila. Muchos perecieron, pero tenían una carta a su favor : Genki había mandado a todos los Zerobots a Arlia. Si hubiesen estado en Tarles era muy probable que hubiesen destruido a los rechazados. Luego de una semana de lucha, los seiscientos mil rechazados acabaron con Genki y sus esbirros, desconectaron para siempre a los Zerobots y se unieron con los humanos para destruir al gobierno de Masenko.

Años más tarde, los robots con base humana , llamados Cyborgs , conviven con la raza humana. No hay guerras en todo el planeta ni disturbios grandes en ninguno de sus tres países.

En Arlia, en la plaza mayor de Papoi, hay una estatua de Rikum hecha de titanio. Debajo de ella hay una placa en bronce que dice:

" No era un cyborg, ni era un humano,

era un Zerobot. Lo hicieron de la nada, pero

amó la vida más de lo que sus mismos creadores humanos lo

hicieron"

Oscar Martín Trujillo Candia

Good Raditz

 

Nota: Ya se que algunos nombres son de otro lado, pero bueno, queria rendir homenaje a lo que me gustaba.

Algunos me han dicho que es excelente, pero yo temblaba antes de que me lo devolvieran con la nota.

 

1