El Libro de los Cinco Anillos
Miyamoto Musashi
Introducción
Prólogo
El Manuscrito de la Tierra
El Manuscrito del Agua
El Manuscrito del Fuego
El Manuscrito del Viento
El Manuscrito del Vacío
Introducción
El Libro de los Cinco
Anillos es uno de
los textos más importantes sobre la lucha y la estrategia surgido de la cultura
guerrera japonesa. Escrito originalmente no sólo para los hombres de armas,
pretende explícitamente simbolizar procesos de lucha y de maestría en todos los
campos en intereses de la vida.
El Libro de los Cinco Anillos fue escrito en 1643 por Miyamoto
Musashi, duelista invicto, samurai sin señor y maestro independiente. Musashi
fue un hombre de armas profesional nacido en una larga tradición de cultura
marcial que al final llegó a dominar la totalidad de la política y de la
sociedad japonesas. Sus intuiciones son relevantes, no sólo para los miembros
de la casta militar gobernante, sino también para los dirigentes de otras
profesiones, así como para las personas en búsqueda de la maestría individual
en cualquier camino de la vida que escojan.
Puede verse el surgimiento
y el fortalecimiento de la clase samurai en Japón en dos términos utilizados
para referirse a sus miembros: samurai y bushi. La palabra
samurai procede del verbo japonés saburau, que significa "servir
como ayudante". La palabra bushi es una palabra chino-japonesa que
significa "pequeña aristocracia armada". La palabra samurai
fue utilizada por otras clases sociales, mientras que los guerreros se llamaban
a sí mismos mediante el término más digno bushi.
El Japón de la Era Tokugawa
fue dividido en más de doscientas baronías, que fueron clasificadas según su
relación con el clan Tokugawa. Los barones eran controlados por ciertos
métodos, que incluían la regulación del matrimonio y de las herencias, el intercambio
de territorios y un elaborado sistema de rehenes. Las baronías fueron obligadas
a minimizar sus contingentes de guerreros, lo cual produjo que un gran número
de samuráis quedasen sin empleo, y fueron conocidos como ronin, u
hombres errantes.
Muchos de los samuráis
privados de sus derechos se hicieron maestros de escuela, médicos o sacerdotes.
Algunos más continuaron practicando las tradiciones marciales y enseñándolas a
otros. Algunos más se convirtieron en bandidos y criminales, hasta llegar a ser
posteriormente uno de los problemas sociales más graves de la última parte del
periodo Tokugawa. Algunas características de El Libro de los Cinco Anillos provienen
del hecho de que Miyamoto Musashi fue un samurai sin señor y siguió una carrera
como duelista y como maestro independiente de artes marciales.
Titulado con más propiedad El
Libro de las Cinco Esferas, la obra de Miyamoto Musashi está dedicada a la
guerra como una empresa puramente pragmática. Musashi censura la teatralidad
vacía y la comercialización de las artes marciales, centrando la atención en la
psicología y los movimientos físicos del asalto letal y de la victoria decisiva
como esencia de la guerra. Su enfoque científicamente agresivo y absolutamente
rudo de la ciencia militar, aunque no es universal entre los practicantes de
artes marciales japonesas, representa una caracterización altamente concentrada
de un tipo particular de guerreros samuráis.
Aunque alrededor de sus
espectaculares hazañas se formó una gran leyenda, poco se sabe con certeza de
la vida de Miyamoto Musashi. Lo que él cuenta de sí mismo en El Libro de los
Cinco Anillos constituye la principal fuente de información histórica. Mató
a un hombre por primera vez a los trece años, y por última vez cuando tenía
veintinueve. En algún momento abandonó aparentemente la utilización del
"verdadero sable", pero continuó infligiendo heridas mortales a sus
adversarios hasta el final de su carrera guerrera.
Musashi pasó las tres
últimas décadas de su vida perfeccionando y enseñando su ciencia militar. Se
dice que nunca se peinó, tomó un baño, se casó, construyó una casa ni crió
ningún hijo. Aunque también se instruyó en las artes marciales, como recomienda
hacer a todo el mundo, el mismo Musashi siguió básicamente un camino ascético
de guerrero hasta el final.
Nacido en la lucha, educado
en el combate mortal, testigo en definitiva de una transición hacia una
política de tiempos de paz en una escala sin precedentes en la historia de su
nación, Miyamoto Musashi abandonó una vida ordinaria para ejemplificar y
transmitir los elementos esenciales de las antiguas tradiciones marciales y
estratégicas.
El primero de estos
principios básicos es mantenerse internamente tranquilo y claro, incluso en
medio del caos violento; el segundo es no olvidar la posibilidad del desorden
en tiempos de orden. Como guerrero de dos mundos muy diferentes, un mundo de
guerra y un mundo de paz, Musashi se vio obligado a practicar ambos aspectos
fundamentales de la vía del guerrero de una forma intensa, añadiendo a su trabajo
una decisión y una velocidad que difícilmente pueden ser superadas.
Desde que los samuráis
tomaron el poder en Japón, siglos antes de que Musashi naciera, los budistas
habían estado intentando civilizar y educar a los guerreros. Esto no significa
que la casta samurai en general lograra ser imbuida de la iluminación budista,
o ni tan siquiera del espíritu budista. Una de las principales razones de esto
fue que los budistas habían estado ocupados, no sólo intentado civilizar a los
samuráis, sino también intentando clarificarse y solventar sus propias
contradicciones. El budismo estaba muy ocupado en las tareas de enterrar a los
muertos, acoger y educar a los muchos niños huérfanos producidos por la guerra,
la pobreza, o que eran abandonados por ser hijos ilegítimos, y en dar refugio a
la viudas abandonadas o que sufrían abusos.
En consecuencia, en la
relación entre el zen y los samuráis, el maestro no se dejaba llevar por el
nivel del estudiante. Si, como ha sido sugerido por algunos apologistas, las
artes marciales han de ser consideradas como la forma más elevada de estudio en
Japón, los maestros zen habrían sido los estudiantes de los guerreros, y no al
revés.
El dominio prolongado del
Japón por la casta guerrera fue una anomalía en los asuntos humanos, como queda
reflejado por su discordancia con los ideales nativos japoneses y en general
con las ideas sociopolíticas de Extremo Oriente. Por la forma en que se
estableció el gobierno militar por medio de la fuerza, éste quedó destinado a
adecuar los ideales sociales y filosóficos tradicionales que decía profesar.
Prólogo
La ciencia de las artes
marciales llamada Escuela Personal de los Dos Cielos es algo que he estado
perfeccionando muchos años. Ahora, deseando revelarla en un libro por primera vez,
he ascendido al Monte Iwato, en la provincia de Higo, provincia
de Kyushu. Inclinándose ante el cielo, venerando a Kanon, me
sitúo frente a Buda. Soy Shinmen Musashi no Kami, Fujiwara no Genshin,
guerrero nacido en la provincia de Harima, de sesenta años de edad.
He dedicado mi espíritu a
la ciencia de las artes marciales desde que era joven, hace mucho tiempo. Tenía
trece años cuando tuve mi primer duelo. En aquella ocasión gané a mi
adversario, un maestro de artes marciales llamado Arima Kihei, perteneciente
a la Nueva Escuela de la Precisión. A los dieciséis años vencí a un poderoso
maestro de artes marciales llamado Akiyama, de la provincia de Tajima.
Cuando tenía veintiuno, me fui a la capital y conocí a maestros de artes
marciales de todo el país. Aunque participé en numerosos duelos, nunca dejé de
alcanzar la victoria.
Después viajé de provincia
en provincia, encontrando maestros de artes marciales de varias escuelas.
Aunque participé en más de sesenta duelos, nunca perdí. Todo ello tuvo lugar
entre los trece y veintinueve años.
Cuando cumplí los treinta
años y reflexioné sobre mis experiencias, me di cuenta que no había salido
victorioso a causa del logro consumado de las artes marciales. Quizá fue porque
poseía una capacidad intrínseca para esta ciencia y no me había desviado de los
principios naturales. También puede haber sido debido a fallos de las artes
marciales de las demás escuelas. En cualquier caso, practiqué a continuación
día y noche hasta alcanzar un principio todavía más profundo, y espontáneamente
llegué a la ciencia de las artes marciales. Tenía cincuenta años en esa época.
Desde entonces he pasado el
tiempo sin tener ninguna ciencia en la que investigar. Confiando en la ventaja
de la ciencia militar, tal como la he convertido en la ciencia de todas las
artes y técnicas, no tengo maestro en ningún camino.
Ahora, al escribir este
libro, no tomo nada de los viejos dichos del budismo ni del confucianismo, y
utilizo viejas historias de narraciones militares o sobre la ciencia militar.
Teniendo al Cielo y a Kanon como espejos, tomo el pincel y empiezo a
escribir, a las cuatro de la madrugada del décimo día del décimo mes, en el año
1643.
El Manuscrito de la Tierra
Las artes marciales son la
forma de vida del guerrero. Especialmente los oficiales deberían practicar
estas artes, y los soldados deben también conocer esta forma de vida. En la
actualidad no existen guerreros con un cierto conocimiento de la vía de las
artes marciales.
Antes de nada, pongamos un
ejemplo sobre lo que es una forma de vida. El budismo es una vía para ayudar a
la gente; el confucianismo es una vía para reformar la cultura. Para el médico,
curar es una forma de vida; un poeta enseña el arte de la poesía.
Otras personas se dedican a
predecir el futuro, al tiro al arco o a otras diversas artes o disciplinas. Las
personas practican las vías a las que se sienten inclinadas y desarrollan sus
preferencias individuales. Pocas personas son aficionadas a la vía marcial de
la vida. Ante todo, la vía de los guerreros significa familiaridad con las
artes culturales y marciales. Aunque sean torpes en ellas, los guerreros deben
fortalecer personalmente sus propias artes marciales tanto como puedan sus
propias circunstancias.
La gente piensa normalmente
que todos los guerreros reflexionan sobre el hecho de estar preparados para
morir. En lo que se refiere a la vía de la muerte, ésta no se limita a los
guerreros. Los monjes mendicantes, las mujeres, los campesinos, e incluso
aquellos que pertenecen a las clases que están por debajo de ellos, conocen su
obligación, se avergüenzan de descuidarla y se resignan a la muerte; en esto no
hay ninguna distinción. La vía marcial de vida practicada por los guerreros se
basa en superar a los demás en todo y en cualquier cosa. Ya sea mediante la victoria
en un duelo individual, o ganando una batalla frente a varias personas, uno
piensa en servir a los intereses de quien lo emplea, en servir los propios
intereses, en llegar a ser bien conocido y en estar socialmente establecido.
Todo ello es posible mediante el poder de las artes marciales.
Sin embargo, habrá personas
en el mundo que piensen que aunque uno aprenda las artes marciales, no le
servirán de nada cuando surja una necesidad real. A este respecto, la verdadera
ciencia de las artes marciales significa practicarlas de tal forma que sean
útiles en cualquier ocasión, y enseñarlas de tal forma que sean útiles en todos
los caminos.
Sobre la ciencia de las
artes marciales
En China y en Japón, los
practicantes de estas ciencias han sido tradicionalmente llamados maestros de
las artes marciales. Los guerreros no pueden dispensarse de aprender esta
ciencia.
Las personas que viven de
las artes marciales en la actualidad sólo se ciñen a la esgrima. Los sacerdotes
de los templos Kashima y Kantori, de la provincia de Hitachi,
han fundado este tipo de escuelas, afirmando que sus enseñanzas han sido
transmitidas por los dioses, y viajan de provincia en provincia transmitiendo a
la gente sus enseñanzas; pero esto es realmente un fenómeno reciente.
Entre las artes y
disciplinas de las que se habla desde la Antigüedad, el denominado arte de la
ventaja ha sido incluido como una disciplina; así, una vez que hablamos del
arte de la ventaja, no puede limitarse llegar a ser sólo la esgrima. Incluso la
misma esgrima difícilmente puede ser conocida, si se consideran únicamente cómo
ganar sólo mediante el arte del sable; está fuera de cuestión que sea posible
alcanzar el dominio de la ciencia militar de este modo.
Cuando miro a la sociedad,
veo que la gente convierte las artes en ganancias comerciales; se considera sí
misma como mercancía e incluso lleva a cabo mejoras como si fuera un objeto de
comercio. Distinguiendo lo superficial y lo sustancial, encuentro que esta
actitud tiene menos realidad que la decoración.
El campo de las artes
marciales abunda particularmente de esgrimas victoriosas, con popularización
comercial y aprovechamiento por parte de aquellos que enseñan la ciencia y de
aquellos que la estudian. La consecuencia de esto es que, como alguien ha
dicho, "las artes marciales de aficionados son origen de graves
heridas".
Hablando de forma general,
existen cuatro formas de vida: la forma de vida del caballero, la del
campesino, la del artesano y la del comerciante.
En primer lugar, está la
forma de vida del campesino. Los campesinos preparan todo tipo de herramientas
agrícolas y pasan años prestando constantemente atención a los cambios de las
cuatro estaciones. Ésta es la forma de vivir del campesino.
En segundo lugar, está la
forma de vida del comerciante. Quienes elaboran licor obtienen los diversos
utensilios requeridos y viven de los beneficios que obtienen según la calidad
de lo que producen. Cualquiera que sea el negocio al que se dediquen, los
comerciantes viven de los negocios que ganan conforme a su posición particular.
Ésta es la forma de vivir del comerciante.
En tercer lugar, en lo que
se respecta al caballero guerrero, esta vía implica construir toda clase de
armas y comprender sus diversas propiedades. Esto es algo imperativo para los
guerreros; ignorar la maestría de las armas y la comprensión de las ventajas
específicas de cada una de ellas sería indicar una falta de cultura de un
miembro de una casa guerrera.
En cuarto lugar, está la
forma de vida del artesano. Si se toma como ejemplo la forma de vida del
carpintero, ésta implica la fabricación habilidosa de toda clase de
herramientas, saber cómo utilizar cada una de ellas con pericia, dibujar
correctamente los planos sirviéndose de la escuadra y de la regla y vivir
mediante una práctica diligente de sus técnicas.
Éstas son las cuatro formas
de vida: de los caballeros, los campesinos, los artesanos y los comerciantes.
Descubrirá la ciencia de las artes marciales comparándola con la disciplina del
carpintero.
El carpintero se utiliza
como una metáfora con referencia al concepto de casa. Hablamos de casas
aristocráticas, casas militares y casa de las artes; decimos que una casa se
derrumba o que una casa se mantiene; y también hablamos de tal o cual
tradición, estilo o "casa". Por ello, como utilizamos la expresión
"casa", he empleado la disciplina del maestro carpintero como
metáfora.
La palabra carpintero se
escribe con caracteres que significan "gran pericia" o "gran
maestro". Puesto que la ciencia de las artes marciales implica una gran habilidad
y una planificación con maestría, la describo en términos comparativos a la
carpintería.
Si queréis aprender la
ciencia de las artes marciales, reflexionad sobre éste libro; dejad que el
maestro sea la aguja, el discípulo el hilo y practicad sin descanso.
La comparación entre la
ciencia de las artes marciales y la carpintería
Como el maestro carpintero
es el director y organizador general de los carpinteros, su obligación de
maestro carpintero es comprender las leyes del país, averiguar las normas de
cada localidad y atender a las regulaciones del propio establecimiento
carpintero.
El maestro carpintero, por
conocer las medidas y dibujos de toda clase de estructuras, emplea gente. A
este respecto, el maestro carpintero es lo mismo que el maestro guerrero.
Al escoger la madera para
construir una casa, la que es recta, está libre de nudos y tiene un buen
aspecto puede ser utilizada como columna. La que tiene algunos nudos, y no es
recta ni fuerte, puede ser utilizada como columna trasera. La que es algo
débil, pero no tiene nudos y parece buena, es utilizada de diversas formas para
construir umbrales, dinteles y biombos. La que tiene nudos y está retorcida,
pero, sin embargo, es fuerte, se utiliza teniendo en cuenta la existencia de
dichos elementos de la casa. Entonces ésta durará mucho tiempo.
Incluso la madera con
nudos, retorcida y no muy fuerte puede ser utilizada como andamio, y
posteriormente utilizada como leña.
Cuando el maestro
carpintero dirige a los obreros, conoce sus diversos niveles de capacidad y les
asigna las tareas apropiadas. Algunos son dedicados a construir el suelo, otros
a las puertas y biombos, algunos a los pórticos, dinteles, techos, etc. Al que
no está cualificado le pone a entarimar y a los aún menos cualificados a
fabricar cuñas. Cuando el maestro carpintero ejerce el discernimiento en la
asignación de tareas, el trabajo progresa sin dificultad.
La eficacia y el progreso
continuo, la prudencia en todos los asuntos, el reconocimiento del verdadero
valor de los diferentes niveles de moral, instalación de la confianza y la toma
en consideración de lo que puede ser razonablemente esperado y lo que no, todo
esto son asuntos que tiene presentes el maestro carpintero. El principio de las
artes marciales es exactamente igual.
La ciencia de las artes
marciales
Hablando en términos de
carpintería, los soldados afilan sus herramientas, fabrican diversos utensilios
útiles y los guardan en sus cajas respectivas. Con las instrucciones del
maestro carpintero, tallan las columnas y las vigas con hachas, cepillan los
suelos y las repisas con garlopas e incluso esculpen enrejados y bajorrelieves.
Asegurándose de que las medidas son correctas, hacen lo necesario para que las
tareas se ejecuten de una manera eficaz; ésta es la norma de la carpintería.
Cuando uno ha desarrollado el conocimiento práctico de todas las capacidades de
esta técnica, puede más adelante convertirse en maestro carpintero.
Para los carpinteros, un
hábito esencial es tener afiladas sus herramientas y mantenerlas a punto. Corresponde
al carpintero utilizar dichas herramientas con maestría, haciendo incluso
objetos como templos en miniatura, estanterías, mesas, pies de lámpara,
planchas para cortar tapaderas. Ser un soldado es igual. Debería reflexionarse
sobre esto atentamente.
Los logros que un
carpintero debe realizar consisten en evitar las sinuosidades, hacer que las
junturas ajusten bien entre ellas, una planificación experta, evitar las
raspaduras y cuidar que no haya deformaciones posteriores.
Si queréis aprender esta
ciencia, tomad en serio todo lo que escribo y reflexionad sobre ello
cuidadosamente.
Sobre la composición de
este libro en cinco manuscritos
Distinguiendo cinco campos,
para explicar sus principios en secciones individuales, he escrito este libro
en cinco manuscritos, titulado Tierra, Agua, Fuego, Aire y Vacío.
En el Manuscrito de la
Tierra puede encontrarse una descripción de la ciencia de las artes marciales,
el análisis de mi propia escuela. La verdadera ciencia no puede alcanzarse
simplemente mediante el dominio de la esgrima. Conociendo lo pequeño por medio
de lo grande, uno va de lo superficial a lo profundo. Como un camino recto
nivela el contorno de la tierra, llamo al primero el Manuscrito de la Tierra.
El segundo es el Manuscrito
del Agua. Tomando el agua como punto esencial de referencia, uno hace que la
mente sea fluida. El agua se adapta a la forma de la vasija, ya sea cuadrada o
redonda; puede ser una gota y también puede ser un océano. El agua tiene el
color de un estanque profundo de aguamarina. A causa de la pureza del agua,
escribo sobre mi propia escuela en este manuscrito.
Alcanzar cierto
discernimiento sobre los principios del dominio de la esgrima y, por tanto,
poder derrotar a un adversario a voluntad, equivale a ser capaz de derrotar a
cualquiera en el mundo. El espíritu de victoria sobre los demás es el mismo,
aunque se trate de miles o de decenas de miles de adversarios.
La ciencia militar de los
oficiales consiste en construir la amplia escala desde la pequeña escala, lo
mismo que se hace con una gran estatua partiendo de un modelo en miniatura.
Esos asuntos son imposibles de escribir en detalle; conocer miles de cosas a
través de una sola cosa es un principio de la ciencia militar. Escribo sobre mi
propia escuela en este Manuscrito del Agua.
El tercero es el Manuscrito
del Fuego. En este manuscrito escribo sobre la batalla. El fuego puede ser
grande o pequeño, y tiene un sentido de violencia, así pues, en él escribo
sobre los asuntos de la batalla. La forma de combatir es la misma, ya se trate
de una batalla entre dos individuos o una batalla entre dos ejércitos. Debéis
observar reflexivamente, con una conciencia global de toda la escena, así como
una atención precisa a los pequeños detalles.
La amplia escala es fácil
de ver, la pequeña escala es difícil de ver. Para ser concreto, es imposible
invertir la dirección de un gran grupo de personas de una vez, mientras que la
pequeña escala es difícil de conocer, porque en el caso de un individuo existe
sola una voluntad implicada y pueden hacerse cambios rápidamente. Esto debe de
ser considerado cuidadosamente.
Como los asuntos de este
Manuscrito del Fuego son cosas que suceden en un instante, en las artes
marciales es esencial practicar diariamente para lograr familiarizarse con
ellas, tratándolas como asuntos ordinarios, de forma que la mente permanezca
inmutable. Escribo sobre la lucha en la batalla en este Manuscrito del Fuego.
El cuarto es el Manuscrito
del Aire. La razón por la que llamo a este manuscrito el Manuscrito del Aire es
porque no trata de mi propia escuela; es aquí donde escribo sobre las diversas
escuelas de las artes marciales que existen en el mundo. En lo que respecta a
utilizar la palabra aire, utilizamos esta palabra para simbolizar
"estilo" o "manera de ser", al hablar de cosas como el
antiguo estilo, el estilo de nuestro tiempo y forma de ser de las diversas
cosas; así, aquí escribo definitivamente sobre las técnicas de las diversas
escuelas de artes marciales que existen en el mundo. Esto es "aire".
A menos que entendáis realmente a los demás, difícilmente podréis alcanzar la
comprensión de vosotros mismos.
En la práctica de cada
forma de vida y de cualquier trabajo, existe un estado de mente del que se dice
que está desviado. Aunque os esforcéis diligentemente en vuestro propio camino
día tras día, si vuestro corazón no está de acuerdo con él, aunque penséis que
estáis en el buen camino, desde el punto de vista de la justicia y de la
verdad, no es un auténtico camino. Si no seguís un auténtico camino hasta el
final, una pequeña maldad al principio se convierte en una gran perversión.
Reflexionad sobre esto.
No es de extrañar que el
mundo considere que las artes marciales consisten sólo en la esgrima. En lo que
respecta a los principios y tácticas de las artes marciales, esto no es así en
absoluto. Escribo sobre las otras escuelas en este Manuscrito del Aire para dar
a conocer al mundo las artes marciales.
En quinto lugar está el
Manuscrito del Vacío. La razón de que este manuscrito se titule Vacío es
porque, una vez que hablamos de "vacío", ya no podemos definir las
profundidades interiores en términos de callejón superficial. Cuando se alcanza
un principio, uno se desapega del principio; de esta suerte, posee uno una
independencia espontánea en la ciencia de las artes marciales y, de forma
natural, logra hacer maravillas: discerniendo el ritmo cuando llega el momento,
uno golpea sin pensar y logra resultados de forma natural. En esto consiste
toda la vía del vacío. En el Manuscrito del Vacío he escrito sobre la entrada
natural en la verdadera vía.
Sobre la denominación de
esta escuela individual, "Escuela de los Dos Sables"
Hablamos de los sables
porque es obligación de todos los guerreros, tanto oficiales como soldados,
llevar dos sables. Antiguamente éstos se llamaban tachi y katana,
o el gran sable y el sable; actualmente se llaman katana y wakizashi;
o sable y arma que se lleva al costado. No es necesaria una exposición
detallada de los motivos de los guerreros de llevar dos sables. En Japón, la
costumbre de los guerreros es llevarlos a ambos lados, tanto si se sabe
manejarlos como si no. He llamado a nuestra escuela, Escuela de los Dos Sables,
para señalar las ventajas de llevar los dos sables.
En cuanto a la lanza, la alabarda
y otras armas, se consideran parte del equipo del guerrero.
En nuestra escuela, lo
principal para los principiantes es practicar la ciencia de empuñar los sables,
el largo en una mano y el corto en la otra. Cuando la vida de uno está en
peligro, se desea utilizar todas las armas de que disponemos. Ningún guerrero
querrá morir teniendo sus sables enfundados; sin embargo, cuando se sostiene
algo en cada mano, es difícil esgrimir con la misma libertad la izquierda y la
derecha; mi objetivo es que os acostumbréis a manejar el sable largo con una
mano.
Con armas largas como la
lanza y la alabarda, no existe ninguna elección; pero el sable largo y el corto
son armas que pueden ser manejadas con una mano.
El problema de manejar un
sable largo con ambas manos es que no es fácil hacerlo a caballo, y no es
adecuado cuando se corre precipitadamente, es difícil en un terreno pantanoso,
en campos embarrados, planicies pedregosas, caminos frecuentados o lugares
abarrotados.
Cuando se tiene un arco o
una espada en la mano izquierda, o cualquier otra arma que se esté manejando,
se puede empuñar el sable largo con una sola mano; por ello, manejar el sable
largo con ambas manos no es la auténtica vía.
Cuando es imposible golpear
a muerte utilizando una sola mano, utilizad entonces las dos manos para
hacerlo. Esto no debería exigir un gran esfuerzo. La Escuela de los Dos Sables
es un método para aprender a manejar el sable largo con una mano; su objetivo
es acostumbrar primero a las personas a manejar el sable largo con una sola
mano.
El sable largo le parece
pesado e inmanejable a todo el mundo al principio, pero cualquier cosa es así
cuando se empieza: el arco es difícil de tensar, y es duro de empuñar la
alabarda. En cualquier caso, cuando os familiarizáis con cada arma, os volvéis
más fuertes con el arco y adquirís la capacidad de manejar el sable largo. Así
pues, cuando alcanzáis el poder del método, se hace fácil de manejar.
Blandir el sable largo con
gran velocidad no es la fórmula correcta, como se aclarará en la segunda parte,
el Manuscrito del Agua. El sable largo puede ser manejado en lugares
espaciosos, el sable corto en lugares reducidos; para empezar, ésta es la idea
esencial.
Con nuestra escuela, uno
puede ganar con el sable largo y también puede ganar con el sable corto. Por
esta razón, no esta determinada la longitud precisa del sable largo. La vía de
nuestra escuela consiste en tener el espíritu de obtener la victoria por ambos
medios.
Es mejor manejar dos sables
que un sable largo cuando se está luchando solo en una pelea; también es
ventajoso cuando se quieren hacer prisioneros.
Puntos como éste no
requieren ser escritos con detalles exhaustivos; de cada punto pueden inferirse
miles de cosas. Cuando hayáis obtenido el dominio de la práctica de la ciencia
de las artes marciales, no habrá nada que no veáis. Es necesario reflexionar
profunda y cuidadosamente sobre esto.
Sobre el conocimiento de
los principios de las palabras "artes marciales"
En esta vía, a alguien que
ha aprendido a manejar el sable largo se le llama habitualmente maestro de
artes marciales. En la profesión de las artes marciales, alguien que sabe
disparar el arco bien se le llama arquero, mientras que a alguien que ha
aprendido a utilizar el fusil se le llama fusilero. Alguien que ha aprendido a
utilizar la lanza se le llama lancero, mientras que a alguien que ha aprendido
a utilizar la alabarda se le llama alabardero.
Si siguiéramos este modelo,
a uno que ha aprendido el método del sable debería ser llamado "hombre de
sable largo" y "hombre con armas al costado". Puesto que el
arco, el fusil, la lanza y la alabarda son armas de los guerreros, todas ellas
son técnicas de las artes marciales. Sin embargo, es lógico hablar de artes
marciales con referencia específica al sable largo. La sociedad y las personas
son mantenidas en orden por los poderes del sable largo; éste es en
consecuencia el origen de las artes marciales.
Cuando habéis alcanzado la
capacidad para manejar el sable largo, podéis vencer con una sola mano a diez
hombres. Cuando es posible vencer a diez hombres con una sola mano, entonces es
posibles vencer a mil hombres con cien, y a diez mil con mil. Por ello, en las
artes marciales de nuestra escuela, un hombre es lo mismo que diez mil; todas
las ciencias de los guerreros, sin excepción, se llaman artes marciales.
En lo que se refiere a las
vías, son confucianos, budistas, maestros en el arte del té, maestros de
etiqueta, bailarines, etc. Estas cosas existen en la vía de los guerreros. Pero
incluso si éstas no son vuestras vías, si tenéis un amplio conocimiento de
todas ellas, las encontraréis en todas las cosas. En cualquier caso, como seres
humanos, es esencial para cada uno de nosotros cultivar y pulir nuestro camino
individual.
Sobre el conocimiento de
las ventajas de las armas en las artes marciales
Al distinguir las ventajas
de las armas de los guerreros, descubrimos que, cualquiera que sea el arma,
existe un momento y una situación en la que ésta es apropiada.
El sable de corto es
principalmente ventajoso en lugares reducidos, o en sitios estrechos, cuando
estáis muy cerca de vuestro adversario. El sable largo tiene generalmente usos
apropiados en cualquier situación. La alabarda parece ser inferior a la lanza
en el campo de batalla. La lanza es la vanguardia, la alabarda es la retaguardia.
Dado el mismo grado de entrenamiento, alguien con una lanza tiene un poco de
ventaja.
Tanto la lanza como la
alabarda dependen de las circunstancias. Ninguna de las dos es muy útil en
acciones con mucha gente. Ni siquiera son apropiadas para hacer prisioneros;
deben reservarse para el campo de batalla. Son armas esenciales en batallas
campales. Sin embargo, si aprendéis a utilizarlas en las salas de ejercicios,
centrando la atención en pequeños detalles y perdiendo así el método real,
difícilmente podrán ser adecuadas.
El arco también se adapta
al campo de batalla, para llevar a cabo cargas y retiradas estratégicas; es
excelente en las batallas a campo abierto, porque puede dispararse rápidamente
y de inmediato contra las filas de los lanceros u otros. Sin embargo, es
inadecuado para asediar un castillo y para situaciones en las que el adversario
se encuentra a más de doscientos metros.
Actualmente, no sólo el
arco, sino también las demás artes poseen más flores que frutos. Dichas
técnicas son inútiles cuando se presenta una auténtica necesidad.
Dentro de las murallas del
castillo nada es comparable al arma de fuego (en 1543 los portugueses
introdujeron las armas de fuego en Japón, y Musashi nació en 1584) desde que
empieza la batalla. No obstante una vez que se ha empezado la lucha cuerpo a
cuerpo, aquélla ya no es adecuada.
Una de las virtudes del
arco consiste en que podéis ver el trazado de las flechas que disparáis, lo
cual es bueno. Parte de lo inadecuado de un arma de fuego es que no puede verse
la trayectoria de las balas. Habría que considerar esto con atención.
En cuanto a los caballos,
es esencial que sean fuertes pero no fogosos.
Hablando en términos
generales de las armas del guerrero, un caballo debe ser un buen trotador,
sables largo y corto deben cortar perfectamente, la lanza y la alabarda deben
penetrar profundamente, y el arco y el arma de fuego deben ser resistentes y
exactos.
No tenéis que apegaros
especialmente a ningún arma en particular, o a ninguna otra cosa, esto es
importante. El exceso es lo mismo que la insuficiencia. Sin limitar a nadie,
debéis tener tantas armas como convenga. Mantener gustos y aversiones es malo
tanto para los oficiales como para los soldados. El pensamiento pragmático es
esencial.
Sobre el ritmo de las artes
marciales
El ritmo es algo que existe
en todo, pero los ritmos de las artes marciales en particular son difíciles de
dominar sin ejercitar la práctica.
El ritmo se manifiesta en el
mundo en cosas como la danza y la música, las flautas y los instrumentos de
cuerda. Todo esto son ritmos armoniosos.
En el campo de las artes
marciales existen ritmos y armonías en el tiro con arco, el tiro con armas de
fuego e incluso en la equitación. En cualquier arte y en cualquier ciencia no
debe ignorarse el ritmo.
Existe incluso un ritmo en
estar vacío.
En la vida profesional de
un guerrero existen ritmos para ascender de rango y ritmos para descender,
ritmos de satisfacción y ritmos de frustración.
En el campo del comercio
existen ritmos para hacerse rico y ritmos para perder la propia fortuna.
La armonía y la falta de
armonía en el ritmo se presenta en todas las formas de vida. Es imperativo
distinguir cuidadosamente entre los ritmos de la floración y los ritmos de la
decadencia en cada cosa específica.
Son diversos los ritmos de
las artes marciales. En primero lugar, conocer los ritmos correctos y
comprender los ritmos erróneos, y discernir los ritmos apropiados entre los
ritmos grandes y pequeños, lentos y rápidos. Conocer los ritmos de las
relaciones espaciales y los ritmos de inversión. Esos asuntos son
especialidades de la ciencia marcial. A menos que entendáis estos ritmos de
inversión, no podréis confiar en vuestro arte marcial.
La forma de ganar una
batalla según la ciencia militar es conocer los ritmos de los adversarios
concretos y utilizar los ritmos que vuestros adversarios no esperan,
produciendo ritmos sin formas a partir de ritmos de sabiduría.
Con la ciencia de las artes
marciales de nuestra escuela expuesta previamente se amplía la mente de forma
natural mediante la práctica diligente día y noche; transmitiéndola al mundo
como una ciencia colectiva e individual, pongo por escrito por primera vez
estos cinco manuscritos titulados Tierra, Agua, Fuego, Aire y Vacío.
Para las personas que
quieran aprender mi ciencia militar, existen normas para el aprendizaje de este
arte:
1.
Considerad
lo que es correcto y verdadero.
Hablando en general, la ciencia de las artes marciales debe
practicarse teniendo estos principios en mente. En esta ciencia particular
difícilmente podéis convertiros en maestros de las artes marciales, a menos que
podáis ver de inmediato en un contexto amplio. Una vez que hayáis aprendido
este principio, no deberíais ser derrotados en ningún combate individual contra
veinte o treinta adversarios.
Ante todo, mantened las artes marciales en vuestro espíritu
y trabajad diligentemente de una forma directa; entonces podréis vencer con
vuestras manos y también podréis derrotar a los demás viendo con vuestros ojos.
Es más cuando refinéis vuestra práctica hasta el punto de alcanzar la libertad
de todo el cuerpo, podréis vencer a los demás por medio de vuestro cuerpo. Y
puesto que vuestro espíritu está entrenado en esta ciencia, podréis también
vencer a los demás por medio del espíritu. Cuando alcancéis este punto, ¿cómo
podríais ser derrotados por los demás?
De las misma forma, la ciencia militar a gran escala
consiste en un asunto de ganar conservando a la gente buena, empleando gran
número de personas, de ganar en la actitud correcta de la conducta personal, de
ganar en gobernar a las naciones, de ganar en cuidar del pueblo humilde, de
ganar en el cumplimiento de las costumbre sociales. En cualquier campo de
actividad, el conocimiento de cómo evitar la derrota frente a los demás, cómo
ayudarse a sí mismo y cómo incrementar el propio honor es parte de la ciencia
militar.
El Manuscrito del Agua
El núcleo de la escuela de los Dos Cielos de las artes
marciales se basa en el agua; y al poner los métodos del arte de la ventaja en
práctica, llamo a éste el Manuscrito del Agua, y en él escribo el sistema del
sable largo de nuestra escuela.
Es absolutamente imposible escribir esta ciencia con la
precisión con la que la entiendo en mi corazón. Sin embargo, aunque las
palabras sean insuficientes, los principios deben ser evidentes por sí mismos.
En cuanto a lo que está escrito aquí, podéis deteneros sobre cada una de las
palabras. Si pensáis en ellas de una manera general, malinterpretáis muchas
cosas.
En lo que respecta a los principios de las artes marciales,
aunque he escrito en varios lugares en términos de duelo entre dos personas, es
esencial entenderlas en términos de batallas entre dos ejércitos, viéndolas a
amplia escala.
En esta forma de vida en particular, si erráis el camino,
aunque sea ligeramente, si os desviáis de la vía justa, caeréis en estados
negativos.
La ciencia de las artes marciales no consiste simplemente en
leer estos escritos. Al aceptar personalmente lo que está escrito aquí, no
penséis simplemente que estáis leyendo o aprendiendo, no hagáis ninguna
imitación; tomad los principios como si estuvierais descubriéndolos por vuestro
propio espíritu, identificaos con ellos constantemente y trabajad sobre ellos
cuidadosamente.
La actitud del espíritu en las artes marciales
En la ciencia de las artes marciales, el estado de espíritu
debe seguir siendo el mismo que en la vida cotidiana; lo mismo que cuando
practicáis las artes marciales, no permitáis que haya ningún cambio: con el
espíritu abierto y directo, ni tenso ni demasiado relajado, manteniendo la
mente centrada de forma que no haya desequilibrio, relajad tranquilamente vuestra
mente y saboread totalmente ese momento de tranquilidad, de forma que la
relajación no se detenga ni siquiera un instante.
Aunque estéis tranquilos, vuestro espíritu está alerta,
aunque estéis apremiados, vuestro espíritu no esta apremiado. La mente no es
arrastrada por el cuerpo, y el cuerpo no es arrastrado por la mente. Poned
atención a la mente, no al cuerpo. No permitáis que haya insuficiencia ni
exceso en vuestra mente. Aunque superficialmente tengáis el ánimo débil,
permaneced fuertes por dentro y no dejéis que otros vean vuestra mente. Esto es
esencial para aquellos que son físicamente pequeños para saber cómo ser
grandes, y para aquellos que son físicamente grandes para saber cómo ser
pequeños; tanto si sois físicamente grandes como si sois pequeños, es esencial
mantener vuestro espíritu libre de desviaciones subjetivas.
Dejad vuestro espíritu despejado y abierto, poniendo vuestro
intelecto en un vasto plano. Es esencial pulir diligentemente el intelecto y el
espíritu. Una vez que hayáis utilizado vuestro intelecto hasta el punto en el
que podéis distinguir lo que es verdad y lo que no lo es en el mundo, en el que
podéis decir lo que es bueno y lo que es malo, y cuando ya habéis experimentado
varios dominios y ya no podéis ser engañados en absoluto por la gente, vuestro
espíritu habrá quedado imbuido del conocimiento y de la sabiduría del arte de
la guerra.
Existe algo especial sobre el conocimiento del arte de la
guerra. Es imprescindible dominar los principios del arte de la guerra y aprender
a permanecer como un espíritu inmutable incluso cuando estáis en el corazón de
la batalla.
Actitud física en las artes marciales
En lo que respecta a la apariencia física, el rostro no debe
mirar hacia abajo, hacia arriba ni ladearse. Vuestra mirada debe ser fija. No
arruguéis la frente, pero formad un surco entre las cejas. Mantened inmóviles
los ojos e intentad no parpadear. Cerrad ligeramente los ojos. Tratad de
mantener una expresión serena en el rostro, con la nariz recta y la barbilla
ligeramente adelantada.
La parte posterior del cuello debe permanecer recta, debe
centrarse la fuerza en la nuca. Sintiendo todo el cuerpo desde los hombros
hacia abajo como una unidad, bajad los hombros, mantened la columna vertebral
recta y no sentéis las nalgas. Concentrad el poder en las partes inferiores de
las piernas desde las rodillas hasta la punta de los dedos del pie. Tensad el
abdomen de forma que el pecho no se hunda.
Existe una enseñanza llamada "ajustar la cuña",
que significa que el abdomen es sujetado por la vaina del sable corto, de forma
que el cinturón no quede suelto.
Hablando en términos generales, es esencial hacer que
vuestro porte general sea el porte que mantenéis en las artes marciales, y haced
que el porte que mantenéis en las artes marciales sea vuestro porte ordinario.
Esto debe ser considerado con atención.
El enfoque de los ojos en las artes marciales
Los ojos deben enfocarse para optimizar el alcance y
amplitud de la visión. La observación y la percepción son dos cosas separadas;
el ojo que observa es más fuerte, el ojo que percibe es más débil. Una
especialidad de las artes marciales es ver de cerca lo que está lejos y ver lo
que está cerca con distancia.
En las artes marciales es importante ser consciente de los
sables de los adversarios, de no mirar dichos sables para nada. Esto cuesta
trabajo.
Este asunto de enfocar los ojos es el mismo en la ciencia
militar a pequeña o a gran escala.
Es esencial ver ambos lados sin mover los globos oculares.
Cosas como éstas son difíciles de dominar al mismo tiempo
cuando tenéis prisa. Recordad lo que está escrito aquí, acostumbraos
constantemente a este enfoque de los ojos y encontrad el estado en el que el
enfoque de vuestros ojos no cambia suceda lo que suceda.
Cómo empuñar el sable largo
Al empuñar el sable largo, el pulgar y el índice ejercen una
ligera presión, el dedo corazón se mantiene ni demasiado suelto ni demasiado
apretado, mientras que los dedos anular y meñique se mantienen apretados. No
debe haber flojedad en la mano.
El sable largo debe empuñarse con el pensamiento de que es
algo para matar al adversario. No permitáis que cambie vuestra manera de
empuñar cuando estéis golpeando a adversarios, haced que vuestra forma de
empuñar sea de tal manera que vuestra mano no vacile. Cuando golpeéis el sable
del adversario, lo bloqueéis o lo neutralicéis, sólo debéis modificar
ligeramente la posición del pulgar y del índice; pero en cualquier caso,
podréis empuñar vuestro sable con el pensamiento de matar.
Vuestra manera de asir el sable no debe ser diferente cuando
cortéis algo para comprobar su filo que cuando golpeáis en medio del combate,
asiendo siempre el sable como si fuerais a matar a un hombre.
Hablando en términos generales, hay que evitar el
agarrotamiento y la posición fija, tanto en el sable como en la mano. La
posición fija es el camino de la muerte, la fluidez es el camino de la vida.
Esto es algo que debe ser entendido.
Sobre el movimiento de los pies
En lo que respecta a los pies, debéis manteneros firmemente
sobre los talones dejando al mismo tiempo libres los dedos de los pies. Que
vuestros pasos sean largos o cortos, lentos o rápidos, según al situación, pero
debéis caminar siempre como lo hacéis normalmente. Deben evitarse los pasos
inseguros, inconstantes y ruidosos.
Entre los elementos importantes de esta ciencia se halla lo
que se llama pasos complementarios. Pasos complementarios significa que no os movéis
sólo con un pie. Cuando arremetéis, retrocedéis o incluso cuando paráis un
golpe, movéis el pie derecho-izquierdo-derecho izquierdo, con pasos que se
complementan. Poned atención en no manteneros sólo sobre un pie. Esto es algo
que exige un atento examen.
Cinco maneras de ponerse en guardia
Las cinco maneras de ponerse en guardia son la posición
superior, la posición media, la posición inferior, en guardia por la derecha y en
guardia por la izquierda. Aunque pueden dividirse estas formas de guardia en
cinco clases, todas ellas tienen como objetivo matar. No existen otras formas
de guardia además de estas cinco.
Cualquiera que sea la guardia que adoptéis, no penséis en
ellas como en una posición defensiva; consideradla como una parte del acto de
matar.
Las posiciones superior, media, inferior, son guardias
sólidas, mientras que las dos posiciones laterales son guardias fluidas. Las
guardias por la derecha y por la izquierda son adecuadas para lugares en donde
no hay espacio por encima de la cabeza o a los lados. El decidir adoptar la
guardia derecha o izquierda se decide según el caso.
Lo que es importante en este camino es darse cuenta de que
es más perfecta la guardia media. En esta guardia media se encierra toda la
ciencia de ponerse en guardia. Consideradla en términos de ciencia militar a
gran escala: el centro corresponde a la posición del general, mientras que las
otras cuatro guardias le siguen. Esto debe examinarse atentamente.
La vía del sable largo
Conocer la vía del sable largo significa que aunque estés
sosteniendo el sable con dos dedos, sabréis cómo hacerlo y blandirlo
fácilmente.
Cuando intentéis blandir rápidamente el sable largo, os
desviáis de la vía del sable largo y, por tanto, es difícil de manejar. El
asunto consiste en blandir el sable largo tranquilamente, de forma que sea
fácil de hacer.
Cuando intentáis manejar con rapidez el sable largo, de la
misma forma que podéis utilizar un abanico o un sable corto os desviáis de la
vía del sable largo, de forma que es difícil de blandir. A esto se llama
"trinchar con el sable corto" y es ineficaz para matar a un hombre
con el sable largo.
Cuando golpeáis hacia abajo con el sable largo, retiradlo de
una forma cómoda. Cuando lo blandís a los costados, volvedlo a su posición
inicial de la forma convencional. Estirad el codo lo más posible y blandir con
la fuerza es la vía del sable largo.
Procedimientos de las cinco técnicas convencionales
Primera técnica
La guardia se halla en la posición media, con la punta del
sable apuntando hacia el rostro del adversario. Cuando cerráis filas contra el
adversario, y éste golpea con el sable largo, contrarrestad su ataque
desviándolo hacia la derecha. Cuando el adversario golpea de nuevo, haced
retroceder la punta de su sable hacia atrás y hacia arriba; dejad vuestro sable
como está, una vez que ha rebotado hacia abajo, hasta que el adversario ataque
de nuevo; en ese momento golpeáis las manos del adversario desde abajo.
Las cinco técnicas convencionales son difíciles de entender
sólo escribiendo sobre ellas. Las cinco técnicas convencionales deben de ser
practicadas con el sable en la mano. Mediante estas cinco nociones generales del
sable, conoceréis mi ciencia sobre su manejo y serán también evidentes las
técnicas empleadas por los adversarios. Quiero decir que no existen más que
cinco guardias en el método de Los Dos Sables en la esgrima. El entrenamiento y
la práctica son imprescindibles.
Segunda técnica
La guardia se halla en la posición superior, y golpeáis al
adversario en el mismo momento en que éste intenta golpearos. Si vuestro sable
no da al adversario, dejadlo por unos instantes, hasta que éste ataque de
nuevo. En ese momento golpeáis por debajo haciendo un barrido hacia arriba. El
mismo principio puede aplicarse cuando ataquéis de nuevo.
Dentro de esta técnica existe diversos estados de espíritu y
varios ritmos. Si practicáis el entrenamiento de mi escuela por medio de lo que
subyace en esta técnica, obtendréis un conocimiento completo de las cinco
formas de esgrima y podréis vencer en cualquier circunstancia. Sólo requiere
práctica.
Tercera técnica
El sable se mantiene en la posición inferior; con la
determinación de tomar los asuntos en mano; cuando el adversario ataca de
nuevo; cuando intente haceros perder el sable, llevadlo hacia arriba al mismo
ritmo, y seguidamente golpead sus brazos a ambos lados después de que haya
atacado. La cuestión es abatir de una vez al adversario desde la posición
inferior, justo en el momento en el que él golpea. La guardia con el sable en
la posición inferior es algo que aparece al principio y posteriormente en el
proceso de la práctica de esta ciencia; ésta debe de ser practicada con el
sable en la mano.
Cuarta técnica
Se mantiene el sable horizontalmente al lado izquierdo, para
golpear las manos del adversario desde abajo cuando él intenta atacar. Cuando
el adversario intenta haceros perder el sable golpeando hacia arriba desde
abajo, bloquead la trayectoria de su sable inmediatamente, con la idea de herir
sus manos y cortar diagonalmente hacia arriba, hacia vuestro hombro. Ésta es la
forma de manejar un sable largo. Ésta es también la forma de vencer, bloqueando
la trayectoria del sable del adversario si éste intenta atacar de nuevo. Esto
debe considerarse atentamente.
Quinta técnica
El sable se mantiene horizontalmente a la derecha. Cuando
localizáis el ataque del adversario, blandís vuestro sable desde el lado
inferior en diagonal hacia arriba hasta la posición de guardia superior, y
después golpeáis directamente desde arriba. Esto es también esencial para
adquirir la maestría en la utilización del sable largo. Cuando podáis empuñar
un sable conforma a esta técnica, podréis empuñar con libertad un sable largo y
pesado.
Estas cinco técnicas convencionales no deben ser descritas
con detalle. Para comprender la utilización del sable largo en mi escuela, y
comprender también de forma general los ritmos y distinguir las tácticas de
esgrima de los adversarios, primero utilizad estas cinco técnicas para
desarrollar constantemente vuestras habilidades. Incluso cuando luchéis contra
adversarios, perfeccionad el uso del sable largo, sintiendo el espíritu del
adversario, utilizando los diversos ritmos y obteniendo la victoria de
cualquier forma. Esto exige un atento discernimiento.
Sobre la enseñanza de tener una posición sin tenerla
Tener una posición sin tenerla, o una guardia sin guardia,
significa que el sable largo no debe ser mantenido en una posición fija. Sin
embargo, puesto que existen cinco formas de colocar el sable, las guardias
deben conformarse a ellas. Dónde mantenéis el sable depende de vuestra relación
con el adversario, depende del lugar y debe adecuarse a la situación; siempre
que lo empuñéis, la idea que ha de tenerse en mente es que debe ser fácil matar
al adversario.
A veces, en la posición de guardia superior se desciende un
poco, de forma que se convierte en una posición media, mientras que la guardia
media puede elevarse un poco, dependiendo de la ventaja que se obtenga de ello,
de forma que se convierte en una posición superior. En ocasiones, la guardia
inferior también se eleva un poco, para convertirse en una posición media. Las
dos posiciones laterales pueden también desplazarse un poco hacia el centro,
dependiendo de si estáis frente a frente con vuestro adversario, obteniendo
como consecuencia bien una guardia media o una guardia inferior.
De esta forma, el principio consiste en tener una posición en
guardia sin tener una posición. Ante todo, cuando levantáis el sable, en
cualquier caso la idea es de matar al adversario. Aunque interceptemos,
golpeemos o bloqueemos el golpe del sable del adversario, e inmovilicemos u
obstruyamos su trayectoria, todos estos movimientos son oportunidades para
hendir al adversario. Hay que entender esto. Si pensáis en interceptar,
golpear, bloquear, inmovilizar u obstruir la trayectoria, con ello seréis
incapaces de matar. Es esencial pensar en todo como una oportunidad de matar.
Esto debe ser considerado atentamente.
En la ciencia militar a gran escala, la disposición de las
tropas es también un asunto de colocación. Por ello, cada caso es una
oportunidad para ganar una guerra. La posición fija es mala. Esto debe de ser
trabajado con profundidad.
Golpear al adversario en un solo compás
Entre los ritmos utilizados para golpear a un adversario
existe lo que se llama un solo compás. Encontrando una posición en la que
podéis alcanzar al adversario, dándonos cuenta del momento en el que éste
todavía no ha decidido qué hacer, golpeáis directamente, lo más rápidamente
posible, sin mover vuestro cuerpo ni fijar vuestra atención.
El golpe con el que golpeáis al adversario antes de que haya
pensado en retirarse, parar el golpe o golpear se llama un solo compás. Una vez
que habéis aprendido bien este ritmo, debéis practicar el golpe intermedio de
una forma rápida.
El ritmo de la segunda primavera
Se da cuando estáis a punto de golpear y el adversario
retrocede rápidamente o para el golpe; fingid un ataque y después golpead al
adversario cuando se relaja después de la tensión. Éste es el golpe de la
segunda primavera.
Será muy difícil llevar a cabo este golpe simplemente
leyendo este libro. Es algo que debéis entrenar una vez que habéis recibido la
instrucción.
Golpear sin pensamiento ni forma
Cuando vuestro adversario va atacar, vosotros os disponéis a
hacer lo mismo, vuestro cuerpo tiene una posición ofensiva y vuestra mente está
también a la ofensiva; vuestras manos golpean espontáneamente a partir del
espacio con una velocidad y una fuerza añadidas. A esto se llama golpear sin
pensamiento ni forma, y es el golpe más importante. Os encontraréis con este
golpe una y otra vez. Es algo que requiere ser bien aprendido y perfeccionado
con la práctica.
El golpe del curso del agua
El golpe del curso del agua se utiliza cuando estáis frente
a frente con el adversario y éste intenta retroceder, esquivar o parar vuestro
sable rápidamente: expandiendo el cuerpo y la mente, blandís el sable desde
detrás de vosotros de una forma completamente relajada, como si dudarais, y
golpeáis con un golpe fuerte y poderoso.
Una vez que hayáis aprendido esta clase de golpe, con toda
certeza es fácil golpear. Es esencial distinguir la posición del adversario.
El golpe al azar
Cuando lanzáis una ofensiva y el adversario intenta detener
o parar el golpe, golpeáis su cabeza, manos y pies de una sola vez. Golpear donde
podéis con un solo golpe del sable largo se llama golpear al azar. Cuando
aprendáis este golpe, os daréis cuenta que siempre es útil. Es algo que exige
un discernimiento exacto en el transcurso de un duelo.
El golpe centella
El golpe centella se produce cuando el sable de vuestro
adversario y vuestro sable están bloqueados juntos y golpeáis lo más fuerte que
podéis sin levantar en absoluto vuestro sable. Hay que golpear rápidamente,
poniendo la fuerza en las piernas, el torso y las manos.
Este golpe es difícil de realizar sin una práctica repetida.
Si lo cultiváis hasta la perfección, tiene un poderoso
impacto.
El golpe de las hojas carmesí
La idea del golpe de las hojas carmesí consiste en golpear
el sable del adversario desviándolo hacia abajo, subiendo de nuevo vuestro
sable. Cuando un adversario está blandiendo un sable ante vosotros intentando
atacar, golpear o defenderse, golpeáis con fuerza el sable del adversario con
el espíritu de "golpear sin pensamiento y sin forma" o incluso el del
"golpe centella". Cuando ejecutáis correctamente esta técnica,
golpeando con la punta del sable hacia abajo (kissakisagari), el sable
de vuestro adversario caerá irremediablemente.
Si cultiváis este ataque hasta la perfección, os será fácil
hacer caer un sable. Esto debe ser bien practicado.
El cuerpo en lugar del sable
En ese sentido, el cuerpo también puede ser llamado el
cuerpo que sustituye al sable. En general, cuando tomáis la ofensiva, vuestro
sable y vuestro cuerpo no se lanzan al ataque simultáneamente. Dependiendo de
vuestras oportunidades de golpear al adversario, primero adoptáis una postura
ofensiva con vuestro cuerpo, y vuestro sable golpea con independencia de
vuestro cuerpo.
A veces, podéis golpear con vuestro sable sin mover el cuerpo,
pero generalmente éste inicia primero la ofensiva, seguida por el golpe del
sable. Esto requiere una observación y práctica atentas.
Golpear y alcanzar
Por golpear y alcanzar quiero dar a entender
dos cosas diferentes. El sentido de golpear consiste en que, sea cual
fuere el golpe que empleéis, lo hacéis de una manera deliberada y certera. Alcanzar
significa algo como chocar con alguien. Aunque alcancéis a vuestro adversario
de forma tan grave que muera en el acto, esto significa alcanzar. Un golpe se
produce cuando vosotros consciente y deliberadamente asestáis el golpe que
queréis dar. Esto exige inspección y reflexión.
Alcanzar a un adversario en las manos o en las piernas
significa "tocarle" primero, para asestar un poderoso golpe tras esa
rozadura. Alcanzar significa algo así como "sondear". Si realmente
aprendéis a dominar esto, será algo extraordinario. Esto cuesta trabajo.
El cuerpo del mono de brazos cortos
La postura del mono de brazos cortos significa no alcanzar con
la mano. La idea consiste en que cuando estáis cerca de un adversario, lo
alcancéis rápidamente, antes de que éste ataque, sin avanzar en absoluto las
manos.
Cuando intentáis avanzarlas, vuestro cuerpo se queda
invariablemente detrás. Así pues, la idea consiste en mover todo el cuerpo
rápidamente para entrar en la defensa del adversario. Es fácil llegar al cuerpo
a cuerpo si está al alcance de la mano. Esto debe ser investigado con atención.
El cuerpo pegado
Esto significa entrar en el espacio de un adversario y
pegarse rápidamente a él. Cuando entráis dentro de las defensas del adversario,
debéis pegaros con fuerza a su cabeza, a su cuerpo y a sus piernas. La mayoría
de las personas consiguen hacerlo rápidamente con su cabeza y sus piernas, pero
el cuerpo se queda atrás. Pegarse a un adversario significa que os pegáis con
tanta proximidad que no dejáis espacio entre vuestros cuerpos. Esto debe ser
investigado cuidadosamente.
Competir en estatura
Significa que cuando estáis cerca de un adversario, bajo
cualquier circunstancia, estiráis las piernas, el pecho y el cuello de forma
que vuestro cuerpo no se contraiga, acercándoos a él con fuerza, ponéis vuestro
rostro a la altura del rostro del adversario, como si quisierais comparar la
estatura y demostrar que sois el más alto de los dos. El punto esencial
consiste en maximizar vuestra altura y acercaros totalmente. Esto exige un
trabajo cuidadoso.
Adherirse
Cuando vuestro adversario y vosotros atacáis, y vuestro
adversario detiene vuestro ataque, la idea es acercaros con vuestro sable
pegado a su sable. Adherirse significa que es difícil separar el sable. Debéis
mantenerlo pegado con mucha fuerza. Se trata de mantener el sable como si
estuviera pegado, cuando os acercáis, con independencia de la tranquilidad con
que os mováis.
Existe el estar pegado y existe el estar trabado. Estar
pegado es más fuerte que el estar trabado. Estas cosas deben ser distinguidas.
El ataque con el cuerpo
Se produce cuando os acercáis al costado del adversario y golpeáis
con vuestro cuerpo. Ladeando ligeramente vuestro rostro y avanzando vuestro
hombro izquierdo, lo golpeáis en el pecho.
Al golpearlo, ejerced toda la fuerza posible con vuestro
cuerpo; al golpear, la idea consiste en acercarse con un salto en el momento de
máxima tensión.
Una vez que habéis aprendido a acercaros de esta manera,
podéis proyectar al adversario varios metros hacia atrás. Es incluso posible
golpear a un adversario con tanta fuerza que éste muera.
Esto exige un total entrenamiento y práctica.
Tres clases de parada
Cuando atacáis a un adversario, para parar el golpe de su
sable, haciendo como si quisierais herirlo en los ojos, desviáis su sable hacia
vuestra derecha con vuestro sable, parando así el ataque.
También existe lo que se llama la parada de apuñalamiento.
Haciendo como si quisierais apuñalar al adversario en el ojo derecho, con la
intención de cortar su cuello, paráis el golpe del sable del adversario con una
estocada de apuñalamiento.
Igualmente, cuando un adversario ataca y vosotros os
acercáis con un sable corto, sin prestar mucha atención a parar el ataque con
el sable, os acercáis a él como si quisierais golpear su rostro con vuestra
mano izquierda.
Éstas son las tres clases de parada. Esto es algo que exige
un completo entrenamiento y práctica.
Apuñalar la cara
Cuando estáis igualados con un adversario, es esencial
conservar en mente apuñalarles la cara con la punta de vuestro sable en los
intervalos que existen entre los golpes del sable de vuestro adversario y
vuestros propios golpes. Cuando tenéis la intención de apuñalar la cara de
vuetsro adversario, éste intentará poner el cuerpo y su rostro fuera de
alcance. Cuando lográis que vuestro adversario haya retrocedido, habéis
conseguido varias ventajas de las que os podéis servir para ganar. Debéis
trabajar esto cuidadosamente.
En medio de la batalla cuando un adversario intente ponerse
fuera de alcance, ya habéis ganado. Por ello es imprescindible no olvidar la
táctica de "apuñalar la cara". Esto debe cultivarse en el transcurso
de la práctica de las artes marciales.
Apuñalar el corazón
Apuñalar el corazón se utiliza cuando se combate en un lugar
donde no hay espacio para hacer movimientos cortantes de sable por encima de la
cabeza hacia los lados, de forma que apuñaláis al adversario. Para hacer fallar
el sable del adversario, tenéis que dirigir la parte montante de vuestro sable
directamente hacia vuestro adversario, haciéndolo retroceder un poco, de forma
que el sable no se descentre y se pueda hundir en su pecho.
Este movimiento es especialmente útil cuando estáis cansados
o cuando vuestro sable no corta. Es imprescindible discernir cada caso de una
forma experta.
El grito
Dos clases de gritos (katsu y totsu) se
utilizan cuando lanzáis un ataque para vencer a un adversario y éste responde;
surgiendo desde abajo como si fuerais a apuñalar al adversario, ejecutáis un
contraataque.
En cualquier caso, lanzáis los dos gritos sucesiva y rápidamente.
La idea consiste en apuñalar hacia arriba con un katsu y después golpear
con un totsu.
Este movimiento puede utilizarse siempre en un duelo. La
forma de alcanzar ambos gritos es elevando la punta del sable en el sentido de
apuñalar y entonces golpear inmediatamente mientras se eleva el sable. El ritmo
debe practicarse bien y examinado atentamente.
La parada con golpe
Cuando intercambiáis golpes con un adversario en un duelo y
golpeáis en el sable del adversario con vuestro propio sable cuando él golpea,
a esto se le llama la parada con golpe. La idea de parar con un golpe no es la
de golpear muy fuerte, ni la de sostener o bloquear; respondiendo al ataque del
sable del adversario, asestáis un golpe en el sable que golpea e inmediatamente
atacáis al adversario.
Es esencial ser el primero en golpear. Si el ritmo de
vuestro ataque de parada es correcto, por poderoso que sea el golpe de vuestro
adversario, mientras que tengáis intención mantenida de golpear, no se
inclinará la punta de vuestro sable. Esto debe aprenderse con la práctica y
examinarse cuidadosamente.
Una posición contra muchos adversarios
Una posición contra muchos adversarios se presenta cuando el
individuo lucha solo contra un grupo. Manejando tanto el sable largo como el sable
corto, lo mantenéis a la izquierda y a la derecha extendiéndolos
horizontalmente. La idea es que si los adversarios os llegan de los cuatro
costados, los obliguéis a situarse en un solo lugar.
Cuando distinguís el orden en el que os atacan los adversarios,
ocuparos de aquellos que van en vanguardia primero; manteniendo un ojo sobre
toda la situación, y determinando las posiciones desde las que los adversarios
lanzan sus ataques, blandiendo ambos sables al mismo tiempo sin que interfieran
entre sí, es erróneo esperar. La idea consiste en adoptar inmediatamente la
posición de alerta con ambos sables preparados a los lados cuando un adversario
avanza, para bloquearlo con un poderoso ataque, dominarlo y después volverse al
próximo adversario que llega y partirlo por la mitad.
Intentad reunir a vuestros adversarios en una sola línea
cuando parecen estar retrocediendo, y atacad con fuerza sin permitir un momento
de descanso.
Será difícil avanzar si os limitáis a atacar a vuestros
adversarios en masa. Entonces, una vez más, si pensáis vencerlos uno tras otro
a medida que van llegando, tendréis una sensación de espera y dificultades en
vuestro avance. Se trata de ganar sintiendo los ritmos de los adversarios y
sabiendo dónde fallan.
Si tenéis de vez en cuando un grupo de practicantes y
aprendéis cómo arrinconarlos, es posible dominar a un adversario, a diez, o
incluso a veinte, si se mantiene la paz de espíritu, esto exige una total
práctica y consideración.
La ventaja en el duelo
La ventaja en el duelo significa comprender cómo obtener la
victoria utilizando el sable largo según las leyes de las artes marciales. Esto
no puede ser escrito con detalle; uno debe darse cuenta de cómo ganar por medio
de la práctica. Ésta es la utilización de l sable largo que revela la verdadera
ciencia de las artes marciales; es transmitida verbalmente.
El golpe único
Esto significa obtener la victoria con certeza mediante la
precisión de un solo golpe. Esto no puede comprenderse son aprender bien las artes
marciales. Si practicáis este golpe convenientemente, dominaréis las artes
marciales y esto será una forma de alcanzar la victoria a voluntad. Estudiadlo
cuidadosamente.
El estado de penetración directa
El espíritu de penetración directa es algo que se transmite
cuando uno recibe la verdadera vía de la escuela de los Dos Sables. Es esencial
practicar bien, así como entrenar el cuerpo en esta ciencia militar. Esto se
transmite verbalmente.
Epílogo
Lo expuesto anteriormente es una explicación general de las
artes de la esgrima de mi escuela, que he recogido en este manuscrito.
En la ciencia militar, la forma de aprender cómo empuñar el
sable largo y obtener la victoria sobre los demás empieza con la utilización de
las cinco técnicas convencionales para aprender las cinco clases de guardia, y
después aprender cómo manejar un sable largo y obtener una libertad total de
movimientos, agudizando el espíritu para discernir los ritmos de la vía y poder
tomar por sí mismo el sable. Cuando sois capaces de mover el cuerpo y los pies
según vuestra voluntad, le ganáis a una persona y después a otra, y así llegáis
a discernir lo que es bueno y lo que es malo en las artes marciales.
Estudiando y practicando cada aspecto de este libro,
luchando contra otros adversarios, paulatinamente comprendéis los principios de
esta ciencia; manteniéndola en vuestro espíritu continuamente, sin una
sensación de apresuramiento, aprendiendo sus virtudes siempre que surja la
oportunidad, aceptando combatir con cualquier clase de adversario en los
duelos, aprendiendo el corazón de la ciencia, aunque sea un camino de 1.600
kilómetros, dais un paso cada vez.
Pensando pausadamente, comprendiendo que es obligación de
los guerreros practicar esta ciencia, decidid que hoy venceréis el yo del día
anterior, y que mañana ganaréis a aquellos que tienen menos capacidad, y
posteriormente venceréis a aquellos que tienen más capacidad. Practicando de
acuerdo con este libro, debéis tomar la decisión de no dejar que vuestra mente
se distraiga.
Por muchos adversarios que venzáis, mientras hagáis algo en
contra del entrenamiento, no estaréis en la verdadera vía. Cuando este
principio llega al espíritu, entendéis cómo vencer incluso a docenas de
adversarios por vosotros mismos. Una vez que lo hacéis, también sois capaces de
captar los principios de la ciencia militar individual o a gran escala por
medio del poder del conocimiento del arte del sable.
Esto es algo que exige una total consideración, con mil días
de práctica para el entrenamiento y diez mil días de práctica para refinarlo.
El Manuscrito del Fuego
En la ciencia militar de la escuela de los Dos Sables se
piensa en el combate como en un fuego. Las cuestiones concernientes a la victoria
y a la derrota en la batalla se consideran como algo que pertenece al
Manuscrito del Fuego y por ello están escritas aquí.
Para empezar, las gentes piensan en los principios de la
ventaja en las artes marciales con una mente estrecha. Algunos saben cómo
aprovecharse de un golpecito en el pecho, utilizando las puntas de los dedos,
otros saben cómo ganar sirviéndose de un abanico mediante un movimiento a
tiempo del antebrazo. Utilizando igualmente un sable de bambú o algo parecido,
parecen aprender la ventaja menor de la velocidad, entrenando sus manos y pies
de esta forma, concentrándose en el intento de aprovecharse de un poco más de
velocidad.
En lo que respecta a mi ciencia militar, he distinguido los
principios de la vida y de la muerte a través de numerosos duelos en los que he
puesto mi vida en peligro, aprendiendo la ciencia del sable, llegando a conocer
la fuerza y la debilidad de los golpes del sable del adversario, comprendiendo
las diversas utilizaciones del filo y del envés de éste y practicando cómo
matar a los adversarios. En el transcurso de esta acción, nunca me ocurrieron
percances tontos. Especialmente cuando uno se halla en pleno combate con
armadura, uno no piensa en pequeñas cosas.
Además, luchar solo contra cinco o diez personas en duelos a
vida o muerte y encontrar una forma segura de vencerlos es el meollo de mi
ciencia militar. Así, ¿cuál es la diferencia entre la lógica de alguien quien
vence a diez personas y la de mil personas que vencen a cien mil? A esto hay
que prestarle una auténtica consideración.
Sin embargo, es imposible reunir a mil o diez mil personas
para practicar cada día con el objeto de aprender esta ciencia. Aunque os
estéis ejercitando solos con un sable, descubrid el conocimiento y las tácticas
de todos los adversarios, conoced sus movimientos fuertes y débiles, averiguad
cómo vencer a cada cual por medio del conocimiento y del carácter de la ciencia
militar, y os convertiréis en maestros de esta vía.
¿Quién podría en el mundo alcanzar la penetración directa de
mi ciencia militar? Entrenándose y depurando la técnica día y noche con la
determinación de llegar posteriormente a su perfección, luego de perfeccionada,
uno llega a una libertad excepcional, logra maravillas y llega a estar dotado
de poderes inconcebibles de penetración. Es así como la ley cósmica se cumple a
través de las artes marciales.
La posición física
Al dirigir la situación de la posición física, existe lo que
se conoce como situarse de espaldas al sol. Esto significa que tomáis una
posición con el sol detrás de vosotros. Si la situación no os permite mantener
al sol a vuestra espalda, entonces debéis luchar por mantenerlo a vuestra
derecha.
Esto también es válido para los combates a puerta cerrada,
en los que debéis mantener la luz a vuestra espalda o a vuestra derecha. Es
deseable asegurarse de que no hay nada que se interponga en vuestro camino a
vuestra espalda, y de que hay mucho espacio a vuestra izquierda, tomando una
posición de tal forma que el espacio más estrecho quede a vuestra derecha.
Del mismo modo por la noche, cuando podéis ver a vuestros
adversarios, tomad vuestra posición con los fuegos a vuestra espalda y las
luces a vuestra derecha, como se ha dicho anteriormente.
Con el objeto de "mirar desde arriba al enemigo,
entended que debéis tomar vuestra posición en el terreno más elevado, incluso
aunque sea sólo ligeramente más elevado. En sitios cerrados, el lugar de honor
debe considerarse el lugar más elevado.
De cualquier forma, cuando se trata de la batalla, la idea
es empujar a los adversarios hacia vuestra izquierda. Es esencial asegurarse de
que los obstáculos quedan a espaldas de vuestros adversarios, después forzadlos
hacia él de cualquier forma que podáis.
Cuando conseguís que los adversarios retrocedan hacia el
obstáculo, para impedirles que vean la situación, atacad sin pausa de forma que
no puedan mirar alrededor. Esto de no dejar a los adversarios observar la
situación se aplica también en sitios cerrados, cuando estáis empujándolos
hacia pórticos, columnas, puertas, puertas corredizas, balaustradas, pilares u
otros obstáculos.
En cualquier caso, la dirección en la que acorraláis a los
adversarios debe ser hacia lugares en los que el apoyo de sus pies sea malo o
donde haya algún obstáculo a uno de los dos lados. Utilizad cualquier ventaja
del terreno que podáis, concentrándonos en aprovecharos de la situación. Esto
es algo que requiere una reflexión y una práctica cuidadosa y total.
Tres maneras de tomar la iniciativa
Existen tres formas de tomar la iniciativa. Una consiste en
adelantarse atacando al adversario por propia iniciativa; a esto se le llama
adelantarse a partir del estado de suspensión. Otra forma es adelantarse al
adversario que os está atacando; a esto se llama adelantarse a partir del
estado de espera. Pero otra se presenta cuando el adversario y vosotros atacáis
simultáneamente; a esto se llama adelantarse en un estado de confrontación
recíproca.
Éstas son las tres formas de tomar una iniciativa. Al
principio de cualquier batalla, no existen otras posibilidades salvo estas tres
iniciativas. Puesto que se trata de obtener la victoria rápidamente
adelantándose, la toma de la iniciativa es una cosa fundamental en las artes
marciales.
Existen muchos detalles concernientes a la toma de la
iniciativa, pero no pueden escribirse totalmente porque es una cuestión de
poner prioridad en el modelo de cada ocasión concreta, percibiendo la intención
de los adversarios y utilizando vuestro conocimiento de las artes marciales
para vencer.
En primer lugar está la toma de iniciativa a partir del
estado de suspensión. Cuando queréis atacar, os mantenéis tranquilos y en
calma, y después saltáis sobre vuestro adversario atacándole repentina y
rápidamente. Podéis tomar la iniciativa siendo externamente poderosos y
rápidos, pero internamente manteniendo reservas. Podéis también dar el salto
elevando al máximo vuestro espíritu, acelerando el paso un poco y llevando a
cabo un ataque violento en el instante que os acercáis a él. Podéis también
ganar dejando errar vuestra mente, con la firme intención de pasar al asalto
desde el principio hasta el final, obteniendo la victoria inicial por la fuerza
determinante del corazón. Todos estos son ejemplos de iniciativas a partir del
estado de suspensión.
La segunda es la toma de iniciativa a partir del estado de
espera. Cuando llega el adversario a vosotros, no reaccionéis, sino mostraos
débiles: entonces, cuando el adversario se acerca, saltáis con un poderoso salto,
casi como si fuerais a volar; después, cuando veis que el adversario golpea,
pasáis directamente a la ofensiva. Ésta es una forma de tomar la iniciativa.
Igualmente, cuando el adversario ataca y vosotros contrarrestáis con fuerza el
ataque, en el momento en que sentís un cambio en el ritmo del ataque del
adversario, podéis obtener la victoria en ese mismo instante a partir del
estado de espera.
La tercera es la iniciativa en el estado de confrontación
recíproca. En el caso en que el adversario ataca rápidamente, vosotros atacáis
con calma, pero con fuerza; cuando el adversario se acerca, tensáis vuestro
porte con absoluta resolución, y cuando el adversario da muestras de debilidad,
arremetéis contra él inmediatamente con fuerza. Después, una vez más, cuando un
adversario ataca con calma y tranquilamente, acelerad vuestro propio ataque
ligeramente, con vuestro cuerpo ligeramente relajado; cuando el adversario se
acerca, golpeadle de repente y después, según su situación, arremeted contra él
poderosamente venciéndole. Ésta es la iniciativa en un estado de confrontación
recíproca.
Estos movimientos son difíciles de escribir con detalle.
Deben trabajarse en líneas generales tal como se ha escrito aquí. Estas tres
formas de iniciativa dependen del tiempo y de la lógica de la situación. Aunque
no seáis siempre los que atacáis, en igualdad de condiciones debéis tomar
siempre la iniciativa y poner al adversario a la defensiva.
En cualquier caso, la idea de adelantarse consiste en
obtener una victoria certera, gracias al poder del conocimiento de las artes
marciales. Éste debe cultivarse y refinarse minuciosamente.
"Sujetar la almohada"
sujetar la almohada significa no dejar que alguien levante
cabeza. En las artes marciales, en el transcurso de un duelo, es malo ser
manejado por los demás. Es deseable manejar a los adversarios con libertad, por
cualquier medio a vuestro alcance.
Sin embargo, los adversarios estarán pensando lo mismo, y
vosotros también tenéis esta intención, pero es imposible tener éxito en esto
sin comprender lo que los demás están haciendo.
Las artes marciales incluyen detener los golpes de un
adversario, bloquear sus ataques y deshacer sus presas. "Sujetar la
almohada" significa que cuando habéis alcanzado realmente el dominio de mi
ciencia y estáis luchando contra un adversario, siempre que éste dé muestras de
intentar hacer un movimiento, lo percibís antes de que actúe. Detener el ataque
de un adversario desde el inicio, no dejándole seguir hasta el final es lo que
significa "sujetar la almohada".
A modo de ilustración, impedís que el ataque del adversario,
por ejemplo, a partir de la letra a; impedís el salto del adversario a
partir de la letra s, e impedís el corte del adversario a partir de la
letra c. Todos esto ejemplos lo son de la misma idea.
Siempre que los adversarios intenten atacaros, dejadlos
continuar y haced algo que sea inusual, al mismo tiempos que les impedís hacer
algo que sea útil. Esto es esencial en la ciencia militar.
En este punto, si intentáis reprimir a los adversarios, ya
estáis retrasados. Lo fundamental es que hagáis técnicamente cualquier cosa que
hagáis, socavando en su raíz el primer impulso del adversario. Manipular a los
adversarios de esta forma es dominar el arte de la guerra, lo cual se consigue con
la práctica. Realizar la técnica de "sujetar la almohada" exige un
atento examen.
Atravesar un brazo de mar
Cuando atravesáis el mar, existen lugares llamados
estrechos. Pero también hay lugares de veinte o treinta kilómetros de ancho que
atravesáis en el mar y que se llaman brazos de mar. Caminando por el mundo de
los humanos, a lo largo de la vida se presentan mucha situaciones que podrían
llamarse atravesar un brazo de mar.
En las rutas marítimas, sabiendo dónde están los brazos de
mar, conociendo el estado de las embarcaciones y del tiempo, e incluso sin
navegar en compañía de otras embarcaciones, os adaptáis al estado de tiempo,
aprovechándoos a veces de los vientos, consiguiendo en ocasiones incluso
vientos favorables, sabiendo que si el viento cambia puedes alcanzar el puerto
a remo, os ponéis al mando del barco y atravesáis el brazo de mar.
Con esa actitud, al pasar por el mundo de los seres humanos,
debéis tener el sentimiento de atravesar un brazo de mar en situación de
emergencia.
En las artes marciales, en medio de la batalla, es también
esencial "atravesar el brazo de mar". Sintiendo el estado de los
adversarios, conscientes de vuestra propia maestría, atravesáis el brazo de mar
gracias a los principios apropiados, lo mismo que un capitán avezado recorre la
ruta marítima.
Habiendo atravesado el brazo de mar, además estamos con el
espíritu en paz.
Para "atravesar un brazo de mar", poned al
adversario en posición de debilidad y arremeted; entonces ganaréis en general
muy rápidamente. Ya se trate de ciencia militar a gran escala o de las artes
marciales individuales, el sentido de atravesar un brazo de mar es esencial.
Debe ser saboreado profundamente.
Conocer el estado de las cosas
En la ciencia militar a gran escala, conocer el estado de
las cosas significa discernir el auge y la decadencia de los adversarios,
distinguiendo las intenciones de las tropas enemigas y percibiendo su
condición, exhibiendo claramente el estado de las cosas, determinando cómo
desplegar vuestras propias tropas y, de este modo, cómo obtener una victoria
certera mediante los principios de la ciencia militar, librando la batalla con
el conocimiento de lo que viene a continuación. En las artes marciales
individuales, vosotros determináis también cuáles son las tradiciones del
adversario, observáis su carácter personal, averiguáis la fuerza y debilidad de
la gente, maniobráis contra las expectativas de los enemigos, os dais cuenta de
los momentos álgidos y bajos del mismo, os aseguráis de los ritmos que hay
entre ellos y hacéis el primer movimiento; esto es esencial.
Si es grande vuestro propio poder de intuición, el estado de
las cosas será visible para vosotros. Una vez que habéis alcanzado una maestría
independiente y completa de las artes marciales, seréis capaces de adivinar el
espíritu de vuestros adversarios y encontrar así muchas formas de ganar. Esto
requiere un trabajo.
Detener un sable
Detener un sable es un movimiento que se utiliza sólo en las
artes marciales. Ante todo, en la ciencia militar a gran escala, incluso con
arcos y armas de fuego, cuando los adversarios os atacan con todo lo que
tienen, después de haber disparado su primera andanada y mientras están
renovando sus proyectiles, es difícil para vosotros lanzar vuestro ataque si estáis
poniendo la flecha en el arco o cargando el arma de fuego. La idea consiste en
atacar rápidamente mientras que el enemigo está intentando disparar.
El sentido de esta acción es que si atacáis rápidamente, es
difícil usar las flechas contra vosotros, e igualmente difícil dispararos con
un arma de fuego. La idea consiste en que siempre que los adversarios ataquen
con arcos o armas de fuego, inmediatamente sentís su pauta de comportamiento y
obtenéis la victoria bloqueando cualquier táctica que el atacante utilice.
Del mismo modo, en el contexto de las artes marciales
individuales, si golpeáis al inicio del ataque del sable del adversario, el
combate se convierte en un desorden, en un intercambio desordenado de golpes, y
no llegáis a ningún lado. Cuando un adversario golpea con su sable, superad su
ataque bloqueando hacia abajo con el pie su sable, para que no pueda intentar
un segundo golpe.
El bloqueo no se lleva a cabo sólo con los pies, tenéis
también que aprender a "bloquear" con el cuerpo, "bloquear"
con la mente y, por supuesto, "bloquear" con un sable, de tal forma
que impidáis al adversario llevar a cabo un segundo movimiento.
Esto significa tomar la iniciativa en cualquier cosa. No significa
golpear al azar al adversario con la idea de concluir el combate de repente.
Significa continuar al instante sin ceder. Esto debe ser investigado en
profundidad.
Conocer la desintegración
La desintegración es algo que le sucede a todas las cosas.
Cuando se desploma un caballo, una persona o un adversario, se desmoronan del
ritmo del tiempo.
En la ciencia militar a gran escala, también es esencial
encontrar el ritmo de los adversarios cuando se desmoronan y perseguirlos sin
dejarles apertura alguna. Si perdéis la oportunidad de los momentos
vulnerables, perderéis la oportunidad del contraataque.
En las artes marciales individuales también sucede que un
adversario pierda el ritmo en el combate y empiece a desmoronarse. Si dejáis
pasar esa oportunidad, el adversario se recuperará y frustrará vuestro intento.
Es esencial reforzar firmemente el ataque en el momento de cualquier pérdida de
posición por parte de un adversario, para impedirle que se recupere.
La persecución exige poder y también ser contundentes; todo
consiste en golpear de una forma violenta y de tal manera que un adversario no
pueda recuperarse. Esta forma de golpear se debe analizar cuidadosamente. No
hacerlo produce una sensación de negligencia. Esto es algo que exige trabajo.
Convertirse en el adversario
Convertirse en el adversario significa que debéis poneros en
el lugar del adversario y pensar desde su punto de vista.
Tal como veo las cosas, si un ladrón se introduce en una
casa, es considerado un adversario poderoso. Sin embargo, desde mi punto de
vista, todo el mundo está contra él. Se encuentra arrinconado en una situación
desesperada; el que esta arrinconado es el faisán; quien entra para combatirle
es el halcón. Esto requiere una atenta reflexión.
Igualmente, en la ciencia militar a gran escala, se
considera que los adversarios son poderosos y que hay que tener cuidado con
ellos. Cuando tenéis buenas tropas, conocéis bien los principios de las artes
marciales y sentís la forma de vencer al enemigo, no tenéis que preocuparos.
En las artes marciales debéis también poneros en la posición
del adversario. Cuando alguien encuentra a un maestro de esta ciencia, a
alguien que comprende las artes marciales y es experto en ellas, se considera
perdido (Musashi se refiere a sus discípulos como si fueran ya maestros de las
artes marciales y les inspira confianza, haciéndoles tomar conciencia de su
ventaja anímica sobre el adversario que se ha percatado de su maestría).
Reflexionad bien sobre esto.
Abandonar las cuatro manos
Abandonar las cuatro manos se presenta cuando vosotros y el
adversario os halláis empatados y no se hace ningún progreso en la lucha.
Significa que cuando pensáis que vais a llegar a un empate, detenéis esta
posibilidad inmediatamente y alcanzáis la victoria aprovechándoos de un enfoque
diferente.
También en la ciencia militar a gran escala, si hay un
empate total y no se hace ningún progreso, se producirá una pérdida de
personas. Es fundamental detener esto inmediatamente y alcanzar la victoria
tomando ventaja de un táctica insospechada por el enemigo.
También en las artes marciales individuales, si pensáis que
estáis llegando a un empate, es fundamental cambiar inmediatamente vuestro enfoque,
averiguar el estado del adversario y determinar cómo vencer por medio de una
táctica muy diferente.
Mover las sombras
Mover las sombras es algo que hacéis cuando no podéis
discernir lo que está pensando el adversario.
En la ciencia militar a gran escala, cuando no podéis
discernir el estado del enemigo, fingís lanzar un ataque poderoso para ver cómo
reacciona. Habiendo visto los métodos del enemigo, es fácil alcanzar la
victoria aprovechándose de diferentes tácticas adaptadas especialmente a cada
caso.
También en las artes marciales individuales, cuando un
adversario está blandiendo su sable detrás de él o a un costado, y está a punto
de golpear repentinamente, éste muestra su intención en su sable. Una vez que
ha mostrado perceptiblemente sus intenciones, inmediatamente sentís la ventaja
y sabéis cómo ganar con certeza. Si no estáis atentos, perderéis el ritmo. Esto
debe ser examinado en profundidad.
Detener las sombras
Detener las sombras es algo que hacéis cuando son
perceptibles las intenciones agresivas de los enemigos hacia vosotros.
En la ciencia militar a gran escala, esto significa detener
la acción del enemigo en el mismo momento de su impulso para actuar. Si
demostráis poderosamente a los adversarios cómo controláis la ventaja,
cambiarán de intención, inhibidos por esa fuerza. Vosotros también cambiáis de
actitud hacia una mente vacía; a partir de ella tomáis la iniciativa y
alcanzáis la victoria.
Igualmente en las artes marciales individuales, utilizáis un
ritmo de ventaja para detener la firme determinación de la motivación del
adversario; después encontráis la ventaja para ganar en el momento de la pausa
y tomáis la iniciativa. Esto debe tratarse en profundidad.
Contagio
Existe el contagio en todo. Incluso el sueño puede ser
contagiado, lo mismo que el bostezo. Existe el contagio incluso de una época.
En la ciencia militar a gran escala, cuando los adversarios
están excitados y con toda evidencia tienen prisa por actuar, os comportáis
como si estuvierais somnolientos, dando la apariencia de estar completamente
relajados y tranquilos. Haced esto, y los mismos adversarios se verán influidos
por este estado de ánimo y perderán su entusiasmo.
Cuando creáis que los adversarios se han visto contagiados
por este estado de ánimo, vaciáis vuestra propia mente y actuáis rápidamente y
firmemente, obteniendo así la ventaja de la victoria.
Igualmente en las artes marciales individuales, es esencial
estar relajado en cuerpo y espíritu, darse cuenta del momento en que el
adversario se relaja y tomar inmediatamente la iniciativa para ganar.
También existe algo llamado "embriagar" que es
similar al contagio. Un estado de ánimo embriagante es el aburrimiento. Otro es
la inquietud. Otro es la pusilanimidad. Esto debe ser trabajado en profundidad.
La perturbación
La perturbación sucede en cualquier clase de cosas. Una de
las formas en que sucede es a través del sentimiento de estar bajo una aguda
presión. Otra es a través del sentimiento de una fuerza irracional. Una tercera
forma es a través del sentimiento de sorpresa ante lo inesperado.
En la ciencia militar a gran escala, es fundamental producir
perturbación. Es esencial atacar resueltamente, mientras sus mentes están
perturbadas, aprovechad esto para tomar la iniciativa y ganar.
También en las artes marciales individuales, al principio os
mostráis relajados, después arremetéis repentinamente y con fuerza; cuando el
espíritu del adversario se desequilibra, es esencial que observéis lo que hace,
no permitiéndole que se relaje ni un solo momento, percibiendo la ventaja del
instante y discerniendo inmediatamente en ese instante cómo vencer. Esto debe
ser investigado diligentemente.
La amenaza
Existe el temor en todo. Eso significa ser amilanado por lo
inesperado.
Incluso en la ciencia militar a amplia escala, amenazar a un
adversario no es algo que se hace a la vista. Podéis amenazarle por el sonido,
podéis amenazarle haciendo que lo pequeño parezca grande, y podéis amenazarle
realizando un movimiento inesperado de costado. Éstas son las situaciones en
las que se produce el temor. Si podéis captar el momento del miedo, podéis
aprovecharos de él para obtener la victoria.
También en las artes marciales individuales podéis amenazar
por medio de vuestro cuerpo, podéis amenazar por medio de vuestro sable, y
podéis amenazar por medio de vuestra voz. Lo que es esencial es hacer
repentinamente un movimiento totalmente inesperado para el adversario,
aprovecharos de la ventaja del temor causado y alcanzar la victoria en ese
mismo instante y lugar. Esto debe ser trabajado en profundidad.
Engancharse con fuerza
Engancharse con fuerza significa que cuando estéis luchando
a una distancia corta, vosotros y vuestro adversario ejercéis recíprocamente
una gran fuerza una contra el otro, y si veis que el combate no está yendo
bien, entonces os engancháis con fuerza a vuestro adversario; el punto esencial
es aprovecharse de la oportunidad de ganar aunque estéis luchando codo con
codo.
Ya se trate de la ciencia militar a pequeña o gran escala,
cuando vosotros y los adversarios habéis tomado los costados, estáis frente a
frente y no está claro quién vencerá, inmediatamente os engancháis con fuerza a
los adversarios, de modo que no podáis ser separados, y en ese proceso
encontráis la ventaja, determináis cómo vencer y alcanzáis la victoria
fulminantemente; esto es algo que pertenece a la quintaesencia de la técnica.
Esto debe ser estudiado diligentemente.
Atacar los costados
Atacar los costados significa que cuando ejercéis fuerza
contra algo que es fuerte, difícilmente cede de inmediato y por las buenas.
En la ciencia militar a gran escala, observad las tropas enemigas,
cuando hayan avanzado, atacad el costado de su frente más fuerte y obtendréis
la ventaja.
Una vez que se colapsa ese costado, todo el mundo se ve
envuelto en un sentimiento de colapso. Incluso en el momento en que se están
colapsando, es esencial darse cuenta de cuándo está listo para avanzar cada
costado e intuir cuándo vencerlo.
También en las artes marciales individuales, cuando
inflingís dolor en una parte de su cuerpo cada vez que el adversario hace un
movimiento agresivo, su cuerpo se debilitará paulatinamente hasta que está
listo para desmoronarse y es fácil vencerlo.
Es esencial estudiar esto cuidadosamente para descubrir por
qué parte podéis ganar.
Aturdir
Aturdir a los adversarios significa actuar de tal forma que
le impidáis mantener una mente tranquila.
En la ciencia militar a gran escala esto significa que
adivináis el estado de mente de vuestros enemigos y utilizáis el poder de
vuestro conocimiento del arte de la guerra para manipular su atención,
haciéndoles tener pensamientos confusos sobre lo que vais a hacer. Esto
significa encontrar un ritmo que confunda a los enemigos, discerniendo con
exactitud dónde podéis ganar.
Igualmente, en las artes marciales individuales podéis
intentar diversas maniobras según la oportunidad del momento, haciendo pensar
al adversario que vais a hacer en un momento una cosa, después otra, y a
continuación otra cosa diferente, hasta que veis que el adversario empieza a
estar aturdido y de esta forma vencéis cuando queréis. Ésta es la esencia de la
batalla; esto debe estudiarse cuidadosamente.
Los tres gritos
Los tres gritos se llaman el grito inicial, el grito medio y
el grito final. El punto esencial es lanzarlos de acuerdo con la situación.
Como un grito es poderoso, gritamos en casos de emergencia, incendios y
tempestades; la voz muestra fuerza y poder.
En la ciencia militar a gran escala, al principios de la
batalla el grito debe ser lo más fuerte posible, en medio de la batalla el
grito debe ser de un tono grave y surgir de las profundidades, mientras que
después de la victoria el grito debe ser alto y fuerte. Éstas son las tres
clases de grito.
En las artes marciales individuales se finge y se grita para
hacer mover al adversario, y después golpear tras el grito. También se grita
después de haber abatido a un adversario, con un grito que señala la victoria.
Éstos se llaman los gritos anterior y posterior.
Nunca se grita en el mismo momento en que se blande el
sable. Cuando gritáis en medio de la batalla, utilizáis el sonido para aumentar
el ritmo, gritando en un tono grave.
Mezclarse
En el contexto de un combate a gran escala, mezclarse
significa que cuando dos grupos están frente a frente y vuestros adversarios son
fuertes, atacáis uno de los flancos del adversario, como para mezclaros con
ellos; después, cuando veis que los adversarios se derrumban, abandonáis el
flanco y atacáis de nuevo en su punto fuerte. En general, la idea consiste en
atacar como un viento en zigzag.
Esto es también fundamental en el contexto de las artes
marciales individuales, cuando os enfrentáis solos a un grupo de adversarios.
Cada vez que habéis acabado con uno o le habéis hecho huir, atacáis a uno que
sea fuerte, encontrando el ritmo del adversario, haciendo un zigzag de
izquierda a derecha a un ritmo adecuado y observando la situación del
adversario, para que el ataque sea eficaz.
Cuando habéis encontrado las filas enemigas y vais a
arrojaros sobre ellas, el principio de la ventaja consiste en alcanzar la
victoria con fuerza, sin ninguna reserva. Este estado de espíritu también se
aplica a la situación en la que os estáis acercando a un poderoso adversario en
un combate individual.
El sentido de mezclarse consiste en sumergirse directamente
en medio del adversario sin vacilar en vuestros pasos. Esto debe ser
distinguido con atención.
Aplastar
Aplastar exige un estado interno de querer aplastar, como
cuando se imagina uno que el adversario es débil y así uno se hace fuerte, para
conseguir vencerlo.
En la ciencia militar a gran escala, esto significa mirar
por encima del enemigo cuyo número es pequeño, o incluso si son muchos, cuando
los adversarios están desmoralizados y debilitados, concentrad vuestra fuerza
en aplastarlos y así los neutralizaréis.
Si vuestro aplastamiento es débil, puede volverse contra
nosotros. Tenéis que distinguir atentamente el estado de espíritu en el que
disponéis claramente del control cuando aplastáis.
Igualmente, en el contexto de las artes marciales
individuales, cuando vuestro adversario no tiene la misma capacidad que
vosotros, o cuando su ritmo decrece, o cuando empieza a retroceder, es esencial
no dejarle recuperar su aliento. Neutralizadlo sin tan siquiera darle el tiempo
de parpadear. Lo más importante es no permitirle que se recupere.
Esto debe ser estudiado muy cuidadosamente.
El cambio de la montaña y el mar
"La montaña y el mar" significa que es mala
táctica hacer una y otra vez lo mismo. Tal vez tengáis que repetir algo alguna
vez, pero no debe repetirse una tercera vez.
Cuando intentáis alguna táctica sobre un adversario, si no
funciona la primera vez, no obtendréis ningún beneficio precipitándoos a
hacerla de nuevo. Cambiad vuestras tácticas de manera abrupta, haciendo algo completamente
diferente. Si todavía esto no funciona, intentad alguna otra cosa.
Así pues, la ciencia de las artes marciales implica la
presencia del espíritu para actuar como el mar, cuando el enemigo es como una
montaña, y actuar como una montaña, cuando el enemigo es como el mar. Esto
exige una atenta reflexión.
La desmoralización
Cuando luchéis con un adversario y estéis ganando gracias a
vuestra habilidad en esta ciencia, vuestro adversario puede todavía hacerse ilusiones
y, aunque parece que está vencido, por dentro todavía se niega a reconocer la
victoria. Desmoralizadlo en estos casos.
Esto significa cambiar vuestra actitud repentinamente para
impedir que el enemigo siga manteniendo dichas ilusiones; así lo principal es
ver que los adversarios se sienten derrotados en el fondo de su corazón.
Podéis desmoralizar a la gente con armas o con vuestro
cuerpo o con vuestro espíritu. No debe ser entendido esto sólo de una forma.
Cuando vuestros enemigos se han desmoralizado totalmente, ya
no les prestéis atención. Por lo demás, permaneced atentos. Mientras que los
enemigos tengan ambiciones, difícilmente se desmoronarán.
Tanto en las artes marciales a gran escala o a pequeña
escala, la técnica de la desmoralización debe practicarse en profundidad.
Renovarse
Cuando estáis combatiendo contra los enemigos, si tenéis la
sensación de estar estancados y de no hacer ningún progreso, abandonad vuestro
estado de ánimo y pensad en vuestro corazón que estáis empezando algo nuevo.
Cuando conseguís el ritmo, ya sabéis cómo ganar. Esto es "renovarse".
En cualquier ocasión en que sintáis cómo aumenta la tensión
y la fricción entre vosotros y los demás, si cambiáis vuestro estado de
espíritu en ese mismo momento, podéis ganar por la ventaja de una diferencia
radical. Esto es "renovarse".
En la ciencia militar a gran escala es esencial entender la
táctica de renovarse. Es algo que aparece de repente a lo largo del poder del
conocimiento de las artes marciales. Reflexionad bien sobre esto.
Pequeño y grande
Cuando estáis luchando contra enemigos y tenéis la sensación
de estar estancados en pequeñas maniobras, recordad esta ley de la ciencia
militar: cuando os halláis en medio de cosas insignificantes, cambiad de
repente a una gran perspectiva.
Cambiar a lo grande o a lo pequeño es una parte deliberada
de la ciencia del arte de la guerra. Es esencial para los guerreros conseguir
esto incluso en la conciencia ordinaria de la vida humana. Esta mentalidad es
fundamental para la ciencia militar, ya sea a gran o a pequeña escala.
Ésta es una preocupación a la que hay que prestarle una
atenta consideración.
El general conoce a sus soldados
"Un general conoce a sus soldados" es un método practicado
siempre en tiempos de conflicto después de haber alcanzado la maestría a la que
uno aspira. Habiendo alcanzado un gran poder en el conocimiento de las artes de
la guerra, pensad en los adversarios como si fuesen vuestros propios soldados,
comprendiendo que debéis de obrar con ellos según vuestra propia voluntad, e
intentad manipularlos libremente. Vosotros sois el general, y los adversarios
las tropas. Esto exige trabajo.
Soltar la empuñadura
"Soltar la empuñadura" tiene varios significados. Tiene
el significado de ganar sin sable, y también tiene el significado de fallar sin
sable. Los diversos significados no pueden escribirse, pero invitan a una
práctica y a un entrenamiento profundos.
Ser como un muro de piedra
"Ser como un muro de piedra" es cuando un maestro
de las artes marciales se hace de repente como un muro, absolutamente
inaccesible a cualquier cosa e inamovible. Esto se transmite verbalmente.
Epílogo
Lo que está escrito anteriormente consiste totalmente en
cosas que constantemente vienen al espíritu a lo largo de la práctica del arte
de la esgrima de mi escuela. Como estoy escribiendo ahora estos principios por
primera vez, están un poco mezclados en el orden, y es difícil definirlos con
detalle. Sin embargo, pueden servir como líneas orientativas para las personas
que quieran aprender esta ciencia.
Me he concentrado en las artes marciales desde la juventud,
entrenando mis manos y mi cuerpo para la maestría de la esgrima, y
experimentando toda clase de estados de espíritu. Lo que veo al investigar
otras escuelas es que algunas son habladoras pretenciosas y otras llevan a cabo
finas maniobras con sus manos; pero aunque puedan parecer buenas para la gente,
en ellas no hay en absoluto un verdadero corazón.
Por supuesto, podría parecer que la gente está entrenando el
cuerpo y la mente incluso cuando están practicando dichas técnicas, pero se
convierten en enfermos de la vía, de una manera crónica y difícil de sanar; son
el origen de la decadencia de la vía reta de las artes marciales en el mundo y
de su abandono.
Para que el arte de la esgrima sea una ciencia real, así
como para obtener la victoria en la batalla contra los enemigos, no deben
alterarse de manera alguna estos principios. Cuando alcancéis el poder del
conocimiento de mi ciencia militar y la pongáis en práctica de una forma
correcta, no habrá duda alguna de la victoria.
El Manuscrito del Viento
La ciencia militar implica el conocimiento de los métodos de
las demás escuelas. Aquí, en este Manuscrito del Viento, he escrito sobre las
demás escuelas de artes marciales. A menos que conozcáis las prácticas de las
demás escuelas, no podréis ciertamente entender la práctica de mi propia
escuela.
Lo que veo cuando investigo en las demás artes marciales es que
algunas escuelas utilizan grandes sables y se concentran en el poder de sus
movimientos. Algunas practican su ciencia utilizando un sable pequeño y largo
al que llaman un "pequeño sable largo". También existen escuelas que
se preocupan de muchos movimientos con el sable largo, llamando a las
posiciones del sable técnicas convencionales y transmitiendo la ciencia como
una enseñanza interna
En este manuscrito expondré el hecho de que ninguna de estas
prácticas son la vía auténtica, haciendo así saber lo que es bueno y lo que es
malo, lo que es verdadero y lo que es falso. El principio de mi propia escuela
es algo netamente diferente. Otras escuelas se convierten en teatros,
adornándose y exhibiéndose para vivir, y comercializan las artes marciales; en consecuencia,
parecería que no están en la verdadera vía. Además, el arte marcial se
considera convencionalmente de una forma limitada, como si consistiera sólo en
la esgrima. ¿Creéis que habéis alcanzado el conocimiento de cómo alcanzar la
victoria por el simple hecho de haber aprendido a empuñar un sable largo y
haber entrenado vuestro cuerpo y manos? Ésta no es una vía segura en ningún
caso.
He expuesto cada una de las deficiencias de las demás
escuelas en este libro. El asunto es examinar cuidadosamente y saborear en
profundidad, para llegar a una comprensión de las ventajas de mi escuela de los
Dos Sables.
El manejo de los sables muy largos en las demás escuelas
Existen algunas escuelas que son aficionadas a los sables
muy largos. Desde el punto de vista de mi arte marcial, las encuentro escuelas
débiles. La razón para esto es que esas escuelas no saben cómo ganar a los
demás por cualquier medio que sea necesario; considerando que su virtud es la
longitud del sable, quieren que sus sables sean muy largos para poder vencer a
los adversarios a distancia.
El dicho común sobre ganar aunque sea un centímetro es algo
que concierne a personas que desconocen totalmente las artes marciales. Por
ello, intentar ganar a distancia mediante la ventaja de la longitud del sable,
sin conocer los principios de las artes marciales, es algo que la gente hace
por debilidad de corazón. Es por esto por lo que considero este arte marcial
como algo débil.
A veces, cuando estéis luchando con un adversario y tengáis
poco espacio, cuanto más largo sea vuestro sable, más difícil será golpear con
él. No podéis blandir el sable hacia atrás y adelante con suficiente soltura, y
éste se convierte en un estorbo. Entonces os halláis en una situación peor que
alguien que está manejando un sable de costado pequeño.
Aquellos que prefieren los sables muy largos poseen sus
propias razones, pero únicamente es lógico para ellos solos; desde el punto de
vista de la auténtica vía del mundo, esto es ilógico. ¿Es inevitable perder
utilizando un sable más corto y no un sable muy largo?
Suponed que la situación física arriba, abajo y a los
costados se halla bloqueada; o imaginad una situación social en la que sólo se
pueden llevar armas de costado; querer tener en estas circunstancias un sable muy
largo es una mala actitud, porque es dudar de la ciencia de las artes
marciales.
Por añadidura, existen personas que carecen de la fuerza
física requerida.
Desde la Antigüedad se ha dicho que lo grande incluye lo
pequeño, por tanto no es una cuestión de rechazar indiscriminadamente la
longitud; es una cuestión de rechazar la actitud desviada que sólo tiene en
cuenta la longitud.
En el contexto de la ciencia militar a gran escala, un sable
muy largo es como un gran contingente de tropas, un sable más corto es como un
pequeño contingente. ¿Acaso es imposible una batalla entre un pequeño
contingente y un gran contingente de tropas? Existen muchos ejemplos en los que
un pequeño contingente ha ganado sobre uno mayor. Así pues, en mi escuela
existe un rechazo hacia una actitud estrecha y desviada. Esto invita a un
cuidadoso examen.
Los golpes poderosos de sable en las demás escuelas
No debería existir una distinción entre golpes fuertes y
golpes débiles de sable. El movimiento de un sable hecho con la intención de
blandirlo con fuerza es rudo, y es difícil ganar sólo con la rudeza.
Además, si golpeáis con una fuerza desmedida cuando vais a
matar a alguien, intentando asestar un poderoso golpe con el sable, no tendréis
éxito.
Incluso cuando estáis ejercitándoos contra un muñeco u otra
cosa, es erróneo intentar golpear muy fuerte de forma deliberada.
Cuando os enfrentáis a un enemigo en combate mortal, nadie
piensa en golpear con debilidad ni con fuerza. Cuando uno piensa solamente en
matar al otro, también interviene un sentimiento de fuerza y, por supuesto,
ningún sentido de debilidad; uno sólo piensa en la muerte del enemigo.
Si golpeáis el sable de otro con fuerza, utilizando un
movimiento demasiado poderoso, tendrá consecuencias negativas por exceso de
fuerza. Si golpeáis el sable de otro de forma forzada, será vuestro propio
sable el que se retrasará.
Así pues, no existe nada parecido a un golpe de sable
especialmente poderoso. Incluso en la ciencia militar a gran escala, si tenéis
un gran contingente que desea ganar una poderosa batalla combatiendo, el hecho
es que vuestro enemigo también dispone de gente fuerte y quiere luchar con
fuerza. A este respecto, ambos estáis en la misma posición. Cuando se trata de
obtener la victoria en cualquier cosa, es imposible obtenerla sin razón.
En mi escuela no prestamos ninguna atención a cosas no
razonables; el meollo del asunto es utilizar el poder del conocimiento de las
artes marciales para obtener la victoria de cualquier forma que podáis. Esto
debe ser trabajado en profundidad.
La utilización de los sables más cortos en las demás
escuelas
Pensar en ganar sirviéndose sólo de un sable más corto no es
la auténtica vía. Desde la Antigüedad los sables largos y cortos han tenido
distinto nombre.
Las personas fuertes pueden manejar con facilidad un sable
largo, así que no hay razón para aficionarse sin razón a un sable más corto. La
explicación de esto es que las lanzas y las alabardas también se utilizan para
aprovecharse de su longitud. La idea de que vais a utilizar un sable más corto
para hendir, arremeter y vencer a un adversario en el intervalo entre los
movimientos de su sable es un desviación y, por tanto, está equivocada.
Además, cuando estáis atentos para descubrir algún lapso,
todo lo demás se descuida, y se produce una sensación de estancamiento que debe
ser evitada. Y si intentáis utilizar un arma corta para penetrar en las
defensas del enemigo y dominarlo, eso no será de ninguna utilidad en medio de
numerosos adversarios.
Incluso si pensáis que la ventaja de tener un arma más corta
es la capacidad de penetrar en medio de una multitud, arremeter con libertad y
blandir la espada a un lado y a otro, en cada caso estáis en una actitud
defensiva de la esgrima y, de este modo, en un estado de espíritu distraído. No
es ésta una táctica en la que se pueda confiar.
Tal vez podáis arremeter contra los adversarios de una forma
poderosa y directa, arrojándolos fuera de su posición, obligándolos a entrar en
la confusión, y tomando el camino que conduce únicamente a una victoria
certera.
Esta lógica también se aplica en la ciencia militar a gran
escala. En igualdad de condiciones, podéis también tomar un gran contingente,
atacar al enemigo de repente y destruirlo de un vez. Esta actitud es la esencia
de la ciencia militar.
En general, lo que la gente del mundo estudia cuando
practica las artes marciales es parar, desviar, evitar los golpes y salir
ileso; en consecuencia, sus mentes son arrasadas por este método y acaban siendo
maniobrados y manipulados por los demás.
Puesto que la vía de las artes marciales es directa y
franca, es esencial el intento de dominar y vencer a los adversarios. Esto debe
ser considerado atentamente.
Numerosos golpes de sable en las demás escuelas
Cuando se enseña una excesivo número de movimientos de
sable, se hace para comercializar este arte e impresionar a los principiantes
con el conocimiento de muchos movimientos de sable. Esta actitud debe ser
evitada en la ciencia militar.
La razón de ello es que es un engaño pensar que existen toda
clase de técnicas para hendir al adversario. A este respecto, no existen
diferentes técnicas en el mundo. Sea o no uno un especialista, e incluso si se
trata de una mujer o un niño, no existen muchas formas de golpear y cercenar;
si existen variantes, éstas se limitan a apuñalar y a acuchillar.
Para empezar, puesto que el objetivo consiste en matar, no
hay ninguna razón para que existan muchas formas de hacerlo. Incluso así,
dependiendo de la situación, conforme a las circunstancias, en los casos en los
que hay un obstáculo en los alrededores, como por ejemplo arriba o a los
costados, tiene que haber cinco posiciones, de forma que existe una manera de
empuñar el sable sin quedar bloqueado.
Añadir cualquier otra cosa, como hendir por la mitad a un
adversario con un giro de manos, un giro del cuerpo o un salto a distancia no
son la verdadera vía. No se puede hendir a alguien por la mitad mediante un
giro o una flexión; éstas son técnicas inútiles.
En mi ciencia militar es esencial que el aspecto físico y el
estado de espíritu sean simples y directos, obteniendo la victoria por medio de
la tensión y la perturbación causadas a los adversarios, haciendo que se descentren
y procurando que sus corazones se agiten. Esto debe examinarse cuidadosamente.
Las posiciones del sable en las demás escuelas
Es erróneo concentrarse únicamente en la posición de guardia
del sable. La posición de guardia del sable sólo debe darse cuando no hay
adversarios.
La razón para ello es que establecer normas a causa de la
costumbre o de las reglas generales no es factible en el transcurso de un
combate real para conseguir la victoria. El objetivo es luchar para poner al
adversario en una situación de desventaja.
Cualquiera que sea el punto de referencia, la adopción de
una posición de guardia tiene el sentido de hacer uso de la inamovilidad.
Guardar un castillo o disponer una línea de batalla en una posición defensiva
tiene el sentido de ser fuerte y no verse afectado ni siquiera cuando se es
atacado; éste es el significado normal.
En el transcurso de la lucha por la victoria por medio de la
ciencia militar, el objetivo es concentrarse en llevar la iniciativa del
adversario. Esto debe ser trabajado en profundidad.
En el transcurso de la lucha por la victoria gracias a la
ciencia militar, vencéis deshaciendo las defensas de los demás, haciendo
movimientos que los adversarios no esperan, confundiéndolos, irritándolos o
asustándolos, y sintiendo el patrón del ritmo cuando los adversarios quedan
confundidos para alcanzar la victoria. Así pues, existe un rechazo a la actitud
defensiva que se preocupa de las posiciones de guardia. Por ello, en mi ciencia
existe lo que se llama tener una posición de guardia sin guardia, que significa
que uno tiene una posición defensiva sin estar a la defensiva.
También en la ciencia militar a gran escala, la preocupación
principal para una batalla equilibrada es aprender a calcular el número de
tropas que tiene el adversario, darse cuenta de la disposición del campo de
batalla, conocer el estado de vuestras propias tropas, ordenar sus mejores
cualidades, unirlas y después empezar a luchar.
Existe una sensación totalmente diferente cuando se es atacado
por los demás en primer lugar que cuando vosotros atacáis. La sensación de
poder manejar suficientemente bien un sable para alcanzar y parar los golpes
del adversario es semejante a tomar la lanza o la alabarda y clavarlas en el
suelo a modo de empalizada. Cuando vais a golpear a un adversario, por el
contrario, podéis incluso arrancar uno de los postes de la empalizada y
utilizarlo como lanza o alabarda. Esto es algo que debe ser examinado
atentamente.
El enfoque de los ojos en las demás escuelas
El enfoque de los ojos depende de la escuela: hay quienes
fijan sus ojos en el sable del adversario, y hay también quienes los fijan en
sus manos; existen también quienes fijan sus ojos en el rostro del adversario,
y los hay también quienes los fijan en sus pies, etc. cuando intentáis fijar
los ojos en algún punto en particular, existe una sensación de distracción, y
esto se convierte en lo que se conoce en las artes marciales como una
desgracia.
Las personas que juegan a la pelota tal vez no mantengan sus
ojos en ella, porque cuando uno tiene una buena práctica de algo, no es
necesario mirar deliberadamente. Igualmente, en las artes de los malabaristas,
cuando tienen práctica en las técnicas, pueden hacer equilibrio con una puerta
en la nariz y hacer malabarismos con varios sables a la vez, todo ello sin
mirar; como están involucrados en la práctica todo el tiempo, ven lo que ocurre
de manera espontánea.
De igual modo, en el contexto de la ciencia de las artes
marciales, cuando os familiarizáis con cada adversario, percibís el grado de
seriedad de su mente y sois capaces de practicar la ciencia con eficacia,
podéis ver incluso la distancia y velocidad de un sable. Hablando en términos
generales, el foco de los ojos en las artes marciales se halla en el corazón y
en la mente de las personas implicadas.
Cuando se llega a la ciencia militar a gran escala, los ojos
también se concentran en el estado de las tropas enemigas.
De las dos formas de percepción, observar y ver, el ojo que
observa es más fuerte, percibiendo el corazón y la mente del adversario, viendo
el estado de la situación, centrando los ojos de una forma amplia, percibiendo
las condiciones de la batalla y la fuerza y debilidad de la ocasión, y
concentrándose en alcanzar la victoria con precisión.
Ya se trate de la ciencia militar a gran o a pequeña escala,
no hay foco de atención estrecho en la visión. Como ya he escrito, mediante un
foco de atención excesivamente estrecho, olvidáis los asuntos mayores y quedáis
confundidos, dejando así que la victoria certera se os escape. Este principio
exige una reflexión cuidadosa y una práctica profunda.
La posición y movimiento de los pies en otras escuelas
Existen diversas formas de dar pasos rápidos, como los que
se conocen por paso flotante, paso saltarín, paso elástico, paso fuerte, paso
de cuervo, etc. desde un punto de vista de mi arte marcial, todos éstos parecen
pasos deficientes.
La razón por la que no me gusta el paso flotante es porque
los propios pasos probablemente sean en cualquier caso inseguros en medio de la
batalla, de forma que el procedimiento adecuado es mantenerse lo más firme
posible.
La razón por la que no me gusta el paso saltarín es porque
existe una sensación de excitación en el salto y un sentimiento de obsesión en
saltar. Puesto que no hay razón para saltar una y otra vez, un paso saltarín es
malo.
Igualmente, el paso elástico es ineficaz, porque existe una
sensación de rebote. El paso fuerte es una posición pasiva y especialmente
objetable.
Además de éstos, existen diversos pasos rápidos como el paso
del cuervo.
Puesto que es posible que os enfrentéis a adversarios en
pantanos y ciénagas, o en montañas y ríos, o en planicies rocosas, o en caminos
estrechos, dependiendo del lugar existen situaciones en las que es imposible
saltar, dar pasos elásticos o rápidos.
En mi arte marcial, no existe ningún cambio en la forma de
mover los pies; es lo mismo que andar por un camino de forma habitual. Siguiendo
el ritmo del adversario, encontrando la posición física correcta en situaciones
tanto de aceleración como de calma, la marcha debe ser ordenada, sin defecto ni
exceso.
Igualmente, en la ciencia militar a gran escala, es
fundamental el movimiento de los pies. La razón para ello es que si atacáis de
forma indiscriminada, sin conocer las intenciones de vuestro adversario,
perderéis el ritmo y os encontraréis con que es difícil ganar. Del mismo modo,
si estáis marchando con tranquilidad y no notáis cuándo están desmoralizándose
o desmoronándose los adversarios, haréis que la victoria se desvanezca y no
podréis dar una rápida salida al combate.
Es esencial percibir el desánimo y el desmoronamiento de los
adversarios, y superarlos sin dejarlos siquiera un momento de respiro. Esto
exige una práctica y un entrenamiento profundos.
La utilización de la velocidad en otras escuelas
En las artes marciales, la velocidad no es la verdadera vía.
En lo que se refiere a la velocidad, la cuestión de rapidez o lentitud en
cualquier cosa proviene del fracaso de armonizar con el ritmo.
Cuando domináis un arte o una ciencia, vuestra acción no
parece rápida. Por ejemplo, existen corredores profesionales carteros que
recorren una ruta de unos treinta kilómetros; pero ni siquiera así corren
rápidos desde la mañana hasta la noche. En cuanto a aquellos que carecen de
entrenamiento, aunque parezca que corren todo el día, no alcanzan el objetivo.
En el arte de la danza, si un mal cantante acompaña la
canción de un cantante cualificado, existe una sensación de desacompasamiento,
que desemboca en precipitación. Igualmente, cuando se trata con los tambores la
canción "Pino Viejo", a pesar de ser una pieza dulce, también en este
caso, alguien que es inexperto tenderá a adelantarse o a atrasarse. Y aunque la
canción "Dunas Elevadas" tiene un tempo rápido, es erróneo
interpretarla demasiado rápido.
Como dice el proverbio, el rápido se cansa y no puede llegar
a tiempo. Por supuesto, ser demasiado lento y llegar demasiado tarde también es
malo.
La actuación de un experto parece relajada, pero no pierde
el ritmo. Las acciones de las personas entrenadas no parecen apresuradas. El
principio de la vía puede ser conocido a través de estos ejemplos.
La rapidez es especialmente mala en el contexto de la
ciencia de las artes marciales. Las razones para ello son las siguientes. En
este caso también, dependiendo del lugar, digamos, por ejemplo, en una charca
es imposible moverse y correr rápidamente. Con un sable largo, no existe algo
así como matar con rapidez; por el contrario, con un abanico o un sable corto,
si intentáis cortar con rapidez, no podréis cortar en absoluto. Esto invita aun
cuidadoso discernimiento.
Igualmente en la ciencia militar a gran escala, es malo el
sentimiento de velocidad y prisa. Con la actitud de "sujetar la
almohada" no hay lentitud.
Por añadidura, cuando la gente se apresura corriendo, es
esencial hacer lo contrario, quedarse tranquilo y en calma, sin dejarse
arrastrar por ella. La forma de trabajar en ese estado de espíritu exige
entrenamiento y práctica.
Los esotérico y lo exotérico en las demás escuelas
En el contexto de los asuntos de las artes marciales, ¿qué debe
llamarse exotérico y qué debe llamarse esotérico? Según el arte, existen
transmisiones esotéricas de la realización esencial que se transmiten como
tradiciones orales internas, pero cuando se trata del principio de combatir en
duelo con adversarios, no es un asunto de luchar de manera exotérica y matar de
manera esotérica.
Mi forma de enseñar las artes marciales es hacer que los
principiantes aprendan y practiquen aquellas técnicas que son fácilmente
dominadas, enseñándoles primero los principios que pueden entender rápidamente.
En cuanto a aquellos asuntos que sus mentes tienen dificultad en comprender,
observo la comprensión de cada individuo, enseñándole a continuación los
principios más profundos de manera gradual, paso por paso. Incluso así, puesto
que generalmente les hago aprender aquellas cosas que tienen relevancia real
para manejar estos asuntos, no existe algo así como una distinción entre lo
esotérico y lo exotérico.
Así sucede en el mundo: cuando vais en medio de las
montañas, si queréis ir más lejos, tendréis de nuevo que salir de las montañas.
En cualquier arte o ciencia existe aquello para lo que el secreto y la reserva
es apropiado, y aquello de lo que se puede hablar abiertamente. Pero cuando se
trata de los principios de la guerra, ¿qué es lo que tiene que ser ocultado y
qué es lo que tiene que ser revelado?
Por consiguiente, al transmitir mi ciencia, no me preocupo
de las obligaciones escritas o de los artículos de castigos. Observar el poder
intelectual de los estudiantes, enseñarles un camino directo, haciéndoles
abandonar los malos aspectos de las "cinco formas o de las "seis
formas" de las artes marciales, de modo que entren naturalmente en la
ciencia auténtica de los guerreros, haciendo que sus mentes se liberen de la
duda, ésta es la vía en la que enseño las artes marciales. Una práctica y
entrenamiento profundos son necesarios.
Epílogo
En las nueve secciones precedentes sobre las artes marciales
de las demás escuelas, de las que he escrito sus principios generales en este
Manuscrito del Viento, aunque es imprescindible escribir claramente sobre cada
escuela, desde la iniciación hasta la tradición interna, no doy importancia a
escribir los nombres de qué secreto concreto de qué escuela particular me estoy
refiriendo.
La razón de ello es que los puntos de vista de cada escuela
y la lógica de cada método se realizan de forma diferente según cada persona y
dependiendo de la mentalidad; así, incluso en la misma escuela existen ligeras
diferencias de comprensión. Por tanto, pensando en la posteridad, no he
mencionado las escuelas concretas a las que me refiero.
Habiendo dividido las grandes líneas de las demás escuelas
en nueve categorías, cuando miramos desde el punto de vista de la vía correcta
para el mundo, desde el punto de vista de la razón humana honesta, los asuntos
como las preferencias por los sables muy largos o muy cortos, las preferencias
por la fuerza o por la forma de empuñar, o la preocupación por la fiereza y la
finura, son guías desviadas; así pues, aunque no revelemos como tradición
interna o de iniciación de otras escuelas, todo el mundo debe saber sobre
ellas.
En mi escuela no existe una distinción entre la tradición de
iniciación y la interna en lo que concierne al sable largo. No existe algo así
como la posición de guardia definitiva. Se trata sólo de comprender sus
cualidades efectivas en vuestro corazón y en vuestro espíritu. Esto es lo
esencial del arte marcial.
El Manuscrito del Vacío
Al escribir sobre la ciencia de las artes marciales de la
escuela de los Dos Sables en el Manuscrito del Vacío, el significado de vacío
consiste en que existe el reino en el que nada existe, o no puede ser conocido,
o se ve como vacío.
Por supuesto, el vacío no existe. Se conoce de la no
existencia cuando se sabe que la existencia es vacío.
Cuando la gente no entiende algo, considera erróneamente que
eso es vacío. Éste no es el vacío real; es una ilusión.
Igualmente, en el contexto de esta ciencia de las artes marciales,
cuando se sigue la vía del guerrero, no conocer las leyes de éstos no significa
vacío; al estar confuso puede uno llamarle un estado de vacío desesperado, pero
esto no es vacío real.
Los guerreros aprenden con precisión la ciencia militar y continúan
practicando diligentemente las técnicas de las artes marciales. La forma en que
los guerreros las practican no es oscura en lo más mínimo. Sin ninguna
confusión de espíritu, sin relajarse en ningún momento, puliendo la mente y la
atención, afilando el ojo que observa y el ojo que ve, uno llega al vacío real
como el estado en el que no hay oscuridad y las nubes de la confusión han
desaparecido.
Mientras que no conocen la auténtica vía, ya sea en el
budismo o en los asuntos mundanos, todo el mundo piensa que su camino es seguro
y es algo bueno, pero desde el punto de vista de la vía correcta del espíritu,
comparada con las pautas sociales generales, la gente se aparta de la verdadera
vía por desviaciones personales de su mente y por desviaciones individuales de
su visión.
Conociendo esta mentalidad, pronunciando esencialmente
palabras honradas, tomando el espíritu real como la vía, practicando las artes
marciales en el sentido más amplio, pensando correcta, clara y
comprensivamente, y tomando el vacío como vía, podéis ver la vía como vacío.
En el vacío hay bien, pero no hay mal. La sabiduría existe,
la lógica existe, la mente está vacía.
12 de mayo de 1645