Gigi y sus amigos se encuentran comiendo en un restaurante y ven
en un televisor que esta a punto de comenzar un desfile en honor
al príncipe de Israel. El comentarista indica que el príncipe
ha donado al zoológico un camello de tres jorobas. En ese
momento, un niño apaga la televisión diciendo que
no se debe ver TV mientras se come. Después de esto, toma
la comida de Cocó y la prueba. El niño dice que cómo
es posible que se coma eso y Cocó se enoja. El niño
le pide de comer a una mesera, pero demuestra un comportamiento
muy precoz al tocarla atrevidamente para decirle que se apure con
su orden. El niño se sienta en la mesa de Gigi y pide muchas
cosas más de comer. Gigi le pregunta si tiene suficiente
dinero para pagar todo eso y él responde que sí, que
el viejo tiene todo su dinero (se refiere a su padre). Gigi sospecha
y decide escaparse para que no la obliguen a pagar la comida del
niño. Al gatear en el suelo rumbo a la salida, escucha a
unos hombres que dicen que el príncipe no vivirá mucho
tiempo, y que Israel pronto será controlado por el jefe de
estos. Gigi murmura: "El príncipe esta en peligro". El niño
la oye y le pregunta qué pasa, pero ella lo ignora y se va
corriendo para advertir al príncipe del peligro.
Mientras tanto, en la ceremonia en el zoológico la que van
a entregar el camello, el tutor del príncipe se encuentra
preocupado porque este ha desaparecido. Gigi llega con él
y le advierte del peligro en el que se encuentra el príncipe.
Atrás de ella llega el niño del restaurante y los
demás lo reconocen como el príncipe de Israel. Gigi
se sorprende al saber la verdadera identidad del niño malcriado.
El niño toma el lugar que le corresponde y procede con la
ceremonia de entrega del camello. En cuanto la ceremonia termina,
el príncpe vuelve a escaparse. Lo encuentran jugando en otra
parte del zoológico, cortandole el pelo a uno de los monos.
Cocó se enoja al ver lo que le hace a alguien de su misma
especie. El niño toma una liana y espa dispuesto a usarla
como si fuera Tarzán, mientra alguien le apunta con un arma
de fuego. El disparo falla, pero rompe la cuerda sobre la cual el
niño se balanceaba. La policía persigue al agresor,
pero es el propio príncipe el cual lo alcanza y le quita
el arma. El sujeto rápidamente domina al niño, pero
en ese momento llega Gigi corriendo, se tropieza, da una maroma
en el aire y aterriza dándole por accidente una espectacular
patada en la cara al agresor, el cual queda inconsciente en el suelo.
Todos se quedan sorprendidos al ver la casual y afortunada intervención
de Gigi.
La policía interroga al sujeto, pero él no sabe nada
sobre los que lo contrataron. La policía solo tiene claro
que estos no se van a detener y deciden incrementar la seguridad
para el príncipe. Gigi aborda el giromovil para llegar al
aeropuerto y transformarse en una aeromoza para abordar el mismo
avión del príncipe: "Diamante mágico, dame
poder, en este instante quiero crecer y una bella aeromoza quiero
ser".
Durante el vuelo, el cual se dirige a Madrid, Gigi labora como
aeromoza mientras vigila que todo esté bien con el príncipe.
Ella se inquieta cuando él se levanta para ir al baño.
Cuando esta a punto de llegar a la puerta, un sujeto se levanta
de su asiento y se dirige corriendo hacia él, pero solo se
trataba de una persona con mucha urgencia de entrar al sanitario.
El príncipe toca insistentemente la puerta, porque dice que
él también tiene urgencia por entrar al baño,
pero a los pocos instantes ya es demasiado tarde: ha mojado los
pantalones. En ese momento, uno de los pasajeros grita: "¡Es
una bomba!" Todos los pasajeros se alejan del asiento del príncipe,
en donde se encuentra una maleta dentro de la cual se escucha un
mecanismo de reloj. En eso, una alarma se activa y el prícipe
simplemente dice: "Es hora de mi merienda". No había tal
bomba, solo era el reloj del príncipe.
Finalmente, el avión llega a Madrid. En un descuido de todos,
el príncipe vuelve a escaparse. Gigi, aún transformada
como aeromoza, aborda el giromóvil para buscarlo. Finalmente
lo encuentra en la calle bailando flamenco, en un espectáculo
público. El príncipe no se ha dado cuenta, pero una
de las bailarinas que se encuentra con él ha sacado de entre
sus ropas un objeto punzocortante. Al ver esto, Gigi le pide a YinYin
que se lance al ataque. La pajarita vuela directamente hacia la
cara de la bailarina y le quita la peluca, descubriendo que en realidad
se trata de un hombre. Este, al igual que otro sujeto disfrazado
de bailarina, intentan darse a la fuga mientras Gigi y los demás
les persiguen. En un momento de la persecución, los papeles
se invierten y los dos hombres acorralan a Gigi y al príncipe.
Ellos logran apoderarse del príncipe, pero Boker aún
se encuentra a borde del giromóvil e interviene para derrotar
a los sujetos. Gigi abofetea al príncipe diciéndole
que todo esto fue por su culpa, que todos se encontraban muy preocupados
por él. El niño se conmueve ante esto y le confiesa
a Gigi que nadie le había pegado desde que su mamá
murió.
Al regresar con el príncipe, el tutor le agradece a Gigi
su intervención. El príncipe también le da
las gracias y le dice que ya se va a portar bien. Sin embargo, en
ese momento, se acerca a Gigi (la cual aún se encuentra transformada
en aeromoza) y le levanta la falda. Boker y Cocó tapan la
escena y dicen:
Cocó - ¡Ay, este príncipe es muy impetuoso!
Boker - ¡Hay cosas que no deben hacerse!
YinYin - ¡Pero por favor! ¿Qué tiene de malo
que algo bello se enseñe?
En Finalinasa, el rey, que ha visto todo, se sorprende de oir
esto último y dice: Bueno, ¡por hoy ha sido todo!
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