Eso nos permite comprar exactamente: cinco cervezas, un pisco, y dos bebidas. Con eso quedamos más o menos, listos para tomar la decisión de si ir o no por el segundo módulo. De eso depende la denominación de un carrete: de uno, dos o tres módulos.

Fuera del departamento, en los restaurantes y schoperías, el módulo era el "schop de quina", el que hiciera famoso Infanta, al convertirlo en su almuerzo.

Ahora, cuando andabamos medios cansados o cortos de plata, había que hacer una modificación al módulo, el mini-módulo: de 300 pesos. Con eso nos alcanzaba para tres cervezas, un pisco y una bebida. Bueno, también existió el maxi-módulo, de 700 pesos. que se usó en la despedida y en otras ocasiones.

Finalmente, como abstracción, todo lo que se refiere a copete terminó siendo "módulo", desde el whisky que nos tomamos en el glaciar Grey, hasta las celebraciones que tuvimos en Santiago de vuelta.