|
|
|
|
|
|
|
|
Editorial
Hombu Doyo
Instructor |
|
|
Aprender es descubrir que desde tu interior ya sabes. Enseñar es hacerle recordar a los demás que saben tanto como tú. Actuar es demostrar que sabes lo que aprendes y lo que enseñas. Es decir que de alguna manera todos, en la vida, somos siempre aprendices, maestros y ejecutores. Aquel que quiera enseñar debe ser ante todo el ejecutor: ejecutor de buenos ejemplos, porque él se mira e identifica el alumno, porque no puede borrar con la acción lo que predica con la palabra. Si al alumno le habla del camino de la responsabilidad, del esfuerzo, del sacrificio, de la honestidad, su acción no puede pasar por otro camino que no sea ese. Si el instructor no cumple con la acción sus palabras no tienen validez para el alumno. Aquel que quiere enseñar y ser maestro debe tomar conciencia del profundo significado que esta palabra encierra. Aquel que quiera enseñar no solo debe ser el que guía por un camino: "el" debe convertirse en "el camino"; un camino de luz que taladre las dudas de la ignorancia. Debe ser el camino por el cual el discípulo transite captando con ejemplos y experiencias el secreto y el misterio del existir. El maestro- hombre tiene un tiempo; el maestro- camino es atemporal; si es trascendente, superará la barrera del espacio y del tiempo. Es mi deseo que estas líneas sean un llamado a reflexionar una vez más, sobre los objetivos, el camino, la práctica y el significado profundo que encierra la palabra "instructor". Caminemos instructores, por el duro y difícil camino que nos impone siempre el querer conservar una conducta sin mancha |