EJERCITO VILLISTA DE LIBERACION NACIONAL

"Realidades"

por Francisco Villa

 

México es todavía un país. Esto no debería sorprenderlo a usted sino a los que lo gobiernan, porque han hecho todo lo posible por destruirlo.

Está por demás comprobado que el gobierno de Zedillo y los empresarios e inversionistas del más alto nivel, se han enriquecido con el apoyo estatal, y han hecho más amplia la brecha entre pobres y ricos.

El problema es más complejo y heredado. Viene de la desintegración política y moral del sistema que creó el PRI, de las crisis económicas y políticas que han originado los malos gobiernos priístas.

Veamos algunos datos que prueban las contradicciones del país:

Las escandalosas fortunas hechas al amparo del poder, desde 1991 se vienen acrecentando. Ese año, la revista Forbes sólo consignaba a dos familias mexicanas dignas de aparecer en sus exclusivas páginas: la de Azcárraga Milmo y los Garza Sada. Después del sexenio salinista, las cosas empeoraron; ahora la lista se ha enriquecido en forma notable con la presencia de Carlos Slim, Salinas Pliego y otros más. Sin embargo, junto a esta lista hay otra que revela la realidad nacional. El Banco Mundial ha elaborado la referente a la miseria, la de las sociedades despojadas. En ella, México ocupa un sitio de honor: está entre los doce países más pobres del planeta, aquellos que concentran a millones de personas que viven con un dólar diario; es decir, en la pobreza extrema.

Si usted ve todo esto y no se pregunta ¿qué?, ¿por qué?, ¿cuándo?, ¿cuánto?, ¿dónde?, ¿cómo?, y ¿quién?, entonces venga con nosotros y aprenda a mirar hacia arriba y hacia abajo. Así aprenderemos a preguntar y, tal vez, a responder preguntas.

Por ejemplo, a responder a ésta...

Primer Pregunta:

¿CUANTO CUESTA MEXICO?

Og Mandino, autor de célebres libros (por sus ventas), ha muerto. Pero en cambio, vive y gobierna México uno de sus más fieles lectores: Ernesto Zedillo Ponce de León. Aquel a quien todos dudan en llamar ``el presidente'', no duda en cumplir con su misión de mercadotecnia. Buen vendedor y buen cliente, Zedillo es aplaudido en círculos financieros de Norteamérica. Acaba de liquidar un préstamo del gobierno norteamericano.

$5,000 millones de dólares ($3,500 al Departamento del Tesoro norteamericano y $1,500 para el Fondo Monetario Internacional), "liberan'' la factura de las exportaciones petroleras mexicanas y convierten la pesadilla microeconómica en fugaz éxito macroeconómico.

La resaca del préstamo norteamericano es miseria y desempleo para millones de mexicanos. Además de que se permitió usar como garantía el 80 por ciento de los ingresos petroleros, se contrató con una fuerte sobretasa de interés. Pero eso no es todo, el verdadero "pago'' del préstamo fue la aplicación de severas políticas económicas de ajuste recesivo, acordadas con el FMI. Resultado: un millón de trabajadores despedidos en 1995, millones de familias empobrecidas, y miles de empresas hundidas en la insolvencia.

Este es el futuro de la macroeconomía que hoy es bandera de éxito del gobierno de Zedillo: en 1997 el PIB será 4.9 por ciento menor al de 1994, el salario mínimo 21.5 por ciento inferior, la economía interior que involucra al 90 por ciento de los mexicanos (agricultura, industria y servicios nacionales) será, referida per cápita, 19.6 por ciento menor a la de hace tres años. (José Luis Calva, El Universal, 17 de enero 1997).

Las cúpulas empresariales aplauden el pago, pero la "liberación'' de las facturas petroleras es eso, una liberación que las vuelve a poner en el mercado para renegociarlas. La soberanía nacional sobre el petróleo no se ha recuperado, busca ahora un nuevo cliente y un mejor precio. En el mercado neoliberal la prostitución de la riqueza tiene algunas ventajas a su venta total. Por ejemplo, permiten al gobierno federal llegar a las próximas elecciones con el apoyo de los que mandan realmente, es decir, los financieros norteamericanos.

En el entretanto, Bill Clinton anuncia que vendrá a México en febrero de este año, el gobierno norteamericano advierte que tomará severas medidas antiinmigrantes, y llegan más helicópteros militares que, lo confirma la Oficina General Contable del Congreso de USA, son usados contra la guerrilla zapatista y no contra el narcotráfico.

Nadie menciona que el gobierno ha endeudado más al país para cumplir con este pago al Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Algunos murmuran que hubo que pagar porque no era préstamo, sino la recompensa por la cabeza de los zapatistas. Como el EZLN sigue con la cabeza sobre los hombros, ni modos, a devolver la recompensa.

La miseria que se sienta a la mesa de millones de mexicanos no cuenta para Zedillo. Las críticas a su autoritarismo es, para él, sólo incomprensión popular a su gran visión de hombre de Estado. Cualquier referencia a la crisis económica que padece el ciudadano mexicano común y corriente, es vista por el seguidor de Og Mandino como muestra de autodenigración. Cualquier señalamiento sobre la falta de democracia en la vida política de México es reiteración de una vocación pesimista.

En la primera semana de enero de 1997, Zedillo regaña a... "algunos mexicanos que han tomado como modus vivendi el reproducir, el generar, el alimentar una mala imagen de México en el extranjero''. Y sigue arremetiendo en contra de "algunas voces minoritarias que no reconocen el esfuerzo popular con que México está saliendo adelante. Se trata de voces pesimistas que quieren hacernos creer que estamos sumidos en el abismo; que buscan fomentar la autodenigración y la desesperanza. Se trata de voces cuyo único eco es la desconfianza''.

Este vendedor suple la falta de cariño y respeto de parte de quienes dice gobernar, con las caricias engañosas del jinete rubio que habrá de montarlo... o de desecharlo cuando ya no lo necesite. La cúpula empresarial mexicana lo alaba, sí, pero más por ceguera y desmemoria que por entendimiento o convicción.

Pero los aplausos que recibe en los centros financieros se convierten, para Zedillo, en muestras de reclamo e indignación en las comunidades indígenas de México. El vendedor más grande del mundo ha escogido cumplir con quienes liquidan al país, e incumplir con quienes lo fundaron. Horas antes de pagar millones de dólares al gobierno de EU Zedillo ha formalizado el incumplimiento de los acuerdos que firmó su gobierno, en San Andrés Sacamch'en de Los Pobres, con las comunidades indígenas de México.

Mientras suenan las palmas de los financieros extranjeros, el aplauso tonto de los empresarios mexicanos y los ``regaños'' virtuales del señor Zedillo, el eco de un "NO'' venido desde las montañas del sureste mexicano inquieta el éxito del gerente de ventas de México Sociedad Anónima de Capital Muy Variable.

Tan variable como la ``tranquilidad'' que se vive en los estados del sur mexicano. Ahí se puede responder la...

 

Segunda Pregunta:

¿COMO SE MUEREN ESTAS VIDAS?

Guerrero y Oaxaca tienen varias cosas en común. Algunas de ellas: ambos son estados sureños de la federación mexicana; los dos tienen alto porcentaje de población indígena; los dos son parte de la región más pobre de México; en los dos el turismo enriquece a los poderosos y empobrece a los campesinos; en los dos reinan caciques y reyezuelos; en los dos hay guerrillas; en los dos el ejército federal manda y gobierna; en los dos la vida es un delito... para los pobres; en los dos estados son muchos los ``mal nacidos''.

En tierra zapoteca, en Oaxaca, Ernesto Zedillo Ponce de León, el veloz y cumplidor deudor del rubio gobierno norteamericano, sentencia a los morenos y empobrecidos indígenas: ``No hay ningún mexicano bien nacido que crea que los problemas se pueden resolver con violencia''. Miles de soldados y policías, tanques de guerra, helicópteros artillados, cañones y morteros están ahí para dar a Zedillo el argumento que la historia le niega y para asegurarse de eliminar a los mal nacidos.

Con la violencia institucional, es decir, con el ejército y la policía, es como el gobierno mexicano pretende resolver la miseria extrema de la que, paradoja recurrente en América Latina, se nutren las guerrillas.

Esta es la Sierra Sur de Oaxaca, en esta región miles de indígenas emigran a EU en busca de trabajo y de destino. Con ellos van sus dos fuerzas principales: su fuerza de trabajo y su historia. La tierra no la pueden llevar, pero cargan consigo su sangre que, saben los que saben, es otra forma de llamar a la tierra.

En esta zona, considerada por el gobierno como una de las de mayor influencia del Ejército Popular Revolucionario, fue detenido y desaparecido el combatiente eperrista Rafael. La organización armada ha denunciado la guerra sucia que enfrenta, además de la recurrente represión a maestros y dirigentes populares. Todo lo que es moreno y bajito es sospechoso y sujeto a investigación. Y como aquí todos son bajitos y morenos, pues todos están bajo investigación policiaca. Aquí el delito es vivir.

En el vecino estado de Guerrero la historia se repite, en los últimos días abundan las incursiones militares en las comunidades de La Montaña y la Costa Chica. Hay retenes militares, cercos y detenciones arbitrarias en los municipios de Alcozauca, Cuautepec, Tlacoachistlahuaca, Ahuacuotzingo, Copanatoyac y Olinalá, todos en Guerrero.

Y mientras el gobernador interino y la Secretaría de Turismo se enorgullecen de que, pese a disturbios atmosféricos, telúricos y sociales, los turistas siguen fluyendo, con sus dólares en la mano, a las tierras guerrerenses, las vías pacíficas y civiles de lucha se van angostando para indígenas, campesinos, maestros, estudiantes, colonos, trabajadores. Aquí el gobierno y la iniciativa privada se precian de ser los principales promotores de ``la industria sin chimeneas'': el turismo. También son, y el pueblo de Guerrero lo sabe y sufre, los principales promotores de la violencia.

Oaxaca y Guerrero. Sangre india nutre los suelos de estos dos estados del sur de México. En estas montañas, los miembros de las mejores organizaciones indígenas del país han dado ejemplos brillantes de lucha civil y pacífica, su resistencia y heroísmo es ya leyenda, su sabiduría para gobernar y gobernarse es libro en la historia que no aparece en el índice general de precios de la Bolsa de Valores.

Sin más armas que las palabras y las enseñanzas de su propia historia, los pueblos indios que ya habitaban estas tierras mucho antes de que fueran llamadas ``Guerrero'' y ``Oaxaca'', resisten la violenta noche que les ofrecen e imponen los poderosos y violentos que se dicen "bien nacidos'' y "gobernantes''. ``Los verdaderos bien nacidos son los que la tierra ha parido para que la cuiden y la hagan de modo que quepan los todos que viven y hablan lo que piensan'', dicen los sabedores que viven estas montañas.

Pero por momentos, entre tanto militar y policía, entre tanta profesión de vela por la "seguridad interna'', entre tanta declaración de gobernabilidad simulada, sigue pendiente la...

 

Tercer Pregunta:

¿QUIEN VIVIO ESA MUERTE?

En octubre de 1996, una gran mujer de pequeña estatura, enferma y digna, sale de la selva Lacandona para llevar la voz de los indígenas rebeldes del EZLN hasta el corazón de la Ciudad de México. El supremo gobierno ha hecho todo por detenerla. Amenazó, pataleó, prometió, chilló, dijo y contradijo. Amontonó tanquetas, aviones militares y helicópteros artillados frente a ella. Fue inútil, con un ramo de flores de papel en una mano y una bandera nacional en la otra, la Comandanta Ramona, del CCRI-CG del EZLN, sale de la realidad chiapaneca para dirigirse a la realidad del Distrito Federal. Desesperado, el Poder recurre a la magia negra y encuentra, dentro de su historia criminal escondida, una calavera...

El mismo día que la Comandanta zapatista parte rumbo a la capital mexicana, los medios de comunicación se atropellan para dar al país una noticia; en uno de los ranchos de Raúl Salinas de Gortari se encontró el cráneo de, dijo la PGR, Muñoz Rocha, supuesto autor intelectual del asesinato de Francisco Ruiz Massieu. El "descubrimiento'' revela también los "científicos'' métodos utilizados por el llamado ``fiscal especial'': una ``vidente'' señala el lugar donde se encuentra el cadáver de Muñoz Rocha, se dice que asesinado de un golpe de bat beisbolero por Raúl Salinas de Gortari. El revuelo causado por el hallazgo de la calavera logra mandar, en las noticias nacionales, a segunda o tercera categoría el desafío de la pequeña Ramona.

Pero este cráneo traerá algo más que respiro para un gobierno derrotado por un pequeña mujer indígena, comandanta del EZLN. Pronto, la enmudecida osamenta pone al día el tema que marcó el fin de todo el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y llevó a la presidencia a Ernesto Zedillo: los crímenes de Estado. Durante todo el periodo gubernamental de Salinas de Gortari (periodo que se alarga hasta nuestros días), el crimen fue práctica política constante. Los casos del cardenal Posadas, Luis Donaldo Colosio y Francisco Ruiz Massieu fueron los más sonados pero no los únicos.

Estos asesinatos, junto a los de cientos de luchadores sociales, no sólo tienen en común el tener un "asesino solitario'', el Estado mexicano. También los une el que todos están sin esclarecer y los responsables siguen impunes. Suena lógico, los investiga el mismo Poder que los mandó liquidar.

Es convicción generalizada que el autor o autores de estos crímenes está en el grupo político en el Poder. La ausencia de pruebas concluyentes no supone inocencia de los sospechosos (la familia Salinas y Córdoba Montoya), sino complicidad del aparato judicial. Quienes fueron capaces de traicionar a un país entero, bien pueden hacerlo con los que se suponen más cercanos.

Inútil ya para distraer a la opinión pública, y peligrosa en su silencio acusatorio, la supuesta calavera de Muñoz Rocha regresa al anonimato. En días recientes, y previo cambio de Procurador General de la República, se ``descubre'' que el cráneo no es de Muñoz Rocha. A la prensa deja de interesarle el investigar las respuestas a las preguntas que hace el esqueleto antes de ser desechado: ¿Quién fui? ¿Qué hacia en El Encanto? ¿Quién me mató? ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo me mataron? ¿Cuánto costó mi muerte? La gran pregunta, ¿quién vivió esa muerte?, es sepultada en los archivos del poder judicial en México.

La tendencia salinista de construir realidades virtuales se reitera, ahora con la ayuda de uno de sus beneficiados: el empresario Salinas Pliego. La autodenominada ``Televisión Azteca'' desarrolla una gran campaña para conmover a la opinión pública con la "horrible'' situación en la que vive preso el señor Raúl Salinas de Gortari. El dueño de Tv Azteca no sólo defiende a un cómplice y socio, también hace apología de una forma de hacer política, ésa que se sostiene en el crimen y se hermana con su moderno promotor: el narcotráfico.

El narcotráfico y el Estado mexicano se encuentran cada vez más enlazados. La violencia institucional en manos del gobierno no se enfrenta a la violencia del narco, se alía a ella y en ella se complementa. La justicia mexicana es asombrosamente rápida y eficaz cuando se trata de juzgar, y dejar libres, a narcotraficantes (como en el caso de Héctor Luis Palma Salazar, el Güero Palma). La policía no sólo no persigue al poder de la droga, además se la protege y ayuda. Fervientemente "religiosa'', la policía mexicana encubre al Señor de los cielos, más conocido como Amado Carrillo.

Del narcotráfico, el sistema político mexicano no sólo recibe recursos. También, y sobre todo, adquiere formas de hacer política, métodos de "eliminar al adversario o al incómodo''. Así, crimen y corrupción se convierten en eslabón vital entre gobierno y narcotráfico. La administración de justicia pasa, de ser una caricatura, a convertirse en una red protectora. No sólo para esconder a quienes habitan este maridaje criminal, también para proteger la caída de quienes resbalen.

Frente al cráneo, ahora anónimo, el sistema mexicano reflexiona sobre lo perdurable del Poder y la estabilidad de quien lo detenta. Se pospone así la respuesta a la pregunta que todos repiten para todos, y para sí mismos, la...

Cuarta Pregunta:

¿CUANDO TERMINA?

La historia es muy sencilla y, desgraciadamente, recurrente en la historia mexicana: el gobierno federal de México se vio obligado a negociar una salida política con los indígenas rebeldes del EZLN. Fracasado el operativo policiaco-militar de febrero de 1995, el gobierno apostó a una negociación de largo plazo que le permitiera recomponerse. Esperar un momento propicio y construir argumentos creíbles para un golpe militar rápido y definitivo, éste sigue siendo el objetivo.

De entre las nutridas filas de sus mediocres, el gobierno elige a un grupo que lo represente en las pláticas de paz. Como todos los mediocres, éstos se saben muuuy inteligentes y diseñan la estrategia de ``achicamiento'' que consiste, grosso modo, en demostrar que esa guerrilla sólo tiene fuerza en una parte de cuatro municipios del suroriental estado mexicano de Chiapas. Conseguido esto, sigue exigir a la guerrilla la rendición incondicional.

El ``éxito'' de esta estrategia se palpa apenas a tres meses de su inicio: los rebeldes convocan a una consulta nacional e internacional y, cercados, perseguidos y ``achicados'', logran obtener la opinión razonada de más de un millón de mexicanos y más de 200 mil extranjeros. Los ``logros'' gubernamentales se suceden vertiginosamente; los rebeldes consiguen imponer un modelo de negociación abierto e incluyente y, en el primer tema sobre Derechos y Cultura Indígena, consiguen la participación de lo mejor y más representativo del movimiento indígena nacional independiente. La mayoría de los dirigentes indígenas y lo mejor de los especialistas en el tema se sienta a la mesa que los zapatistas abren a la Nación. Los delegados gubernamentales consiguen a unos cuantos incautos y reiteran el ridículo, ahora a nivel nacional.

Dirigentes indígenas, especialistas, organizaciones sociales, no gubernamentales, y los zapatistas, logran construir (a pesar del gobierno federal y sus asesores) una propuesta incluyente y respetuosa para redefinir la relación entre los indígenas y la Nación. El acuerdo se firma por representantes del gobierno federal y del EZLN el 16 de febrero de 1996. El verdadero interés de los delegados gubernamentales se revela el mismo día de la firma: la foto ansiada por el Poder y negada por los rebeldes. La firma como espectáculo y no como compromiso.

Once meses después, el acuerdo no sólo no se cumple, sino que pretende ser desconocido por el gobierno federal. En diciembre de 1996, la Comisión de Concordia y Pacificación elabora una propuesta de reforma constitucional que cumpla con lo acordado en San Andrés 10 meses antes. ``No se renegocia lo ya acordado'', dicen los legisladores, y la Cocopa advierte al gobierno federal y al EZLN que sólo acepta un ``no'' o un ``sí'' a su documento. El EZLN responde ``sí''. Unas horas después la Secretaría de Gobernación hace lo mismo, pero se desdice más tarde. El señor Zedillo pide tiempo para dar su respuesta y el 19 de ese último mes de 1996 envía un documento que no sólo responde ``no'' a la iniciativa de la Cocopa, sino que además propone dar marcha atrás a lo firmado por sus representantes en el diálogo de San Andrés. Los rebeldes zapatistas hacen lo lógico en personas dignas, es decir, mantienen su palabra y su compromiso: el 11 de enero de 1997, el EZLN responde ``NO'' al incumplimiento gubernamental y ratifica su decisión de aceptar la iniciativa de los legisladores de la Cocopa.

El trabajo de Ernesto Zedillo no es gobernar, sino vender. Y para vender, en esta época moderna, sirven mucho los medios de comunicación electrónica y la prensa escrita. Heredero de la consigna de su antecesor (``Aparenta que gobiernas''), Zedillo usa a los medios para operar la alquimia que necesita: presentar su falta de palabra como ``intransigencia de los zapatistas''.

Nada nuevo...

Hace algunos años, en 1509, Fernando V sentaba las bases de lo que sería la conquista de las tierras indias de América: ``Luego que se haya hecho la pacificación y sean los naturales reducidos a nuestra obediencia, el adelantado, gobernador o pacificador, reparta los indios entre los pobladores para que los tengan y gocen de sus tributos''.

En 1546, un 16 de enero, Felipe, heredero de la colonia española expidió un decreto que cambiaba las Leyes Nuevas, expedidas por Carlos V el 20 de noviembre de 1542 gracias a la terquedad de fray Bartolomé de Las Casas. Las Leyes Nuevas prohibieron esclavizar a los indios; establecían que no se podía hacerlos trabajar contra su voluntad y sin retribución pecunaria; impedían que nadie los tuviera en encomienda; mandaba que se respetaran o restituyeran las tierras de pueblos y comunidades de indios; y que se respetara la conservación y gobierno de los indios. Pero la encomienda se restituyó el 16 de enero de 1546.

Como a principios del siglo XVI, a finales del siglo XX el Poder reitera su vocación de intolerancia y exclusión. Pero ahora cuenta con los medios de comunicación y con ``hablantes'' que le den lo que no tiene, es decir, argumentos.

Entre los apologistas del incumplimiento gubernamental hay juristas e intelectuales. Su común denominador, además del alarde de ignorancia sobre el tema y de la mentira argumentada, es el haber disfrutado de los favores de Carlos Salinas de Gortari. El ex cantador de tangos en honor de Salinas, Burgoa Orihuela, y los anexos que lo acompañan, aducen fantasmas y catástrofes si el gobierno federal cumple su palabra y reconoce en la Constitución los derechos y la cultura indígenas. Conocen historia: en 1523 Hernán Cortés alegaba que los españoles no se quedarían en México si se dejaba en libertad a los indios, además agregaba una larga lista de prejuicios económicos y políticos que, advertía como sus pares de finales del siglo XX, sobrevendrían si no se mantenía el sojuzgamiento sobre los indígenas. (Las referencias a hechos históricos del siglo XVI son tomadas de Edmundo Jardón Arzate. El Universal, 17 de enero de 1997).

La ignorancia sobre lo que está en juego no es patrimonio exclusivo de estos señores. Politólogos como Federico Reyes Heroles recomiendan volver a considerar la posibilidad de exterminio militar de los rebeldes zapatistas. El señor Reyes Heroles se pregunta y propone respuesta: ``¿Quién diría que incluso la paz, frente a ciertos planteamientos, debe ser puesta en duda? Hace 36 meses cualquiera hubiera apostado que era prioridad nacional el establecimiento de la paz y, por lo tanto, las negociaciones con el EZLN. Sin embargo, durante estos 36 meses hemos visto que, el núcleo del planteamiento zapatista es, en buena medida, irreconciliable con una mínima aceptación de los planteamientos republicanos''. (Reforma, 18 de enero de 1997). Semanas antes, el mismo politólogo escribía exigiendo que aniquilaran a los zapatistas porque siempre serían unos ``violentos''. Indignado por el ``¡JA!'' con el que los zapatistas respondieron a las amenazas del gobierno federal, Don Federico demandaba que los mataran, ¡ah! pero eso sí, con pleno respeto de los derechos humanos.

Tres cosas fundamentales están en juego en la crisis actual del diálogo entre el EZLN y el gobierno federal.

La una es que, sin cumplimiento de acuerdos, el diálogo y la negociación pierden sentido y proyección. Cuando un aspecto esencial es la reinserción de los rebeldes en la vida civil y pacífica, el acuerdo mínimo de respeto a su vida, libertad y bienes se torna en una mentira de consecuencias mortales.

La segunda es que la Nación debe reconocer que está formada por diferentes y que puede sobrevivir y crecer reconociendo esas diferencias. La cuestión indígena es nacional. No sólo porque hay indígenas en todo el territorio mexicano o porque forman parte esencial de la historia de este país. También porque su diferencia aspira a hacerse unidad con los otros que hacen el México de hoy. Reconocer en la máxima ley de la República esta diferencia e incluirla en un proyecto de Nación libre, independiente y soberana, es hacer justicia y posibilitar la defensa de la Patria frente a su liquidación de barata comercial.

La tercera es que en la resolución de esta nueva crisis se juega la disyuntiva de si el camino del diálogo y la negociación es vía válida y eficaz para resolver las demandas de los ciudadanos. La aspiración de cambios pacíficos y civiles se vuelve ceguera tonta si sólo se pierde tiempo en la solución de los problemas fundamentales de la Nación.

No son, pues, sólo la paz o la guerra las que se están jugando en estos momentos.

La una, la paz, será débil y mentirosa si no se construye sobre bases firmes de seriedad en los compromisos y en su cumplimiento, de reconocimiento incluyente de la diferencia, de viabilidad y eficacia en el uso de la razón y el entendimiento.

La otra, la guerra, no sólo desencadenará fuerzas incontrolables, también pospondrá, sin resolver, un estallido que volverá en cualquier momento y en cualquier parte. En América Latina existen ejemplos aleccionadores: en el Perú, el señor Fujimori respondió con una guerra a las demandas sociales y políticas de los grupos armados, supuso entonces que los aniquiló y ahora los ve aparecer de nuevo y en dónde menos lo esperaba.

En México, el gobierno federal debe responder si tiene o no palabra, si va a reconocer la realidad que le da sustento a la Nación, si la razón vale más que la fuerza. Sus respuestas se adelantan ya en las amenazas explícitas e implícitas que prodiga hacia el sureste mexicano. Sin honor, la palabra gubernamental es sólo otra mercancía en venta, pero ahora mucho muy perecedera. La realidad plural y heterogénea se disfraza al gusto con el tosco maquillaje de las tanquetas militares. Para el gobierno no hay alternativa entre la razón o la fuerza, la primera le falta totalmente y, por ello, la segunda define el fiel de la balanza hacia la violencia. El supremo gobierno se prepara para hacer uso de la única mayoría que detenta realmente: la de la fuerza armada.

La Comisión de Concordia y Pacificación, el Poder Legislativo y los Partidos Políticos deberán enfrentar y resolver las cuestiones que, a su tiempo, la historia les promete.

Los mexicanos todos, esa ``sociedad civil'' que tanto molesta a los acartonados de todo el espectro político, deben responder también: ¿Cuánto puede durar un gobierno sin palabra? ¿Qué rumbo tiene si no reconoce la realidad que vive? ¿A dónde va si la única razón que enarbola es la de la fuerza? ¿Por qué creer en él si no cumple lo que acuerda? ¿Cuándo llegará la historia a pedirle cuentas? ¿Cómo argumentar que la razón y no la fuerza es el camino para ser?

Lo mejor del movimiento indígena nacional e independiente, ése que se encuentra y teje en el Congreso Nacional Indígena Permanente, adelanta ya las respuestas que su digna sangre le dicta y aconseja. Frente a la confusa y atropellada campaña gubernamental de medios en la que, a falta de razones y argumentos, se prodigan mentiras y fantasmas, organizaciones indígenas de todas partes de México hablan y hace suyo lo que les pertenece: el derecho a un lugar digno e incluyente en la Nación.

Lejos de las ocho columnas y de los horarios estelares en radio y televisión, los pueblos indios se hablan y se encuentran, aun por encima de los cercos militares que el gobierno les impone. Una frase resume esta inquietud morena: ``Nunca más un México sin nosotros''. La pregunta de ``¿Quién habla estas palabras?'' tiene respuesta, pero ¿quién las escucha y comprende?

Dicen los más viejos de los viejos sabedores indios, que hay hombres que tienen el corazón muy pequeño y que no cabe ahí la palabra verdadera. Dicen los más grandes sabedores que la tierra castiga a estos de corazón chico dejándolos sordos y ciegos.

Sordos y ciegos andan los máximos gobiernos, por eso gritan tanto y tantas mentiras sus pechos huecos. Por eso pega y mata el del corazón pequeño. Sordo y ciego, el gobierno se alista para pegar y matar a los que no ve ni escucha.

La campaña pre-militar del gobierno ha iniciado ya. El ejército federal satura sus cuarteles de tropa y armamentos, las patrullas militares doblan el número de sus componentes, aviones y helicópteros ensayan una y otra vez el golpe quirúrgico, los Ministerios Públicos se preparan para dar cuenta de detenidos y cadáveres. La orden de ataque está ya en las mesas de los Estados Mayores Divisionales de la llamada ``Fuerza de Tarea Arcoíris'' del Ejército Federal Mexicano. Llegó acompañada de una promesa presidencial: ``esta vez no habrá marcha atrás''...

En los medios de comunicación, los francotiradores de tinta de todas las tendencias se disputan los cheques que fluyen desordenadamente de la Secretaría de Gobernación. Aunque las balas sean pocas, se van a necesitar muchas mentiras para que el mundo digiera el plomo y la impotencia que llevan. Se avecina el tétrico banquete y las ratas de la pluma afilan dientes y cuentas bancarias.

En las montañas del sureste mexicano los rebeldes zapatistas, indígenas en su inmensa mayoría, resisten y esperan respuestas. Tienen de su lado la razón, la historia y la legitimidad. Las fuerzas armadas gubernamentales despliegan su sombra de muerte sobre la dignidad que anima a quienes viven y mueren el ``para todos todo, nada para nosotros'', pero entre sus planes no aparece el de rendirse. Saben, como dejaron dicho los dioses primeros que nacieron el mundo, que rendirse es morir de pena, y que luchar por ser es alegría que saca agudo filo a la esperanza.

Por esta vez los zapatistas no responden, sólo preguntan.

Y en esta vez, como en otras antes, los zapatistas, esos ``incómodos'' y tercos diferentes, saben que no están solos.

Esta es, dicen y se dicen, la hora de los todos que son diferentes...

Quedan, sin embargo, algunas preguntas sin respuestas... todavía. ¿Hasta cuándo puede sostenerse un sistema que se basa en la intolerancia y el desprecio? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el Poder? ¿Cuántas guerrillas, cuántas protestas, cuántas huelgas de hambre, cuántos escándalos, cuántas muertes más se necesitan para que el Poder que gobierna excluyendo e imponiendo se dé cuenta de que destruye y se destruye? ¿Qué hacer frente a tanto gris sordo y ciego? ¿Por qué no intentar juntar estos colores? ¿Cómo no tratar de caminar ese sueño? Otros vientos empezarán a soplar respuestas... y esperanzas.

 

 

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