Cuando se pierde el día tras la montaña
y se llena de sombras mi soledad,
surgen como fantasmas, de sus escombros,
todos los sueños míos que no se van.
Ese camino agreste de la montaña,
que tantas veces juntos nos vio reír,
sabe cómo se mueren las esperanzas
porque me ha visto triste pasar sin ti.
Caminito que sabes de mis angustias,
cuéntale, si es que pasa, de mi dolor.
Camino confidente de mis amores,
si tú no se lo dices, le diré yo.
Cuando se tiene el alma de amor vacía,
y se vive soñando con un querer,
es como si faltara la luz del día:
como si no valiera tal vez nacer.