Como el agüita fresca
riega, riega las plantas,
has refrescado en mi alma
mi vida, las esperanzas.
Brotaron ilusiones,
lirios, nardos, jazmines,
y rosas que clavaron
mi vida con sus espinas.
Este jardín bendito,
día tras día,
creció con tus cuidados
y tus caricias.
Ahora le pido al cielo,
ya que tanto te quiero,
que tu amor no me falte,
mi vida, porque me muero.