De la noche
ya las sombras huyeron
y en los campos
los rumores surgieron.
Con ternura
mi alma acaricia
bello sol
que su luz derramó.
Todo canta
con la gloria del día;
primavera,
de amor profusión.
¡Soñaba,
como un ruiseñor
entonar,
entonar mi canción!