El delantal de la china


(Texto de Antonio Viergol; Música de Osmán Pérez Freire)

Tonada


El delantal de la china
es algo que alienta y vive;
algo que de ella recibe
su viveza peregrina,
porque naiden se imagina
de qué modo sin igual
ese trozo de percal
con su dueña se acompasa.
¡Lo que a la china le pasa,
se lo dice al delantal!

Si está contenta la china,
el delantal se le suelta,
¡y déle a la cinta vuelta!,
qué hacer el lazo no atina.
Cuando la china se indina,
lo retuerce y lo hace añicos,
como si sus dedos chicos
quisieran vengar la ofensa;
y cuando la china piensa,
le muerde uno de los picos.

Cuando sube su color,
con él la cara se tapa,
y en el delantal empapa
sus lágrimas de amor;
en las pláticas de amor
no deja quieto al percal,
"que si tal, y que si cual",
métale pliegos y rizos.
¡Ay, de cuántos compromisos
la saca su delantal!


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