Mi abuela bailó sirilla,
mi abuelo, el fandango doble;
mi tía, la pericona,
y mi padrino, el redoble.
Y cuando bailaron,
¡huifa, se enamoraron!
Mi abuela que coqueteaba,
mi abuelo la perseguía;
mi tía se persignaba,
mi padrino se reía.
Cuando se enamoraron,
¡huifa, que se casaron!
Mi abuela bailó sirilla,
mi abuelo la galanteaba;
mi tía, que no era tonta,
con mi padrino bailaba.
Cuando se casaron,
¡huifa que se ensartaron!