No habrá nieblas en mi noche
si tú estás;
no habrá llantos ni pesares
si tú estás.
Es por eso que angustiado,
yo repito emocionado:
"no habrá nieblas en mi noche
si tú estás."
Yo no sé si me has querido
de verdad,
o si todo fue un capricho
y nada más.
Es por eso que angustiado,
yo repito emocionado:
"si tú vuelves, no habrá nieblas
nunca más".