Mi compadre San Isidro
por fin mandó su aguacero;
el viento canta tonadas,
la lluvia tañe el alero,
y el granizo baila cuecas
zapateaditas en los potreros.
¡Ay, ay, ay!
¡Granizo de caramelo!
¡Que se refresca el barbecho
con este mosto del cielo!
Ahora que San Isidro
le manda riego a mi tierra,
por fin lograré decirle
adiós a mi suerte perra,
y convidaré a mi rancho
al pimpollito de nuestra tierra.
¡Ay, ay, ay!
¡Que florezcan las verbenas!
¡Que con la lluvia y las flores
he de olvidarme las penas!
Mi corazón al sentirte
me hace turumba el chaleco;
tenís que venir conmigo
por lo derecho a lo chueco,
¡porque yo te necesito
como aguacero en un año seco!
¡Ay, ay, ay!
¡Bebamos la chicha rubia!
¡Que la tierra está de fiesta
y hace "¡salud!" con la lluvia!