Rinconcito arrabalero,
con el toldo de estrellas
de tu patio que quiero,
todo, todo se ilumina
cuando ella vuelve a verte,
y mis viejas madreselvas
están en flor para quererte;
como una nube que pasa,
mis ensueños se van,
se van, no vuelven más.
No digas a nadie que ya no me quiere;
si a mí me preguntan, dile que vendrá,
y así cuando vuelva mi alma, te juro,
los ojos extraños no se asombrarán.
Verás como todos esperan ansiosos
mi blanca casita, y el viejo rosal,
y cómo de nuevo alivia sus penas,
vestido de fiesta, mi lindo arrabal.