Muchachita de mi barrio,
de la cita callejera,
que ya nunca volverá.
¡Melancolía del recordar!
Era en la calle maleva una flor,
linda como una mañanita de sol,
y yo un estudiante, soñador y amante,
que no pensó que aquel romance terminaría.
Ahora que anochece ya en mi corazón,
vuelve el perfume de aquella ilusión;
sueño con la luz de su claro mirar,
ella, que aún la lloro al nombrar.