Quizás la propuesta de iluminación más arriesgada y
original que he tenido a mi cargo.
¨Sr. Nubes¨ es la mágica historia de una joven que sobrevive dentro
de una casa oscura de la que no sale por temor a morir expuesta al sol
como han muerto su madre y su abuela.
Al comenzar la obra cae haciendo un enorme agujero por el techo un
hombre bala.
El hombre bala sólo quiere ser reconocido por su hazaña de llegar
hasta esas lejanías y la mujer sólo quiere salvar su vida. Cuando llegue
el amanecer (toda la obra transcurre en la oscuridad de la casa) la luz
del sol entrará por el forado del techo y ella morirá.
Para empezar el protagonista de esta historia es la luz y eso ya es un
reto para cualquier diseñador. El gran momento de la obra es el amanecer
que tiene que llegar y llega al final de la obra.
Nuestro problema principal era hacer sentir al público lo que siente
una persona que nunca ha visto la luz. Desechamos casi de inmediato la
idea de hacer un amanecer realista porque consideramos que no había
manera de hacerlo realmente ¨tan mágico¨ como para que el espectador lo
sintiera una primera experiencia en su vida.
Casi de inmediato vino la idea de que la oscuridad no fuera tampoco
convencional, en vez de hacer la oscuridad azul como siempre se hace en
teatro sugerí hacerla naranja o de cualquier otro color no convencional
para, siendo completamente irreal desde un principio, eliminar la
convención luz-oscuridad a la que el público está acostumbrado.
El segundo paso fue reinventar el amanecer. La escenografía eran tres
paredes de la habitación y un techo inclinado mostrando el forado que
cubría toda el área de actuación completamente.
Los enseres: una cama al centro, un ropero, una mesita con una olla al
fondo a la derecha y otra mesa a manera de escritorio al fondo a la
izquierda.
Acordamos con la escenógrafa pintar todas las paredes y elementos de
colores muy suaves, pastel, casi como cosas de cuento. Durante toda la
obra, cuando están a oscuras, el ambiente (una calle delantera, cuatro
frontales en las barras de platea y algunos apoyos en la abertura entre
techo y pared - el techo flotaba-) era integramente ámbar saturado
(Rosco 24) como resultado todo se veía ámbar o como tonos de ámbar. La
obra dura una hora, a los 20 o 30 minutos ya la gente estaba realmente
saturada de este color y además debía estar completamente segura de que
todo en la escena era como lo veía, naranja. Cuando empieza a amanecer se
filtran por el agujero haces en un tono imperceptiblemente del mismo tinte
del objeto a iluminar. Para la mesita azul y corrector Lee 201, para la
mesita verde un ligero tinte del mismo tono (half plus green), etc. Para
el público el efecto era que los objetos se iban ¨poniendo de colores¨,
como los tintes no hacían sino acentuar los colores originales, ya
resaltados por el contraste con el ámbar, nadie podía suponer otra cosa
más que que la luz era blanca.
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