ADAM SMITH Y EL COMERCIO EXTERIOR
Ante todo consideramos pertinente remarcar que Adam Smith es un pensador escocés que expresa los intereses de la ascendente burguesía de su tiempo.
Esta constatación, que puede parecer banal, es de la mayor significación. Para ponerlo en otros términos, Smith no es un pensador que ve la realidad de su tiempo a través del prisma de la nobleza o del viejo orden feudal.
Las preocupaciones de Smith en relación con el comercio exterior se encuentran a lo largo de su obra. Discute la tesis de los mercantilistas en la medida que estos privilegiaban la acumulación de oro y plata. Esta, que tuvo significación en su momento, había dejado de ser lo más relevante por la Inglaterra del siglo XVIII.
Revela entonces, el valor del comercio en relación con la colocación de los excedentes de la producción local. Esto es, de aquella producción que no tiene demanda interna, por lo que necesariamente tendría que exportarse. De lo contrario, esta producción que más bien es teórica o potencial, no podría realizarse efectivamente, limitándose así al progreso. Cabe notar que en el esquema teórico de Smith el progreso se asocia a la profundización de la división del trabajo.
En sus términos, Smith señala que a través del comercio internacional, los límites estrechos del mercado interior no impedirían que la división del trabajo sea llevada al más alto punto de perfeccionamiento.
En virtud de estas consideraciones, y no a la inversa, Smith es partidario de la libertad de comercio. De allí que discuta con vigor la aplicación de aranceles que traben el libre comercio entre las naciones. De allí que se pronuncie en contra de las primas a la exportación y de todo aquello que limite o distorsione el intercambio. El "laisser-passer" (dejar pasar) es pues la fórmula que se ajusta a la urgencia de exportar para hacer progresar la división del trabajo.
Y es aquí donde radica la sabiduría de Smith y donde encontramos porque sus planteamientos, fueron aceptados. El comprende que Gran Bretaña necesita exportar para que los límites que le impone la estrechez del mercado interno sean superados. Y que en razón del lugar que había alcanzado en el desarrollo de las manufacturas, no puede ni debe temer la competencia de otros países. Por el contrario, la competencia con países menos desarrollados le asegura a la Gran Bretaña un éxito total en materia comercial. Siendo, consiguientemente, el país más interesado en la eliminación de las barreras arancelarias y los subsidios a la exportación.
En el
cuadro 1 puede apreciarse justamente cómo las industrias orientadas al mercado interno se habían expandido modestamente a lo largo del siglo XVIII. Algo parecido ocurrió con la producción agrícola, todavía dominante en la época; aumentó a un ritmo relativamente lento y, por ende, fue un freno al desarrollo industrial. Esto último en términos relativos, puesto que las tasas de crecimiento de la producción agrícola en la Inglaterra del siglo XVIII fueron muy elevadas respecto al pasado.
GRAN BRETAÑA |
|||||
EVOLUCION DE LOS COMPONENTES DEL PRODUCTO NACIONAL (1700 = 100) |
|||||
Años |
Industrias orientadas al mercado exterior |
Industrias orientadas al mercado interno |
Producto de la industria y el comercio |
Producto de la agricultura |
Producto Nacional |
1700 |
100 |
100 |
100 |
100 |
100 |
1710 |
108 |
98 |
104 |
104 |
108 |
1720 |
125 |
108 |
118 |
105 |
108 |
1730 |
142 |
105 |
127 |
103 |
110 |
1740 |
149 |
105 |
131 |
104 |
115 |
1750 |
176 |
107 |
148 |
111 |
125 |
1760 |
222 |
114 |
179 |
115 |
147 |
1770 |
256 |
114 |
199 |
117 |
144 |
1780 |
246 |
123 |
197 |
126 |
167 |
1790 |
383 |
137 |
285 |
135 |
190 |
1800 |
544 |
152 |
387 |
143 |
251 |
Fuente: P. Deane and W. Cole, British economic growth |
Por su parte, la producción de las industrias de exportación aumentó de manera vertiginosa para los cánones de la época. En realidad, estimuló el crecimiento de toda la industria y, consecuentemente, la división del trabajo al interior de las manufacturas. Pero también este desarrollo influyó en la marcha de la propia agricultura que, al igual que las industrias orientadas al mercado interno, tuvo un mejor comportamiento hacia fines de siglo.
De cualquier modo, este desarrollo de las industrias orientadas al mercado externo fue tan importante que el producto nacional mismo aumentó dos veces y medio en el curso de un siglo.
Decididamente, este crecimiento palidece frente a las cifras que hoy presentarían los países del sudeste asiático, Japón, etc., pero marcó una verdadera revolución en su tiempo. No olvidemos que el estancamiento medieval fue lentamente superado en los siglos que siguieron a los grandes descubrimientos, y que la Europa Continental no había avanzado al mismo ritmo.
Obviamente, pues, Smith dio en el blanco, la Inglaterra del siglo XVIII requería aumentar sus exportaciones y el mundo debía estar dispuesto a recibirlas. De ello dependería su progreso, aunque no necesariamente el de los receptores de manufacturas que eran pagadas con bienes menos elaborados. La división del trabajo que se estructuraba a partir de esta circunstancia era la más apropiada para Inglaterra, pero no para los otros países.
Un punto merece especial atención. Al hablar de libre comercio, Smith se refiere obviamente al comercio entre las naciones libres. En la época (escribe su obra entre 1767 y 1776) esto significa el comercio entre Inglaterra y Europa Continental. De ninguna manera el comercio con América del Norte o con la India, a la sazón posesiones coloniales británicas. Ni siquiera al comercio que podía establecerse con colonias de otras potencias; en estos casos la preocupación fue otra (la independencia política) y se expresó de manera diferente.
En este sentido, parece claro que a Smith le preocupaba la evolución comercial con el continente. Como se puede apreciar en el
cuadro 2 las exportaciones inglesas se dirigían esencialmente a Europa a principios del siglo XVIII (85% en 1700). Sin embargo en el momento en que escribe Smith, Europa absorbía sólo el 49% de sus exportaciones (1772-1773). A fines del siglo (1797-1798), Europa sólo representaba el 29,9% del mercado exterior de la Gran Bretaña, confirmándose así la tendencia. América del Norte y la India habían aumentado su participación como mercados de 12,8% en 1700 a 46% en 1772-1773 y a 66,6% en 1797-1798.
DISTRIBUCION GEOGRAFICA DEL COMERCIO EXTERIOR |
|||||||
Años |
EXPORTACIONES INGLESAS 1/ |
||||||
TOTAL |
EUROPA 2/ |
AMERICA DEL NORTE |
INDIA |
RESTO DEL MUNDO 3/ |
|||
1700-1701 |
100,0 |
85,2 |
5,7 |
7,1 |
2,0 |
||
1730-1731 |
100,0 |
81,9 |
6,7 |
9,4 |
2,0 |
||
1760-1761 |
100,0 |
77,0 |
10,6 |
11,4 |
1,0 |
||
1772-1773 |
100,0 |
49,3 |
25,3 |
20,4 |
5,0 |
||
Años |
EXPORTACIONES BRITANICAS 4/ |
||||||
TOTAL |
EUROPA 2/ |
AMERICA DEL NORTE |
INDIA |
RESTO DEL MUNDO 3/ |
|||
1772-1773 |
100,0 |
49,1 |
26,0 |
20,0 |
4,9 |
||
1780-1781 |
100,0 |
55,7 |
16,5 |
25,8 |
2,0 |
||
1789-1790 |
100,0 |
47,4 |
23,0 |
25,9 |
3,7 |
||
1797-1798 |
100,0 |
29,9 |
32,3 |
34,3 |
3,5 |
||
1/ Comprende Inglaterra y País de Gales |
|||||||
2/ Continente Europeo más Irlanda |
|||||||
3/ Africa, Islas del Atlántico Norte, etc. |
|||||||
4/ Inglaterra, País de Gales y Escocia |
|||||||
Fuente: P. Deane and W. Cole, British economic growth, p.87 |
Esta evolución tiene dos significados muy claros. El mercado colonial fue el principal apoyo para el desarrollo de las exportaciones inglesas y, por ende, para el progreso de su industria. El mercado europeo presentaba más bien una traba relativa para la industria británica pues no le ofrecía las mismas posibilidades que las colonias.
La genialidad de Smith fue la de comprender estos hechos. Y proponer la teoría adecuada para superar los obstáculos que se presentaban al desarrollo británico. Una verdad relativa, esto es que el libre comercio aseguraba el progreso de la industria, la convirtió en verdad absoluta y universal.
Pero esto era lo que convenía a la Gran Bretaña, inclusive por razones de propaganda, razón por la cual le prestó un extraordinario servicio.
Revista Proceso Económico.
Regrese a la página de Adam Smith