Rocío Jurado (ver Jurado, Rocio)
ROLDANA, Luisa Ignacia Roldán, llamada La.
Zambra. http://www.zambra.com/ 1998
Juana Silva Esteban nació en Sevilla en 1952. Gitana y cantaora festera por excelencia, Juana La del Revuelo es un caso especial en la panorámica del cante actual. El sobrenombre artístico lo heredó de su marido, Martín Jiménez Revuelo, un excelente cantaor que en tiempos perdió la voz y desde entonces se limita a acompañar a su mujer con las palmas y el son. La figura de Juana transmite simpatía y salero nada más verla, con su amplia humanidad embutida en graciosos pololos que luce desenfadadamente en los revoleos del baile con que suele acompañarse el cante. Por tangos y por bulerías es realmente notable.
Discografía seleccionada:
Sevilla es de chocolate . Pasarela
Cachito de pan . Pasarela
Juana la del Revuelo . Pasarela
Zambra. http://www.zambra.com/ 1998
Se llamaba Rita Giménez García. Nació en 1859 y murió, por los avatares de la guerra civil, en Zorita del Maestrazgo (Castellón) a los setenta y ocho años de edad. Se inició cantando en Jerez, luego actuó junto a La Macarrona y Juan Breva, en los cafés cantantes madrileños, entre ellos el Café Romero. En 1906 figuró en el cuadro flamenco de El Café del Gato. Durante su trayectoria artística, desarrollada principalmente en Madrid, actuó en sus primeros tiempos con Fosforito El Viejo y la Coquinera, y después, a lo largo de los años veinte, con Manuel Pavón y Manuel Escacena. Su última actuación en público tuvo lugar en 1934, en el Café de Magallanes, con motivo de un festival benéfico que reunió a varios artistas veteranos.
Su popularidad quedó acuñada en su tierra en una frase conocida en toda España: "¡Eso, a Rita La Cantaora!". Destacó por malagüeñas y soleares e interpretó con gracia los estilos festeros, en especial las bulerías.
Mazenod, Lucienne y Schoeller, Ghislaine.
Diccionario de Mujeres Célebres
Editorial: Anaya & Mario Muchik
Madrid 1996
Pág. 866
Escultora barroca española (Sevilla, 1656/Madrid, 1704). Era hija del escultor granadino Pedro Roldán, de quien fue discípula y ayudante. Rápidamente sobresalió en este arte por su maestría y originalidad, creando piezas de estilo barroco pero con características propias. Sus esculturas, caracterizadas por las figuras estilizadas y con una gran movilidad en sus líneas, provocaron la admiración de sus contemporáneos; llegó a ser escultora de la corte de Carlos II. Llamada por el ayudante de cámara de éste, Cristóbal Ontañón -aficionado a las artes y protector de artistas- marchó a Madrid. El rey le encargó un San Miguel de tamaño natural para la sacristía del monasterio de San Lorenzo de El Escorial y, al Finalizar Luisa este trabajo, la nombró escultora de cámara y le concedió un sueldo (169 ). Ella permaneció en la corte hasta la muerte del monarca que sobrevino cinco años después. Entre sus obras destacan sobre todo las realizadas en barro, de tamaño pequeño, como Virgen, Niño Jesús y Pastores, que formaban parte de nacimientos; Ángeles y Querubines, profusamente adornados con guirnaldas de flores y de cuidada policromía, que constituyen una verdadera originalidad en la escultura de la época y que influyeron notablemente en los artistas hispanoamericanos del período colonial. Al morir Carlos II Luisa esculpía por encargo suyo un jesús Nazareno destinado al convento de San Diego, de Alcalá de Henares, pero que una vez terminado pasó a poder de un monasterio de monjas de Sisante.
Entre sus estatuas de tamaño natural sobresalen, en la etapa de Sevilla, La Fe, San Miguel, San Agustín y Santo Tomás (parroquia de San Bernardo), El niño Jesús (Iglesia de Santo Tomás); en Madrid, La Virgen del Carmén entregando el escapulario a San Simón Stok y San Felipe Neri (Iglesia de Recoletos); en Cádiz, La Magdalena sostenida por un ángel (Hospicio de Cádiz); La virgen de las Angustias (catedral). De las esculturas pequeñas en barro existen colecciones en la Hispanic Society de Nueva York, en el museo Victoria and Albert de Londres y en la Fundación Güel de Barcelona.