http://www.fpa.es/premios/comunicacion/comunicacion81.htm Fundació Principe de Asturais. 1998
Reunido en Oviedo, el día 25 de junio de 1981, el Jurado correspondiente al "Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, 1981", compuesto por D. Amando de Miguel, D. José Ortega Spottorno, D. Juan Velarde Fuertes, D. José Ramón Álvarez Rendueles, presidido por D. José Ferrater Mora y actuando como secretario D. Juan Cueto Alas, acordó conceder por unanimidad este galardón a Dª María Zambrano Alarcón, por su larga labor filosófica y literaria realizada durante medio siglo, expuesta a numerosas publicaciones, y por su labor docente, tanto en España como en Hispanoamérica.
Pensadora y escritora, figura eminente de la reflexión y de las letras españolas, la obra de María Zambrano es considerada por los estudiosos como un jalón primordial en el pensamiento filosófico español surgido a partir del siglo XVII. Perteneciente a la llamada Generación de la República, discípula de Ortega, ha creado una obra singular de indiscutibles valores literarios, en la que se da una maravillosa conjunción entre poesía y pensamiento. Sus escritos se centran sobre el eterno problema de la belleza y la verdad, siendo el acceso a esa verdad una constante fundamental de su proceso intelectivo.
La autora de "El hombre y lo divino" ha roto fronteras entre el pensamiento y la literatura, alcanzando un estilo de gran belleza formal en el que el acto de pensar se convierte en un saber sobre el alma, en un sueño creador.
Nació en Vélez (Málaga) el 25 de abril de 1904, hija del pedagogo Blas José Zambrano. Tan sólo permanecería tres años en su tierra natal: su familia se trasladó a Jaén y luego a Segovia, ciudad mágica en la que María cursó el bachillerato y a la que años después dedicaría un importante ensayo. Tras doctorarse en Filosofía y Letras por la Universidad Central, donde fue alumna de Ortega y Gasset, García Morente y Xavier Zubiri, comenzó a publicar sus primeros ensayos en "Revista de Occidente", precisamente de la mano de Ortega, y se inició en la docencia como profesora auxiliar de Filosofía en la Universidad Central y como profesora del Instituto-Escuela.
Entre 1930, fecha en que publica "Horizonte del Liberalismo", y 1936, en que contrae matrimonio con el historiador Alfonso Rodríguez Aldave, María organiza reuniones en su casa de la plaza del Conde de Barajas que se convertirían en uno de los más intensos focos culturales de la vida nacional.
La guerra civil la llevó a Chile, al ser nombrado su marido segundo secretario de la Embajada. En este país publicó "Los intelectuales en el drama de España", y de él regresaría en 1937 para residir en Madrid, Barcelona y Valencia. En esta última ciudad se incorporaría al grupo que editaba "Hora de España", trabando amistad con personalidades como Emilio Prados, Ramón Gaya y Juan Gil-Albert, y publicando diversos ensayos y artículos. En 1939 decide exiliarse, y hasta su regreso a España vivió y trabajó en universidades de América y Europa.
Su primer paso en el exilio fue dado en México, donde ejercería durante un curso como profesora en la Universidad de Morelia. Posteriormente se traslada a Cuba, país en el que residiría durante trece años (1940-1953), impartiendo clases en la Universidad de La Habana y en el Instituto de Altos Estudios e Investigaciones Científicas. También dictó cursos en la Universidad de San Juan de Puerto Rico.
"El pensamiento vivo de Séneca" (1944), "La agonía de Europa" (1945) y "Hacia un saber del alma" (1950) fueron publicadas en el período americano de su exilio, dominado por dos hechos decisivos: la muerte de su madre, en 1946, y su separación, un año más tarde.
Instalada en Roma en 1953, dio a conocer sucesivamente una serie de obras fundamentales: "El hombre y lo divino" (1955) --hito irremplazable en el pensamiento español del siglo XX--, "Persona y democracia" (1959) y "La España de Galdós" (1960), colaborando asimismo en revistas de la época tan importantes como "Botteghe Oscure", "Ínsula" o "Papeles de Son Armadans". Cuatro años después se traslada a Francia, dando comienzo una etapa de su vida de gran producción intelectual: "España, sueño y verdad" (1965); "El sueño creador" (1965); "La tumba de Antígona" (1967); "Obras reunidas" (1971); y "Claros del bosque" (1977). En 1978 cambia su residencia a Suiza, donde vive hasta su regreso definitivo a España, que tendría lugar en 1984, tras 45 años de ausencia.
Doctor "honoris causa" por la Universidad de Málaga, Premio Extraordinario Pablo Iglesias, Medalla de Oro de Madrid y Premio Cervantes 1988, María Zambrano es uno de esos seres que sólo viven para descifrar el sentimiento. A la poesía y la filosofía les otorga la virtud de objetivar la verdad buscada, de mostrarla a sus destinatarios y de iniciar a quien esté dispuesto a vivir en ellas.
Mazenod, Lucienne y Schoeller, Ghislaine.
Diccionario de Mujeres Célebres
Editorial: Anaya & Mario Muchik
Madrid 1996
Pág. 1084-1085
ZAMBRANO, María Filósofa (2/2)
(Vélez-Málaga, Málaga,19041 Madrid, 1991). Pasó su infancia en Segovia, a donde había sido trasladado su padre, pedagogo de ideología progresista, gran amigo de Antonio Machado. A partir de 1926 estudió filosofía y letras en la universidad central de Madrid, donde fue discípula de pensadores de la taua de Xabier Zubiri y José Ortega y Gasset; la influencia de éste será evidente en toda la obra de Zambrano, con frecuencia calificada de "orteguiana". Se doctoró con una tesis sobre la obra de Baruj Spinoza, y desde 1931 dio clases de historia de la filosofía en esa misma universidad y en la célebre Institución libre de enseñanza, donde se nucleaban los más brillantes cerebros de¡ Madrid de entonces. Cuando empezaron las hostilidades que desembocarían en la guerra civil, tanto ella como su marido, el historiador Alfonso Rodríguez Aldave, con quien se casó en 1936, tomaron abierto partido por la República. De modo que en 1939, tras sucesivos traslados a Valencia y Barcelona según avanzaban los vencedores se hizo inevitable el camino de exilio. México, La Habana y San Juan de Puerto Rico fueron las ciudades en las que residió durante más tiempo, enseñando en las universidades de esas capitales y entablando diálogo con varios de los más destacados intelectuales hispanoamericanos de la época, sobre todo con el cubano José Lima, en cuya revista Orígenes publicó numerosos artículos. En 1953, ya separada de su marido, se instaló en Roma; 11 años más tarde se trasladó a una casa en el lago Lemán, en el límite entre Francia y Suiza; en 1972 murió su adorada hermana Araceli, con quien había compartido todos aquellos años. En 1978 volvió a mudarse, esta vez a Suiza. La concesión del premio Príncipe de Asturias, en 1981, marca el inicio del reconocimiento intelectual y oficial de su figura en Espafía; volvió a pisar tierra española en 1984, poniendo fin a 45 afíos de ausencia. En 1986, a los 82 años, recibió el máximo galardón de las letras castellanas, el premio Cervantes.
El primer libro de María Zambrano fue Horizonte del liberalismo (1930), donde destaca ya el que será uno de los ejes que vertebran su obra: la reflexión sobre las posibilidades que cada individuo tiene de proyectarse dentro de las sociedades modernas; otro de sus temas favoritos fueel de la psicología del impulso artístico -o creativo en general- y una cierta fenomenología de la vida del espíritu. A partir de Pemamiento y poesía en la vida española (1939) se empezó a hablar de un enfoque personal de María Zambrano, combinación singular de¡ legado de Ortega con una cierta fascinación por San Agustín y el influjo de la filosofía contemporánea, sobre todo de Martin Heidegger. A esta obra seguirían, entre otras, La agonía de Europa (1945), Persona y democracia (1959), España, sueño y verdad (1965); El sueño creador (1965); Los intelectuales en el drama de España (1 977), Dos escritos sobre el amor (1982).