de/from: Crucero Ecuatorial
VI
Ahora que nunca volverás, mi amiga,
y no tejeremos recuerdos y palabras
como una estera que nos proteja del viento.
Para sentarnos allí,
y contar la saga, noche a noche
mientras se consume el kerosen de las lámparas.
Ahora que nunca,
sólo a mí me toca
darles vuelta a los niños
la cara.
Y guardar risas, gestos furiosos,
miradas
que hacían el amor
la danza.
Aquella melodía humana
compartida en ciudades
en carreteras salvajes
hoteles y carpas,
aquella melodía
que ya no escuchás, mi amiga,
y se hace humo, en el aire lento del mañana.
Back to Anthology