En Sepia




(...)Uli nació en una isla redonda en el Mar de la Ensoñación Como su nombre lo indica Uli tenía la forma el color y el sonido de Uli Vagamente la palabra soledad pronunciada en ciertas ocasiones a medianoche por alguien que tenga muchos muertos de amor en la memoria puede tener un destello que se asemeje a Uli (...)

Uli aparecía de desierto en desierto y a veces traía consigo florcitas azules el beso de un amante o la clarísima certeza de que tu amiga muerta no se hubiera ahorcado si vos la alcanzabas a tiempo con una palabra sustentada en el total sentimiento de amor. Pero todas sabemos que Uli, cuya presencia se hace invisible para las que duermen mucho de noche, inventa mares azules y emociones y sueños acuáticos en los ojos de una muchacha que decidió dormirse para ya no esperar nada y sin embargo espera. Sólo cuando se ha interiorizado el dolor y una deja de nombrarlo es el momento/ en que Uli, aterrorizada y quieta no miente jamás.

(...)Después, vinieron a visitarla unos personajes ondulados, y mientras Bessie Smith cantaba el Ser de la Muerte cantaba su canción de no ser, de no volver, a reunir los vivos con los muertos ni los muertos entre ellos Era tan grande la certeza que despertó en Nadia esta canción, que ya no quería vivir Por eso habló y habló hasta que dormida la durmió la aurora.

Detenerse a observar nuestra propia consternación frente un suceso exterior a nosotros mismos no detiene, el tiempo ni la transformación vertiginosa de los hechos(...)Saltar, significaría caer en la locura, de las aguas heladas, o pasar definitivamente a ser Otra Uli(...)Crear la decisión era crear la libertad. ¿Por qué la gente siempre camina hasta el final de los muelles ni allí no empieza ni te acabaste mar?

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