A Virginia...
Te me vas, Compañera de camino...
¿Por qué así, por qué tanta prisa?
Juntas reímos tantas cosas lindas.
Juntas lloramos con las cosas tristes.
Todo lo supiste de mi vida azarosa.
Todo me contaste de tu vida también.
Siempre tu consejo buscaba en mis dudas.
Siempre escuchaba tu sabia palabra.
Treinta y cinco años marchaste a mi lado,
siendo feliz con mi felicidad
y con una lágrima
en mis días de pena...
Gracias por tu compañía,
gracias por la mano que me tendiste
para entrar en el Camino,
agrandando mi Fe cuando tanto no creía.
Se me va una hermana,
esperame allá...
Y cuando llegue para mí la hora
irás a buscarme en el fondo del túnel,
para volver a mostrarme
el Camino de la Luz...
5 de Junio de 2004