A
cada uno de nosotros se nos da una porción de tiempo para que lo usemos como
queramos. Lo aprovechamos o lo desperdiciamos a nuestro gusto, pero no podemos
recuperar un solo día.
La
experiencia no son las cosas que le ocurren a uno, sino lo que uno hace ante
las cosas que le ocurren. no eres tu obra, sino lo que aprendes de ella. . .
Aldous Huxley
Una
persona reconoce de pronto que no corresponde al conjunto de virtudes y de
pretensiones que ha sido hasta entonces su personalidad, y decide que en adelante
se dedicará a representar simplemente a ese otro ser misterioso que él
realmente es.
El
amor de los padres, en un hogar, lleno de paz y de comprensión, será siempre la
mayor seguridad para el hijo que crece.
La
claridad de una ley es su primer requisito, pues no se practica bien lo que se
comprende mal. . . Alberdi
Ama
y haz lo que quieras; si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con
amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor. Como
esté dentro de ti la raíz del amor, ninguna cosa sino el bien podrá salir de
tal raíz. . . San Agustín
El
error se precipita por un plano inclinado, mientras que la verdad tiene que ir
precisamente cuesta arriba.
La
ética nace de una actitud de amor y de respeto con relación a los demás y a
nosotros mismos. Es saber escuchar a nuestro corazón y dejarlo guiar nuestros
actos.
Una
vida social saludable se alcanza cuando en el espejo de cada alma humana se
refleja toda la comunidad, y cuando en la comunidad vive la virtud de cada uno
de sus miembros. . . R.Steiner
O o O o O o O o O o O o O o O
Cuando somos niños, idealizamos a
nuestros padres, y todo lo que recibimos de ellos: caricias, reprimendas,
gritos, peleas y hasta algún coscorrón, quedan grabados en el inconsciente.
Estos son los mandatos que pueden acompañarnos durante toda la vida si no nos
damos cuenta de ello.
En la infancia, no podemos expresar todo el enojo y la bronca que nos producen
algunas actitudes de nuestros padres, por miedo a que ellos dejen de querernos,
y entonces podemos dirigir esos sentimientos negativos hacia adentro. El dolor
y la vergüenza no se hacen conscientes.
Lo que nuestros padres nos dicen, lo aceptamos como verdades y eso que queda en
el inconsciente, no se borra fácilmente. Para lograrlo, debemos hacerlo
consciente, para entonces decidir en ese momento qué vamos a hacer con ello.
Lo que nosotros pensamos o creemos forma nuestras experiencias y nuestra
conducta, por eso, cuando algo anda mal en nuestra vida, deberíamos
preguntarnos qué pensamos nosotros de eso, para poder detectar si es lo que
nosotros pensamos realmente o son viejas repeticiones parentales. Y solo ahí
podremos decidir si seguiremos pensando así o cambiamos todo.
En nuestra vida diaria llevamos corazas que creamos para protegernos y a veces
ellas son las que no nos permiten una buena conexión con los otros para empezar
una relación de dar y recibir.
A veces nos quedamos encerrados en algún dolor de la infancia del que no
podemos desprendernos, y nos quedamos con ese dolor en vez de crecer.
Continuamos criticándonos como fuimos criticados, y nuestro padre interior
reprende siempre a nuestro niño interior, y de adultos nos tratamos a nosotros
mismos como nos trataban nuestros padres. Si nuestra madre no se amaba, no hay
forma de que nos enseñara a amarnos a nosotros mismos.
Para poder cambiar, no nos queda otra alternativa que cuestionar los mandatos
paternos para modificar nuestras inhibiciones y sentirnos bien en la vida...