"Dejarlo todo para mañana es como usar una tarjeta de crédito: muy divertido, hasta que nos llega la cuenta".
"La buena acción que nos proponemos hacer mañana, no cuenta hoy".
"Las necesidades del niño no pueden esperar. No podemos decir mañana. El niño se llama hoy". . . G.Mistral
"Quienes van por el camino del mañana llegan a la casa del nunca".
"Cada día perdido es una joya como no volverá a hacerse otra igual". . . Tagore
"Hay minutos en nuestras vidas precipitadas y dispersas, en los que desearíamos recogernos, volver de alguna manera a la fuente, para ver desde ella adónde vamos y adónde deberíamos ir, y rectificar de ese modo nuestros cursos". . . M.Barrès
"Lo que el hombre sembró, esto aún segará". . . San Pablo
"Dios da al hombre según su obra y hace encontrar a cada uno conforme su camino".
"Aprender a ayudar, es la mejor manera de ayudarte".
"Cuando uno muere, no se lleva lo que tiene sino lo que ha dado".
"Si brindamos formalmente bondad, mansedumbre, solidaridad y alegría, no tendremos que arrepentirnos ni entristecernos".
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Mañana
Son muchas las veces que repetimos la palabra "mañana".
Acostumbramos a decir "Mañana" al niño que requiere nuestra atención, al vecino que nos pide cooperación y consuelo, a aquellos con quienes vivimos que nos piden ayuda o comprensión en sus dificultades, Habitualmente relegamos para mañana toda tarea molesta, aquello que creemos que nos interrumpe en algo "tan importante" que estamos haciendo. Dejamos para mañana todo lo que no nos gusta demasiado hacer. Siempre que surge la dificultad, pidiendo un mayor esfuerzo, apelamos al "mañana".
Sin duda, el "mañana", constituye una luminosa esperanza, con la renovación del sol en el camino, y también representa el servicio que dejamos de realizar.
Pero ¡atención! no olvidemos que la deuda duerme con el deudor y despierta con él, al día siguiente. En las distintas reencarnaciones, transportamos con nosotros, sea donde fuera, las oportunidades del presente y las deudas del pasado.
Es así que los ricos de hoy, anquilosados en la avaricia y el egoísmo, podrán volver mañana siendo pobres, para conocer de cerca el infortunio y las duras lecciones de la necesidad.
Y los pobres que no acepten su pobreza y miren con envidia al que tiene lo que a ellos les falta, retornarán al confort de los ricos, con el fin de saber cuánto cuesta la responsabilidad de poseer.
Y los hombres que obtuvieron títulos del mundo, ya sean médicos o magistrados, cuando menosprecian los dones con que el Señor los ha beneficiado en el campo de la inteligencia, y los usen como afrenta al prójimo, seguramente resurgirán en el banco de los reos o en el lecho de los hospitales para experimentar las angustias y los dolores de los otros.
Los hijos indiferentes e ingratos, quizás vuelvan a servir, apagados y humildes, a hogares como los que abandonaron.
Y los padres insensatos podrán regresar a recoger los frutos amargos, que cultivaran con sus propias manos. Las mujeres que hayan huido del cumplimento de obligaciones familiares, podrán reaparecer enfermas o estériles, lo mismo que hombres fuertes y robustos que degraden la vida en el abuso de las fuerzas respetables de la naturaleza, habrán de resurgir en el escenario del mundo, cargando en el propio cuerpo el desequilibrio y las molestias que antes provocaron a otros.
Y todos los que vivieron dejando siempre todo para "mañana", pasando la vida sin hacer, tendrán que volver para cumplir con esas deudas.
No te olvides, por lo tanto, que el bien es el crédito infalible en el libro de la eternidad y recuerda que el "mañana" será siempre el resultante del "ahora".
Todos los días tienes tiempo de renovar el destino. En todo instante hay recursos para comenzar lo mejor. No dejes entonces para mañana el bien que puedas hacer... ¡Hazlo hoy!...
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