"Donde hay Fe, hay Amor; donde hay Amor, hay Paz; donde hay Paz, está Dios; y donde está Dios, no falta nada".

"Si las puertas de la percepción se abrieran, todo se le aparecería al hombre tal como es, infinito". W.Blake

"Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo amor, nada soy". San Pablo, Corintios 2,13

"La intuición es la razón que va de prisa".

"Rehuir responsabilidades es la peor de las cobardías".

"Se me abre una puerta, entro y me hallo con cien puertas cerradas".

"Adivinar es bueno, saber es mejor".

"¡Señor, líbrame de la tortura de pensar y del espanto del análisis!" Lorusso

"Si la humanidad presintiera, jamás ocurrirían catástrofes".

"Al final de nuestra vida sólo nos queda lo que hemos dado, no lo que hemos atesorado". G.Shandry

"Una experiencia nunca es un fracaso, pues siempre viene a demostrar algo". Edison

"Solamente es feliz y poderoso quien para hacer alguna cosa no tiene necesidad de mandar ni de obedecer". Goethe

"Algunas veces lo verdadero puede no ser verosímil". Boileau

"Soy un complicado animal que piensa, y sabido es que no hay nada más demoledor que el pensamiento".

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La Intuición

¿Quién no ha sentido en algún momento de su vida en un instante a la intuición? Es como un chispazo de luz que nos permite descubrir algo de pronto, que nos impulsa a tomar una actitud en vez de otra. Que sigamos ese impulso o no, ya es obra de nuestro razonamiento. Y luego podremos arrepentirnos si no lo hicimos, cuando comprobamos que habríamos ganado siguiendo aquella iluminación.

Generalmente la intuición viene de la parte más sabia de nuestro ser, de nuestro Yo Superior, y funciona más allá de todo límite de tiempo o espacio.

La intuición puede manifestarse de diferentes maneras, puede ser que de pronto entendamos algo que antes no habíamos logrado explicarnos. Puede ser que en un instante comprendamos a una persona a la que hasta entonces no entendíamos. Puede que tengamos una luz de intuición mientras miramos el cielo, mientras disfrutamos de la naturaleza, o simplemente en un sueño. En todos los casos recibimos una información repentina y clara, sin que nos demos cuenta de cómo hemos obtenido ese conocimiento. Y a veces hasta podrá parecernos sin sentido o ilógica; y nuestro razonamiento hasta podrá rechazarla de plano.

La intuición puede cultivarse; podemos buscar para encontrarla un ambiente apropiado, en soledad, en calma, relajados, escuchando buena música; o en medio de la naturaleza, escuchando el trino de los pájaros, o el correr del agua de un arroyito...

Tenemos que aprender a escucharnos, a escuchar nuestra voz interior, familiarizarnos con esa voz, conectarnos con ella, para que aprendamos a reconocer a la intuición, a confiar en ella.

Esto no quiere decir que debamos abandonar a nuestra mente racional, sino que aprendamos a integrar y equilibrar ambas cosas.

La intuición es esencial para comprendernos a nosotros mismos, para comprender nuestras necesidades y cómo alimentarlas, para mejorar nuestras relaciones con los demás y así alcanzar la plenitud de lo que podemos como seres humanos.

Hay muchos sentimientos que nada tienen que ver con la intuición y que pueden confundirnos, que nacen de un temor de enfrentar riesgos, de la ansiedad. ¿Cómo diferenciar?

La intuición nunca trae mucha carga emocional, es conocimiento que proviene de lo más profundo de nosotros mismos, en silencio.

Puede ser que a veces no queramos oír la voz de la intuición, o que estemos demasiado distraídos con cosas mundanas para poder hacerlo.

Siempre la voz de la intuición nos impulsa a amar a los otros, a ser generosos, a ser solidarios con los demás, a sentir que todos los habitantes del Planeta somos hermanos.

 

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