Los problemas humanos han de resolverse en el niño. C.Vigil

Busca dentro de ti la solución de todos tus problemas. A.Nervo

Ten paciencia frente al lo no resuelto en tu corazón, y trata de amar los problemas mismos como a cerrados aposentos, o a libros escritos en un idioma extraño. No busques ahora respuestas, no te pueden ser dadas porque no podrías unirlo todo. Vive ahora los problemas. Viviéndolos, tal vez en un lejano día, poco a poco, sin advertirlo, penetres en las respuestas. Rilke.

Ahogar los problemas en océanos de informes y legajos no es la manera de resolverlos.

Siento lástima por los hombres; tienen más problemas que las mujeres. En primer lugar, tienen que competir con ellas. F.Sagan

 

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Nuestros problemas nunca son tan grandes como nuestra incapacidad para deshacernos de ellos. Cualquier dificultad se nos agiganta en la imaginación por estar acostumbrados a inquietarnos demasiado alrededor de ella. Resulta indispensable crear un clima propicio a la solución pacífica y edificante de las crisis que surgen, y es necesario cultivar para este fin, la serenidad y el entendimiento.

No es ocultando, disfrazando o mirando para otro lado como vamos a solucionar nuestros problemas. Para solucionar un problema, lo primero que debemos hacer es reconocerlo. Luego debemos conocerlo, estudiarlo, analizarlo, descubrir las causas que lo producen y de esta manera propender a su solución.

Empecemos a reflexionar sobre nuestros problemas cotidianos, catalogándolos con un espíritu distinto. Toda cuestión embarazosa nos es presentada por la Vida como un enigma cuya solución nos corresponde hallar. Aceptémosla con calma y busquemos el modo de aprovecharla al mismo tiempo que intentamos resolverla. Comencemos con una actitud comprensiva y simpática, examinando sus diversas facetas.

Si nos hallamos ante una situación desagradable, meditemos sobre ella, no como algo que nos causa pena, que nos afecta directamente, sino como un episodio con finalidad de bien común. Tratemos de hacerla encajar en el mecanismo de las circunstancias en aras de la armonía del conjunto. La piedra que nos hiere accidentalmente podría apuntalar probablemente la seguridad de todo un edificio y no por habernos causado un leve disgusto debe ser arrojada del servicio que debe prestar a la comunidad.

De igual modo pasa con la crítica, la desilusión, los malentendidos o la persecución gratuita. Recibámoslos sin irritación y descubramos el mensaje favorable y útil que encierran para nosotros. Asumiendo esta actitud, observaremos que la crítica nos auxilia, a la manera de un insecticida capaz de inmunizar al árbol de nuestro trabajo contra las plagas destructoras que tal vez nos amenacen de pronto; la desilusión puede revelar una transformación imperiosa y benéfica; los malentendidos son oportunidades que favorecen frecuentemente la remoción de pequeños obstáculos antes de que se transformen éstos en mayores; la persecución gratuita establece condiciones para que sintamos el apoyo de nuestros verdaderos amigos para una unión más íntima y realizaciones más grandes.

No nos amedrentemos ante los problemas que surjan. En la mayoría de los casos significan cambios que requieren una adaptación a la realidad, para el bien de todos y la mayor felicidad de cada uno, en el nivel donde cada cual se coloca.

Frente a los desafíos, recordemos que todo problema es invitación de la Vida, en nombre del Padre, para ampliar nuestra comprensión, mejorar siempre y servir más intensamente.

 

 

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