El significado más profundo de la depresión es la desconexión del alma. Claro que no todo el mundo conoce esto. Y aunque la depresión a nivel común no sea considerada como una enfermedad propiamente dicha, salvo en casos patológicos, requiere de una toma de conciencia y de cuidados y voluntad para salir de ella, lo que a veces no resulta demasiado fácil.

Existe en el estado depresivo una perturbación de la psiquis que se muestra en una apatía general, tristeza, caída de la autoestima y de la vitalidad.

Para comenzar la lucha contra la depresión necesitamos primeramente la voluntad de querer salir de ese estado que no nos gusta; si lo deseamos realmente, ya podemos comenzar a poner en práctica algunas técnicas que darán buenos resultados.

Busquemos un lugar en el que sintamos paz y en el que podamos estar tranquilos, sin que nos interrumpan, ya sea un rincón de nuestra casa, un hermoso parque o aún un templo. Allí tratemos de relajarnos y comencemos a revisar con detenimiento aquellas frustraciones o aquellos problemas que creemos que nos han llevado a este nuevo estado que no nos agrada, que nos han traído un feo sentimiento de desvalorización. Tendremos que preguntarnos dónde está el error en nuestra conducta, por qué nos produce tanto dolor, cómo podemos hacer para remediarlo y superar este mal trance. Desde nuestro interior y con la verdad saldrá la respuesta. Con mucho amor agradezcamos esas experiencias, que han dejado enseñanzas de vida.

Sentir que "vivimos el hoy" es muy importante, tener alerta la percepción para poder captar cada cosa bella que llega hasta nosotros: los árboles, el cielo, el sol, los pájaros y sus maravillosos cantos, cada regalo que Dios nos ha hecho a través de la Madre Naturaleza; la buena música que nos acaricia el alma, la sonrisa de un niño en su pureza, aceptar cada momento que nos brinda la vida como algo único e irrepetible... que no podemos perdernos.

También es importante la buena postura del cuerpo: en casa, en el trabajo, mientras viajamos y aún durante el sueño. Cuidemos de no tener los músculos tensos, vayamos a alguna clase de gimnasia si podemos, o simplemente hagamos ejercicios con las manos, con las piernas, todo movimiento del cuerpo repercute en la mente y las emociones, porque somos un todo. Hacerlo varias veces al día, sobre todo antes de irnos a dormir. Buenas caminatas estimularán las endorfinas, las hormonas de la felicidad. La flexibilidad del cuerpo tiene que ver con la flexibilidad de nuestra mente.

La vibración de la voz también tiene mucha influencia en el ánimo. Cantar es un ejercicio estupendo para sacarnos toda preocupación y tristeza. O quizás podamos recitar una frase, un pequeño poema, un "mantram", el nombre de un ser querido. Las palabras también tienen energía, las más energéticas son las que contienen la vocal A y las que tenemos que evitar son las que contienen la vocal O y las que tengan significados negativos. Veremos entonces que las palabras vibran y si las practicamos en calma, comprobaremos en poco tiempo una mejora en nuestro ánimo...

No posterguemos el buen estado emocional y espiritual, la FELICIDAD debe ser nuestro estado natural...