"¿Qué es la vida eterna sino aceptar el instante que viene y el instante que se va?"
"Lo que decimos no siempre se parece a nosotros". . . J.L.Borges
"Quien le pidió a Dios, no se impacienta". . . Prov. angolano
"Las sociedades deben juzgarse por su capacidad para hacer que la gente sea feliz". . . A.de Tocqueville
"Todo el mundo aspira a la vida dichosa, pero nadie sabe en qué consiste". . . Séneca
"Amor, trabajo y conocimiento son la fuente de nuestra vida. También deberían gobernarla". . . W.Reich"Si Dios está con nosotros, ¿quién está contra nosotros?". . . San Pablo
"Donde hay soberbia habrá ignorancia; mas donde hay humildad, habrá sabiduría". . . Proverbio
"Toda alegría venida de afuera carece de base. La alegría a la que me refiero es sólida y sólo florece internamente". . . Séneca
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Método simple
Constituye un método sencillo, aunque de notable eficacia para progresar en la realización espiritual, el detenernos cada tanto en nuestras actividades diarias para pronunciar una oración, elevando nuestros sentimientos hacia el mundo trascendente, en agradecimiento por estar vivos y por tener la oportunidad de cancelar deudas pasadas, dando de este modo un paso más en la escala de la evolución. Sacudirnos así el polvo del hombre viejo, de antiguas deficiencias, y prepararnos para ingresar en el terreno de las acciones ennoblecedoras y del pensamiento purificado.
La vida ofrece innumerables oportunidades de trabajo constructivo, tanto en el campo del propio crecimiento como en el de la ayuda al semejante que pueda necesitarlo. La evolución no da saltos y se verifica en la labor diaria, en el pulimiento de pequeñas fallas, en la conservación de la armonía en el hogar y en el lugar de trabajo, permitiendo prepararse para la superación de defectos mayores.
Recordemos que nuestra gran llaga es el egoísmo, seguido del orgullo y de la vanidad que, junto con la ambición, llevan al ser humano a la desesperación y a la enfermedad de querer siempre más.
La vida, inspirada en las enseñanzas de Jesús de Nazareth-que nada tienen que ver con organizaciones religiosas ni estructuras eclesiásticas o dogmas petrificados- nos brinda un arma invencible para enfrentar el peligro de aquellas dolencias del alma. Es el amar al prójimo como a nosotros mismos, junto con la oración, la vigilancia y el recogimiento interior, lo que logra la vigencia del mundo espiritual en nuestra experiencia cotidiana. Tales escudos invisibles preparan la unión, mediante el pensamiento y las buenas obras, con el Todo, unión que permite auxiliar al semejante caído en la desesperación y el desaliento, a la par que ampararnos a nosotros mismos cuando nos encontramos en alguna encrucijada difícil.
Una palabra amiga salva muchas veces de graves males; y elevar la consciencia hacia el cielo en el momento oportuno nos preserva de decisiones erróneas o perjudiciales para nuestro progreso objetivo y anímico.
Dar el buen ejemplo, llevar una vida ordenada y sin vicios, abrirse mediante la oración a la inspiración de nuestro interior, permite lograr una mayor paz y nos vuelve más receptivos a la proximidad de las Jerarquías de planos superiores que se hallan siempre al servicio del bien.
Jesús y su mensaje amparan a todos. La fe en acción, unida a la razón iluminada por la proyección, en la oración, hacia el mundo más puro de lo alto, nos permitirán vivir tranquilos y serenos para enfrentar exitosamente los avatares de la existencia diaria.
Caminemos junto al Maestro en la vivencia de su mensaje y nos aproximaremos, ya en esta existencia, a la felicidad que todos anhelamos.