El sufrimiento es el faro de la vida. Montaigne

La vida es un eterno camino siempre adelante, no es cuerdo detenerse a comparar el pasado y lamentarse: recordar es siempre sufrir.

El hombre cauto jamás deplora el mal presente; emplea el presente en prevenir las aflicciones futuras. Shakespeare

Nada enseña tanto como el sufrir y el llorar. José Hernández

El sufrimiento es permanente, aislado y oscuro, y posee la naturaleza de lo infinito. O.Wilde

Un hombre bueno de ninguna manera se ve libre de sufrir por los crímenes de otro.

La clave del éxito en la vida no consiste en lo que ocurre a un ser humano, sino en la manera como él emplea lo que le acontece. Ralph Ransom

Nada nos engrandece más que un gran dolor. Musset

El verdadero valor consiste en saber sufrir. Voltaire

 

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Dios está siempre presente en nuestras vidas, especialmente cuando sufrimos.

La gente que atraviesa por malos momentos requiere consuelo, no necesita explicaciones. Cuando no sabemos que decir a una persona que pasa por una desgracia, no nos preocupemos por buscar palabras. Guardemos silencio, tomémosle la mano y escuchémosla. El "¿Por qué me tenía que pasar esto a mí?" no es una pregunta, es un grito de dolor.

Hay una parte de nuestro cerebro que siempre trata de encontrar un sentido a la vida, que siempre busca hacer conexión entre lo que hicimos y lo que nos pasó. Entonces, cuando algo malo nos pasa, esa parte de la mente se pone a trabajar con más fuerza, tratando de encontrar los porqués.

Pero por qué no es la pregunta adecuada para formularnos, ya que se centra en el pasado, y al pasado no podemos cambiarlo. Aún si lográramos averiguar el por qué, ya sería demasiado tarde. El porqué sólo nos vuelve impotentes. La pregunta tiene que estar orientada hacia el futuro. ¿Cómo seguiremos? ¿cómo continuar? ¿qué haremos ahora?

Las tragedias que nos suceden no tienen sentido hasta que nosotros se lo damos. Los que hemos sufrido alguna somos los más calificados para ayudar a otros que están pasando por situaciones similares. Además, al ayudar a otro empezamos a sanar nuestro propio sentimiento de impotencia; mucha gente encontró en sí misma la fuerza que no sabía que tenía, descubrió recursos de amor, de fuerza, de coraje, de valentía que no existían hasta el día en que los necesitaron.

Muchas veces vemos gente común haciendo las cosas más extraordinarias, que nos demuestran que es posible seguir adelante. Quizás el milagro no sea que la tragedia no suceda, sino seguir creyendo en la vida y santificándola, a pesar de saber que la vida está llena de dolor.

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