En grandes porfías, la verdad se pierde. Séneca
La Verdad es el SOL de los inteligentes". Vauvenargues.
Cuando a la verdad se la sepulta bajo tierra, crece, se sofoca, junta una fuerza tan explosiva que el día que explota, hace estallar todo con ella. . . E.Zola
No hay en este mundo una maravilla más grande que la verdad o, al menos, el esfuerzo del hombre por conocerla. Maeterlink
La verdad es a menudo eclipsada pero jamás extinguida.
La ignorancia está más cerca de la verdad que el prejuicio. Diderot
El lenguaje de la verdad debe ser simple y sin artificios. Séneca
Cuando el hombre renuncia a la lucidez, nadie debe contradecirlo. Toda tentativa de mostrarle la verdad está condenada al fracaso. . .Gheorghiu
La Verdad es el gran objetivo del hombre". Platón.
No cierres la puerta a los errores, porque la Verdad quedará afuera. Tagore
La justa razón pide un cambio respecto a lo que era justo hacer en los tiempos precedentes, si el tiempo o las circunstancias han cambiado. Por eso, cuando los adversarios dicen que no es justo obrar un cambio, la verdad responde gritando que no es justo no hacer los cambios. . . S.Agustín
El sueño revela la verdad que supera a la imaginación. Kafka
La verdad es moneda escondida. Eurípides
Cuidado con las mayorías. Si tanta gente anda detrás de algo, es suficiente prueba de que ése algo es un error. La verdad les sucede a los individuos, no a las multitudes. . . Osho
La verdad es como un río de aguas cristalinas. M.Gandhi
La más débil de las pasiones humanas es el amor por la verdad. Housman
El buen sentido es el instinto de la verdad. Jacob
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En la tradición hindú hay tres hermosos mantras que expresan la idea de verdades. El mantra es una manera inexplicable de comunicación. Hay una frase, una breve declaración y deja un amplio espacio para comprender la verdad de cada uno. El mantra es como un pequeño punto, si encuentras su sentido, completas la imagen. El hallar un sentido es tarea de tu imaginación. Si se lo describe detalladamente su sentido se desvanece y la verdad se pierde entre las palabras.
Uno de los mantras es So Hum, que significa algo así como: "Yo soy la Verdad". Cuando digo este mantra, pienso de inmediato en otro: Tat Sat, que significa "Esa es la verdad". Ahora el foco se ha desplazado, ya no soy la verdad exclusiva: soy la verdad, pero existe también una verdad fuera de mi. Esto incluye la verdad de una tercera persona. Y hay un tercer mantra: Tat Twamasi, que significa "Tú eres la verdad". Cuando digo "veo la verdad" estoy también diciendo "Tú eres la verdad". No poseo ningún monopolio sobre ella.
Si católicos y protestantes, judíos y árabes, sikhs e hindúes, musulmanes y cristianos, socialistas y capitalistas se unieran y dijesen: "Vemos la verdad, pero ustedes también la ven", no habría guerras y todo sería más hermoso, pues reinaría la tolerancia.
La belleza está en todas partes. Reside en los ojos del espectador. La flor, el árbol, el mar, la montaña y el río son hermosos sólo si la belleza está en nuestros ojos; sólo si somos capaces de verlos hermosos. Pero hay que tener en cuenta esto: aun cuando no veamos la belleza de los árboles, ellos son igualmente hermosos.
Tenemos una extraña noción de la verdad. Pensamos en la verdad como si fuera algo sólido, inflexible y objetivo. Pero la verdad difiere de los hechos. Un hecho es una realidad exterior a nosotros. La verdad es una experiencia interior. A cada momento experimentamos la verdad y cada momento es una verdad diferente. La verdad abarca una dimensión de universalidad y eternidad, pero la experiencia de la verdad se hace a cada instante. No es algo sólido; no podemos decir: ésta es la verdad, la he hallado y ahora la divulgaré. En el momento en que decimos "este es el camino'', perdemos el camino. La verdad es como la brisa marina. Siempre hay brisa sobre el mar, no hay dos experiencias de ella que sean idénticas. Aunque sea la brisa, millones de personas la experimentan de millones de maneras diferentes. Ninguna experiencia es más verdadera que las demás.
La verdad es como nuestra respiración. Todos tenemos nuestra propia respiración. Todos tenemos nuestra propia verdad. Mi respiración no invalida tu respiración. Si comprendemos este continuo fluir de la vida nunca seremos dogmáticos y nunca pensaremos que sólo hay una manera correcta de organizar el mundo.
La mente es una de las fuentes de este pensamiento exclusivista y una máquina muy eficiente de crear problemas. Puede crear millones de problemas sin ninguna materia prima exterior. La materia prima es el pensamiento, y la mente lo crea. Si permitimos que nuestra mente siga su fluir natural descubriremos que hay muchos caminos.
Este es un problema paradójico: cuando nos abrimos a muchas maneras, encontramos nuestra manera particular. Podemos establecer una relación entre la verdad eterna y la verdad personal; como seguimos nuestra propia respiración, así seguimos nuestra propia verdad.
Si saltamos de un lugar a otro y no mantenemos un camino particular, también entonces estamos perdidos. Debemos seguir una senda; puede ser una artesanía o una expresión artística, puede ser un modo de acción o un camino de meditación. Debemos tomar la senda que se nos presente de modo natural y respetar a quienes siguen sendas diferentes. Así no construiremos órdenes, organizaciones ni sistemas monolíticos.
S i alguien pregunta: "¿Qué debo hacer? ¿,Debo manifestarme y protestar contra los males del mundo y tratar de cambiar el sistema o debo ir a un santuario y meditar y orar por la paz?'', la respuesta es: "Pregúntate a ti mismo. No imites a otros si puedes ser tú mismo". Somos individuos, pero somos parte de la totalidad. En la medida en que intuyamos nuestra interrelación con todos los movimientos, con todos los patrones de pensamiento, con todas las ideologías, todos los valores y todas las verdades, veremos que no supone exclusivismo el seguir un sendero particular que nos llega de manera natural. Cada ser humano es único y tal condición debe expresarse; no debemos perderla de vista. Al comprender el uno en los muchos y los muchos en el uno, podemos seguir un camino aceptando a todos los demás.
La aceptación de muchos caminos es despertar y ver a Dios a nuestro alrededor, abrazando todas sus diferentes expresiones . . .