La vida, la naturaleza, la
humanidad, sólo son bellas cuando son transfiguradas por un cerebro creador.
Todo lo demás es mentira. . . E. Jaloux
Pocos sabemos reconocer las
dádivas de Dios y la brevedad de la vida. . . Calderón de la Barca
Ayuda a tus semejantes a
levantar su carga, pero no a llevarla. . . Pitágoras
Tú eres el arquitecto de tu
propio destino. Trabaja, espera y atrévete. . . Wilcox
Los buenos como los malos
hábitos se aprenden desde niño y nunca se olvidan.
La buena conciencia es el mejor
remedio contra el insomnio.
Quien va en busca de una
montaña no se detiene a recoger piedras en el camino. . . José Martí
Las tres cosas más difíciles
de la vida son: mantener un secreto, ignorar los insultos y hacer buen uso del
tiempo libre. . . Quilón
Si buscamos lo esencial,
necesitamos prepararnos para soltar todo. . . Paul Lowe
Todo lo que hacemos, todo lo
que somos, es resultado de un trabajo de siglos. . . E. Renán
Cuando uno cree en milagros,
los milagros empiezan a suceder.
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Cuando escuchamos las
noticias perturbadoras que nos traen los medios de comunicación, como guerras,
accidentes, desastres naturales que se llevan a cientos de personas ¿se
conmueve nuestro corazón? ¿sentimos
deseos de ayudar?
Es entonces cuando podemos
evaluar de que manera podemos hacerlo, si tenemos los recursos necesarios y la
posibilidad para ayudar.
No debemos permitir que el
miedo desvíe ese impulso, aunque reconozcamos que es natural sentirlo ante algo
desconocido.
Debemos prestar atención al
sufrimiento ajeno, ser sensibles a las necesidades de los demás; siempre hay
lugares donde podemos servir a quien le hacen falta tantas cosas.
Pensemos si preferimos el
trabajo comunitario o si nos sentimos mejor trabajando solos o con algún amigo
o hermano del alma. Cualquiera que sea
la opción, nuestra contribución será muy bienvenida. Cuando ya la elección esté
hecha, tenemos que tener en cuenta que podemos encontrarnos con inconvenientes
que haya que vencer, y que puede ser que cometamos errores y todo eso nos va a
enseñar mucho sobre nosotros mismos.
Todos somos uno, y cuando
uno sufre, todos sufrimos. Entonces,
cuando ayudamos, todos somos ayudados.
Y tenemos que aprender también a cuidarnos. La acción compasiva está plagada de alegrías, pero estar en
presencia del dolor puede crearnos algunas tensiones. Una vez que tengamos conciencia de lo que podemos encontrar en el
camino del servicio, podremos entonces dar el salto hacia él y descubriremos un
mundo maravilloso que nos dirá quiénes somos, cuáles son nuestros motivos y
cómo podemos dar respuesta a tanta necesidad de nuestros hermanos.
El primer paso puede ser
difícil, pero la maravillosa sensación que nos deja el servicio, habrá valido
la pena...