La Fiesta


Antes de continuar con el relato permíteme comentarte algo, al principio cuando empecé a escribirlo tenía toda la intención de que fuera simplemente un relato corto, sin embargo, como te dije anteriormente, mi imaginación tiene la virtud de una vez despertada, volverse incontrolable. De esta manera, comenzaron a surgir un montón de situaciones y fantasías que no quería dejar de contarte.


Tenía entonces dos alternativas, recortaba el relato y dejaba tan solo los hechos esenciales, o lo dividía al menos en dos partes (para que fuera mas práctico cargar la página) y daba rienda suelta a mi activa imaginación.


Como te habrás dado cuenta, elegí la segunda opción, y espero que estés de acuerdo conmigo.


Ahora sí, al relato:


"Estábamos a punto de descender cuando la Señora Marta nos dijo:


-
Primero deberemos prepararlas un poco para esta noche. Noelia, alcanzame los elementos.


Noelia se dirigió una vez mas hasta el placard y trajo un consolador de medianas dimensiones, unido a uno de sus extremos se veía un cañito de latex flexible que terminaba en una pequeña bomba de mano similar a la que tienen los aparatos para tomar la presión.


-
A ver, dénse vuelta y muéstrenme esa colita.


Casi sin saber que hacer, la obedecimos. Primero Laura y después yo recibimos el consolador en nuestro interior. Al aplicarlo, Marta nos explicó:


-
Este es un aparato muy útil, lo tengo cargado con una crema lubricante y voy a aplicar bastante dentro de ustedes, así evitaremos que después se quejen de que les duele.


Cuando terminó de aplicar la crema en nuestro interior, nos acomodamos las bombachas y nos dispusimos a ir a la sala de reuniones donde habíamos dejado a todas las invitadas.


Al llegar, la situación no podía ser mas extraña, estaban todas ellas reunidas, con sus vestidos largos, charlando y bebiendo como si se encontrasen en una reunión tradicional. Casi nada había cambiado desde que nos retiramos a pesar de que había pasado un buen rato, parecían todas estar esperando la llegada de la Señora Marta.


Yo esperaba al menos cierta sorpresa al vernos, nosotras cinco, Marta con su atuendo de dómina y la prótesis balanceando entre sus piernas, Ester y Noelia actuando como si fuesen dos policías, mientras que Laura y yo totalmente transformadas en dos prostitutas, no podíamos desentonar mas con el ambiente que reinaba en la sala.


-
Chicas, préstenme atención un momento por favor. Dijo Marta, casi inmediatamente se hizo el silencio en la sala y cesaron las voces de la conversación, tan solo se escuchaba la música de fondo, que rápidamente una de las señoras se encargó de apagar.


-
Ustedes ya conocen a Noelia y Ester, ellas ya son dos viejas amigas nuestras y durante esta noche serán dos mujeres policía, no me responsabilizo de lo que pueden hacer con alguna de ustedes si no tiene documentos.


- Pero quiero presentarles también a dos nuevas participantes de nuestras reuniones, ya las habrán visto durante la cena, ellas son Laura y Ana, las he examinado y les puedo asegurar que son tan excepcionales como Noelia y Ester.


- Durante esta noche ellas serán dos prostitutas, así que como tales, saben que pueden hacer lo que quieran que no se negarán, eso sí, deberán pagarles de alguna manera.


Cuando terminó de hablar, las participantes de la reunión, casi como obedeciendo a alguna señal se levantaron y se dirigieron en grupos hacia cada una de nosotras.


Dos de ellas se acercaron a Noelia y simplemente le dijeron:


-
Agente, cuéntenos como es la vida de una policía.

Noelia se limitó a responder:


-
Tiene documentos señora?


Al mismo tiempo, tres de las participantes se acercaron a Laura y tomándola de un brazo le decían:


-
Vení querida, vamos a una de las habitaciones que te vamos a contratar para una despedida de soltero.


Lo último que supe de ella hasta el día siguiente fue que se alejó con ellas abrazándola .


Estaba totalmente aturdida pero no pude evitar ver que una mujer un poco mas madura, de aproximadamente unos cincuenta años, se acercaba a la Señora Marta, y mientras la besaba, tomaba con una de sus manos la prótesis de mi empleadora.


Otras dos mujeres se acercaron a mi. Una de ellas de unos treinta años, con un vestido largo de color rojo, sumamente ajustado a su cuerpo y con un importante corte el frente de su falda que dejaba entrever sus muslos, la otra, un poco mayor, de cuarenta y tantos pero con un físico envidiable, lucía también un vestido largo, pero este era azul oscuro, con un escote impresionante y de mangas largas.


-
Hola, porqué no vamos a sentarnos y charlamos un poco de las cosas que nos vas a hacer?


Vos hubieras dudado en responder? Yo tampoco, sonreí, sintiéndome en el mejor de los mundos y caminé con ellas hasta un sillón cercano, allí nos sentamos, cada una de ellas a un lado mío.


Cuando me senté, pude ver en un rincón de la sala que Noelia continuaba con las dos señoras que se habían acercado a ella, ahora estaban con sus manos contra la pared, de piernas abiertas y Noelia con su bastón en la mano, levantaba la falda de sus vestidos y acariciaba alternativamente la entrepierna de una y otra.


Quedé fascinada mirando esa imágen hasta que sentí una mano acariciar mi rodilla.


-
Dejálas que se diviertan por su cuenta y vamos a charlar un poco. Me dijo una de ellas.


Otra mano, la perteneciente a la otra mujer, mientras tanto se dedicaba a explorar mis prótesis mamarias.


-
Vamos no seas tímida, vos también podés acariciarme las piernas, vas a ver que tengo una sorpresa para vos que te va a encantar.


Mi mano comenzó entonces a acariciar los muslos de ella, mientras al mismo tiempo sentía sus caricias en mi entrepierna y en mi busto.


En ese momento, acercó su cara a la mia y me dió un beso, tomó mi mano entre la suya y con suavidad la guió hasta su entrepierna.


Cual fue mi sorpresa al ver que ella tenía también una prótesis como la de Marta, aunque de dimensiones un poco mas reducidas en su díametro e igual longitud.


Sentí una presión en mis nalgas y al volverme, vi que la otra mujer se había subido la falda y estaba frotando otra prótesis de cintura contra mis muslos. En ese momento contemple la sala y me di cuenta que todas ellas tenían puesta un falo artificial que ocultaban debajo de la falda. Los tamaños y los colores variaban, pero un tema se repetía, todas mujeres con penes siempre erectos y dispuestos a penetrar a alguna de nosotras.


Noelia ya había levantado por completo la falda de las dos mujeres que estaba "interrogando" y ellas también exhibían falos similares. La Señora Marta estaba enfrascada en un 69 con la señora que se le había acercado, cada una de ellas besando e introduciendo por completo en su boca el pene de la otra.


Ester, estaba arrodillada, con su propio bastón introducido en su cola, mientras besaba alternativamente la prótesis de las dos mujeres que estaban con ella, las cuales ya habían perdido su vestido y estaban tan solo con su lencería puesta.


-
Te gusta? Escuché que me decían, trayéndome de nuevo a la realidad.


- Si, mucho.


-
Entonces porqué no le das unos besos?


No tuvo que repetirlo dos veces, incliné mi cabeza e introducí en mi boca ese precioso falo, poco a poco, maniobré hasta que lo tragué por completo, sintiendo los testículos de latex contra mis labios.


-
Mirá que linda, me encanta cuando son así viciosas. Dijo la poseedora del miembro que estaba besando mientras se franeleaba a si misma los pechos.


Mientras tanto, la otra mujer se levantó y bajó el cierre de mi bombacha, al observar la crema que estaba escurriendo de mi ano le comentó a su amiga:


-
Está toda mojada, la calentaste bien.


Y mientras decía esto, se levantaba por completo la pollera, y de un solo empujón me penetró violentamente.


Caramba, esto era realmente el paraíso, estaba de rodillas en el piso, mamando un precioso pene, acariciando los muslos enfundados en medias de lycra brillante de una de ellas, mientras sentía dentro mío el miembro de la otra a la par que sus hermosas tetas proporcionaban una agradable sensación de calor en mi espalda.


-
Que ganas tengo de cojerte. Me dijo aquella a la cual estaba besando, - Dejame un poco y cambiemos de lugares, no sabés que bien que la chupa. Dijo a su amiga.


Sin embargo, la segunda de ellas no estaba dispuesta a ceder su lugar y le pidió que le permitiera continuar un rato mas.


-
Siempre la misma vos, cuando te entusiasmás son insaciable. Dijo la primera de ellas. - Porqué no probamos de hacer un sandwich y así estamos las dos contentas.


Empecé a temblar, parecían haber olvidado que yo solo tenía un orificio para proporcionarles. Con discresión, se los comenté.


-
Pero tontita, no tengas miedo, ya vas a ver como se puede. Además que no se diga que una prostituta no está capacitada para hacer una cosa así, si Marta te aprobó es porque podés hacerlo.


Temí discutir con ellas, recordé la advertencia de la Señora Marta sobre las quejas de sus invitadas y me resigné a soportar lo que fuera.


Recién en ese momento, la segunda de ellas se retiró de mi, se acostó en el piso, con su falo hacia arriba y me dijo:


-
A ver, vení a sentarte aquí.


Me puse de cuclillas, acomodé su pene en la entrada de mi cola y me relajé dejando que este entrara por completo. En ese momento, la otra guío mi cuerpo de manera tal que quedara acostada sobre su amiga.


Una vez que estuve así acomodada, ella se recostó sobre mi espalda, maniobró con sus manos de manera tal de acomodar el extremo en la entrada de mi cola (recuerdo que agradecí el estar bien lucricada y dilatada) y comenzó a empujar ejerciendo cada vez mas presión.


Para mi sorpresa, primero la cabeza y luego el resto de su miembro comenzaron a entrar en mi cola.


-
Viste que se podía tonta, ya vas a ver como te va a gustar.


Casi sin darme cuenta, me había penetrado por completo, tenía dos penes dentro mío. Jamás hubiera pensado que podía lograrlo.


-
Bueno, llegó la hora de moverse. Dijo la que estaba sobre mí, y comenzó a hamacarse cada vez con mas energía. Mientras tanto, yo estaba enfrascada en un profundo beso con aquella que se encontraba debajo, sintiendo mi cuerpo estimulado en todos sus puntos.


Sus vestidos acariciaban mi espalda y mi pecho, el busto de una de ellas presionaba contra el mío, y sentía en mis piernas el roce de otras cuatro piernas enfundadas en las mas suaves medias.


En ese momento, veo un par de botas que reconocí como las de la Señora Marta, que se había parado justo a mi lado.


-
Que tal se está portando Ana? Preguntó.


Primero una y luego la otra le respondieron. -
Muy bien, es toda una putita. - Una excelente adquisición para nuestro club, te felicito Marta.


- Bien putita, parece que te ganaste tu premio.
Dijo Marta mientras tomaba mi rostro con una de sus manos.


Pero no vayas a creer que esto fue lo único que hicimos durante la noche. Muy por el contrario, estábamos recién empezando.


Marta entonces les dijo a mis dos nuevas amantes: -
Ustedes pueden encargarse de darle su premio y que ingrese al club?


- Quedate tranquila que para nosotras va a ser un placer.
Le dijo una de ellas.


Entonces, aquella que me estaba montando se retiró de mi, de modo que quedé penetrada por solo una de ellas, me incorporé, me senté en cuclillas sobre su pene y comencé a hamacarme.


Mientras tanto, la otra nos rodeó y abriendo sus piernas de modo que sus tobillos quedaran a ambos lados de la cabeza de su amiga, ofreció su prótesis para que la mamara.


Una vez mas no me hice rogar, era sencillamente delicioso, yo misma me hamacaba con placer sintiendo como ese hermoso falo entraba y salía de mi cola ya bastante dilatada como te imaginarás, y al mismo tiempo, una de ellas estaba virtualmente cogiéndome la boca, ya que había tomado mi cabeza entre sus manos, y mecía sus caderas hacia adelante y atrás.


Estuvimos un rato así hasta que una de ellas le dijo a la otra: -
Porqué no le damos su premio?


Ante la respuesta afirmativa, una retiró su pene de mi boca mientras que al incorporarme, la otra hizo dejó mis nalgas vacías y añorando alguna presencia dentro mío.


Me condujeron hasta el sillón, mientras me acomodaban y decían: -
Sentate así que ahora vas a ver que lindo premio te ganaste.


A estas alturas yo estaba sumamente intrigada sobre cual sería la naturaleza de mi premio, hicieron que me sentara en el sillón pero con mis nalgas casi en el aire, cuando mi posición fue la que ellas estimaron la correcta me dicen:


-
Bueno, ahora quedate quietita, relajate y disfrutá que nosotras vamos a hacer que tengas un hermoso orgasmo.


Mientras decían esto, una de ellas se recostó al lado mío, y mientras con una mano retiró primero la cinta que aprisionaba mis genitales y luego comenzó a masturbarme, con la otra se dedicó a masajear mis senos mientras me besaba en el cuello y la boca.


Entretanto, siento la presencia de su amiga entre mis piernas, empujándolas y obligándome a separarlas un poco mas. A continuación recostó su cuerpo contra una de ellas, apoyando sus pechos contra mis rodillas y vi que tomando un consolador de latex, de generosas dimensiones y provisto de un mango, comenzó a introducirlo una vez mas dentro mío.


Que maravillosa sensación, yo estaba en el mejor de los mundos posibles, sintiendo el vestido de una de ellas contra mi corset, a la par que estaba siendo masturbada, mientras que por otro lado, también sentía el cuerpo de mi otra amiga recostado contra mis piernas, experimentando el roce de sus pechos contra mis piernas y sintiendo como el consolador estimulaba una vez mas mi cola.


Te juro que hice todo lo posible por demorar mi orgasmo, pero las emociones vividas durante esa noche me habían llevado a un punto de excitación extremo y realmente debo confesar que no tuve mucho éxito a pesar mío, ya que hubiera deseado que esta situación se prolongara mucho mas.


Pero, fue realmente incontenible, cuando por fín eyaculé, lo hice en gran cantidad, mi propio semen manchó parte de mis medias y el corset.


Cuando las chicas vieron esto, no parecieron sorprenderse sinó que por el contrario se mostraron encantadas.


-
Mirá que divina, parece que le gusta ensuciarse.


- Bueno, vamos a ayudarla entonces.


Cambiaron de posición de forma tal que quedaron una a cada lado mío, yo continué en la misma posición y ambas me ofrecieron sus penes para que los besara.


Alterné entre uno y otro durante un tiempo, cuando finalmente ellas parecieron ponerse de acuerdo y comenzaron a masturbarse como si en vez de tratarse de prótesis fuesen miembros masculinos reales, parecían incluso disfrutar esta situación.


Finalmente, casi al unísoso, sus prótesis eyacularon una sustancia que era sospechosamente similar al esperma, supe inmediatamente que se trataba de aquellos modelos que ya había visto en un par de películas que tienen la capacidad de eyacular, pero eso si, no quise preguntarme cual era el origen de la sustancia que estaba recibiendo. Simplemente disfruté la sensación de sentirme una verdadera prostituta recibiendo la leche de mis dos amantes en la cara y el pecho.


Así es, cuando finalmente terminaron de acabar, tenía toda la cara y el pecho completamente mojados por su orgasmo.


Se acercaron a mi, y mientras decían -
Que hermosa putita, comenzaron a lamer ellas mismas la suciedad de mi cuerpo, mezclando así mi propio orgasmo con los de ellas.


Luego que llenaban sus bocas con estos líquidos, se acercaban alternativamente a mi y me daban de beber de sus propios labios la mezcla de nuestros orgasmos. Esta situación de lo mas extraña, lejos de incomodarme me excitó mas aún y se prolongó hasta que estuve completamente limpia.


Finalmente, nos recostamos las tres sobre el sillón y nos abrazamos, producto del cansansio, quedamos dormidas las tres juntas.


Y así fue como conseguí un empleo permanente en la casa de la Señora Marta, actualmente vivo junto con ella, Laura, Noelia y Ester. Siempre esperamos con ansiedad las reuniones del sábado, en ellas, Laura y yo nos desempeñamos como mucamas durante la cena, al igual que Noelia y Ester juegan su papel de personal de seguridad.


Pero lo que realmente nos excita es la expectativa de saber cuales son los papeles que nos tiene reservados Marta para esa noche, al llegar a la habitación, sabemos que estará preparada la ropa pero nunca nos anticipa que seremos durante la reunión.


Ya he sido azafata, en una oportunidad también mujer - policía, maestra de jardín y de grado, prostituta, sirvienta, mujer de sociedad, carcelera, pero ahora estoy entusiasmada, he visto unos guardapolvos blancos y unas cofias, tengo el presentimiento que este sábado seré una enfermera."


Bueno, ahora te toca a ti decidir si el relato vale la pena, se que es tan solo una fantasía y lamento mucho que no exista una casa de reuniones así donde pueda ir a ofrecer mis servicios. Pero como te dije, mi imaginación suele jugarme malas pasadas.


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