The English Lesson.

Una aventura bizarra


Amanda, nuestra mas prolífica colaboradora, me ha enviado otro de sus relatos, en este, tal como lo sugiere su título las experiencias que sufre nuestro protagonista son un tanto bizarras (pero no por ello menos excitantes).


Jorge estaba muy contrariado, la Empresa en "un afán de capacitar a su planta permanente", lo había inscripto en un curso acelerado de inglés americano para que los ejecutivos "pudiesen pronunciar bien el idioma de la casa matriz".


Justo le vino a tocar a él, que odiaba realizar cualquier esfuerzo intelectual; en la escuela le decían "cuatrero", no porque robara ganado, si no porque el cuatro era la máxima nota que lucía su boletín de calificaciones. A él, que había logrado su puesto en base a intrigas y desplazamientos non sanctos (como se dice vulgarmente: usando el serrucho), ahora lo venían a molestar con esos cursillos que, en su opinión, de nada servían.


De muy mal humor concurrió al lunes siguiente al Instituto Privado de Inglés Americano, que lucía sobre la puerta de entrada un cartel junto con el emblema del colegio, que parecía promover más una marca deportiva que no podía recordar cual era, que un instituto de enseñanza: "Just say it".


La clase era aburrida y tediosa, la maestra: anodina y sin gracia; Jorge había creído entender (ya que hablaba exclusivamente en inglés) que era de Washington DC y, al igual que todos los maestros del instituto, venían a Sudamérica a realizar intercambios de profesores.


Jorge se pasaba todo el tiempo pensando que podrían estar haciendo sus subalternos para desplazarlo de su lugar y como poner trabas para que eso no suceda y que jugarreta podría realizar para ascender en el escalafón de la Empresa; sin prestar la más mínima atención a lo que sucedía en la clase; hasta que sintió que el dedo de la maestra le apuntaba y le decía:


- You say it now !


Nunca antes había sentido la sensación de ruborizarse, tal como le sucedía en ese momento:


- Perdón estaba distraído, me podría repetir la pregunta - balbuceó tímidamente.


- Please, say the word: squeeze - le dijo pacientemente la maestra.


- Cómo ? -


- Retourcer in english: squeeze - repitió una vez más la maestra.


- scu, ... la verdad es que no puedo decirlo - dijo displicentemente Jorge


- But you must say it, you are here to learn ! - le decía en un tono entre implorando y ordenando la maestra.


- Si, si pero no puedo pronunciar esa palabra, tengo problemas aspiro genitivos lumbares, para pronunciar el inglés ! - respondió Jorge con una inventiva que le hacía recordar como zafar de situaciones similares en la secundaria y esperando confundir a la docente de tal forma que lo dejara tranquilo y no le hicieran repetir más palabras que el consideraba totalmente sin importancia.


- Well, in this case, you must go with Miss Jenny; please follow me - le retrucó la maestra entendiendo cual era el jueguito que le quería hacer Jorge.


Viendo que la cuestión podría ponerse divertida (siempre en la secundaria lograba sus objetivos!) y dispuesto a no dar el brazo a torcer, Jorge acompañó a la maestra de inglés hasta una habitación que tenía pegados por todas las paredes bonitos paisajes de Estados Unidos de Norteamérica; dos silloncitos y una mesa ratona de gran superficie.


Mientras miraba distraídamente los poster sintió que la puerta de la habitación se cerraba; al darse vuelta se sobresaltó un poco al ver a Miss Jenny. Era una mujer enorme y obscenamente gorda; su pelo recogido en una pequeña cola de caballo estaba tan grasoso que parecía recién salida de la ducha.


Los pequeños ojos negros se perdían dentro de las montañas de grasa que tenían los pliegues de su cara, no obstante tenían un brillo especial que Jorge inmediatamente asoció a la brujería.


La enorme papada amasaba un collar de perlas que en parte desaparecía dentro de ella. La blusa blanca tenía enormes aureolas de transpiración debajo de los brazos y tapaban vaya a saber que cantidad de tejido adiposo. La pollera negra amplia con enormes bolsillos que apenas cubría la parte superior de las piernas; estas salían enormes y como con bolsas hacia los mocasines que soportaban estoicamente la enorme presión de tan gigantesca mole.


- So ! you can´t say Squeeze; now show me your tongue ! - le descerrajó Jenny a Jorge, acercándose tanto que podía oler su espantoso aliento de cebollas y dientes no lavados, y tratando de meterle un dedo en la boca.


Jorge no tuvo mejor idea que morder el grasoso dedo que trataba de introducirse en su boca.


- Ouch ! ... I see, you wanna war no ? - le dijo Jenny y sacando un spray de uno de sus bolsillos lo roció en la cara y los ojos de Jorge.


Jorge se retorció sobre un sillón por unos minutos tratando de sacarse la picazón de los ojos, al cabo de los cuales sentía que sus músculos habían perdido la tonicidad, se podía mover pero no tenía fuerza.


Cuando volvió a mirar a Jenny se asustó más aún de su aspecto: se había puesto una capucha negra y lo único que se veía de su cara eran los labios, nariz y ojos (esos que ahora tenían un brillo aún más intimidante). Por lo demás estaba completamente desnuda, mostrando todo el imperio de sus rollos grasientos; sus senos enormes tenían sobre sus pezones un líquido viscoso color blanco lechoso.


Jenny se acercó a Jorge; le fue muy fácil desvestirlo completamente y acostarlo en el suelo, ya que no podía ofrecer gran resistencia.


- Now I´ll fix your tongue - y sin decir más metió su vagina sobre la boca de Jorge. Tímidamente Jorge comenzó a lamerle el clítoris, los gruesos labios casi tapaban su nariz y por momentos se sentía asfixiado. Pero la situación no dejaba de excitarlo y su pene comenzaba a erguirse, cada vez succionaba mejor a quien se había convertido en su sádica Ama.


Hasta que de pronto sintió un ruido terrible, las nalgas de quien tenía sobre su cabeza se conmocionaron y temblaron horriblemente. Un hedor insoportable inundó sus aparato respiratorio, era una mezcla de comida chatarra en descomposición, cerveza fermentada y cloaca inmunda, que casi lo lleva al desmayo; la muy condenada había despedido un flato impresionante en su propia cara.


En ese mismo momento entró en el cuarto un joven negro que parecía extraído de una estampa del Bronx neoyorquino.


- Jenny, wath are you doing there ? - le preguntó a Jenny con un tono de total naturalidad.


- Oh Bill; just trying to fix the tongue of this slut; he cann´t say: squeeze - le respondió Jenny.


- I think thats not a problem of the tongue; it´s of the ass - le reprochó Bill


- So ! can you help me ? - pidió ayuda Jenny


- You know I only teach to girls ! - respondió Bill, condicionando su ayuda.


- No problem - dijo Jenny y salió por unos instantes.


Jorge en el piso trataba de recuperar el aliento, tosía e intentaba soportar lo más decorosamente posible sus ganas de vomitar.


Jenny volvió con unas ropas en la mano y comenzó a vestir a Jorge: camisa blanca con corbatita escocesa, pollera tableada escocesa, bombacha, medias tres cuarto con pompones en el borde superior y unos zapatos de charol negros que le apretaban ya que eran algunos números más chicos que los que normalmente usaba.


- You see, now you have a beatiful shemale student; isn´t cute ? - le dijo Jenny a Bill mostrándole a Jorge convertido en una estudiante uniformada de colegio secundario.


Lo arrodillaron sobre la mesa ratona. Jenny puso la cabeza de Jorge entre sus piernas y le sostenía los brazos haciendo que circunvalaran sus enormes piernas. Esto hacía que la cola quedara algo levantada.


Bill se bajó el cierre de su jean y sacó su enorme pene erecto, escupió en sus manos y ensalivó su punta de lanza. Levantó la pollerita y corriendo a un costado la bombacha comenzó a penetrar el ano de Jorge. Una dulce sensación de protección invadió todo el cuerpo de Jorge, de pronto sintió que su ano se dilataba y comenzaba a disfrutar de la situación; hasta que Bill empujó con todas sus fuerzas y sintió un dolor estructural en todo su aparato evacuador.


- Squeeze - gritó entre las piernas de Jenny. Bill se sacudió un poco más y un líquido viscoso inundó su recto - Squeeze, squeeze - Gritaba Jorge ahora sin parar, el líquido calmó todos sus dolores y lo excitaba a más no poder.


- Congratulations ! You could do it ! You see, that was easy to say ! - lo felicitaron Bill y Jenny al mismo tiempo.


Jenny lo sentó sobre un sillón y viendo que tenía su miembro erecto lo comenzó a succionar a través de su máscara. La visión para Jorge no podía ser más bizarra, vestido de colegiala, su ano palpitaba con la nueva sensación que había experimentado, el tibio líquido de Bill chorreaba desde su ano por sus piernas y una Ama terriblemente gorda y sádica le succionaba su pene. El orgasmo llegó casi de inmediato y vio como Jenny tragaba todo su semen con una gula y avidez impresionantes, digna de una película de Fellini.


Al día siguiente Jorge pidió en el Instituto si podía tomar clases exclusivamente con la profesora Jenny y el maestro Bill.


Amanda Wells.


Bueno, que les ha parecido este relato, un poco diferente tal como les decía antes, pero, que excitante experiencia ser dominada y transformada en una putita por una matrona así, y para finalmente ser entregada y gozada por un profesor. Quien no desearía tomar clases así.


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