Mi nueva amiga Lorena me ha escrito una fantasía en la cual somos protagonistas, leela primero, pero que otra cosa puedo decirte que me encantaría llevarla a la realidad:
Ana Raquel estaba vestida como una diosa, era mucho más de lo
que esperaba y conocía por fotos. Entre su maquillaje y su
vestuario era una mujer perfecta y super atractiva.
En conocimiento de que mi tiempo no era el bien que mas abundaba,
me pidió dulcemente que ingresara al dormitorio mientras ella
iría por una botella de champagne y un par de copas que tenía
listas en la cocina.
Ya en la habitación, me quite lo más rápido posible la ropa y
comenzé a vestirme con la que ella me había dejado al costado
de la amplia cama, que estaba inmaculada para recibirnos.
Toda la ropa interior era de color negro, bombacha, corpiño,
portaligas y medias. Cada prenda que me colocaba no hacía mas
que aumentar la excitación sexual que se había apoderado de
todo mi ser.
Ayudaba a esta situación dos grandes espejos que cubrían gran
parte de dos de las paredes y que reflejaban las redondeces de mi
cola surgiendo de la mini bombacha que tenía ya puesta, también
el corpiño colaboraba a aumentar ese clima, pues era tan
apretado que me formaba pechos naturalmente.
Cuando Ana Raquel entró con la bebida me tomó de la mano y me
hizo caminar como si fuera una modelo, sobre unos zapatos
altísimos que hacían estilizar mis largas piernas cubiertas por
unas medias esplendorosas.
A cada paso su voz no dejaba de halagarme y terminamos el desfile
con un brindis de rico champagne. En ese momento y a mi pedido,
ella se quitó el body y la minifalda que vestía, quedando a mi
vista un cuerpo maravilloso. Al compás de una suave música y
luego de un nuevo bindis, intentamos bailar muy apretaditas.
Fue imposible, ambos penes estaba a punto de estallar y
amenazaban vencer la tenue resistencia que podían ofrecerles las
respectivas bombachas. Fue así que desprendidas ambas de esa
prenda decidimos pasar a la parte más subyugante. Nos revolcamos
en la cama prodigándonos caricias y susurros.
En forma tácita y sin planearlo asumí el rol femenino en el
inicio y así fue que sentí toda la suavidad de sus besos
recorriendo todo mi cuerpo y teniendo como estación terminal
para su lengua mi orificio anal, bueno eso no puede describirse,
porque es imposible contar con palabras tanto placer.
Luego y prosiguiendo en su papel masculino me lubricó la cola
con crema introduciendo un dedo primero y luego otro más. Yo ya
no pensaba, estaba totalmente rendida a esa catarata de placer
que me brindaba Ana Raquel y que todavía no había alcanzado el
punto máximo, que no fue otro que el momento de la penetración
de su hermoso pene en mi ano.
La suavidad de sus movimientos no hacían mas que excitarme cada
vez mas, llevando mi temperatura sexual a extremos imposibles de
medir. Pero todavía faltaba mas aunque pareciera imposible,
cuando eyaculó creí tener un globo que se iba inflando dentro
de mi cola. Nos quedamos un momento quietas y me fue sacando su
miembro muy despacio para evitar romper el preservativo.
Yo quede muda, lo único que pensaba era como iba a devolver esa
deuda de placer que había contraido. Nuevamente sus caricias,
besos y un nuevo brindis me tranquilizaron.
En es momento hicimos una pausa, que aprovechamos para
higienizarnos y enseguida volvimos a nuestro nido donde ahora yo
asumiría el papel masculino.
No bien estuvimos otra vez en la cama ya Ana Raquel estaba con mi
pene en su boca, recorriendolo con su lengua y sus labios e
introduciendolo hasta su garganta, en ese momento recordé que yo
no había tenido esa delicadeza con ella y automaticamente gire
sin que se saliera mi pene de su boca e introduje el de ella en
la mía.
Para ser sincero justo es reconocer que su pene además de
hermoso era algo más grande que el mío. La gran duda mía era
si yo estaba devolviendo parte del placer recibido, pues sentía
que cada vez era yo quién no paraba de gozar en las dos puntas
del 69.
Cuando ya parecía que ambas nos ahogabamos con el pene en
nuestras bocas, nos relajamos por unos instantes y luego de
lubricar la magnifica cola de Ana Raquel procedí al abordaje de
ese cuerpo tan bello, mi penetración fue tan perfecta que ella
no hacía otra cosa que estimularme y susurrar palabras
placenteras.
Cuando por fin eyaculé y quede con el pene en su ano por unos
instantes sentí la felicidad en todo mi ser al escuchar los
conceptos que Ana Raquel me recitaba entre sus jadeos. En
realidad si cumplí un buen papel, gran mérito es de ella que
puso lo mejor y vaya si tiene para ofrecer.
Con un último brindis nos prometimos repetir el encuentro y no
tengo dudas que otra vez el placer estará en lo mas alto de la
escala.
Que se repita Ana Raquel, te lo pide Lorena con toda la pasión
que puede generar un encuentro tan ardiente y bello a la vez.
Adiós Ana Raquel.
Te desea, tu Lorena."