Una fantasia con Ana Raquel

(Contada por Lorena)


Mi nueva amiga Lorena me ha escrito una fantasía en la cual somos protagonistas, leela primero, pero que otra cosa puedo decirte que me encantaría llevarla a la realidad:

"Y llegó el día tan esperado, después de cruzar varios e-mail, cada vez más ardientes, Ana Raquel me invitó a su departamento. Durante el día consulté el reloj infinidad de veces pensando inconscientemente que así adelantaría el paso del tiempo, pero de todas maneras el momento llegó y fui al encuentro que tanto esperaba.


Enfundado en un traje claro con corbata al tono, tenía el aspecto varonil de siempre que de ninguna manera dejaba el más mínimo resquicio para descubrir lo distinto del pensamiento en esos mismos instantes.


A medida que me acercaba al lugar de cita mis palpitaciones subían muy por arriba de lo normal, tanta era la ansiedad que al llegar y luego de anunciarme por el portero eléctrico no tuve paciencia para esperar el ascensor y subí por las escaleras salteando los escalones de a dos rumbo a la meta tan deseada establecida en el 3º F (Que premonición `f´ de femenina).


Las pulsaciones estaban al tope máximo tanto que al tocar el timbre y abrirse la puerta como si fuera accionada por el mismo timbre, quede paralizado y sin atinar a decir ni hacer nada frente a la figura despampanante de ella, que se apiadó de mi y tomándome con suavidad de un brazo me hizo entrar para cerrar la puerta y saludarme con un dulce beso en la mejilla, al que respondí de igual manera.


Esta situación actuó como un relajante y me devolvió medianamente a un estado normal.


Ana Raquel estaba vestida como una diosa, era mucho más de lo que esperaba y conocía por fotos. Entre su maquillaje y su vestuario era una mujer perfecta y super atractiva.


En conocimiento de que mi tiempo no era el bien que mas abundaba, me pidió dulcemente que ingresara al dormitorio mientras ella iría por una botella de champagne y un par de copas que tenía listas en la cocina.


Ya en la habitación, me quite lo más rápido posible la ropa y comenzé a vestirme con la que ella me había dejado al costado de la amplia cama, que estaba inmaculada para recibirnos.


Toda la ropa interior era de color negro, bombacha, corpiño, portaligas y medias. Cada prenda que me colocaba no hacía mas que aumentar la excitación sexual que se había apoderado de todo mi ser.


Ayudaba a esta situación dos grandes espejos que cubrían gran parte de dos de las paredes y que reflejaban las redondeces de mi cola surgiendo de la mini bombacha que tenía ya puesta, también el corpiño colaboraba a aumentar ese clima, pues era tan apretado que me formaba pechos naturalmente.


Cuando Ana Raquel entró con la bebida me tomó de la mano y me hizo caminar como si fuera una modelo, sobre unos zapatos altísimos que hacían estilizar mis largas piernas cubiertas por unas medias esplendorosas.


A cada paso su voz no dejaba de halagarme y terminamos el desfile con un brindis de rico champagne. En ese momento y a mi pedido, ella se quitó el body y la minifalda que vestía, quedando a mi vista un cuerpo maravilloso. Al compás de una suave música y luego de un nuevo bindis, intentamos bailar muy apretaditas.


Fue imposible, ambos penes estaba a punto de estallar y amenazaban vencer la tenue resistencia que podían ofrecerles las respectivas bombachas. Fue así que desprendidas ambas de esa prenda decidimos pasar a la parte más subyugante. Nos revolcamos en la cama prodigándonos caricias y susurros.


En forma tácita y sin planearlo asumí el rol femenino en el inicio y así fue que sentí toda la suavidad de sus besos recorriendo todo mi cuerpo y teniendo como estación terminal para su lengua mi orificio anal, bueno eso no puede describirse, porque es imposible contar con palabras tanto placer.


Luego y prosiguiendo en su papel masculino me lubricó la cola con crema introduciendo un dedo primero y luego otro más. Yo ya no pensaba, estaba totalmente rendida a esa catarata de placer que me brindaba Ana Raquel y que todavía no había alcanzado el punto máximo, que no fue otro que el momento de la penetración de su hermoso pene en mi ano.


La suavidad de sus movimientos no hacían mas que excitarme cada vez mas, llevando mi temperatura sexual a extremos imposibles de medir. Pero todavía faltaba mas aunque pareciera imposible, cuando eyaculó creí tener un globo que se iba inflando dentro de mi cola. Nos quedamos un momento quietas y me fue sacando su miembro muy despacio para evitar romper el preservativo.


Yo quede muda, lo único que pensaba era como iba a devolver esa deuda de placer que había contraido. Nuevamente sus caricias, besos y un nuevo brindis me tranquilizaron.


En es momento hicimos una pausa, que aprovechamos para higienizarnos y enseguida volvimos a nuestro nido donde ahora yo asumiría el papel masculino.


No bien estuvimos otra vez en la cama ya Ana Raquel estaba con mi pene en su boca, recorriendolo con su lengua y sus labios e introduciendolo hasta su garganta, en ese momento recordé que yo no había tenido esa delicadeza con ella y automaticamente gire sin que se saliera mi pene de su boca e introduje el de ella en la mía.


Para ser sincero justo es reconocer que su pene además de hermoso era algo más grande que el mío. La gran duda mía era si yo estaba devolviendo parte del placer recibido, pues sentía que cada vez era yo quién no paraba de gozar en las dos puntas del 69.


Cuando ya parecía que ambas nos ahogabamos con el pene en nuestras bocas, nos relajamos por unos instantes y luego de lubricar la magnifica cola de Ana Raquel procedí al abordaje de ese cuerpo tan bello, mi penetración fue tan perfecta que ella no hacía otra cosa que estimularme y susurrar palabras placenteras.


Cuando por fin eyaculé y quede con el pene en su ano por unos instantes sentí la felicidad en todo mi ser al escuchar los conceptos que Ana Raquel me recitaba entre sus jadeos. En realidad si cumplí un buen papel, gran mérito es de ella que puso lo mejor y vaya si tiene para ofrecer.


Con un último brindis nos prometimos repetir el encuentro y no tengo dudas que otra vez el placer estará en lo mas alto de la escala.


Que se repita Ana Raquel, te lo pide Lorena con toda la pasión que puede generar un encuentro tan ardiente y bello a la vez.


Adiós Ana Raquel.


Te desea, tu Lorena."


Volver a la Página Principal


Cuentame también tus fantasías

1