Parece ser que mi memoria no es la misma
que antes, Amanda me había enviado este relato y no se como
quedó perdido en mi disco, por suerte me lo envió nuevamente
así que ahora pueden disfrutarlo.
"Ana Raquel estaba exultante, luego de muchas idas y venidas
había logrado coordinar los horarios de Georgina y Amanda (sus
dos amigas) con el suyo, para realizar una reunión entre las
tres.
A las dos las había conocido por Internet y con cada una de
ellas, por separado, había tenido una experiencia
extraordinaria. Llegaba el día que se conocerían entre ellas.
Ya por los email cada una sabía que rol iba a cumplir en la
reunión.
Esa tarde estaba todo impecable. Georgina llegó primero y se
pusieron todas las luces de dóminas encima; se vistieron casi
igual que en su primer encuentro, querían recordar un poco lo
que habían disfrutado en ese momento.
Al rato llegó Amanda. Un poco timorata, la tomaron de los brazos
y la hicieron pasar directamente al dormitorio. Amanda se sacó
su ropa de hombre y Ana Raquel le dijo:
- Hoy si me parece apropiado que te pongas el corset y medias
rojas - en obvia alusión al encuentro anterior.
Georgina había acomodado sobre la cama la ropa que había
traído para Amanda. Un hermoso uniforme negro de mucama con
delantal y muchas enaguas; unos zapatos de charol negro con
tacón cuadrado (típico de mucamas) y una cofia. Georgina miró
a Amanda en ropa interior, sacudió la cabeza y dijo
imperativamente:
- No, eso no hace juego con el uniforme, vamos, sacátelo ya ! -
Georgina sacó un corset de tiras de anudar, color carne con
portaligas incorporado, unas medias blancas lisas y un bombachón
blanco tipo acolchado, que seguramente agrandaría un poco la
cola de Amanda.
De solo ver la ropa Amanda estaba totalmente excitada. Ana Raquel
la ayudó con el maquillaje, que esta vez estaría más de
acuerdo con la condición de mucamita: base, sombra de ojos
clara, un poco de rubor en las mejillas, cejas bien marcadas y
labios tono pastel. Y también la ayudó a ponerse la peluca
rubia con rulos.
Georgina le calzó el vestido de mucama abrochándoselo por la
espalda muy lentamente. Esto hacía que las dos se excitaran
mutuamente, estaban muy juntas y sus piernas enfundadas en las
medias de lycra se rozaban constantemente. El delantal blanco se
fijaba por detrás con un gran moño, que hacía que la cola de
Amanda pareciera más grande.
La excitación comenzaba a ser muy grande para Amanda cuando Ana
Raquel le ponía la cofia de mucama en la cabeza y Georgina le
ponía: primero un collar de cuero con clavijas en el cuello y
luego unos grilletes de cuero en los tobillos, "para que no
vayas muy rápido". Amanda estaba dilatada ...
- Pero si no va muy rápido, no va a poder satisfacer nuestros
deseos, esta putita - le comentó Ana Raquel a Georgina.
- A eso se arregla así - contestó Georgina, le subió la falda
y metiendo la mano debajo del bombachón le calzó un pequeño
vibrador en el ano (que a esa altura estaba bastante dilatado). -
Con esto se va a movilizar bien - terminó su comentario con tono
sádico.
Le ordenaron a Amanda que preparar café mientras ellas iban al
living. Allí comenzaron a jugar entre ellas. Amanda fue a la
cocina y volvió con dos tasas de café humeantes.
- El café está servido - les dijo a las dos que estaban
enredadas en un 69 que excitaba de solo verlo.
- Bueno dejalo ahí y prepará algo para comer - le dijo Ana
Raquel, ahora puesta en cuatro con Georgina lamiéndole las
nalgas desde atrás. El espectáculo era majestuoso.
Amanda fue a preparar rápido unos sandwiches y se apareció a
los cinco minutos. La situación había cambiado, Georgina
recostada en el sillón tenía a Ana Raquel arrodillada frente a
ella lamiéndole el clítoris.
- Los sandwiches están listos - dijo Amanda pensando que era
hora de que ella también pudiera participar, ya que el vibrador
que tenía clavado en el culo, le aumentaba la excitación a cada
rato.
Georgina que tenía pocas pulgas, puteó:
- Pero esta mujer interrumpe a cada rato !!! - suavemente separó
la cabeza de Ana Raquel de su clítoris y tomó a Amanda por los
hombros y la llevó hasta una pared. Detrás de las cortinas
había unas cadenas con las que Georgina fijó cada una de las
muñecas de Amanda, puso dos al collar de cuero del cuello, dos
más a cada uno de los tobillos, que ya tenían puesto los
grilletes. Como remate le puso un cinturón de cuero en la
cintura y fijó una cadena a cada lado del cinturón.
Se fue hasta el dormitorio y volvió con un ball gag rojo que
puso en la boca de Amanda, para, según dijo, no escuchar más
"la comida esta lista". Finalmente le levantó la falda
y le acomodó bien adentro el vibrador. Amanda estaba
excitadísima, tenía una erección brutal, pero en la posición
en que había quedado ni siquiera podía masturbarse.
Ana Raquel y Georgina volvieron a sus juegos y contemplaban a
Amanda como se retorcía de placer, esto les produjo un gran goce
y calentura que aprovecharon para llegar al orgasmo en un 69 y
acabar en la boca de su amiga.
Cuando Ana Raquel y Georgina se recuperaban un poco y ya estaban
dispuestas a jugar con la pobre Amanda, se escucharon unos golpes
tremendos en la puerta. Ana Raquel, la ama de casa se puso un
desabillé y arreglándose el pelo fue a abrir.
Apenas entornó un poco la puerta, una patada del lado exterior
que la tiró al suelo. La puerta se abrió y rápidamente entró
una mujer de la policía federal, con su uniforme completo,
gorra, camisa azul con la placa reluciente colgando de su tetilla
izquierda, pantalones azules, zapatos negros acordonados y el
cinturón con la pistola y el bastón colgando a un lado.
- Recibimos una denuncia de los vecinos que aquí estaban pasando
cosas extrañas - dijo mientras miraba la escena casi sin
entender nada.
Ana Raquel se levantó del suelo y tímidamente cerró la puerta.
La mujer policía primero miró a Amanda amordazada y encadenada
a una pared. Amanda casi le da un ataque cardíaco y se quedó
petrificada, como si intentara pasar por una estatua o un mueble
que de casualidad estaba allí.
La mujer policía desenfundó su arma y comenzó a caminar hacia
donde estaba Georgina que, desparramada como estaba en el sillón
trataba de acomodarse y parecer más recatada.
- Así que jugando a cosas raras - le dijo a Georgina apoyándole
la pistola 45 en el medio del pecho - ahora van a conocer el
calabozo - sacó unas esposas y esposó una muñeca de Georgina a
la pata de la mesa ratona.
Apoyó el arma en la misma mesa, se sacó el cinturón, luego los
pantalones y se desabrochó la camisa. Cuando Amanda lentamente
recobraba el aliento tuvo un estremecimiento que la volvió a
llevar al clímax que solo unos minutos atrás tenía. Miró a la
mujer policía y no lo podía creer, seguía teniendo la gorra
puesta; el corpiño azul que llevaba tenía recortados las
pezoneras y los pezones de ella aparecían por los agujeros
duros, erguidos; tenía unos portaligas azules medias caladas
(por supuesto que azules) y lo que parecían zapatos acordonados
en realidad eran botitas media caña acordonadas; no tenía
bombacha puesta y su selva aparecía abundante entre los gruesos
tiradores de los portaligas.
- Poné tu lengüita en el calabozo - le ordenó a Georgina y con
una mano le puso la cabeza entre sus piernas. Georgina se empezó
a excitar de nuevo y comenzó a lamer ese pequeño clítoris con
cadencia. La mujer policía tomó su bastón y comenzó a meterlo
en el ano dilatado de Georgina, que empezó a chillar de dolor y
placer. Mil cosas más le obligó la mujer policía hacer a
Georgina, lamerle los pezones, las nalgas, el culo...
Amanda mientras se excitaba cada vez más, empezaba a retorcerse
de gusto nuevamente y su clítoris se hinchaba al máximo.
Cuando, por la excitación que le había producido Georgina, la
vulva de la mujer policía chorreaba néctar, se acercó a
Amanda, le levantó la falda con las enaguas y vio su miembro en
erección perfecta, le dio dos lengüetazos, lo tomó con una
mano y dándose vuelta e inclinándose un poco hacia adelante lo
introdujo en su vagina.
- Vamos a ver como lo pasás en el calabozo, putita de mierda -
le decía a Amanda mientras comenzaba a moverse cadenciosamente.
Amanda como le permitían las cadenas se movía al ritmo que le
indicaba la mujer policía; ritmo que cada vez se hizo más y
más rápido. hasta que Amanda no pudo más : eyaculó y el
vibrador se le cayó del culo de tan dilatado que tenía el ano.
Ana Raquel recostada en la puerta no daba más de risa:
- Bueno chicas, les presento a Cristina; le debía unos
favorcitos y creo que con esto se los he pagado -
- Claro que si !!, esto fue una de las cosas más excitantes que
he tenido en mi vida !! - le contestó Cristina, la falsa mujer
policía.
Creo que las puteadas y las gracias por esa tarde tarde tan
especial que dieron Georgina y Amanda resonarán en los oídos de
Ana Raquel durante mucho tiempo. Se imaginan cual puede ser la
venganza que puedan tramar estas dos damas ?. Bueno eso tal vez
sea en la próxima reunión. "
Amanda Wells.
Para reparar mi olvido he buscado algunas imágenes que
ilustraran el relato, espero que te gusten