Romina, mi Mucama


Luego de publicar mi último cuento sobre Romina (aquel en el que me transformaba en su institutriz), recibí varios mails, tanto de ella como de otras amigas invitándome a continuar imaginando como sería la reunión de esa noche.


Aquellas que me conocen saben que no puedo resistirme a un pedido de este tipo, mas aún cuando Romina misma me excitó contándome las cosas que le gustan, así que puse manos a la obra, mi imaginación a trabajar y este es el resultado, espero que les guste.


"Vamos a refrescar un poco la memoria, la última ves que estabamos juntos te conté lo que pasó ese fin de semana por la mañana cuando Romina y yo nos quedamos solas en su casa, allí, aproveche la situación para transformarme en su institutriz y enseñarle algunas cosas que se pueden hacer con los juguetes sexuales.


Sin embargo, le había prometido que esa noche tendríamos una reunión, durante la cual ella se transformaría en mi muchama y atendería a las invitadas, las cuales por supuesto, son todas travestis y amigas que ya conoces de relatos anteriores. Sabía que mis amigas se divertirían mucho y además que Romina, con lo putita que es lo pasaría espectacularmente bien.


Así, cuando terminamos nuestra tan particular clase, le ordené que fuera a tomar una ducha mientras yo me cambiaba por algo mas cómodo a fin de prepararla a ella como la mucama en que se transformaría.


Mientras ella se bañaba entonces, yo me saqué la prótesis y al verme en el espejo (realmente el corset me hacía una figura espectacular), retiré mi bombacha y dejé asomar mi clítoris que ya estaba inflamado, imagina que yo todavía no había tenido desahogo ninguno, así que casi sin darme cuenta, estaba acariciándome mientras me contemplaba a mi misma en el espejo, con una mano masajeaba mi clítoris mientras que con la otra introducía en mi orificio la misma prótesis que momentos antes estaba dentro de la cola de Romina.


Cuando finalmente estuvo totalmente adentro, me senté en la silla exhalando yo también un suspiro, cosa que me encanta pues me hace sentir mas putita todavía, tomé otra prótesis que estaba sobre el escritorio y comencé a practicarle una felatio mientras continuaba mirándome.


Al poco tiempo, había alcanzado un orgasmo sensacional, y me encontraba relajándome mientras disfrutaba de la sensación de tener la cola llena cuando ví que por la rendija de la puerta se asomaba Romina, totalmente desnuda y manoseándose a si misma sin su permiso. La muy puta, se había excitado nuevamente de ver lo que yo estaba haciendo y ahora encima se masturbaba sin autorización de su Ama.


- Vení para acá puta de mierda, que es lo que estás haciendo?


- Yo, disculpeme Señora, no quise, pero no pude evitar la excitación al verla así.


- Si, pero te tocaste sin mi permiso, eso es imperdonable, vení para acá.


Romina se acercó y entonces yo tomé un collar de cuero de la vitrina, el cual abroché en su cuello, también le volví a colocar un par de esposas, ahora tanto en manos como en pies y abrochando una cadena al collar, tiré de ella y la guié hasta mi habitación.


Una vez allí, le dije: - Así que te gusta ver a tu Ama masturbándose entonces, bueno, ahora tendrás que limpiar un poco también, y acercándome a ella le ofrecí mis genitales para que los lamiera, la muy golosa extendió su lengua de una manera que creía imposible y comenzó a limpiarmelos por completo (hay que reconocer que al menos es buena en eso), cuando hubo terminado, me dí vuelta, y apoyando mis manos contra la pared, le mostré mi cola.


- Y, que esperás, acaso crees que eso era todo lo que tenías que limpiar, mi culo también merece ser bien tratado. Y mientras decía esto, pegué un pequeño tirón de la cadena para acercar su cara a mis nalgas.


Primero con timidez, comenzó a pasar su lengua por mis glúteos, luego, poco a poco fue acercándose a mi agujerito y cuando quise acordarme, estaba una vez mas dedicada a la tarea con voluntad, había separado mis nalgas con sus manos y sentía como su lengua intentaba penetrarme cada vez mas profundamente.


No puedo negarte que eso me produjo nuevamente una excitación, así que comencé a masturbarme nuevamente, que deliciosa sensación sentir como una lengua se mete dentro tuyo, esas cosquillas tan especiales que una siente que le recorren todo el cuerpo son realmente divinas.


Cuando sentía que estaba por alcanzar nuevamente un orgasmo, me dí vuelta y una vez mas, le di de regalo a Romina mis líquidos en su cara. Mi Dios, se relamía la muy puta, es que no había tenido lo suficiente?


- Bueno, ahora yo necesito descansar y reponer energías para esta noche, así que voy a dormir una siesta.


Al decirle esto, tiré de su cadena para llevarla hasta la cama y la até a los pies de ella para tener la seguridad de que no volvería a tocarse, yo me acosté para dormir un rato y cuando me dormí, lo último que recuerdo es la imagen de Romina a los pies de la cama, limpiándose los restos de mi orgasmo de su cara y lamiendose los dedos.


Pasó el tiempo y el despertador comenzó a sonar, lo había puesto para que no me dejara dormir mas de la cuenta, al despertarme, Romina por supuesto continuaba a los pies de mi cama, amarrada y sabiendo muy bien que no le convenía intentar soltarse.


Pero, esta chica era increíble, me estaba mirando y mientras tanto se tocaba los genitales, no sabía cuanto tiempo había estado así pero mostraba una erección que me irritó terriblemente, era incorregible, pero ya me encargaría de castigarla.


- Pero, que puta que sos, vivís caliente vos acaso?


Intentó una disculpa nuevamente, no la dejé hablar y antes de que pudiera continuar la amordacé para no tener que seguir escuchando sus lloriqueos.


- Vení para acá, dije mientras tiraba de la cadena, ahora mismo vamos a arreglar eso.


Así, la llevé hasta su habitación, donde comencé a prepararla para la reunión de la noche.


Primero, puse un tampón en su cola para que se sintiera toda una mujer menstruando, luego tomé su clítoris y lo llevé hacia atrás, sujetándolo con cinta de embalar para que no tuviera posibilidad de tocarse.


- Ves lo que tengo que hacer?, de otra manera seguro que te pasás la noche tocándote en ves de hacer tu trabajo y atender a mis invitadas.


A continuación, seleccioné el guardarropa que usaría mi mucama, primero un portaligas ancho, elastizado, con ocho correas anchas y bien ajustado para que le hiciera una mejor figura, luego un par de medias 7/8 con costura, le puse un corpiño negro de encaje talle 100, con un par de prótesis mamarias del tamaño justo para llenarlo, una bombacha por supuesto haciendo juego con el corpiño.


Los zapatos eran de taco aguja, de mas está que te lo diga, de doce centímetros de alto y terminando en una punta extremadamente estrecha.


Le cambié la peluca por otra también de color rubio, pero ahora con una pequeña melena hasta los hombros y su atuendo quedó completo con un uniforme de mucama francesa, de mangas largas, también de color negro y con volados blancos, abrochado con un cierre en la espalda. El uniforme era bastante corto, de manera tal que en cuanto se agachaba un poco dejaba ver sus muslos, esto como podrás suponer era exactamente lo que yo quería para los planes que tenía para ella esa noche.


Completó el atuendo una delicada cofia blanca y un maquillaje bastante cargado, una base bien pálida, y con colores rojos intensos en labios y sombras.


Cuando terminé, miré mi obra y le dije: - Bien, ahora parecés la putita que realmente sos, andá limpiando la casa mientras yo me preparo para la reunión. Acordate de una cosa, no quiero pasar papelones delante de mis invitadas, si algo llega a salir mal, ay de vos, no quisiera estar en tus zapatos, está claro?


- Si Señora, respondió humildemente mirando el suelo.


- Sin embargo, si todo sale bien tené en cuenta que podrás pedir un premio, así que todo depende de vos


Me olvidé de comentarte que la reunión era de disfraces, la consigna era que los personajes debían ser femeninos por supuesto, ninguna de nosotras hubiera aceptado otra cosa, pero además, el personaje que eligiéramos debía tener características fetichistas.


Mientras yo me cambiaba de ropas, Romina se dedicó a arreglar la casa, limpió los baños, la cocina y realizó todas las tareas domésticas que se esperan de una mucama como ella, en este sentido no tengo nada que reprocharle, conoce bien sus tareas y la casa quedó impecable.


Finalmente, ya estaba lista y mis invitadas estaban por llegar, salí de mi habitación ya totalmente caracterizada, me paré frente a Romina quien estaba en la cocina preparando algunas bebidas y le dije:


- Bueno, quien soy


Romina, se dió vuelta y comenzó a mirarme, primero (ya que está acostumbrada a dirigir su mirada al piso) vió mis botas negras con un taco aguja de 12 centímetros y altas hasta las pantorrillas, luego continuó subiendo su mirada y se encontró con un traje negro, totalmente adherido al cuerpo que cubría hasta mi cuello, el traje era de un material sumamente elástico de un material que se encontraba a mitad de camino entre el latex y el cuero, se abrochaba con un cierre en la espalda y se adhería a mi cuerpo como una segunda piel.


Continuó subiendo su mirada y vió que las mangas del traje continuaban hasta convertirse en un par de guantes, los senos postizos estaban perfectamente marcados, incluso se veía la marca de los pezones a través del material, finalmente, mi cabeza estaba cubierta por una capucha que me cubría desde la nariz hacia arriba, con una abertura para los ojos por supuesto, mis labios eran también de un rojo intenso y los párpados que se veían a través de la capucha estaban maquillados con sombras oscuras.


Sabía que mi aspecto era impactante, el traje marcaba perfectamente mis formas y habiendo ajustado aún mas el corset (Dios, me costaba respirar pero valía la pena) mi figura era sencillamente sensacional.


- Bueno, estoy esperando, quien soy?

- Batichica?, aventuró tímidamente Romina.


- Casi, estuviste cerca, en realidad soy la Batiputa. Batman, Robin y Batichica son unos frustrados sexuales, salen todas las noches a hacer justicia y nunca tienen tiempo para el sexo, mi personaje en cambio sale todas las noches a buscar sexo para saciar su apetito.


Vi en sus ojos que me estaba contemplando con excitación, y realmente yo también en ese momento estaba bastante excitada, me sentía completamente compenetrada con mi personaje y además, Romina estaba también espectacular, me encontré a mi misma mirando sus muslos, y casi sin darme cuenta, comencé a acariciarcelos con mis manos enguantadas, ya estaba buscando su agujerito para meter en el un par de dedos cuando sonó el timbre.


- Bueno, las invitadas están llegando, acompañalas hasta la habitación, ayudalas a cambiarse y atendelas en todo lo que precisen.


Romina cumplió entonces mis órdenes, mis invitadas iban llegando en ropa de calle (en sus versiones masculinas) y así, Romina las ayudaría a transformarse en el personaje que hubieran elegido.


En primer lugar llegó K. que luego de media hora salió transformada en Debora, que para la ocasión había elegido interpretar a una corista, estaba divina.


Tenía puesta una especie de media que le cubría todo el cuerpo hasta el corpiño, el mismo era, de más está que te lo diga, media taza, y sus prótesis mamarias eran espectaculares, había que examinarlas bien de cerca para reconocerlas, la bombacha era mínima, supongo que además debía haber depilado su entrepierna, un par de guantes de lycra negros le cubrían las manos hasta los codos, su maquillaje era además el que corresponde a una corista, los ojos estirados hacia los costados, bien intenso, pestañas postizas inmensas. Su cabello negro estaba recogido en una cola de caballo que caía sobre su espalda, y sus zapatos eran también de taco aguja, pero plateados y con una pulsera en el tobillo.


Se paró delante mío y me dijo: - Y, que tal estoy


Mientras lo decía, daba una vuelta completa, mostrando todo su cuerpo, caramba !!, tenía la cola casi completamente al aire, tan solo un pequeño hilo sostenía la casi inexistente bombacha (práctico por demás pensé en ese momento).


- Sensacional, vas a tener que bailar un poco para nosotras después


- Ah, pero si lo hago espero que me den alguna propina (Debora ya estaba completamente compenetrada con su papel)


Estaba pensando en como darle la propina a Debora cuando suena nuevamente el timbre, Romina no necesitó instrucciones esta vez y fue a abrir inmediatamente, era J. quien acompañada por mi mucama fue a cambiarse, al salir, Amanda había elegido transformarse en una mujer vampiro.


Para la ocasión, había elegido por supuesto una capa negra que le llegaba hasta los tobillos, debajo de ella en parte se adivinaban y en parte se veían un par de zapatos negros (no tengo que aclararte que eran de taco aguja), medias color carne con portaligas, un body negro de lycra bien ajustado, las uñas estaban pintadas de color negro y por supuesto, un maquillaje acorde con su personaje, pálida y con los labios y ojos muy marcados, el cabello negro y suelto en forma de melena hasta los hombros le daban un aspecto que bien podría haber pasado por la hermana de Morticia Adams.


Pero lo que completaba su atuendo era una prótesis dental que simulaba un par de colmillos, estos no eran extremadamente grandes, pero en cuanto sonreía se percibían a través de sus labios.


- Bueno, parece que hoy nos esmeramos, comentó Amanda, no se cual de las dos me calienta mas.


- Yo estaba por darle la propina a Debora y vos lo menos que puedo decir es que estás inquietante, le dije a Amanda.


Debora, siempre inquieta, le dice a Amanda:


- Y me vas a chupar la sangre acaso u otras cosas.


- Tranquila, ya vas a ver que no te vas a quedar con las ganas pero la que realmente me interesa chupar esta noche es a tu mucamita Batiputa.


Romina, que estaba parada en ese momento en la entrada de la cocina esperando instrucciones, levantó la mirada, la muy guacha, enseguida pude ver ese brillo en sus ojos que indicaba que gustosamente se dejaría chupar por Amanda (bueno, la verdad yo también estaba loca por recibir un besito en mi cuello de ella)


- Suena el timbre nuevamente y llegó la última de mis invitadas, H. que una vez mas ayudada por mi sirvienta volvió al poco tiempo transformada en Georgina la dominatriz.


Su atuendo era sencillamente genial, un par de botas hasta la rodilla, acordonadas al frente y con un taco aguja de 15 centímetros, un par de medias de lycra brillantes de color blanco, una pollera tubo de cuero con una chaqueta haciendo juego por debajo de la cual tenía un corpiño de encaje, guantes para completar la imagen y una peluca rubia con rulos hasta un poco mas abajo de la línea de los hombros que le daban un aspecto imponente.


Al salir me dijo: - Anita, muy buena la atención de tu mucama pero mirá la facha que tiene, tenés que enseñarle a cuidar un poco mas el maquillaje.


En ese momento la vi con mas atención y me di cuenta que había ayudado a mis amigas no solo a cambiarse, su maquillaje estaba corrido, su cara era un desastre, para estar así debía haber probado a todas ellas mientras las ayudaba.


La tomé de la cadena de su cuello y la arrastré hasta su habitación mientras les decía a mis amigas: - Enseguida vuelvo, sirvanse algo para tomar mientras tanto.


Cuando llegamos a la habitación, de un tirón de la cadena la hice poner de rodillas en el piso, y le dije:


- Empezamos mal, mirá los papelones que me hacés pasar, si por lo menos te retocaras el maquillaje. Decime, lo hiciste con todas.


- Si Señora, con Georgina dos veces.


- Que puta que sos, y en ese momento, al verla allí pensé ¿Y por que no?


- Con todas no, conmigo todavía no. Y mientras lo decía, saqué mi clítoris y se lo ofrecí.


Inmediatamente se lo acercó a los labios y comenzó a besarlo mientras con sus manos acariciaba mis caderas, la sensación de mi traje contra su cuerpo y las caricias de mi sirvienta hicieron que rápidamente me excitara, al poco tiempo, estaba masturbándome y volcando mi orgasmo sobre su cara, el que fue a mezclarse con los de mis invitadas.


- Arreglate un poco el maquillaje y vení a atendernos, mirá que si esto sigue así mañana tu día va a ser terrible. Está claro?


- Si Ama, no volverá a repetirse, le ruego que me disculpe, ya que sabe que cuanto mas se humilla mas me caliento.


La dejé en su habitación retocándose el maquillaje y volví a la sala dispuesta a atender a mis amigas. Cuando llegué me di cuenta que no era necesario, ya estaban divirtiéndose de lo lindo.


Georgina había atado a Debora a una silla, y mientras tanto, ella y Amanda habían sacado su clítoris y se lo ofrecían para que los besara, que podía hacer?, me uní a ellas.


Vi que tanto Georgina como Amanda estaban bien atendidas en los labios de Debora, así que decidí ayudarla un poco a ella, me agaché entre las dos y con un poco de esfuerzo, realicé un pequeño agujero en las medias de Debora, cerca de su entrepierna, por allí pude sacar su clítoris el que rápidamente en mis manos comenzó a inflamarse.


En cuanto comenzó a crecer, lo besé pasando primero mi lengua por su cuerpo hasta llegar a la cabecita, divina, preciosa y sin poder resistirme lo introduje por completo en mi boca comenzando a jugar con el entre mis labios. A Debora parece haberle gustado ya que casi inmediatamente comenzó a gemir, acompañando así a Amanda y Georgina.


De pronto siento algo en mi nalga, y al darme vuelta veo que es Romina quien, desesperada al salir de retocar su maquillaje, se había agachado detrás mío y con una lascivia increíble comenzó a limpiar mi cola (que estaba enfundada en el traje todavía) con su lengua.


- Pero, cada día mas puta vos, no podías contenerte ni diez minutos?, ahora vas a ver cual es tu lugar. Le dije completamente indignada.


- Dejala, parece que está tan caliente como nosotras me dijo Amanda.


.- Si, pero esta vive caliente, es imposible la servidumbre hoy en día.


- Dejámela a mi, a ver como me atiende. Me dijo Amanda


Seguramente ya conoces también la regla de oro de cualquier anfitriona, no se le puede negar algo así a una invitada así que accedí y le dije que dispusiera de Romina como ella quisiera a ver si ella era capaz de educarla un poco.


Amanda entonces se acercó dos pasos hacia Romina, quien casi inmediatamente dejó mis nalgas para dedicarse a deborar el clítoris de mi amiga, por la expresión de placer de ambas creí adivinar que les encantaba lo que estaban haciendo.


Bueno, estando ellas entretenidas me decidí a reunirme con Debora y Georgina, así que tomé un par de vibradores y con uno en cada mano me acerqué a ellas, primero introduje uno de mis dedos enguantados en el ano de Georgina para ir dilatándolo mientras recibía los besos de Debora y cuando ya estuvo listo, coloqué el dildo dentro de su cola, luego volví a colocar la bombacha en su lugar para que este no se saliera.


Georgina estaba en la gloria, recibía los besos de Debora en un extremo y su cola estaba llenita en el otro, luego apliqué el mismo tratamiento en Debora, dilatando su ano en primer lugar y después llenándoselo con el vibrador. Cuando terminé, me dediqué a atender un poco el clítoris de Debora, hecho que casi inmediatamente me agradeció con un gemido.


Después de estar un rato así, Georgina le dijo a Debora: - No te parece que podríamos devolverle el favor?


Al escuchar esto sonreí de placer ya que sabía lo que me esperaba.


Georgina entonces dió media vuelta y se acercó a mi cola, allí bajó el cierre a la altura de mi cola y al dejar al aire mi ano, comenzó a jugar con sus dedos en el, dilatándolo poco a poco, después de un momento sentí un dildo entrando, pero, caramba, este era mucho mayor que los que yo había usado, Georgina, siempre atenta, sabía lo viciosa que era y buscaba complacerme.


Mientras tanto, recibía las atenciones de Debora en mi clítoris que a esta altura ya estaba por estallar.


Cuando creía que ya no aguantaba mas, Debora se retira y diciendo: - Esperá que ahora quiero hacer algo que tengo ganas desde hace mucho tiempo, intercambia lugares entonces con Georgina, quien pasó a atender mis genitales mientras Debora, de a poquito (sabe como hacerme sufrir) retiró primero el dildo y luego, también lentamente, comenzó a introducirme su clítoris mientras me decía:


- Pero que abiertita que estás. Claro con el juguete que te comiste antes.


Fue sensacional, sentía a Debora cabalgarme detrás mío, sus medias rozando contra mi traje, que sensación indescriptible, mientras al mismo tiempo Georgina prodigaba atenciones a mi clítoris, mejor no podía estar.


Cuando sentí que estaba a punto de llegar al orgasmo, le pedí a Debora que se retirara y en ese momento, me arrodillé de manera de tener a la altura de mi boca los genitales de ambas, los que comencé a besar y masturbar con energía pretendiendo que tuvieran un orgasmo inolvidable, al poco tiempo así fue.


Sentí como sus líquidos brotaban y caían sobre mi cara y el pecho de mi traje, que delicia !!, luego pasé mis manos sobre ellos desparramandolos sobre mi pecho y probé con mi lengua el sabor de la mezcla de ambas.


Esto me excitó mas aún y así, les pedí que se acostaran en el piso, entonces me paré sobre las cabezas de ambas, coloqué nuevamente un dildo en mi cola (te conté que soy viciosa) y comencé a masturbarme, cuando llegó el orgasmo, tuve cuidado de repartir mis líquidos en los rostros de mis dos amigas.


En ese momento me acosté al lado de ellas y mientras rozábamos nuestros cuerpos (a las tres nos encanta el taco de la ropa femenina una contra la otra) y nuestros líquidos continuaban mezclándose, miramos lo que estaba haciendo Amanda con mi mucama.


Bueno, le hizo de todo, Romina no tendría de que quejarse por lo menos por un par de días, primero virtualmente la violó con la misma prótesis que yo había usado por la mañana, y mientras le introducía con fuerza la prótesis, obligando a gemir a mi sirvienta, tomó su clítoris y comenzó a masajearlo hasta que estuvo inflamado.


Cuando se cansó de montarla (y cuidado que Amanda no se cansa fácilmente), desabrochó la prótesis de su cintura y pasándola por la cintura de Romina, la abrochó colocada hacia adentro, de esta manera, ella tenía la totalidad de la prótesis dentro suyo y al estar ajustada con las correas era imposible que se moviera.


Luego se sentó y con un gesto le indicó que deseaba que le besaran el clítoris, como habrás de suponer, mi mucama no se hizo rogar y antes de que Amanda terminara de sentarse ella ya estaba succionando con mucha, pero mucha voluntad.


Era una escena tremendamente excitante, Amanda totalmente caracterizada como una mujer - vampiro, con su ropa fetichista y con esos pequeños colmillos que asomaban por entre sus labios mientras mi mucama francesa, con una tremenda prótesis en su cola, la besaba buscando llevarla al orgasmo, el contemplarlas hizo que me excitara nuevamente y otro tanto sucedió con Debora y Georgina, que comenzamos a acariciarnos mutuamente una vez mas.


Mientras tanto, Amanda estaba a punto de llegar al orgasmo y cuando finalmente lo hizo, vertió sus líquidos en la boca de Romina, mientras le decía:


- Tomatelo todo, no quiero que caiga ni una sola gota.


Romina, obediente no permitió que tal cosa sucediera y procedió a beber todos los líquidos de Amanda, cuando hubo terminado, esta le dice:


- Bueno, como sabrás la leyenda dice que aquel que bebe la sangre de un vampiro se transforma en uno también, y dado que vos bebiste algo mas que mi sangre es seguro que te transformarás en una criatura de la noche como yo.


Mientras decía esto, fue caminando hasta la habitación, y al regresar tenía algo en sus manos que no pude distinguir. Se acercó a Romina y primero le sacó el uniforme de mucama, dejándola tan solo con el corset, las medias y los zapatos, dejó puesta la correa pero liberó la cadena, desabrochó la prótesis, la retiró de la cola de Romina y la colocó correctamente.


Romina entonces quedó con una imagen espectacular, toda una fetichista, los tacos aguja, las medias, el corset y mas aún ese inmenso falo artificial colgando de entre sus piernas aumentaron mas aún mi excitación. Tanto Debora como Georgina y yo contemplábamos el ritual que estaba llevando a cabo Amanda completamente fascinadas.


Cuando hubo terminado, dio vuelta a Romina de manera tal que nos diera la espalda y en ese momento adiviné lo que había ido a buscar a la habitación, estaba transformando a mi ex - mucama en alguien como ella, tal es así que cuando se dió vuelta nuevamente pudimos ver que ahora también asomaban un par de colmillos por entre sus labios.


Caramba pensé, ahora se habían invertido los roles, de mucama había pasado a ser dominante y yo de Ama dominante habíamos pasado junto con Debora y Georgina a ser las víctimas de Amanda y Romina.


Nosotras estábamos en el piso aún, fascinadas con lo que estaba sucediendo y excitadas pensando lo que vendría cuando ellas se acercaron, dos mujeres - vampiro llenas de sensualidad y aún excitadas, rápidamente supe que la noche estaba comenzando y que sus tres víctimas serían las encargadas de liberarlas de su excitación.


Solo les puedo contar una cosa: "Las mujeres vampiro son insaciables"


Te ha gustado, una vez mas me excité mucho imaginando las situaciones que acabas de leer, mas aún cuando si lo piensas un poco no son tan disparatadas y quizá, quien te dice, algún día dentro de poco podamos tener una reunión así.


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