Luego de publicar mi último cuento sobre Romina (aquel
en el que me transformaba en su institutriz), recibí varios mails,
tanto de ella como de otras amigas invitándome a continuar imaginando
como sería la reunión de esa noche.
Aquellas que me conocen saben que no puedo resistirme a un
pedido de este tipo, mas aún cuando Romina misma me excitó
contándome las cosas que le gustan, así que puse manos a
la obra, mi imaginación a trabajar y este es el resultado, espero
que les guste.
"Vamos a refrescar un poco la memoria, la última
ves que estabamos juntos te conté lo que pasó ese fin de
semana por la mañana cuando Romina y yo nos quedamos solas en su
casa, allí, aproveche la situación para transformarme en
su institutriz y enseñarle algunas cosas que se pueden hacer con
los juguetes sexuales.
Sin embargo, le había prometido que esa noche tendríamos
una reunión, durante la cual ella se transformaría en mi
muchama y atendería a las invitadas, las cuales por supuesto, son
todas travestis y amigas que ya conoces de relatos anteriores. Sabía
que mis amigas se divertirían mucho y además que Romina,
con lo putita que es lo pasaría espectacularmente bien.
Así, cuando terminamos nuestra tan particular clase,
le ordené que fuera a tomar una ducha mientras yo me cambiaba por
algo mas cómodo a fin de prepararla a ella como la mucama en que
se transformaría.
Mientras ella se bañaba entonces, yo me saqué
la prótesis y al verme en el espejo (realmente el corset me hacía
una figura espectacular), retiré mi bombacha y dejé asomar
mi clítoris que ya estaba inflamado, imagina que yo todavía
no había tenido desahogo ninguno, así que casi sin darme
cuenta, estaba acariciándome mientras me contemplaba a mi misma
en el espejo, con una mano masajeaba mi clítoris mientras que con
la otra introducía en mi orificio la misma prótesis que momentos
antes estaba dentro de la cola de Romina.
Cuando finalmente estuvo totalmente adentro, me senté
en la silla exhalando yo también un suspiro, cosa que me encanta
pues me hace sentir mas putita todavía, tomé otra prótesis
que estaba sobre el escritorio y comencé a practicarle una felatio
mientras continuaba mirándome.
Al poco tiempo, había alcanzado un orgasmo sensacional,
y me encontraba relajándome mientras disfrutaba de la sensación
de tener la cola llena cuando ví que por la rendija de la puerta
se asomaba Romina, totalmente desnuda y manoseándose a si misma
sin su permiso. La muy puta, se había excitado nuevamente de ver
lo que yo estaba haciendo y ahora encima se masturbaba sin autorización
de su Ama.
- Vení para acá puta de mierda, que es lo que
estás haciendo?
- Yo, disculpeme Señora, no quise, pero no pude evitar
la excitación al verla así.
- Si, pero te tocaste sin mi permiso, eso es imperdonable,
vení para acá.
Romina se acercó y entonces yo tomé un collar
de cuero de la vitrina, el cual abroché en su cuello, también
le volví a colocar un par de esposas, ahora tanto en manos como
en pies y abrochando una cadena al collar, tiré de ella y la guié
hasta mi habitación.
Una vez allí, le dije: - Así que te gusta ver
a tu Ama masturbándose entonces, bueno, ahora tendrás que
limpiar un poco también, y acercándome a ella le ofrecí
mis genitales para que los lamiera, la muy golosa extendió su lengua
de una manera que creía imposible y comenzó a limpiarmelos
por completo (hay que reconocer que al menos es buena en eso), cuando hubo
terminado, me dí vuelta, y apoyando mis manos contra la pared, le
mostré mi cola.
- Y, que esperás, acaso crees que eso era todo lo
que tenías que limpiar, mi culo también merece ser bien tratado.
Y mientras decía esto, pegué un pequeño tirón
de la cadena para acercar su cara a mis nalgas.
Primero con timidez, comenzó a pasar su lengua por
mis glúteos, luego, poco a poco fue acercándose a mi agujerito
y cuando quise acordarme, estaba una vez mas dedicada a la tarea con voluntad,
había separado mis nalgas con sus manos y sentía como su
lengua intentaba penetrarme cada vez mas profundamente.
No puedo negarte que eso me produjo nuevamente una excitación,
así que comencé a masturbarme nuevamente, que deliciosa sensación
sentir como una lengua se mete dentro tuyo, esas cosquillas tan especiales
que una siente que le recorren todo el cuerpo son realmente divinas.
Cuando sentía que estaba por alcanzar nuevamente un
orgasmo, me dí vuelta y una vez mas, le di de regalo a Romina mis
líquidos en su cara. Mi Dios, se relamía la muy puta, es
que no había tenido lo suficiente?
- Bueno, ahora yo necesito descansar y reponer energías
para esta noche, así que voy a dormir una siesta.
Al decirle esto, tiré de su cadena para llevarla hasta
la cama y la até a los pies de ella para tener la seguridad de que
no volvería a tocarse, yo me acosté para dormir un rato y
cuando me dormí, lo último que recuerdo es la imagen de Romina
a los pies de la cama, limpiándose los restos de mi orgasmo de su
cara y lamiendose los dedos.
Pasó el tiempo y el despertador comenzó a sonar,
lo había puesto para que no me dejara dormir mas de la cuenta, al
despertarme, Romina por supuesto continuaba a los pies de mi cama, amarrada
y sabiendo muy bien que no le convenía intentar soltarse.
Pero, esta chica era increíble, me estaba mirando
y mientras tanto se tocaba los genitales, no sabía cuanto tiempo
había estado así pero mostraba una erección que me
irritó terriblemente, era incorregible, pero ya me encargaría
de castigarla.
- Pero, que puta que sos, vivís caliente vos acaso?
Intentó una disculpa nuevamente, no la dejé
hablar y antes de que pudiera continuar la amordacé para no tener
que seguir escuchando sus lloriqueos.
- Vení para acá, dije mientras tiraba de la
cadena, ahora mismo vamos a arreglar eso.
Así, la llevé hasta su habitación, donde
comencé a prepararla para la reunión de la noche.
Primero, puse un tampón en su cola para que se sintiera
toda una mujer menstruando, luego tomé su clítoris y lo llevé
hacia atrás, sujetándolo con cinta de embalar para que no
tuviera posibilidad de tocarse.
- Ves lo que tengo que hacer?, de otra manera seguro que
te pasás la noche tocándote en ves de hacer tu trabajo y
atender a mis invitadas.
A continuación, seleccioné el guardarropa que
usaría mi mucama, primero un portaligas ancho, elastizado, con ocho
correas anchas y bien ajustado para que le hiciera una mejor figura, luego
un par de medias 7/8 con costura, le puse un corpiño negro de encaje
talle 100, con un par de prótesis mamarias del tamaño justo
para llenarlo, una bombacha por supuesto haciendo juego con el corpiño.
Los zapatos eran de taco aguja, de mas está que te
lo diga, de doce centímetros de alto y terminando en una punta extremadamente
estrecha.
Le cambié la peluca por otra también de color
rubio, pero ahora con una pequeña melena hasta los hombros y su
atuendo quedó completo con un uniforme de mucama francesa, de mangas
largas, también de color negro y con volados blancos, abrochado
con un cierre en la espalda. El uniforme era bastante corto, de manera
tal que en cuanto se agachaba un poco dejaba ver sus muslos, esto como
podrás suponer era exactamente lo que yo quería para los
planes que tenía para ella esa noche.
Completó el atuendo una delicada cofia blanca y un
maquillaje bastante cargado, una base bien pálida, y con colores
rojos intensos en labios y sombras.
Cuando terminé, miré mi obra y le dije: - Bien,
ahora parecés la putita que realmente sos, andá limpiando
la casa mientras yo me preparo para la reunión. Acordate de una
cosa, no quiero pasar papelones delante de mis invitadas, si algo llega
a salir mal, ay de vos, no quisiera estar en tus zapatos, está claro?
- Si Señora, respondió humildemente mirando
el suelo.
- Sin embargo, si todo sale bien tené en cuenta que
podrás pedir un premio, así que todo depende de vos
Me olvidé de comentarte que la reunión era
de disfraces, la consigna era que los personajes debían ser femeninos
por supuesto, ninguna de nosotras hubiera aceptado otra cosa, pero además,
el personaje que eligiéramos debía tener características
fetichistas.
Mientras yo me cambiaba de ropas, Romina se dedicó
a arreglar la casa, limpió los baños, la cocina y realizó
todas las tareas domésticas que se esperan de una mucama como ella,
en este sentido no tengo nada que reprocharle, conoce bien sus tareas y
la casa quedó impecable.
Finalmente, ya estaba lista y mis invitadas estaban por llegar,
salí de mi habitación ya totalmente caracterizada, me paré
frente a Romina quien estaba en la cocina preparando algunas bebidas y
le dije:
- Bueno, quien soy
Romina, se dió vuelta y comenzó a mirarme,
primero (ya que está acostumbrada a dirigir su mirada al piso) vió
mis botas negras con un taco aguja de 12 centímetros y altas hasta
las pantorrillas, luego continuó subiendo su mirada y se encontró
con un traje negro, totalmente adherido al cuerpo que cubría hasta
mi cuello, el traje era de un material sumamente elástico de un
material que se encontraba a mitad de camino entre el latex y el cuero,
se abrochaba con un cierre en la espalda y se adhería a mi cuerpo
como una segunda piel.
Continuó subiendo su mirada y vió que las mangas
del traje continuaban hasta convertirse en un par de guantes, los senos
postizos estaban perfectamente marcados, incluso se veía la marca
de los pezones a través del material, finalmente, mi cabeza estaba
cubierta por una capucha que me cubría desde la nariz hacia arriba,
con una abertura para los ojos por supuesto, mis labios eran también
de un rojo intenso y los párpados que se veían a través
de la capucha estaban maquillados con sombras oscuras.
Sabía que mi aspecto era impactante, el traje marcaba
perfectamente mis formas y habiendo ajustado aún mas el corset (Dios,
me costaba respirar pero valía la pena) mi figura era sencillamente
sensacional.
- Bueno, estoy esperando, quien soy?
- Batichica?, aventuró tímidamente Romina.
- Casi, estuviste cerca, en realidad soy la Batiputa. Batman,
Robin y Batichica son unos frustrados sexuales, salen todas las noches
a hacer justicia y nunca tienen tiempo para el sexo, mi personaje en cambio
sale todas las noches a buscar sexo para saciar su apetito.
Vi en sus ojos que me estaba contemplando con excitación,
y realmente yo también en ese momento estaba bastante excitada,
me sentía completamente compenetrada con mi personaje y además,
Romina estaba también espectacular, me encontré a mi misma
mirando sus muslos, y casi sin darme cuenta, comencé a acariciarcelos
con mis manos enguantadas, ya estaba buscando su agujerito para meter en
el un par de dedos cuando sonó el timbre.
- Bueno, las invitadas están llegando, acompañalas
hasta la habitación, ayudalas a cambiarse y atendelas en todo lo
que precisen.
Romina cumplió entonces mis órdenes, mis invitadas
iban llegando en ropa de calle (en sus versiones masculinas) y así,
Romina las ayudaría a transformarse en el personaje que hubieran
elegido.
En primer lugar llegó K. que luego de media hora salió
transformada en Debora, que para la ocasión había elegido
interpretar a una corista, estaba divina.
Tenía puesta una especie de media que le cubría
todo el cuerpo hasta el corpiño, el mismo era, de más está
que te lo diga, media taza, y sus prótesis mamarias eran espectaculares,
había que examinarlas bien de cerca para reconocerlas, la bombacha
era mínima, supongo que además debía haber depilado
su entrepierna, un par de guantes de lycra negros le cubrían las
manos hasta los codos, su maquillaje era además el que corresponde
a una corista, los ojos estirados hacia los costados, bien intenso, pestañas
postizas inmensas. Su cabello negro estaba recogido en una cola de caballo
que caía sobre su espalda, y sus zapatos eran también de
taco aguja, pero plateados y con una pulsera en el tobillo.
Se paró delante mío y me dijo: - Y, que tal
estoy
Mientras lo decía, daba una vuelta completa, mostrando
todo su cuerpo, caramba !!, tenía la cola casi completamente al
aire, tan solo un pequeño hilo sostenía la casi inexistente
bombacha (práctico por demás pensé en ese momento).
- Sensacional, vas a tener que bailar un poco para nosotras
después
- Ah, pero si lo hago espero que me den alguna propina (Debora
ya estaba completamente compenetrada con su papel)
Estaba pensando en como darle la propina a Debora cuando
suena nuevamente el timbre, Romina no necesitó instrucciones esta
vez y fue a abrir inmediatamente, era J. quien acompañada por mi
mucama fue a cambiarse, al salir, Amanda había elegido transformarse
en una mujer vampiro.
Para la ocasión, había elegido por supuesto
una capa negra que le llegaba hasta los tobillos, debajo de ella en parte
se adivinaban y en parte se veían un par de zapatos negros (no tengo
que aclararte que eran de taco aguja), medias color carne con portaligas,
un body negro de lycra bien ajustado, las uñas estaban pintadas
de color negro y por supuesto, un maquillaje acorde con su personaje, pálida
y con los labios y ojos muy marcados, el cabello negro y suelto en forma
de melena hasta los hombros le daban un aspecto que bien podría
haber pasado por la hermana de Morticia Adams.
Pero lo que completaba su atuendo era una prótesis
dental que simulaba un par de colmillos, estos no eran extremadamente grandes,
pero en cuanto sonreía se percibían a través de sus
labios.
- Bueno, parece que hoy nos esmeramos, comentó Amanda,
no se cual de las dos me calienta mas.
- Yo estaba por darle la propina a Debora y vos lo menos
que puedo decir es que estás inquietante, le dije a Amanda.
Debora, siempre inquieta, le dice a Amanda:
- Y me vas a chupar la sangre acaso u otras cosas.
- Tranquila, ya vas a ver que no te vas a quedar con las
ganas pero la que realmente me interesa chupar esta noche es a tu mucamita
Batiputa.
Romina, que estaba parada en ese momento en la entrada de
la cocina esperando instrucciones, levantó la mirada, la muy guacha,
enseguida pude ver ese brillo en sus ojos que indicaba que gustosamente
se dejaría chupar por Amanda (bueno, la verdad yo también
estaba loca por recibir un besito en mi cuello de ella)
- Suena el timbre nuevamente y llegó la última
de mis invitadas, H. que una vez mas ayudada por mi sirvienta volvió
al poco tiempo transformada en Georgina la dominatriz.
Su atuendo era sencillamente genial, un par de botas hasta
la rodilla, acordonadas al frente y con un taco aguja de 15 centímetros,
un par de medias de lycra brillantes de color blanco, una pollera tubo
de cuero con una chaqueta haciendo juego por debajo de la cual tenía
un corpiño de encaje, guantes para completar la imagen y una peluca
rubia con rulos hasta un poco mas abajo de la línea de los hombros
que le daban un aspecto imponente.
Al salir me dijo: - Anita, muy buena la atención de
tu mucama pero mirá la facha que tiene, tenés que enseñarle
a cuidar un poco mas el maquillaje.
En ese momento la vi con mas atención y me di cuenta
que había ayudado a mis amigas no solo a cambiarse, su maquillaje
estaba corrido, su cara era un desastre, para estar así debía
haber probado a todas ellas mientras las ayudaba.
La tomé de la cadena de su cuello y la arrastré
hasta su habitación mientras les decía a mis amigas: - Enseguida
vuelvo, sirvanse algo para tomar mientras tanto.
Cuando llegamos a la habitación, de un tirón
de la cadena la hice poner de rodillas en el piso, y le dije:
- Empezamos mal, mirá los papelones que me hacés
pasar, si por lo menos te retocaras el maquillaje. Decime, lo hiciste con
todas.
- Si Señora, con Georgina dos veces.
- Que puta que sos, y en ese momento, al verla allí
pensé ¿Y por que no?
- Con todas no, conmigo todavía no. Y mientras lo
decía, saqué mi clítoris y se lo ofrecí.
Inmediatamente se lo acercó a los labios y comenzó
a besarlo mientras con sus manos acariciaba mis caderas, la sensación
de mi traje contra su cuerpo y las caricias de mi sirvienta hicieron que
rápidamente me excitara, al poco tiempo, estaba masturbándome
y volcando mi orgasmo sobre su cara, el que fue a mezclarse con los de
mis invitadas.
- Arreglate un poco el maquillaje y vení a atendernos,
mirá que si esto sigue así mañana tu día va
a ser terrible. Está claro?
- Si Ama, no volverá a repetirse, le ruego que me
disculpe, ya que sabe que cuanto mas se humilla mas me caliento.
La dejé en su habitación retocándose
el maquillaje y volví a la sala dispuesta a atender a mis amigas.
Cuando llegué me di cuenta que no era necesario, ya estaban divirtiéndose
de lo lindo.
Georgina había atado a Debora a una silla, y mientras
tanto, ella y Amanda habían sacado su clítoris y se lo ofrecían
para que los besara, que podía hacer?, me uní a ellas.
Vi que tanto Georgina como Amanda estaban bien atendidas
en los labios de Debora, así que decidí ayudarla un poco
a ella, me agaché entre las dos y con un poco de esfuerzo, realicé
un pequeño agujero en las medias de Debora, cerca de su entrepierna,
por allí pude sacar su clítoris el que rápidamente
en mis manos comenzó a inflamarse.
En cuanto comenzó a crecer, lo besé pasando
primero mi lengua por su cuerpo hasta llegar a la cabecita, divina, preciosa
y sin poder resistirme lo introduje por completo en mi boca comenzando
a jugar con el entre mis labios. A Debora parece haberle gustado ya que
casi inmediatamente comenzó a gemir, acompañando así
a Amanda y Georgina.
De pronto siento algo en mi nalga, y al darme vuelta veo
que es Romina quien, desesperada al salir de retocar su maquillaje, se
había agachado detrás mío y con una lascivia increíble
comenzó a limpiar mi cola (que estaba enfundada en el traje todavía)
con su lengua.
- Pero, cada día mas puta vos, no podías contenerte
ni diez minutos?, ahora vas a ver cual es tu lugar. Le dije completamente
indignada.
- Dejala, parece que está tan caliente como nosotras
me dijo Amanda.
.- Si, pero esta vive caliente, es imposible la servidumbre
hoy en día.
- Dejámela a mi, a ver como me atiende. Me dijo Amanda
Seguramente ya conoces también la regla de oro de
cualquier anfitriona, no se le puede negar algo así a una invitada
así que accedí y le dije que dispusiera de Romina como ella
quisiera a ver si ella era capaz de educarla un poco.
Amanda entonces se acercó dos pasos hacia Romina,
quien casi inmediatamente dejó mis nalgas para dedicarse a deborar
el clítoris de mi amiga, por la expresión de placer de ambas
creí adivinar que les encantaba lo que estaban haciendo.
Bueno, estando ellas entretenidas me decidí a reunirme
con Debora y Georgina, así que tomé un par de vibradores
y con uno en cada mano me acerqué a ellas, primero introduje uno
de mis dedos enguantados en el ano de Georgina para ir dilatándolo
mientras recibía los besos de Debora y cuando ya estuvo listo, coloqué
el dildo dentro de su cola, luego volví a colocar la bombacha en
su lugar para que este no se saliera.
Georgina estaba en la gloria, recibía los besos de
Debora en un extremo y su cola estaba llenita en el otro, luego apliqué
el mismo tratamiento en Debora, dilatando su ano en primer lugar y después
llenándoselo con el vibrador. Cuando terminé, me dediqué
a atender un poco el clítoris de Debora, hecho que casi inmediatamente
me agradeció con un gemido.
Después de estar un rato así, Georgina le dijo
a Debora: - No te parece que podríamos devolverle el favor?
Al escuchar esto sonreí de placer ya que sabía
lo que me esperaba.
Georgina entonces dió media vuelta y se acercó
a mi cola, allí bajó el cierre a la altura de mi cola y al
dejar al aire mi ano, comenzó a jugar con sus dedos en el, dilatándolo
poco a poco, después de un momento sentí un dildo entrando,
pero, caramba, este era mucho mayor que los que yo había usado,
Georgina, siempre atenta, sabía lo viciosa que era y buscaba complacerme.
Mientras tanto, recibía las atenciones de Debora en
mi clítoris que a esta altura ya estaba por estallar.
Cuando creía que ya no aguantaba mas, Debora se retira
y diciendo: - Esperá que ahora quiero hacer algo que tengo ganas
desde hace mucho tiempo, intercambia lugares entonces con Georgina, quien
pasó a atender mis genitales mientras Debora, de a poquito (sabe
como hacerme sufrir) retiró primero el dildo y luego, también
lentamente, comenzó a introducirme su clítoris mientras me
decía:
- Pero que abiertita que estás. Claro con el juguete
que te comiste antes.
Fue sensacional, sentía a Debora cabalgarme detrás
mío, sus medias rozando contra mi traje, que sensación indescriptible,
mientras al mismo tiempo Georgina prodigaba atenciones a mi clítoris,
mejor no podía estar.
Cuando sentí que estaba a punto de llegar al orgasmo,
le pedí a Debora que se retirara y en ese momento, me arrodillé
de manera de tener a la altura de mi boca los genitales de ambas, los que
comencé a besar y masturbar con energía pretendiendo que
tuvieran un orgasmo inolvidable, al poco tiempo así fue.
Sentí como sus líquidos brotaban y caían
sobre mi cara y el pecho de mi traje, que delicia !!, luego pasé
mis manos sobre ellos desparramandolos sobre mi pecho y probé con
mi lengua el sabor de la mezcla de ambas.
Esto me excitó mas aún y así, les pedí
que se acostaran en el piso, entonces me paré sobre las cabezas
de ambas, coloqué nuevamente un dildo en mi cola (te conté
que soy viciosa) y comencé a masturbarme, cuando llegó el
orgasmo, tuve cuidado de repartir mis líquidos en los rostros de
mis dos amigas.
En ese momento me acosté al lado de ellas y mientras
rozábamos nuestros cuerpos (a las tres nos encanta el taco de la
ropa femenina una contra la otra) y nuestros líquidos continuaban
mezclándose, miramos lo que estaba haciendo Amanda con mi mucama.
Bueno, le hizo de todo, Romina no tendría de que quejarse
por lo menos por un par de días, primero virtualmente la violó
con la misma prótesis que yo había usado por la mañana,
y mientras le introducía con fuerza la prótesis, obligando
a gemir a mi sirvienta, tomó su clítoris y comenzó
a masajearlo hasta que estuvo inflamado.
Cuando se cansó de montarla (y cuidado que Amanda
no se cansa fácilmente), desabrochó la prótesis de
su cintura y pasándola por la cintura de Romina, la abrochó
colocada hacia adentro, de esta manera, ella tenía la totalidad
de la prótesis dentro suyo y al estar ajustada con las correas era
imposible que se moviera.
Luego se sentó y con un gesto le indicó que
deseaba que le besaran el clítoris, como habrás de suponer,
mi mucama no se hizo rogar y antes de que Amanda terminara de sentarse
ella ya estaba succionando con mucha, pero mucha voluntad.
Era una escena tremendamente excitante, Amanda totalmente
caracterizada como una mujer - vampiro, con su ropa fetichista y con esos
pequeños colmillos que asomaban por entre sus labios mientras mi
mucama francesa, con una tremenda prótesis en su cola, la besaba
buscando llevarla al orgasmo, el contemplarlas hizo que me excitara nuevamente
y otro tanto sucedió con Debora y Georgina, que comenzamos a acariciarnos
mutuamente una vez mas.
Mientras tanto, Amanda estaba a punto de llegar al orgasmo
y cuando finalmente lo hizo, vertió sus líquidos en la boca
de Romina, mientras le decía:
- Tomatelo todo, no quiero que caiga ni una sola gota.
Romina, obediente no permitió que tal cosa sucediera
y procedió a beber todos los líquidos de Amanda, cuando hubo
terminado, esta le dice:
- Bueno, como sabrás la leyenda dice que aquel que
bebe la sangre de un vampiro se transforma en uno también, y dado
que vos bebiste algo mas que mi sangre es seguro que te transformarás
en una criatura de la noche como yo.
Mientras decía esto, fue caminando hasta la habitación,
y al regresar tenía algo en sus manos que no pude distinguir. Se
acercó a Romina y primero le sacó el uniforme de mucama,
dejándola tan solo con el corset, las medias y los zapatos, dejó
puesta la correa pero liberó la cadena, desabrochó la prótesis,
la retiró de la cola de Romina y la colocó correctamente.
Romina entonces quedó con una imagen espectacular,
toda una fetichista, los tacos aguja, las medias, el corset y mas aún
ese inmenso falo artificial colgando de entre sus piernas aumentaron mas
aún mi excitación. Tanto Debora como Georgina y yo contemplábamos
el ritual que estaba llevando a cabo Amanda completamente fascinadas.
Cuando hubo terminado, dio vuelta a Romina de manera tal
que nos diera la espalda y en ese momento adiviné lo que había
ido a buscar a la habitación, estaba transformando a mi ex - mucama
en alguien como ella, tal es así que cuando se dió vuelta
nuevamente pudimos ver que ahora también asomaban un par de colmillos
por entre sus labios.
Caramba pensé, ahora se habían invertido los
roles, de mucama había pasado a ser dominante y yo de Ama dominante
habíamos pasado junto con Debora y Georgina a ser las víctimas
de Amanda y Romina.
Nosotras estábamos en el piso aún, fascinadas
con lo que estaba sucediendo y excitadas pensando lo que vendría
cuando ellas se acercaron, dos mujeres - vampiro llenas de sensualidad
y aún excitadas, rápidamente supe que la noche estaba comenzando
y que sus tres víctimas serían las encargadas de liberarlas
de su excitación.
Solo les puedo contar una cosa: "Las mujeres vampiro
son insaciables"
Te ha gustado, una vez mas me excité mucho imaginando
las situaciones que acabas de leer, mas aún cuando si lo piensas
un poco no son tan disparatadas y quizá, quien te dice, algún
día dentro de poco podamos tener una reunión así.