Si continúas allí es porque te gustó mi primer relato, te
puedo asegurar que a mi también me encantó y de solo recordar
esos momentos vividos me excito terriblemente, sin embargo, ha
llegado el momento de continuar contándote mi vida y de mis
encuentros cuando retorné a Buenos Aires.
Tal como te imaginarás, jamás volví a vestirme parcialmente,
luego de las experiencias que había vivido, el usar tan solo
algunas ropas me parecía ahora un juego de niñas, me fascinaba
el encontrarme sola en mi casa y transformarme en Ana Raquel en
cualquier momento que pudiera, incluso en muchas oportunidades
fantaseaba con que era la sirvienta de la casa, así que me
cambiaba, aplicaba un maquillaje adecuado y comenzaba a realizar
las tareas domésticas. Esta misma situación, casi sin darme
cuenta me iba excitando lentamente, el sentirme toda una mujer,
el roce de la ropa interior, la suavidad de las medias y la
deliciosa incomodidad de caminar con tacos aguja provocava que
finalmente y una vez que terminaba de arreglar la casa, fuera
hasta la habitación y comenzara a utilizar mis juguetes
imaginándome que estaba con otra persona en ese momento.
Pero por supuesto, la imaginación no es lo mismo que la realidad
y poco a poco comencé a sentir la necesidad de estar con otra
persona. Al fin y al cabo había descubierto que era mucho mas
interesante cambiarse para otra persona antes que limitarme a
mirarme al espejo. Pero tal como te imaginarás, mi vida social
era un poco limitada en lo que se refiere a encuentros con otras
personas que aceptaran y le gustara lo que yo hacía (que
difícil es encontrar a alguien que nos comprenda).
Es así que finalmente me decidí a publicar un aviso en una
revista de encuentros señalando mis características. Para mi
sorpresa recibí muchas cartas de respuestas, pero entre ellas
una me llamó la atención: se trataba de una pareja que deseaba
estar con un travesti lo mas femenino posible.
La idea de estar con una pareja, que era algo que
nunca había hecho hasta el momento me atrajo sobremanera, si
bien no sabía que si me gustaría, esta había sido una
fantasía que tenía desde hacía mucho tiempo. Así que como te
imaginarás, respondí a su carta y luego de un par de contactos
telefónicos quedamos en encontrarnos en un bar para conocernos
un poco, charlar y ver si realmente existía afinidad entre
nosotros.
Para no hacer demasiado larga esta historia te diré que la
coincidencia fue total. El hecho es que si bien el ya había
estado con travestis anteriormente, y ellos como pareja también
habían practicado sexo grupal, ella tenía una cuenta pendiente
que era llevar adelante su bisexualidad, pero hasta el momento no
había encontrado ninguna mujer con la que congeniara, así que
cuando vieron mi aviso se les ocurrió que un travesti de aspecto
femenino bien podría cumplir ese rol.
Es así que la idea de ellos era que yo tuviera la imágen mas
femenina posible, que además fuera pasiva con ambos y otra de
las fantasías de ella era también jugar una especie de rol
dominante, por supuesto esta fue también una idea que yo tomé
con agrado, adoptaría el lugar que siempre había fantaseado
luego de mi debut como Ana Raquel, transformarme y ser sometida.
Es así que luego de una charla que se prolongó casi por dos
horas en la que intercambiamos fantasías, secretos y
expectativas, quedamos con ella en encontrarnos en otra
oportunidad para recorrer casas de ropa, comprar cosméticos y
maquillaje, etc.
Finalmente llegó el día del encuentro, cuando
entré en el departamento ella ya se había cambiado y sabiendo
que me gustaba, llevaba puestas unas medias caladas, con zapatos
de taco alto, y ropa interior. Así que inmediatamente pasé a la
habitación para cambiarme yo también y dejar que mi lado
femenino saliera al exterior, había llevado para esta ocasión
un corset de cuero negro que me hace una figura hermosa, medias
negras con portaligas, un par de santalias negras de taco aguja,
y por supuesto el resto de los aditamentos que completan el
atuendo femenino (bijouterie, maquillaje, una peluca castaño
claro del mismo color de mi pelo natural, etc.). Aunque para esta
oportunidad había agregado algo que hasta este momento nunca
había utilizado, un juego de uñas postizas bastante largas que
realmente me encantó usar ya que dan a mis manos un aspecto
mucho mas femenino (como verás, poco a poco fui aprendiendo a
cuidar cada vez mas los detalles).
Cuando salí, ya convertida en Ana Raquel, ellos
estaban en el living del departamento esperándome, siempre he
sentido unos nervios muy particulares en el momento de hacer mi
aparición por primera vez con otra persona, es como si temiera
que fuera a resultarles desagradable, pero por fortuna esto nunca
me ha sucedido (creo, y esto siempre es una apreciación
personal, que consigo una transformación muy bien lograda, por
supuesto no puedo mentirte y decirte que salgo a la calle
tranquilamente y que nadie se da cuenta, pero, en la intimidad,
tengo realmente la apariencia de una mujer).
Es así que tal como te decía, al salir a ellos
les encantó mi aspecto y casi sin darme cuenta estabamos los
tres acariciándonos mutuamente. Luego de un momento, me hicieron
desfilar, cosa que me encantó pues me fascina exhibirme, el
entonces se sentó en un sillón e hizo que nosotras
comenzáramos a bailar frente a el exhibiéndonos, de mas está
decirte que después de un rato nuestra temperatura comenzó a
subir y finalmente terminamos abrazadas bailando mientras nos
besábamos.
Personalmente me encantó, me sentí toda una
lesbiana y tal como te decía, la temperatura comenzó a subir
gradualmente cada vez mas y casi sin darnos cuenta ella tomó una
actitud cada vez mas dominante, primero se sentó en otro sillón
e hizo que me exhibiera frente a ella indicándome que comenzara
a tocarme como si fuera una mujer excitada, comencé entonces a
acariciarme los pechos, la cola y la entrepierna mientras
continuaba bailando.
Ella continuó así dandome ordenes cada vez mas
atrevidas haciendo primero que le sacara la ropa interior, y
luego que comenzara a practicar sexo oral con ella, no se cuando
tiempo estuve haciéndolo, pero yo estaba fascinada, por primera
vez me encontraba con otra mujer, una fantasía que por mucho
tiempo había soñado y que nunca había podido cumplir.
Luego de un tiempo, su tono se hizo cada vez mas
imperativo, me hizo acariciarla, besarla en la entrepierna,
besarle los pechos y mientras tanto el se encontraba contemplando
en su sillón mientras se masturbaba y nos trataba como si
fuésemos dos prostitutas lesbianas.
Te podrás imaginar que en este momento yo ya
estaba nuevamente fuera de mi misma, hubiera hecho una vez mas
casi cualquier cosa, y es así que ella me pregunta "querés
que sea tu dueña?", obviamente yo respondí que si,
que haría cualquier cosa que ella quisiera. Fue entonces que me
dijo que la esperara un momento y que entretanto, me comportara
como una niña buena y atendiera a su pareja, ya que imaginarás
que no se me ocurrió negarme a esto y ante la indicación de el
comencé una vez mas a practicar sexo oral.
Luego de un momento, ella retornó, pero ahora
tenía puesta una prótesis de cinturón y la manoseaba como si
se tratase de un genital masculino, se me acerca y me dice que
ahora que era mi dueña haría lo que quisiera conmigo y que
siempre había tenido la fantasía de actuar como hombre con otra
mujer. Puedo decirte que yo estaba en la gloria, mi excitación
era terrible, estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para que
esa mujer (ahora hombre) me hiciera su mujer.
Pero esto no es todo, diciendo que debía aprender
a comportarme me llevó hasta la habitación y allí me ató con
una cuerda mientras me obligaba a practicar sexo oral nuevamente,
pero ahora con su prótesis. Genial, había logrado que me
sintiera toda una lesbiana primero y ahora conseguía que me
sintiera una sierva sexual, nunca lo había experimentado (aunque
siempre había tenido este tipo de fantasías) y esto marcó mi
ingreso al mundillo de los juegos de dominación / sumisión.
Es así que después de un momento, me hizo
acostarme boca abajo en la cama y colocándose detrás mío, me
penetró, lo que realmente me llevó hasta los límites de la
excitación fue su actitud después, demostró una energía que
pocas veces he visto en un hombre, comenzó a moverse como si la
prótesis realmente formara parte de su cuerpo (quedé fascinada
cuando después me comentó que si bien le había gustado, era la
primera vez que lo hacía), no puedo describirte las diferentes
posiciones que me hizo adoptar, siempre actuando ella como todo
un hombre, tomaba mi cuerpo y lo guiaba pareciendo que sabía
exactamente que era lo que quería.
No sé cuanto tiempo estuvimos así, mientras
tanto el se encontraba en un costado de la cama contemplándonos
mientras se masturbaba y casi no participó (mas tarde también
nos contó que si bien su intención era participar mas
activamente, cuando vió que nosotras estábamos tan
entusiasmadas se excitó mas con observarnos).
Finalmente y cuando ya estábamos casi sin
respiración yo tuve un orgasmo, pero llegué al climax sin
siquiera haberme tocado mis propios genitales, era la primera vez
que esto me sucedía, llegar a un estado tal de excitación y al
mismo tiempo con ella estimulando mi cola que no fuese necesario
tocarme para alcanzar el climax.
Te juro que quedé agotada, pocas veces he tenido un orgasmo tan
intenso y esto es lo que hace también que esta sea otra de mis
historias que recuerdo tan vívidamente pues marcó mi ingreso a
lo que yo llamo mi lesbianismo (tal como te dije era la primera
vez que estaba con una mujer) y al mismo tiempo a los juegos de
dominación / sumisión.
Te gustaría atarme a la cama y poseerme como si
fuese tu prostituta particular, que cosas me harías o me harías
hacer para agradarte, me encantaría recibir un mensaje tuyo
donde me contases tus fantasías y las cosas que te agradan, me
hace sentir toda una niña mala que debe ser castigada, me excita
el pensar en cumplir tus deseos (aunque mas no sea a través de
un intercambio de cartas), y quien sabe, quizás algún día
pueda cumplirlos en persona, tu decides...