La Venganza


Cometí el error de salir con la hija de una de la mayores fortunas del país, cuando la dejé tanto la hija (muy celosa) como el padre cogieron un cabreo terrible. Al cabo de dos días unos matones vinieron a por mí menos mal que no estaba en casa, después empecé a recibir amenazas de muerte pero cuando se lo dije a la policía no pudieron o no quisieron hacer nada.


Me cambie de casa pero dieron con la nueva dirección, cambie de ciudad pero siguieron llegando las amenazas, estaba asustado así que cambie de empresa y me fui a vivir a otro país, después de un mes en tranquilidad volvieron la llegarme las amenazas, estaba ya cansado y muy asustado porque las amenazas empezaban a ser peores.


Volví a cambiar de país y llegué a Thailandia y cambié de nombre, me dejé barba y me teñí el pelo, era imposible que me encontrarán pero también me encontraron. Estaba desesperado y haría cualquier cosa para librarme de estas amenazas, ante esta situación estaba cuando en uno de las esquinas de la calle por la que iba me encontré con una prostituta, cuando de acerque vi que tenía el pene, esto me dio una idea. Me cambiaría de sexo, aunque no me apetecía, ya me había disfrazado en carnavales, ser mujer sería mejor que estar toda la vida bajo amenazas.


Así que me dediqué a busqué clínicas clandestinas donde cambiar de sexo, encontré pero en otro país. Debido a que estaba dispuesto a viajar a cualquier sitio tenía una pequeña fortuna que me permitieron sacar una pasaporte falso. Con este pasaporte viaje al país donde estaba la clínica, me dejé el pelo largo y pelirrojo,, había adelgazado 25 kilos y así me presenté en la clínica.


Una vez en la clínica, el cirujano me preguntó si quería un cambio completo o bien primero me pondría los pechos, me estilizaría las piernas y la cintura y me afemenaría la cara, y luego en otra operación me pondría la vagina yo de dije que no que lo quería todo lo más rápido posible.


Cuando acabo la operación y me miré en un espejo era completamente una mujer. Me vestí con un pantalón vaquero, y fui de compras, compré todo lo necesario, desde vestidos hasta maquillaje, después alquilé una casa apartada de la ciudad y con varias revistas y videos aprendí a maquillarme, vestirme y comportarme como una mujer, además gracias a las hormonas me había cambiado la voz. Para completar mi transformación necesitaba un carnet de identidad y un pasaporte nuevos, esto de costó bastante pero lo conseguí.


Estaba empezando a disfrutar mi nueva identidad, me empezaba a gustar ser mujer, me encanta toda la ropa femenina, la variedad, el peinado siempre diferente y el maquillaje cada vez distinto.


Necesitaba un trabajo así que me presenté a una entrevista, allí comprobé que el hombre que de entrevistaba sólo se fijaba en mis piernas y mis pechos, esto no era nuevo desde que era una mujer porque era realmente una mujer de bandera. Esta situación me dio una idea para mi venganza.


Empecé a frecuentar los entornos de la moda, esto de suponía unos gastos enormes pero ponía soportarlos, finalmente me propusieron hacer varios desfiles para un diseñador, yo acepté. Después más desfiles hasta que me encontré viajando por todo el mundo de desfile en desfiles para los más famosos diseñadores, no era una top model pero era una modelo bastante conocida, podía permitirme el lujo de rechazar algunos trabajos.


En esta situación decidir volver a la ciudad de mi "ex", y empezar mi venganza. Lo primero que hice fue comprar una casa al lado de la residencia familiar de mi "ex", su padre había muerto de infarto un año antes y ahora sólo quedaban María, mi "ex" y su hermano, Pedro, quién controlaba la empresa familiar. Después de comprobar que no sospechaba nada, empecé a intimar con su hermano, empezamos a salir juntos y finalmente me trasladé a su casa.


Una vez allí empecé a darle hormonas femeninas, las echaba en su comida y en su bebida. Después de un tiempo, Pedro ya no me manoseaba tanto, le había dejado de salir vello y yo lo convencía con facilidad para que se disfrazará de mujer durante el carnaval o cualquier fiesta de disfraces, el disfrutaba con eso aunque no lo dijera. Después le comenté que me gustaría verlo vestido de mujer, así empecé a comprarle vestidos, lencería, corsets .... , gracias a las hormonas se le había afeminado su cuerpo no necesitaba pechos postizos, y para ir a trabajar le ponía una faja. Al cabo de 3 años Pedro, se hacía llamar "Rosa" y pasaba más tiempo convertido en una hermosa mujer que como hombre. Yo llevaba ya las riendas de la empresa, mientras que "Rosa" pasaba el día de compras, finalmente me cedió sus acciones de la empresa y yo me convertí en la dueña.


Un día reuní a María y a "Rosa", que ya con tenía reparos en ser una mujer delante de su hermana, para decirles quién era yo realmente y que ahora poseía la empresa familiar.


Has visto que esta historia es mas que interesante, por supuesto, imagino que luego de saber la verdad, María y Rosa se deben haber divertido bastante.


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