ORACIÓN

 

Eres mi hombre
y te amo como hombre,
sí amor:

Amo tus pensamientos luminosos,
frágiles y coloridos,
donadores de fuego,
de alas y de amores.

Amo tus manos grandes,
fuertes y blancas,
potentes y suaves
cargadas de caricias,
de fuerza y de vida.

Amo tus ojos tímidos
que me arrastran desnudo
por el profundo mirar
de tus oscuras pupilas.

Y completo me pierdo
en tu mirada apacible,
en tu santo parpadeo.

Amo tu fina cintura
rodeada de musgo
recién germinado
y bebo en la copa
de tu vientre,
la humedad de tu vida.

Amo tu respirar agitado
y los relieves
de tu extendido cuerpo,
ebrio lo acaricio,
floto, navego y deambulo
en tus rincones y praderas
de sangre y de fuego.

Amo tu amplia cadera sinuosa,
tu vientre tembloroso,
combado y hundido,
orientado y crecido
al cielo de mi cuerpo.

Amo tu línea de fuego
ávida por prenderse
a la candela de mi tallo.

Amo tus rincones oscuros
concentrados de murmullos,
sembrados y prendidos
al fuego de mi fuego.

Amo tus remolinos crecidos
que se agitan y se abrazan
al cielo de mi cuerpo.

Amo el musgo tierno y maduro,
rizado, fino y mullido
de tus cálidos rincones.

Amo tus nalgas amplias
tibias y plenas,
sedosas y suaves
de hinchadas palomas.

Amo tu ardoroso bulbo
convertido en fuente,
donador de savia,
de sangre y de fuego.

Amo tu pecho amplio,
albo y crecido,
huésped de mi corazón.

Amo tu cuerpo nacarado
y el fuego de tu cáliz,
ávido y estrecho
apretado a mi raíz.

Amo tu fruto reventado,
húmedo y jugoso,
contraído y dilatado.

Amo los locos caminos
de tus frutos generosos,
sus salientes y entradas
de mis pasos y suspiros.

Te amo,
y te amo completo,
íntegro,
pleno.

Amor
eres mi hombre
y te amo
como hombre.

 

Gabriel Téllez

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