Critícame,
please...
1. "LUJO Y MISERIA" Disco 2000 (Invierno´98 - num.3)
2. "SONRISAS Y LÁGRIMAS" AB (Abril´98 - num.53)
3. "VV. AA. Lujo y Miseria" Self (Junio´98 - num.12-13)
4. "VV. AA. Lujo y Miseria" Florida Dance Magazine Junio/Julio´98
num.6)
5. "Varios Artistas-Lujo y Miseria" Acuarela en Benicàssim´98
(Agosto´98)
1.
"LUJO Y MISERIA" Disco 2000 (Invierno´98 - num.3)
Genís
Segarra -miembro de Astrud y sibarita del pop más exquisito- es
el Jarvis Cocker nacional: un outsider que observa con afilada ironía
nuestras vidas públicas (la "escena", los clubs "siderales") y privadas
("ya sé que la gente se toca, y se besan y se abrazan, pero no
quiero ni verlo ni saberlo" canta en un desgarrador directo)
y el mentor de esta recopilación de 9 grupos ligados al colectivo
barcelonés Austro (Productos Populares Austrohúngaros). Como
si de un nuevo Pessoa se tratara, Segarra adopta un sinfín de personalidades
(Basura, Hidrogenesse, Stardu, Arden...) con las que firmar y producir
la mayoría de estas 21 canciones (¡más de 70 minutos
de música!). Eso sí, en compañía de sus más
íntimos y allegados (Manolo de Astrud, Les Biscuits Salés...),
con los que comparte su visión iconoclasta del pop: de Morrissey
a Massiel (¡el ex-Smiths en catalán!), de Los Pecos a Pet
Shop Boys (el himno eurogay del verano se llamará "Hidroboy")
y del "drumanbas" a Dinarama (¡esas tres fabulosas canciones de Chico
y Chica!). Lujo a precio de saldo.
Joan
Manel Jubany
2.
"SONRISAS Y LÁGRIMAS" AB (Abril´98 - num.53)
En
este país la basca no tiene mucho sentido del humor. La última
vez que me tomé a risa algo, o sea Spicnic,
de los que encima soy fan, a lo peor fue por eso, por herejía, me
llegó una carta que me llamaba hijo de puta y cosas mejores. No
fueron los jefes, fue un fan indignado que me quería dar de piñazos
por echarme unas risotas con Meteoro. Estos poppies son tontos.
Todo esto
viene a santo de Austro, Productos Populares Austrohúngaros, unos
zagales inclasificables y jocosos. De éstos y de las señas
más o menos comunes de identidad que comparten sus grupos, que son
sintetizadores chungos, cutrerío consciente y coreografías
terribles, puede uno tener la tentación de reírse. Aunque
yo personalmente lo desaconsejo por varias razones: a) Son existencialistas
irónicos y perversos. Sus canciones no hablan de Dunkin´ Donuts
sino de armas blancas, desengaños y asco. Usan tecladitos analógicos
pero tienen pinta de conocer lugares terriblemente dolorosos donde aplicar
electrodos. Le cortarían las orejas a mi hermana y me las mandarían
con miel si les hago una mala crítica. Son unos tipos fenómenos.
¿Querrán ser mis amiguitos? b) Sus respuestas son rápidas
e incisivas, sus ideas claras. No se casan con nadie. Son los típicos
que en una cena con tu novia sacan a relucir aquel récord de pajotas
que batiste en segundo de BUP y te dejan como el culo. Son mala gente.
c) Ellos ríen más. Se ríen de los indies, de la escena
dance, de las moditas y los uniformes y de la madre que los parió.
Es posible que también se rían de TI. O lo que es peor, de
MI.
Además
de éstas, hay otras. Acaban de sacar su ideario sonoro, Lujo
y Miseria, un CD recopilatorio que presenta a todas sus bandas bajo
una misma bandera. Su originalidad y descaro, su ponzoña, hacen
imprescindible una conversación con los responsables de este despropósito,
un disco que es como un sarpullido en la cara de una escena indie aséptica
y cobarde. ¡Arre, Austrohúngaro!
La
caja de ritmos es lo de menos. Un acojonado Sega me llamaba
por teléfono el día antes de la entrevista para asegurarse
de que no les casara con nadie ni mencionara ninguna inexistente escena
pop. La duda ofende. Detesto las escenitas -y puedo asegurar que he catado
unas pocas- y los tipos que se creen importantes dentro de ellas más
que ninguna otra persona en este mundo. Detesto las que ya existen, pero
mucho más las inventadas, y por encima de todas ellas las que se
inventa la prensa. No voy a hablar de ninguna escena. Odio las escenas.
Pero esa llamada me puso a huevo la primera pregunta que lanzar hoy en
la mesa que comparto con Helena y Araceli (Les Biscuits Salés) y
Sega (Hidrogenesse y Basura), algunos de los implicados. "Hay tanta
gente en Austro -afirma Sega- y tenemos gustos tan diferentes que
es imposible definir si nos va el tecno-pop. Encasillarse es imposible
cuando se está en algo tan plural; cada grupo está en una
historia diferente, e incluso dentro de ellos hay diferencias. Nadie puede
hablar en nombre de todos ni decir que vamos de determinado palo. Es aún
peor cuando no sólo te dicen lo que estás haciendo sino que
además se molestan en vincularte a pájaros de los que no
has oido hablar en la vida o que aborreces". Eso son las escenas de
las que habla la prensa; cinco grupos que no se parecen en nada unidos
por los delirios de un borracho. "Eso es lo más fácil
-continúa Sega-. Es más fácil ocupar páginas
en la prensa y horas en la radio hablando de un colectivo que tener que
convencer a alguien de que tu grupo vale la pena. Si decidimos hacer cosas
juntos y unirnos bajo el nombre de Austro fue porque grupo a grupo nos
hubiese costado mucho más que cada uno tuviera un mínimo
de eco. En cambio creando toda una movida, haciendo fiestas, conciertos,
todo bajo el nombre de una misma productora, parece que a la gente le hace
más gracia y hablan más de ti".
Contrariamente
a lo que algún despistado podría deducir, no es la música
lo que unió a los grupos de Austro. La forma en que la que ha acabado
siendo expresada es sólo la vía por la que decidieron escapar
del tedio y, si finalmente ésta ha acabado trazando una línea
en la que coinciden todos los que aparecen en Lujo y Miseria, ha
sido casualidad. "El sonido de los grupos -confirma Sega- no
es lo importante. Todos somos fans los unos de los otros. Conoces a un
grupo, te gusta mucho lo que hacen y a ellos les gusta mucho lo que haces
tú, y acabas uniéndote aunque los estilos sean muy diferentes".
"Arden, por ejemplo -añade Araceli- es un grupo de guitarras".
"Si dentro del círculo de gente que conocemos -matiza Sega de
nuevo- hubiera alguien que hiciera música con guitarras, y las
letras o las canciones nos gustaran, podría estar en Austro. No
es exactamente casual que haya salido un disco de pop electrónico,
porque es música que a todos nos gusta, pero tampoco ha sido aquello
de 'vamos a hacer un disco de tecnopop'. Hidrogenesse jamás haría
nada con guitarras pero eso no quiere decir que las Biscuits Salés
sí pudiesen no lo hicieran".
Estoy
tan contento que me pegaría un tiro. Este conglomerado
de estética y crueldad se forma hacia el año 93, con un grupo
llamado Basura que empieza a definir lo que será el punto de fuga
hacia el cual convergirán con el resto de sus allegados. Después
de ellos va apareciendo gente como Arden, Stardu, Las Biscuits Salés,
Nautilus, hasta que llega un momento en que deciden unir sus fuerzas en
un proyecto común, Productos Nacionales Austrohúngaros. La
idea es escapar del aburrimiento, llevar la contraria. El camino: "Hacer
música que puede sonar superficial pero que para nosotros tiene
mucha trascendencia" , dice Sega. Son grupos con una carga semántica,
por decirlo de alguna manera, muy poderosa. "Mucha gente nos ve como
algo divertido -puntualiza Araceli- y eso es algo que tratamos de
evitar. Afortunadamente también nos han dicho que el disco les daba
ganas de llorar". "Los que lo han oído muy atentamente nos comentan
-añade Sega de nuevo- que se han quedado muy tristes, y que
se esperaban otra cosa. Desde fuera, si no te acercas mucho puede parecer
que somos la monda, y de hecho cuando salimos por ahí lo somos.
Pero a la hora de hacer cosas nos gusta que tengan algún tipo de
trascendencia, que duren". Vamos a ver si dejamos clara una cosa en
la escala de tristezas y ruinas personales. Lo que a uno le alegra el día
a otro se lo hundirá, eso es inevitable. We Will Rock You
de Queen, que ha hecho enloquecer de euforia y ou yeas a estadios enteros,
a mí me da ganas de tirarme de un puente. Pero más que pena
es pura repugnancia. Para pena de verdad, para sentirme miserable, utilizo
emo del sufrido; Sunny Day Real State, Karate, Texas Is The Reason... Lujo
y Miseria me deja un poco carcomido, pero no triste, y es más
por esa intencionada vacuidad de vídeo antiguo de Culture Club,
esa extraña sensación de desamparo que tienen todos los de
mi generación cuando ven fotos del Mundial 82 y recuerdan aquellos
shorts de lycra satinados que solíamos llevar. Recordarlos con letras
angustiosas es en cierta manera el estilo Austro. Pero estoy divagando.
Nadie
debería emocionarse con un vídeo de A-ha. Quién
hubiera dicho que acabarían revisitándose todos aquellos
grupos que a mediados de los ochenta ocupaban los primeros puestos de las
listas. Uno creía que aquellas fotos de bandas con las que forraban
sus carpetas las niñas de mi clase irían derechas a la basura
para no salir de ella jamás una vez terminado el período
académico y, con él, la pubertad. Estaba equivocado. Algunos
de los que entonces fueron fans convencidos vuelven ahora haciendo grupos
y revistas que sacan algo bueno de toda aquella cacota, con lo cual miles
de personas pueden ya dejar de esconder su pasado. ¡Decir que flipabas
con Spandau Ballet no va a ocasionarte más problemas, amigo ex new
romatic! Saca el álbum de fotos y los pantalones de beduino, todo
va a ir bien. "Esto es generacional -explica paciente Sega-,
es la música que escuchábamos cuando éramos jóvenes.
No pensábamos, ¡Qué cutre!, sino que nos lo creíamos.
Sonaba la primera canción de Eurythmics y era tremendísima
y nos emocionaba". Lo siguiente es una larga disertación sobre
jerseys de lana hasta los muslos en colores pastel, esclavas, calcetines
con faldas, cinturones ladeados, permanentes y otros detalles de belleza
vomitivos que nunca deberían volver.
Cada
año hay más ciberchungo. El Sonajero´97
fue una contrapropuesta que pusieron en marcha las hordas austrohúngaras
para ofrecer una alternativa al cansino y masificado festival de las nuevas
musiquetas Sónar. Su originalidad radicaba en que, al contrario
que otras fiestas de características similares, no estaba planeado
por entes completamente antagónicos a la escena dance sino por antiguos
acólitos que habían acabado hasta las bolas de tanto DJ endiosado
y tanto maquinero con sed de sangre. "No era una crítica muy
destructiva -aclara Sega otra vez-, sólo que era aburrido.
Cualquier iniciativa en aquel fin de semana hubiese funcionado. Lo probamos
y evidentemente fue un éxito. Parte de los Austro habíamos
estado en el Sónar desde el primer año y gradualmente se
fue haciendo peor, cada año nos aburríamos más, hasta
que en el 96 surgió la idea del Sonajero. No somos freaks. Somos
gente a los que nos gusta mucho salir, y de esa frustración, de
no poder ir a ninguna parte, nació el Sonajero. Nadie ha hecho tanto
por la escena dance como algunos miembros de Austro, que estaban en todas
las fiestas que hacían los de Producciones Animadas, que estaban
en todos los saraos, hasta que llegaron los nuevos diciendo que el techno
era lo más. Y tú no los habías visto nunca en ninguna
parte".
La
gente no entiende nada (Parte 1). Cuando algo tremendamente
serio se lanza por canales no convencionales, con la idea de provocar reacciones
opuestas que lleven a la reflexión deseada, siempre se corre un
peligro de malinterpretación. La tristeza no es patrimonio exclusivo
del drama. Se puede transmitir ideas horrorosamente serias y dolorosos
lamentos mediante la comedia o la burla, y a veces son más efectivos
así. Ian Svenonius, de los Make Up, baila como Fofito, pero lo que
te está diciendo es terrible. Aun así la gente todavía
le hace bromas sobre Milikito. "Lo que es serio y lo que es broma -analiza
Sega inteligentemente- son conceptos muy relativos. Uno de nuestros
lemas es que lo que hacemos está fingido, pero está fingido
de corazón. Corcobado y otros cantantes que van de sufrir mucho,
como los Tindersticks, resultan hipócritas. No pueden estar padeciendo
tanto. No pueden grabar la segunda toma de voz y estar sufriendo igual
que en la primera. La música que parte de la idea que es auténtica
siempre parece más sospechosa que una música que parte de
que es superficial y en el fondo llega más hondo que cualquier otra
cosa. Como Pet Shop Boys, como Saint Etienne".
La
gente no entiende nada (Parte 2). Hagas lo que hagas, tío,
a la que te salgas un poco de lo usual vas a crear confusión a tu
paso. Y crear confusión tiene gracia durante una temporada, pero
al final empieza a apetecerte que alguien entienda algo. A los Make Up`aún
les llaman retro y revival de los sixties por un podrido traje y unos compases
de funk, sin ver que la idea va más allá. A la gente de Austro
les dirán que son como OBK o Azul y Negro, porque la gente nunca
entiende nada, y eso es desesperante. "No me molesta especialmente la
comparación con OBK -dice Sega- pero tienes razón.
No entienden nada. Pero tampoco puedes tratar de luchar contra esto. Hay
gente que me ha venido a felicitar por el disco, y todo lo que me ha dicho
daba asco. ¿Qué quiere decir eso?, ¿que te has equivocado?
¿O que la persona en cuestión es tonta? El disco es abierto
y cualquiera lo verá a su manera. Queremos hacer música comercial
pero con unas letras, un sonido y un carisma que afecten a la gente". Superficial
con más.
LOS
PROTAGONISTAS
Stardu.
Como los pitufos negros, pero en maníaco-depresivo y
faltón. Todo Es Lounge (Mi Vida Es Lynch) es un himno al
agobiazo y al mal rollo de fin de fiesta como pocos. Sus nombres son Mastermind
y Supergen, pero para el caso podrían ser Juan y Pedro, porque nadie
les ha visto jamás.
Hidrogenesse.
Soy el primero en reconocer que mis amigos tienen gustos un
poco raritos. Pero esto es demasiado. Italo-disco, canción melódica
italiana, éxitos del verano, patinaje sobre hielo. Las posibilidades
de que alguien con esas aficiones pueda ser capaz de hacer algo que no
sea un fulazo son de una entre un millón. Pero Hidrogenesse lo han
conseguido, y su versión de Morrisey en catalán es de lo
mejor del álbum.
Nautilus.
Siniestro. Goth. Niueif. Palabras que traen recuerdos de un
pasado espeluznante a un mundo que sólo ahora empieza a recuperarse
de aquellos pelufos y aquellos botines con hebillas. Pero no a Sergi Pascual.
El fue siniestro y está orgulloso. Ahora canta Soy Un Electroduende
y ya no pone cara de úlcera de estómago. Todo un ejemplo
de evolución positiva para todo aquél que aún crea
que pintarse las uñas de negro mola.
Araceli
y Technopolla. La mandona de la clase, una admirable mujer que
ha conseguido lo que todo el mundo secretamente desea: ser famosa por ABSOLUTAMENTE
NADA. Su canción Chocho Loco es material realmente peligroso.
Nadie sabe quién es Technopolla, pero alguien que se busca un suedónimo
así no puede ser malo.
Les Biscuits
Salés. Las han llamado de todo, desde disco-rock a "mitad
Carpenters mitad riot grrrls". Ordovás dice que son punks, pero
ya se sabe que el hombre chochea un poco. La verdad es que son un poco
de todo eso y algunas cosas más, y el tema Recuerdos De Suiza
es otro de los momentos estelares de este CD. Claro que la música
es de Astrud, pero da igual. Ahora quieren hacer hip hop.
Chico y Chica.
Buenos de verdad. Como los Pizzicato 5 de aquí, con letras
chulas y canciones más chulas aún. Mis prefes.
Arden. Es
difícil juzgar a Arden por lo que aparece en el álbum. Si
lo que te interesa es husmear en las conversaciones de los demás,
esta es tu canción; en la grabación, hecha en directo en
el KGB, se escucha hasta a los camareros. Creo que hay una cadena de water
y todo. Por otra parte, en el libreto que acompaña al disco el lugar
de Arden lo ocupa un bronceado macho con el pollote tenso. Sus canciones
están hechas con guitarra acústica y son tristes. Arden es
un tipo un poco extraño.
Basura. Tecnopop
ultra-deprimente que hace que Leonard Cohen parezca un tuno. Si algún
día sacan un disco entero para ellos, la gente se va a suicidar
a mansalva. Tendrían que avisar en portada qué clase de material
contiene con un Parental Advisory o les va a caer un puro.
Kiko Amat.
3. "VV. AA.
Lujo y Miseria" Self (Junio´98 - num.12-13)
Este recopilatorio recoge la obra
de los músicos adscritos al colectivo barcelonés Austro.
Se trata de un disco tremendamente kitsch, en el que el petardeo campa
a sus anchas y en el que la miseria señorea la producción,
especialmente en lo que a voces se refiere. El único atisbo de lujo
lo proporciona la presentación gráfica y el glamour demodé
de Chico y Chica (alter ego de Madelman). Destacan las canciones de Basura
por presentar una sobriedad poco afín con el resto de grupos. Pero
lo que más llama la atención son dos temas que injustamente
no aparecen en los créditos: "El Tema de Lujo y Miseria" (instrumental
presidido por un encantador théremin llorón) y "El Terreno
del Amor" (tecno-canción española como la que se practicó
a finales de los 80, con poca fortuna, pero en este caso con una tendencia
histriónica que lo convierten en tecno-rafaelista). Un consejo para
el colectivo, ya que habéis sido capaces de apoyar a Hidrogenesse,
no os quedéis a medias y fichad a Josmar, ése sí que
es un Hidroboy.
Taludio Rativo.
4. "VV. AA.
Lujo y Miseria" Florida Dance Magazine (Junio/Julio´98 - num.6)
Como los chicos de Austro, los
nuevos magos del techno-pop ochentero y casero, vuelvan a ser acusados
de no innovar, de estar afectados por el complejo de Peter Pan o de faltarles
"calidad musical", me voy a enfadar. Vamos a ver, ¿cuántos
grupos o solistas hay actualmente en España que haga buenas letras?
¿Cinco? ¿Diez a lo sumo? Pues escuchen las canciones de Stardu,
Hidrogenesse, Chico y Chica o Les Biscuits Salés y verán
que la cifra está aumentando. Canciones que hablan del deseo ("Hidroboy"),
de la soledad y el mal rollo de fin de fiesta ("He Vuelto"), de existencias
al borde del desastre ("Todo Es Lounge (Mi Vida Es Lynch)"), del tedio
de un domingo por la tarde ("Aburrida De La Vida") o, simplemente, del
asesinato ("Recuerdos De Suiza", el mejor tema del disco): Historias narradas
en primera persona, con sus estrofas y sus estribillos, que por debajo
de su aparente frivolidad y ausencia de pretensiones esconden una evidente
voluntad expresiva, mucho más eficaz, para el que firma, que todas
las metáforas y las pretensiones poéticas de muchos letristas
-y de no pocos críticos- de última generación. Que
los chicos de Austro no se hayan apuntado al carro del jungle o del trip-hop
es, pues, tan irrelevante como que no lo hagan a un hipotético futuro
revival de la jota aragonesa. Resumiendo: ¡¡¡Genís
al poder!!!
Óscar Del Pozo.
5. "Varios
Artistas-Lujo y Miseria" Acuarela en Benicàssim´98 (Agosto´98)
"Lujo y Miseria" son 21 canciones
de 9 grupos, más de 70 minutos de música. Si algo tienen
en común todas estas bandas es sin duda el gusto por hacer canciones
significantes, el esfuerzo por enriquecer con los arreglos y la producción
cada melodía y cada palabra, y esa chispa de inspiración,
de "momento memorable", de "gesto" que tienen todas estas composiciones.
G. Sega (la mitad de ASTRUD), productor y/o autor de la mayoría
de los temas, está totalmente entregado a la tarea de realizar la
música que a él le gustaría oir en su casa, y en la
radio, y en las discotecas... Con cuatro perras y cuatro pistas nos presentan
a gente como Stardu, Arden, Basura, Les Biscuits Salés, Hidrogenesse,
Nautilus y alguna que otra sorpresa en una colección de tecno-pop,
riot-pop, trip-hop de baja fidelidad, vibrantes estribillos y descaro,
mucho descaro... entre Massiel y Morrissey. Para revistas como RDL o AB,
la recopilación del año.
Lujo
y Miseria (CD)
Lujo
y Miseria
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