1. Tricky, el Espeso Sonido del Diablo. EL PAÍS DE LAS TENTACIONES,
9-Mayo 1997.
2. La Brillant Meravella de Bristol. MEDICAMPUS, Mayo 1997.
3. Tricky: Aura Extraterrestre. DANCE DE LUX nº2, Junio 1997.
y pronto...
4. El Artista Fotófobo. EL PAÍS DE LAS TENTACIONES, 5-Junio
1998.
5. Tricky: El Demonio de la Cara Limpia. DISCO 2000 nº5, Verano 1998.
1. Tricky, el Espeso Sonido del Diablo. EL PAÍS DE LAS TENTACIONES, 9-Mayo 1997.
Vive en el número 666 de una calle de Nueva York. Su aspecto es diabólico, y su música, oscura. Tricky, a punto de llegar a España, no quiere ser encasillado en esta imagen satánica. Él es mucho más que eso: uno de los creadores más sorprendentes de los años noventa.
Si por casualidad crees, al igual que muchos, que Tricky es la personificación musical del mismo diablo, la dirección de su vivienda de paso en Nueva York no te sorprenderá. El gurú de mirada furibunda del blues-hip hop paranoico vive en un edificio del centro de la ciudad que tiene el número 666.
En el quinto piso, Tricky se prepara solemnemente para un ritual ilícito, extendiendo sus cacharros por el suelo de su amplio y escasamente amueblado cuarto de estar. "Sólo necesito fumarme mi porro matinal", dice mientras remueve cuidadosamente las semillas de una hierba de los montes africanos. "He fumado marihuana durante los últimos seis meses y ya he terminado con la hidropónica [una de las variantes más potentes]". Cuan- do un par de amigos caen de sus sofás cama, Tricky pone una cinta con una remezcla casera y deja que el Don´t Give Up de Peter Gabriel y Kate Bush exorcice la resaca colectiva.
La pieza central del apartamento de este músico nómada es un teléfono-fax, por cuyo micrófono habla Tricky entre tragos de leche con cereales. El tema de conversación es Christiansands, el primer sencillo británico de Pre-Millennium Tension, la muy esperada secuela de su hechizante debú de 1995. "Necesitamos hacer un vídeo realmente bueno", dice con entusiasmo a su manager, "porque mi música no es para la radio".
Desgraciadamente, explica Tricky, todos los directores con los que se encuentra quieren que aparezca en sus vídeos crucificado, metido dentro de un atúd o arropado con argumentos similares que exploten su imagen de Anticristo del pop. "Me fastidia un poco", dice este hombre de 28 años. "Primero ves la palabra genio, y luego ves la palabra demoníaco. No sé si es porque soy negro: un negro no puede ser alternativo sin tener alguna razón detrás. ¡A David Bowie no le llamaban demonio! Me gustaría compararme a él, en el sentido de que aparezco en un momento en el que siento que no encajo con el resto de lo que se hace musicalmente.
Sonidos Inyectados. Esta incomprensión comenzó con Maxinquaye, aclamado por la crítica, que Tricky grabó tras abandonar al grupo británico Massive Attack. Con poderosas líneas de bajo, el disco bulle con sonidos inyectados a modo de collages, cocinados con historias de sexo coagulado, religión maléfica y desamor humano. Aún más perturbadoras resultan estas retorcidas fábulas gracias a la voz de su ex novia la diva adolescente Martina Topley-Bird, una chica de un colegio de pago que Tricky reclutó en su barrio, en Bristol, Inglaterra. Y por si la morbidez de Maxinquaye no fuera suficiente, la propensión de Tricky a disfrazarse de Jesús o de Satán, a protagonizar belicosas entrevistas y actuar en directo casi a oscuras estaba abocada a que se cuestionara su estabilidad mental.
A pesar de la resuelta hostilidad de Maxinquaye por parte de la radio, el disco alcanzó el Top 5 en Gran Bretaña y proporcionó a su autor una floreciente posición como artista de culto en Estados Unidos. Y su capital sigue creciendo: todo el mundo, tal y como cantó una vez, quiere una composición de Tricky, incluyendo a Kate Bush y a Beck, para quien ha realizado la remezcla de algunas canciones. Tricky reemplaza su cinta de remez- clas de la mañana (que ahora ha pasado suavemente de Eric B. y Rakim a Sting) con el último producto de su paleta siniestra, una reelaboración fantasmal del tema Milk, de Garbage.
Para gran consternación del grupo, Tricky apareció en las sesiones de grabación de Garbage únicamente con un secuenciador Yamaha, un aparato del tamaño de un minicasete con el que realiza buena parte de su alquimia en el estudio. Al trajinar con su diminuto artilugio, surgieron murmullos de incredulidad del batería y productor del grupo, Butch Vig, que apenas podía creer que el legendario Tricky estuviera utilizando una pieza de tecnología casera. "Le dije: `Tú limítate a sentarte ahí, Butch, sé lo que hago´", recuerda Tricky. "Hasta que hablé con un tipo en el avión de regreso no me enteré de que había sido el productor de Nirvana".
La hija de dos años de Tricky, Maisy (que tuvo con Topley-Bird, quien ahora tiene 21 años), visitó reciente- mente a su padre en Nueva York, y no pudo apartar la vista de los travestidos de las calles cerca de su casa en el West Village. Tal vez reconoció a su padre en ellos, porque Tricky es famoso por vestir a menudo de mujer, tanto al trabajar como a la hora de tocar en directo. Su afición por las ropas de mujer se remonta a la época en que Tricky, adolescente, descubrió un vestido con bordados en el escaparate de una tienda y pagó a una compañera de instituto para que se lo robara. "Simplemente me gustó su aspecto", dice. El incipiente travestido recorrió los clubes de Bristol con impunidad, ya que su grupo de amigos duros se encargaba de proteger a su jefecillo de 1,65 metros. "Ninguno de ellos dijo: `¿Por qué coño te pones un vestido?´", dice pensativo mientras hace memoria.
En realidad, Tricky ha disfrutado de gran indulgencia desde que, siendo el niño de cuatro años Adrian Thaws, quedó a cargo de su abuela tras la muerte de su madre, Maxine Quay; su padre le abandonaría poco después. Además de animar a Adrian a que viera por televisión películas de terror en horario de madrugada y que luego no fuera a clase al día siguiente, su abuela protegió al asmático jovencito de su propia y extensa familia, uno de los pocos clanes interraciales en una barrio rigurosamente blanco. "Yo era un blando; estaba mimado por mi abuela", admite Tricky. "A todos mis tíos les enviaron a aprender boxeo cuando eran chavales. Pero cuando yo fui a boxear, duré dos semanas. Mi abuela no me hizo volver".
Los tíos a los que se refiere Tricky son unos tipos jodidamente duros cuyas hazañas al margen de la ley son bien conocidas en los garitos de Bristol y Manchester. "Rompí el eslabón en mi familia", afirma Tricky. "Demostré que puedes hacer tu vida sin seguir ese camino. Cuando era chaval, solía fijarme en los gánsteres, porque eso es lo que eran mis tíos. Yo no puedo ser así por el mero hecho de que soy un enclenque y no puedo pelear. Ahora, mis primitos me respetan por ser un músico, me ven con vestidos de mujer y lápiz de labios y se sienten orgullosos de mi".
Descubierto travestido. Tricky estaba travestido la noche en que fue descubierto por The Wild Bunch, el colectivo de pinchadiscos y raperos de Bristol que incluía al futuro productor estrella Nellee Hooper (Madonna, Soul II Soul) y miembros de lo que sería Massive Attack. Cuando el que se autodescribe como "pequeño capullo con el pelo teñido de rubio" se adueñó del micrófono en un club de hip-hop local, puso el local patas arriba, rapeando con un acento de paleto del Oeste en un momento en que sus homólogos rivalizaban por soltar parrafadas como al estilo del Bronx. The Wild Bunch se transformó en Massive Attack, cuyo primer e innovador disco, Blue Lines, de 1991, presentó a Tricky al mundo en calidad de artista invitado. También aparecería en el siguiente álbum del grupo, Protection, aunque ahora insista en que nunca se sintió parte de la estructura de la banda y afirme que todo el asunto pasó rápidamente "de la diversión al negocio". Tal vez todos los miembros de Massive Attack hayan crecido en un mismo puerto interracial, con sus ritmos lacónicos y la tradición de los sound systems de reggae, pero Tricky sostiene que sus ex compañeros provienen de ambientes muy diferentes. Y señala que cuando se editó Any Love, su sencillo de debú, él estaba en prisión por poner en circulación billetes falsos.
Las siniestras bases rítmicas y las cuerdas cinemáticas de Massive Attack tuvieron una influencia extraordi- naria, extendiendo el acuoso trip-hop, un ritmo que ahora goza de repercusión internacional, desde París a Tokyo. Tricky, que había desarrollado una visión más áspera como artista en solitario, se quedó pasmado cuando empezó a oir sus propias ideas expoliadas. Parecía que allá donde fuera había un Tricky retocado. "Pensé que la gente no copiaría Maxinquaye porque sólo eran sonidos, ruidos. Pero es fácil hacerse pasar por raro, hacer cualquier mierda y decir que es experimental. Estos chavales salen de las academias de arte, ponen ritmos sincopados debajo de blues o de jazz y dicen que hacen algo nuevo. No, se limitan a copiar. No volveré a hacer algo como Maxinquaye, me han expulsado de ese estilo".
Cuando la gente empezaba a sentirse a gusto con la idea de Tricky -a quien habían nombrado Rey de los Ritmos Pausados- éste decidió darles algo que les hiciera recapacitar: un disco sin pulso de batería. Grabado en dos semanas, Nearly God, el disco de Tricky del verano pasado, incluía un puñado de colaboradores cosmopolitas -Neneh Cherry, el ex miembro de los Specials Terry Hall, y la que una vez fue su consorte, Björk- que hojeaban con indiferencia un libro de bocetos sonoros con arreglos esqueléticos y letras claustrofóbicas. "Si hubiera hecho otro Maxinquaye", dice, "habría logrado diez veces más éxito. Podía sentir que a mi alrededor se estaba formando la idea: me he vuelto importante, con grandes campañas de promoción y mucho dinero. No pienso seguir ese camino porque de ese modo estás totalmente controlado por la gente que te rodea. Y no quiero que me controlen".
Desde luego, nadie dirige la obra de Tricky, porque recién salido del horno Nearly God apareció Tricky presents Grass Roots, un genial EP recopilatorio bajo la égida del sello de hip-hop neoyorquino Payday. El de Bristol y Martina Topley-Bird volvieron a colocarse bajo la bandera de Tricky con Pre-Millennium Tension, una obra concebida para desafiar a los imitadores. "Creo que este disco va a resultar difícil", afirma Tricky. "Es demasiado desordenado; no tiene ninguna organización. No es música propiamente dicha". Efectivamente, es difícil adivinar la línea maestra en los saltos del álbum, que van desde bucólicas baladas new age a embes- tidas noise blanco. Incluso si logras meterte en las partes vocales, opresivas al mismo tiempo que siniestras, la mayoría de las letras son tan ambiguas que resultan imposibles de comprender.
Enterrar los `masters´. Mientras Tricky impulsaba este inspirado caos en un estudio de baja fidelidad de Jamaica, escuchó historias sobre Lee Scratch Perry, el legendario productor de reggae que, según se cuenta, enterraba en el suelo durante días cintas master y les soplaba humo de marihuana encima para que tuvieran el toque auténtico. "Lee Perry ha hecho parte de la mejor música que existe, así que ¿quién puede decir que la magia no funciona?", pregunta Tricky. "La mayoría de la gente está en la música por razones equivocadas. Si alguien consigue decirme cómo hizo una canción, automáticamente desconfío de esa persona. La música llega a través de un proceso mágico".
Una vez desatada su imaginación, Tricky busca inspiración a menudo en las imágenes del mundo de los gánsteres que vivió en su juventud, consumiendo con avidez libros y películas sobre criminales violentos. "Estoy jodidamente obsesionado por qué es lo que puede mover a alguien así", señala. "Las historias son bastante interesantes. Creo que lo que me fascina es que nunca podré ser así". Tanto le ha fascinado el tema que está coescribiendo el guión -fiel, pero místico- de una película de gánsteres sobre sus tíos maleantes e incluso se ha conseguido un pequeño papel de matón en el próximo filme de Bruce Willis, The Fifth Element.
Con todo, a pesar de sus incursiones en el lado oculto, Tricky se esfuerza en recalcar su carencia absoluta de credenciales como tipo duro. Menciona, por ejemplo, una noche del pasado verano cuando apareció en el Roxy de Nueva York para ver actuar como pinchadiscos a Goldie, el productor e intérprete londinense de jungle (y en la actualidad compañero de Björk). Tricky se paseó por la habitación de los VIP, donde rechazó la petición de un fotógrafo para retratar juntos a los dos dioses de la música de baile británica. Goldie se puso furioso. "¡Quería pegarme!", afirma Tricky. "Le dije: `De ninguna manera, no pienso salir para revolcarme por la calle contigo. ¡Llevo puesto un vestido!"
Sin embargo, su humor tormentoso no ha impedido que medio mundillo musical anglosajón se pegue por trabajar con él. Muchos ya han logrado tocar a Dios: Garbage, Elvis Costello, Neneh Cherry (con la que grabó abundante material aún inédito), Terry Hall o la arriba insultada Björk. El último en unirse a la familia ha sido Iggy Pop, que ha colaborado junto a Tricky en el disco del tío de éste, Finley Quaye. Hubo quien no pudo acceder al paraíso, como David Bowie o la modelo-cantante Naomi Campbell, o quien lo hizo con resultados desastrosos (Damon Albarn, de Blur; Beck).
Si en los dos últimos años la agenda del músico de Bristol ha estado a punto de reventar, no parece que en el futuro vaya a estar más desocupado. Se habla de colaboraciones con PJ Harvey, Marilyn Manson o los `raperos´ Chuck D (ex Public Enemy) y Snoop Doggy Dog. Su sello discográfico, Durban Poison, ya da sus primeros pasos con nuevos grupos y una vieja estrella (Grace Jones). Tricky también ha anunciado que su próximo disco será "gran pop, no más `lo-fi´ [baja fidelidad]", con letras positivas sobre la paz y el amor. Es el último corte de mangas a un mundo que se ha atrevido a etiquetarle como un genio oscuro y diabólico.
2. La Brillant Meravella de Bristol. MEDICAMPUS, Mayo 1997.
Tricky ofereix el seu tercer concert a Barcelona.
Per a bona part de la crítica internacional més exigent, l´àlbum Maxinquaye va ser el millor treball de l´any 1995. L´any passat l´innovador artista afroanglès TRICKY va tornar a deleitar- nos amb el seu segon disc Pre-Millennium Tension, d´ambient més industrial que l´anterior. D´ell, DAVID BOWIE ha afirmat que és el creador musical més destacat dels darrers temps, i, sense anar més lluny, el propi interessat ha arribat a declarar coses d´entrada tan xocants com que "Les lletres i la música de les meves cançons són més importants per a mi que qualsevol altra cosa, més que els diners, més que la meva família, més que els meus éssers estimats". D´això se´n diu desafiar les lleis de la natura!
El músic de Bristol va començar la seva carrera amb el conjunt Massive Attack -pares d´un dels millors i més avantguardistes àlbums dance de l´actual dècada: Blue Lines (1991)-. La seva recerca de noves perspec- tives sonores el va portar a deixar el grup i encetar una prodigiosa trajectòria en solitari. Recordarem que a finals de l´any 94 va actuar a Barcelona per primer cop, concretament a Zeleste 2, com a teloner de la diva P.J.Harvey. Aleshores ja ens va sorprende amb la seva música hipnòtica i novedosa. Posteriorment, el 1995 vàrem tornar-lo a veure a la Sala Apolo. Els comentaristes han considerat el seu estil utilitzant categories, cada vegada més extravagants, com a hip-hop/ragga/etno/trash/funk (Déu n´hi dó!). És evident que en el seu cas, les etiquetes no tenen gaire sentit: també s´ha parlat d´ell com a un dels pioners de l´anomenat trip-hop, amb el permís dels seus compatriotes Portishead.
Tricky
-anteriorment
conegut per Adrian Thaws, i suposem que aquests
és el seu nom legal- sap recollir totes les seves influències
sense que se li noti gaire. El seu nou ordre musical neix d´un desordre
ben eclèctic, tot combinant màquines i instruments
tradicionals de la cultura rock. A aquestes alçades
ja sabreu que estem parlant d´un irrepetible
visionari del so. Això sí, per gaudir
del seu directe és aconsellable no portar son
endarrerida.
3. Tricky: Aura Extraterrestre. DANCE DE LUX nº2, Junio 1997.
Su permanente búsqueda y captura de nuevos paisajes sonoros le ha convertido en artista venerado y deseado: Garbage, Björk, Grace Jones, PJ Harvey, Elvis Costello o Marilyn Manson saben, o sabrán pronto, de las peculiares maneras de este superviviente de un "sonido Bristol" que, probablemente, nunca existió.
Atrapado en uno de esos momentos de tensión artística que es la tarde previa a un concierto, Adrian Thaws no parece del todo un personaje de este mundo. Se le ve nervioso, fumando marihuana sin parar, hablando atropelladamente y negándose a ser fotografiado, filmado... molestado. La experiencia de una gira interna- cional acostumbra a ser catárquica para cualquier músico con una sensibilidad media, y Tricky no parece hecho para esto. Lo deja claro iniciando el interrogatorio con una actitud que recuerda a la de Nino Manfredi cuando era arrastrado para cumplir con su siniestro deber en "El Verdugo" de Luís García Berlanga. "Estoy muy cansado. Llevo seis semanas durmiendo poquísimo. Pero lo peor fue Suiza. Cada vez que voy allí veo un montón de racismo. Aquí es distinto. Mis conciertos aquí fueron bien. Bueno, los conciertos siempre están bien, incluso en Suiza". Lo dice con expresión de irritación, proyectando una tensión interior que quizá sea la misma que le lleve a firmar, con la complicidad de Martina Topley Bird y una mutante nómina de colaboradores, obras tan insinuantes y determinantes como "Maxinquaye" (Fourth & Broadway-Island-Polygram, 95), "Nearly God" (Durban Poison- Fourth & Broadway- Island- Polygram, 96) y "Pre-Millennium Tension" (Fourth & Broadway -Island-Polygram, 96). Obras que, para su desconcierto personal, han hecho de Tricky un concepto al alza en el caprichoso mercado de valores de la modernidad.
Hace
diez años recorrías los clubs de Bristol junto a Wild Bunch.
Ahora, Nellee Hooper produce a Madonna, Massive Attack participan en "Batman
Forever" y tú te has convertido en un nombre de moda...
Sí,
pero es sólo mi nombre el que se ha puesto de
moda, no mi música. Mi música sigue sin
sonar por la radio, así que mucha gente me nombra sin saber muy
bien lo que hago. Sólo es el nombre: Tricky.
¿Qué
crees que hace que ese nombre aporte prestigio o cosmopolitismo a quien
lo pronuncia?
La
gente valora las cosas en función de si son nuevas
o no, y les parece que yo lo soy. Pero, ¿qué
es lo nuevo? La gente dice que Portishead es nuevo. ¡Nada
de eso! Puedes decir que su música puede
provocarte ciertas sensaciones, pero, por favor, no digas que es nueva.
No lo es.
¿Y
tu música?
Tampoco.
No puede serlo porquie no escucho música nueva, sólo antigua.
No escucho a Massive Attack ni a Portishead. Yo viví en Bristol,
todo eso es ya muy conocido para mi, no es nuevo; lo viví
cuando apareció. No me estimula. Me sentí más
interesado por el rock de Seattle que por la escena de Bristol.
Cuando escuché por primera vez a Nirvana pensé: `¡Guau,
ésta es una buena canción!´. Era nuevo para mi.
¿No
conservas un buen recuerdo de tu trabajo con Massive Attack?
Es
difícil para mi decir ahora si "Blue Lines" fue
un
gran disco. Massive Attack se han convertido en super-
estrellas en Gran Bretaña. No tengo contacto con
ellos. Los veo en los clubs. En realidad, ellos siempre han
sido tres, y el resto no hemos estado realmente involucrados
en el grupo. Incluso cuando trabajé con ellos no los
vi mucho, sobretodo a 3D y Daddy G.
Si
alguna vez existió el trip-hop, "Pre-Millennium Tension" lo pervierte
hasta dejarlo casi irreconocible. ¿Fue tu propósito?
Para
mi, el trip-hop nunca ha significado nada. Es una
etiqueta más para alimentar la inseguridad de
la gente. En Gran Bretaña les encantan las etiquetas. Pero sólo
hay dos tipos de música: buena y mala.
¿Es
"Pre-Millennium Tension" un disco de Adrian Thaws, Artista Personal?
No,
todo lo contrario. En todos mis discos hay mucha gente, aparte
de Martina y yo, y en este también. No creo que pueda
decirse que mis discos sean personales. Y éste
creo que es mucho menos concreto que "Maxinquaye";
a veces me planteo incluso si es un disco de música en sentido convencional.
El
rastro del hip-hop aparece cada vez más
maquillado, más soterrado en tus discos. ¿Sigue
siendo un punto de referencia para ti?
Por
supuesto. Yo vengo de allí; el hip-hop me ha acompañado
siempre. No sé dónde estaría si no fuera por el hip-hop.
Además, en mi sello, Durban Poison, saco discos de hip-hop;
por ejemplo, de un grupo de Nueva York llamado The Autumn People.
¿Te
consideras prolífico o simplemente haces lo que a todos los artsitas
les gustaría hacer pero no tienen la suficiente independencia
empresarial para conseguir?
No
creo que sea tan prolífico. Hago mi trabajo.
Hay quien llama a eso ser prolífico, y quien
lo llama, simplemente, trabajar duro. Si dependiera de mi,
publicaría más álbumes o, mejor aún,
EPs. Y si no puedo hacer más música propia, saco discos de
otros. Por eso creé mi propio sello. Ahora me gustaría reeditar
"Tricky Presents Grassroots" (Durban Poison-Payday-ffrr, 96), el EP que
salió hace ocho meses. Sólo se publicaron diez
mil copias y es muy difícil de encontrar actualmente. Estas
cosas me mantienen ocupado. En el fondo, soy más perezoso
de lo que la gente cree.
Antecedentes: Tricky estaba allí cuando Massive Attack aún no existían. dentro del colectivo de rappers y DJs Wild Bunch, inundaban los clubs de Bristol -en especial, el Duguot- y aledaños con sensuales encuadres de hip-hop cinematográfico y perversos masajes de dub, soul y ambient con la parafernalia de los sound-systems herederos del reggae: el germen del trip-hop, en definitiva. De ahí salió "Blue Lines" (91), de Massive Attack, capital tratado de belleza tan turbadora como prodigada en los medios de comunicación durante los últimos dos años (con un retraso evidente). La firma de Tricky aparecía en la composición de "Blue Lines", "Five Man Army" y "Daydreaming". Tres años después, "Protection" (94) reanimaba la alianza mediante dos de los mejores momentos del álbum: "Karmacoma" y "Eurochild". Y el hipotético "sonido Bristol", potenciado vía "Dummy" (94), el todavía magno fresco de Portishead -y secuelas menos afortunadas como Earthling-, elevó la temperatura local hasta un punto que Tricky consideró irrespirable. "Maxinquaye" y, sobretodo, "Pre-Millennium Tension" escapan a todo condicionamiento y etiquetaje para emerger como obras incomparables que reconcilian la tecnología con lo más recóndito del subconsciente humano. Ahora, Tricky vive en Nueva York y mira hacia adelante.
¿Echas
de menos algo de los días de Wild Bunch?
Sí.
Echo de menos las razones por las que empecé en esto. Me metí
sólo para hacer música lo mejor posible, para disfrutar y
reventarme el cerebro con música excitante... Entonces no había
dinero, y la televisión y la radio no me perseguían... Echo
de menos esa pureza. Sí, yo era más puro.
¿En
qué consiste tu "corrupción"? ¿Afecta al terreno artístico?
Afecta
a todo, definitivamente.
¿Es
la industria la causa de todos los males?
Sí,
el negocio. Ahora soy un hombre de negocios; puedes llamarme
así. E intento ser un buen hombre de negocios, pero
no lo soy. No soy bueno para ganar dinero, pero trabajo para eso: hago
remezclas para ganar dinero, hago giras para ganar dinero, hago entrevistas
para ganar dinero...
¿Por
eso te trasladaste a Nueva York? ¿Es el mejor
lugar para diseñar una trayectoria desde el punto
de vista empresarial?
No,
vivo allí por otro motivo. De hecho, tampoco tiene
nada que ver con América, sino con mi cansancio respecto a Gran
Bretaña. No he elegido América, sino que he despreciado Gran
Bretaña. Fueron demasiadaos años viviendo allí y me
aburrí. Necesitaba moverme. Cuando llevo mucho tiempo en un sitio,
me canso y tengo que cambiar. Quizá pase en en Nueva York un par
de años, y luego me traslade a otro sitio. Y, además,
hay otra razón: me encanta ser un extranjero.
Sé que es fácil para mi hablar así, porque
tengo dinero y puedo viajar, pero es bonito ser un alienígena.
Me gusta esa sensación de inadaptación cultural permanente.
Además, en Nueva York me conoce muy poca gente.
¿Sigues
viviendo en el 666 de Greenwich Street?
No,
ahora vivo en Madison Avenue. Y no me vengas ahora con lo de 666,
el número del diablo y todo eso, como han dicho en la prensa británica.
Era sólo un número, y no tenía nada que ver
conmigo. Fue una casua- lidad. Pudo haber sido el 999. Todo ese rollo
de que soy un ser demoníaco me cansa.
Hablemos
de la incursión de la tecnología en los escaparates "mainstream".
¿Qué opinas de la frase "el rock está en decadencia"?
Que
no es cierto. Eso es lo que dice la MTV: no saben
si van a sacar más dinero del rock y se inventan eso de "el
rock ha muerto, la música electrónica es el futuro".
No, no y no. No quiero apuntarme a eso. Debería
darles vergüenza fomentar esa idea. Uno de los álbumes
que más he escuchado últimamente es el
de Tool -"AEnima"-, que es estupendo. La mayor parte
de grupos son basura, no hay imaginación, pero la excitación
está en cualquier parte, en el hip-hop, y en el rock. Danzig, Kate
Bush, Peter Gabriel... Hay tanta música...
¿Qué
te parece que ciertos dinosaurios del rock caminen hacia la electrónica?
Mal;
no me gusta cómo lo hacen. Me gustan Depeche Mode, por lo menos
su disco anterior. El nuevo aún no lo he oido, aunque me han dicho
que está influido por mi. Pero lo de U2 es una simple cuestión
de moda.
Puede
sorprender que, en este contexto, tú aparezcas sobre
el escenario rodeado de una banda con instru- mentos tradicionales...
¡Pero
es que yo soy un chico tradicional! Mucha gente habla
de mi como de un ser futurista que hace una música
de una nueva era cuando, en realidad, yo soy una persona
con gustos muy pasados de moda. Crecí con Billy Holiday
y Ella Fitzgerald... Sí, la gente ve mi foto en
las portadas de las revistas, pero yo no soy ese personaje de ciencia-ficción.
Me encantan Sammy Davis Jr., Tony Bennett..., toda esa gente.
Y Neil Diamond. Grandes voces. La gente se lleva una
opinión equivocada de mi. De verdad, no
debe sorprender que me gusten los instrumentos tradicionales:
soy una persona muy anticuada.
¿También
en
tu comportamiento personal?
Sí,
soy la persona más normal y vulgar en el mundo.
Tengo un carácter variable, sobretodo cuando estoy cansado,
como ahora, cuando estoy de gira.
Hay
huellas de esa afición por el blues en tu música,
pero más en una cuestión de actitud, de espíritu,
que de técnica...
Sí,
seguro que sí. Pero eso ocurre con todos mis músicos. Míralos:
escuchan jazz, no al jodido Mick Jagger ni a Blur.
¿Cómo
pasaste de Billie Holiday al hip-hop?
Lo
que se oía en casa cuando era un crío era
Billie Holiday, pero luego, cuando dejé la escuela a
los 16 años, descubrí el reggae a través
de mi grupo de amigos, que éramos unos ocho o
diez. Crecimos juntos, escribíamos juntos, íbamos a
los clubs, y el reggae y el hip-hop estaban allí.
Neneh Cherry, Alison Moyet, Terry Hall y, por supuesto, Björk -"Enjoy" y "Headphones", de "Post" (95), llevan la firma de ambos, como "Keep Your Mouth Shut" y "Yoga", de "Nearly God"- son algunos de los artistas que se han cruzado, durante los dos últimos años, en el camino de Tricky, quien, además, se ha prodigado como remezclador: desde Angelique Kidjo -"Agolo", del álbum "Aye", 93- a Elvis Costello -"Distorted Angel", de "All This Useless Beauty", 96-, pasando por Garbage -su conflictivo mix de "Milk"-, han visto manipular sus crea- ciones, mientras que PJ Harvey o Chuck D y Flavor Flav -también, quizá, Marilyn Manson, Snoop Doggy Dog y Porno For Pyros- esperan turno. Además, el autor de "Hell Is Round The Corner" ha participado en un álbum de su pariente Finley Quaye junto a todo un Iggy Pop, y también podría estar involucrado en un próximo álbum de homenaje a The Clash. Su fertilidad corre pareja a una promiscuidad sin límites aparentes que él explica en términos convincentes: "Creo que colaborar es una buena forma de mantenerse vivo, es algo muy saludable. Por otra parte, me ayuda a hacer una música que contacte más con la gente, porque mi música no es, en principio, fácil de difundir o de programar por la radio. Ellos me ayudan a abrirme al mundo".
Pero
las colaboraciones pueden entrañar un peligro: tu mensaje puede
perderse o verse "contaminado" por la presencia de cuerpos extraños...
Esa "contaminación" puede ser buena. Lo malo de muchas
colaboraciones es la manera cómo se plantean: un manager llama a
otro y se ponen de acuerdo. No. Mis colaboraciones siempre han salido de
forma natural, a través de conocer a la gente personalmente
en los clubs por la noche, y quedar al día siguiente
para hacer algo.
¿Conociste así a Björk?
Sí, a ella y a todos los músicos que han trabajado conmigo.
¿Qué
buscaste en ella cuando colaborasteis en "Post" o "Nearly God"?
Su voz. Es lo que siempre me ha interesado más de Björk,
independientemente de su música, que tampoco me parece tan innovadora
respecto a lo que hacía con The Sugarcubes. ¡Pero su voz!
Hizo música clásica hace muchos años, y eso
se nota. Y trabajando con ella es fácil
que salga algo que produzca angustia. Sí, esa
angustia es lo que busqué en ella.
¿Has
colaborado en su próximo disco, "Homogenic"?
No.
Una
vez dijiste que Björk era una vampira. ¿No hay que serlo siempre
un poco en la música?
Sí, dije que era una vampira porque mira
a su alrededor y toma lo que quiere. Como U2. Es una persona encantadora
y tiene una voz maravillosa, pero me enseñó más cosas
con The Sugarcubes que ahora. Creo que su voz es lo realmente revolucionario,
más que su música...
Aun
así, ésta es bastante más revolucionaria que la de
Neneh Cherry...
Oh, sí, mucho más, mucho más...
Pero eso ya es otro asunto. No tienes por qué ser revolucionario
todo el tiempo. Mira a Massive Attack, Portishead...
Yo no escucho sus discos. El de Portishead no lo he escuchado
nunca en realidad, quiero decir con atención; sólo en los
clubs. Estaba bien hace tres años, pero ahora no me
aporta nada.
¿Cómo
crees que Neneh Cherry pudo pasar de grabar "Together Now" contigo a las
comodonas canciones de "Man"?
Sí, es un material más flojo. Supongo que
quiso vender discos. Es una estrategia de su
compañía. Está haciendo música pop
para vender. Tiene una voz brillante. Pero como
artista pop está obligada a vender discos.
Tu
última adquisición para Durban poison ha sido Grace Jones.
¿Qué te atrae de ella?
En realidad no he trabajado muy a fondo con Grace Jones. Ha firmado
para grabar cuatro álbumes con mi sello, y yo le he producido tres
temas y algunas letras, epro nada más.
Lo
dices como si pudiera llegar a ser algo rutinario...
No, pero escribir una letra no tiene por qué ser una
declaración de principios personal. Cojo un bolígrafo y escribo
lo que se me ocurre, pero no hay que preocuparse en buscar ahí mi
personalidad.
El
los últimos años has remezclado a artistas muy dispares,
como Angelique Kidjo, Elvis Costello o Garbage. ¿Disfrutas pervirtiendo
la obra de los demás?
Sí. Cuando un artista quiere hacer algo distinto con
su música, me la da a mi y yo me encargo de ello. De lo de
Angelique Kidjo, me interesó mezclar aquel tema,
pero nada más. Y Elvis Costello es un compositor
tremendamente bueno. La gente no espera que yo diga eso, pero es
así. En cuanto a Garbage, Butch Vig me dejó hacer
lo que quise con el tema, aunque le costó entender que quisiera
trabajar con un simple secuenciador Yamaha. Lo malo es que luego
dijeron que mi remezcla no era comercial. Se lo podían esperar:
¿por qué me pidieron a mi que la hiciera entonces?
Desde
que grabaste "Black Steel", de Public Enemy, parece que
queda pendiente una colaboración directa entre Chuck D, Flavor
Flav y tú.
Hace dos años que hablamos de colaborar juntos, porque hay
gran química entre nosotros. Flavor Flav es un personaje
de una talla artística como nunca había
visto antes, y sé que lo haremos, pero no sé
cuándo. estamos muy ocupados. Me gustaría hacer un
álbum juntos. Y, también, colaborar con Jeru The Damaja,
pero todo eso sólo lo podré hacer cuando tenga tiempo.
Otra
colaboración pendiente es la de PJ Harvey...
Hace también un par de años que hablamos de colaborar, y
llegamos a componer una canción juntos, con música
mía y letra suya, pero aún no hemos encontrado el momento
de grabarla. Lo haremos cuando ambos tengamos tiempo libre.
Es una cuestión de agenda, y no es fácil.
Pero me gustaría trabajar más a fondo con ella.
Su música es lo más interesante que se
hace en Gran Bretaña dentro del rock. El resto... mejor dejarlo.
Oasis no son muy de mi agrado. El rock allí sí que está
estancado, al contrario que el hip-hop.
Se
ha dicho que estáis grabando algunos de los
conciertos de esta gira de cara a un álbum
en directo. ¿Afrontas la edición de un disco así como
una forma de mostrar una cara inédita de tu música?
Sí, mi música es distinta en directo, debe
serlo. Pero soy un tipo perezoso, y grabar cada concierto
cada noche es aburrido. Lo hemos hecho con algunas actuaciones,
y me gustaría sacar un disco algún día, pero
no sé cuándo.
¿Con
quién te gustaría trabajar ahora?
Con Tony Bennett. Estoy intentando contactar con él,
pero aún no lo he conseguido. También me
gustaría hacer algo con Kate Bush, Neil Diamond... o con Kurt Cobain.
¿Qué
te gustaría hacer con ellos?
A Tony Bennett me gustaría escribirle una canción,
y grabarla juntos. Pero no planifico nada. Cuando sale algo, lo hago.
¿Te
atrae Kate Bush por la misma razón que Björk, por su voz?
Su voz es maravillosa, pero es distinta. Es la mejor
cantante del mundo. No he seguido muy a fondo sus pasos,
porque yo no sigo muy a fondo los pasos de nadie, pero su trabajo es excelente.
La luz del piloto automático comienza a parpadear en la mirada de Tricky: está cansado. Sólo hay tiempo para indagar en una pequeña curiosidad: ¿qué hace un músico tan huidizo y periférico como él en una película como "El Quinto Elemento"? "¿Por qué lo hice? Imagínate: te llama un tipo a casa, te dice que están preparando una película con Bruce Willis y Gary Oldman, dirigida por Luc Besson, y te pregunta si te interesaría colaborar en ella. ¿Tú qué harías? Pero no sé si lo repetiré. Todo cambia". Sin avisar, el hombre que fue retado por Goldie para "negociar" en la calle su relación con Björk se levanta y pone punto y final a la conversación dejando al periodista casi con la palabra en la boca. Las tareas de promoción son, según confiesa a un responsable de su compañía discográfica, "una pesadilla". Los servilismos de la fama...