Publicado el 10.12.1997
Muchas personas transgeneristas desconocen su esencia femenina más genuina, y se conforman con una copia de sí mismas que se convierte en parodia por su misma circunstancia de aislamiento social. Debido a la compartimentación de la vida de la persona transgenerista en un doble rol, visible y respetable por un lado y oculto y estigmatizado por otro, ella mantiene su verdadera naturaleza suprimida bajo la fanfarria del transformismo-show que son sus encuentros marginales y lejos de su ser ordinario humano y sensible.
Así, la alienación de la persona transgenerista llega hasta la negación de su ser-mujer y a la autodefinición dentro de una absurda categoría de mujer-quiero-pero-no-puedo a la que llaman precisamente transgenerista.
Se evidencia cuál es la verdad de la identidad de género de estas personas porque si son tratadas como mujeres normales (passing) se sienten muy a gusto y felices (cosa que casi nunca se dan la oportunidad de sentir, ya que se apartan de la sociedad en su práctica del sucedáneo: el ghettismo). Mientras que si son leídas como "hombres vestidos de mujer", como "travestidos", no se ponen nada contentas, y por eso precisamente se ocultan del público en sus corrillos de media verdad-media mentira donde comparten fatigas, pobres alegrías que no hacen una vida entera y disimulan su individual impotencia existencial (su miedo a salir del cascarón).
Si no fueran mujeres no se sentirían realizadas cuando son tratadas como tal ni violentadas cuando son asimiladas con esos "degenerados travestidos". En cambio, si fueran como prefieren creer para su comodidad / inmovilismo existencial - "transgeneristas" (eufemismo de "travestido") - y se aceptaran como tales, no les importaría que les identificaran como tales "hombres travestidos", es más, se sentirían muy orgullosos de que se les notara ese sexo masculino en coexistencia con su look femenino; pues eso sí sería, de verdad, realizarse como genuinos "transgeneristas".
En resumen, si a usted le gusta que le identifiquen como una "drag" cuando va al supermercado con sus mejores galas femeninas, usted es un auténtico hombre (o mujer, como prefiera) transgenerista (mejor dicho: un contragenerista, un gender fucker), pero no una mujer a secas. En cambio si a usted le molesta que le traten en masculino o que no reconozcan su ser femenino cuando se presenta como tal, es que usted es una mujer, y no -"trans- nada", a no ser porque usted está en movimiento hacia la recuperación morfológica de su verdadero sexo (la naturaleza también se equivoca).
Clara Llum Ibáñez L.
Terapeuta transpersonal.