CAPTURA Y DEVOLUCION
una sana costumbre

Texto: Daniel Camargo

Los pescadores deportivos somos quizás los seres más presuntosos sobre la faz de la Tierra. Nos gusta enzarzarnos en heroicos relatos acerca de cuantos peces capturamos y cuan grandes eran. Pero lamentablemente no siempre es solo presuntuosidad, sino que muchas veces, realmente ocurren esas escenas donde vemos que un pescador arroja dentro de una bolsa una trucha tras otra, sin importar el tamaño, sexo o edad del ejemplar.

Ultimamente ha ido gestándose una naturaleza conservadora en nuestras mentes, producto quizás, de los relatos que oimos de nuestros pares de paises donde la polución, la tala de bosques y la presión de pesca han mermado sus rios de peces. Fué en esos paises donde la gente se empezó a dar cuenta el valor e importancia de mantener con vida este recurso; recurso que no solo les aporta satisfacciones recreativas sino también económicas al promoverse el turismo deportivo a esas zonas.

No debemos caer tampoco en la necedad de creer que el "catch & release" es la solución mágica para estos problemas, es decir, se impone la necesidad de hacer un relevamiento responsable sobre cada área de pesca y determinar si es o no factible esta práctica. Muchas veces he visto (y sufrido) a gente que se rasga las vestiduras al saber que alguien mató una trucha para su consumo. Una trucha no va a ser un factor determinante en el equilibrio biológico del área de la que se extrajo, eso si, siempre y cuando se respeten al máximo las normas escritas (reglamentos) y las no escritas (morales) que rigen sobre la captura de salmónidos.

La pesca, esta apasionante actividad, nos dá la enorme oportunidad de disfrutar al capturar un pez, pero a su vez, nos brinda la más satisfactoria de las experiencias que es la de poder devolver al agua, con vida, a aquel que se convirtió por un momento en nuestro "rival" a vencer. Una experiencia que gracias a esta mentalidad de conservacionismo la podremos volver a repetir una y otra vez y más importante aún, nuestro hijos también lo harán.

Ahora bien, hablemos un poco de como liberar a un pez una vez capturado. Esto parece muy sencillo, pero quizás es el punto más dramático para la vida del mismo. Un gran porcentaje de la mortandad en los peces se debe a la mala praxis ya sea en el acto de soltarlo o bien durante la "pelea" previa. Veamos algunos consejos prácticos.

Usar anzuelos sin rebarba o muerte: Esto nos permite inferir el menor daño al pez al extraer la mosca de la boca. Si se hace dificultosa la extracción, cortar el nailon lo más cerca posible del anzuelo.
Utilizar el "tippet" de mayor resistencia posible: Al tener un nailon resistente podremos extraer al pez más rápidamente sin causarle un excesivo agotamiento. No agote al pez.
NUNCA introducir dedos u objetos en las agallas: Las agallas son los "pulmones" de los peces, y un daño en esa zona equivale a una muerte segura.
No tomar y levantar al pez por la cola: Al hacer esto causamos que los órganos internos se agolpen hacia la cavidad torácica y al carecer los peces de músculo diafragma, origina una presión extrema sobre el corazón causando la muerte.
Mojarse las manos antes de sujetar al pez: esto es para evitar quitarle la mucosidad protectiva que cubre la piel.
Si desea tomarse una foto con el pez: No lo saque del rio, tan solo elévelo lo suficiente para que el cuerpo sobresalga manteniendo siempre en contacto las agallas y la boca con el agua.
Utilice siempre que le sea posible una red o "net": Para sacar el pescado a una zona segura lo mejor es utilizar este elemento, así evitamos que se azote contra rocas o se lastime con el nailon.
Para devolverlo al agua: Sostenerlo con ambas manos por debajo del cuerpo, luego enfréntelo a la corriente y muévalo suavemente de atrás a adelante. No lo suelte hasta que el mismo pez salga nadando por si solo hacia la corriente.

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