Intervención Nutricional en Autismo

©1997 Lowell Ackerman PhD

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En el autismo, parecen coexistir por lo menos 4 problemas en los individuos afectados:

Los problemas con el cerebelo afectan el balance, la atención, y la *propriocepción* (percepción resultando de estímulos a músculos y tendones). Además de las terapia conductivas y ocupacionales, los antioxidantes, tales como vitamina E, coenzima Q10 y ayuda de la vitamina C aumentan la utilización del oxígeno en el cerebro y pueden ser benéficos en niños autísticos. La investigación preliminar con aceites marinos sugiere que el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA) son ambos anti-inflamatorios y pueden promover el desarrollo y la función óptimos del cerebro. Además, la droga pentoxifylline, que se utiliza para mejorar flujo de la sangre, se ha utilizado experimentalmente en pacientes autistas.

El problema de la mala absorción parece implicar la permeabilidad creciente de los intestinos. Así, las proteínas que típicamente pasan a través de los intestinos sin ser absorbidas tienden a ser absorbidas en los intestinos de niños autísticos. Esto puede causar problemas cuando estas proteínas se convierten a metabolites en la sangre así como el aumento de la incidencia de las reacciones adversas del alimento (sensibilidad del alimento y alergia del alimento). Por ejemplo, la caseína en la leche puede descomponerse en caso-morphina en la sangre, que puede actuar como un narcótico. Se piensa que algunas de las anormalidades del comportamiento en niños autísticos resultan de efectos (similares a aquellas causadas por opiodes) de los metabolitos de la caseína. El gluten es otro culpable potencial y es así como muchos de los niños autísticos que son puestos en estrictas dietas libres de caseína y gluten, muchos mejoran. Las pruebas urinarias de los péptidos ahora se pueden utilizar para detectar estos metabolitos y para determinarse qué niños deben ser colocados lo más apropiadamente posible en dietas restrictivas. Otra opción que todavía no se ha investigado adecuadamente es la ventaja potencial de agregar enzímas digestivas a la dieta para contribuir a deshacer las proteínas del alimento en péptidos más pequeños antes de ser absorbidas. Conjeturaría que la papaína, el bromelain, y el chymotrypsin pueden ser adecuados, pero los estudios se deben hacer específicamente con caseína y gluten antes de que recomendaciones puedan ser hechas.

El sistema inmune mediado por células se basa en los T-linfocitos y es dependiente en mediadores químicos (tales como lymphokines) más bien que anticuerpos. Algunos investigadores sienten que el autismo es realmente una reacción auto inmune a los virus o a las vacunas que se ven en niños genético-predispuestos. Sin embargo, no ha habido estudios validados para probar esta teoría aunque ha habido conexiones documentadas entre el complejo de la histocompatibilidad y los niveles principales de serotonina en individuos autísticos. Cuando los niños autísticos tienen un sistema inmune mediado por células incompetentes, se hacen más susceptibles a ciertas dolencias, tales como dysbiosis intestina, infecciones del oído y erupción del pañal. La dysbiosis intestinal describe una condición en la cual la flora normal del intestino es substituida por más causantes de problemas como microbios, especialmente el clostridium difficile y las levaduras tales como cándida albicans. Las levaduras pueden causar daño intestinal local como también hacer que sus propios metabolitos sean absorbidos por el intestino agujereado causando problemas de comportamiento. Por consiguiente, no es inusual para que los niños autísticos sean colocados por largo plazo en nystatin para controlar el crecimiento excesivo de la levadura. Sin embargo, los riesgos a largo plazo de este fármaco ( el período de este tratamiento puede ser a menudo más de un año) aún no han sido determinados en niños. Los acercamientos alternativos implican el uso de los estimulantes inmunes naturales (dimethylglycine, echinacea) así mismo intentan suprimir las levaduras naturalmente (high-allicin garlic) ajo y cambiando la dinámica de la población microbiana (lactobacilo acidophilus o Bifidobacterium longum). Recientemente, inyecciones de factor de transferencia y gamaglobulina han sido ambas acertadamente utilizadas al tratar un pequeño número de niños autísticos.

En los niños autísticos, parece que hay un desequilibrio de neurotransmisores, sobre todo implicando la serotonina y la dopamina. Por consiguiente, el autismo puede compartir algunos defectos de neurotransmisores con condiciones tales como la esquizofrenia. Investigación preliminar ha mostrado que los niveles de tryptophan y serotonina (5-hydroxytryptamine) tienden a ser mas altos en niños autísticos y magnesio del cabello tiende a ser mas bajo. La serotonina creciente de la sangre refleja incrementada toma serotónica creciente en las plaquetas causadas por un suero y un péptido urinario. Las drogas que bloquean los receptores dopamínicos y serotónicos (e.g., risperidone) o inhiben el transporte serotónico (e.g., clomipramine) han sido utilizadas para tratar comportamientos ritualista y auto-injuriosos en individuos autísticos. Además, los niños autísticos pierden más ácido homovanílico (un metabolito de la dopamina) en su orina que los niños típicos. El significado de estos resultados aún no se ha determinado suficientemente. Sin embargo, investigación preliminar sugiere que la hiper-suplementación con magnesio y pyridoxine (vitamina B6) puede mejorar problema de comportamiento en niños autísticos, bajar el ácido homovanílico urinario y elevar *auditory evoked potential amplitudes* ( pruebas auditivas). Éstas son demandas polémicas puesto que algunos estudios no documentan ninguna mejora clínica cualesquiera con este régimen. El ácido fólico se agrega al régimen puesto que los requisitos aumentan con terapia del pyridoxine-magnesio y los varones con el síndrome frágil de X (un subgrupo del autismo) se benefician específicamente de la suplementación del folato. Otro alimento, inositol, se ha utilizado en el tratamiento del desorden obsesivo-compulsivo tan bien como los comportamientos compulsivos demostrados por algunos niños autísticos. Las dosis varían a partir de 1-6 gramos, tres veces diarias. De acuerdo con los estudios hechos en animales, algunas enzimas digestivas pueden también tener un efecto en niveles de neurotransmisores, especialmente dopamina.

Hay aún mucha investigación que necesita hacerse con respecto a la nutrición y el autismo. Por lo tanto, los niños autisticos están actuando como conejillos de indias para los protocolos de suplementación hasta que ganancias más específicas sean disponibles. Aún cuando esto esta muy lejos de lo deseado, parece haber unas cuantas alternativas a medida que la investigación se esta rezagando mucho más atrás de las necesidades de los padres.

Lecturas Adicionales: (Textos en Ingles)


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