De cuando en vez alguna vaina extásis caia en el planeta y los dos bandos se disputaban su posesión. Algunos infortunados fueron capturados por los Predacon y su esencia fue para siempre alterada, cambiando su chispa Maximal en Predacon. Fueron ellos: Araña Negra e Inferno. Los más afortunados fueron Tigretón y Aguila.
Durante algún tiempo, Maximales y Predacones combatieron en el tercer planeta, tratando siempre de encontrar una forma de regresar a su planeta Cybertron, algo prácticamente imposible desde que sus naves se encontraban muy averiadas. En una ocasión, cuando los Maximales creyeron que los Predacones se habian destruido mutuamente, tomaron partes de la nave Predacon para reconstruir la propia. Pero antes de escapar, los Predacons aparecieron revelando que todo era parte de un plan de Megatron para obtener un medio de escape. Pero en la lucha por la posesión de la reconstruida nave, esta fue averiada más allá de toda posibilidad de reparación.
Las muchas vetas de inestable energón y dispositivos inexplicables, tal como una isla voladora dotada con increíble armamento, hacian suponer que el planeta ocultaba algún oscuro secreto. La aparición de un segundo disco dorado, reveló que el planeta formaba parte de un experimento desarrollado por una raza superior y que la interferencia de los Transformers habia arruinado dicho experimento. Entonces, los creadores decidieron destruir el planeta usando un arma enterrada en una de las lunas del planeta. En un intento por salvar a los suyos, Optimus viajó hacia el arma en una modificada vaina extásis y tuvo éxito en destruir el arma, pero en el proceso, gracias a la oportuna intervención de Megatron, Optimus también fue destruido. |