Borri

El Dios Gris de la Guerra... en el Ocaso

    El joven Conan se dirigía de regreso a su aldea en Cimmeria, cuando fue atrapado por los traficantes de esclavos de Hyperborea. Fue encadenado y maltratado, pero una noche un guardia se descuidó y lo pagó con su vida. Conan escapó, atravesando la frontera con Brythunia que estaba más cercana.

    Una noche, mientras intentaba romper sus cadenas, Conan vio, o creyó ver, en el cielo, en medio de una tormenta, doce mujeres cabalgando sobre córceles alados, y un guerrero gigantesco que parecía comandarlas. Volviéndose al cimmerio, el gigante de piel gris le habló, con expresión triste y cansada, advirtiéndole que pronto contemplaría lo efímero que es el paso por este mundo de los reyes... "¡Ay, y de los que son más que reyes!". Al pasar las Valkyrias, el gigante pareció cercer aún más, empequeñeciendo los árboles y las montañas a sus pies.

 
 
    Pasada la tormenta, Conan se unió al ejército de Bythunia en el campamento del comandante Dunlang, buscando vengarse de los hyperboreos. Ambos reinos estaban en guerra, por la antigua rivalidad entre sus monarcas, Brain de Brythunia y Komar de Hyperborea. Uno de los soldados de Dunlang, Malaki, traicionó a su país, retirando sus tropas de la batalla, como lo había acordado secretamente con la Reina Roslada, mujer de Komar, a cambio de su amor, riquezas y poder para reinar juntos cuando el conflicto acabara.

    En el momento en que se inició la lucha, tal era la seguridad del Rey hyperboreo que él mismo se lanzó al ataque a la cabeza de sus tropas, jurando por Borri, dios de la guerra. Malaki se retiró como había planeado, y Dunlang resultó muerto. Dándose cuenta de la traición, Conan mató a Malaki con la cadena que le habían puesto los hyperboreos, y que era su única arma porque así lo había decidido. El Rey Komar llegó hasta la tienda donde esperaba su rival brythunio Brian, y ambos se lanzaron a un duelo en el que los dos se mataron mutuamente, poniendo fin a la rivalidad de tantos años entre ambos reinos.

 
    Al ponerse el sol, aparecieron enormes nubes arrastradas por el viento, y se desató una tormenta. Entre las nubes volvieron a aparecer las doce Valkyrias que Conan había visto antes, en sus caballos alados, y tras ellas, el gigantesco guerrero de piel gris que se le había aparecido al atravesar la frontera. Era Borri, antiguo Dios hyperboreo de la guerra, con sus Recolectoras de Almas, que recogían las almas de los caídos para él.

    Terminada la recolección, desaparecieron entre las nubes, y el Dios Gris se alejó cabizbajo y triste perdiéndose en la inmensidad. Conan comprendió entonces que hasta los dioses mueren, cuando sus altares se derrumban y se quedan sin adoradores. O al menos se retiran del mundo mortal, al ser abandonados por sus fieles..

    Pero algunos meses más tarde, el joven cimmerio conocería de cerca a una de las Valkyrias, Skalla, que había quedado fascinada con el sabor de la vida que robaba de sus elegidos.

 
 
 Volver a Biografías

Menú Principal

e-mail: italtac@viabcp.com



 
1