Skalla

La Valkyria que se Hizo Mujer

    Después de sepultar los cuerpos de Gudrun, Hylda y Ahirm, Conan reintentó cruzar el paso montañoso entre los confines de Brythunia y Nemedia, pero en su intento fue derribado por un torrente de nieve derretida que lo arrojó a los pies de un enorme pino. Permaneció inconsciente hasta el anochecer, y sólo despertó al sentir el roce helado de una mano sobre su rostro.
 
    Al abrir los ojos, Conan encontró frente a sí a une extraña mujer de piel dorada, que afirmaba ser Skalla, una de las hijas del Dios Gris de la Guerra, Borri, al que Conan recordaba haber visto meses atrás, al final de la batalla de Ravenplain.
 

    Al principio, el cimmerio persó que se trataba de una loca, pero la Valkyria le explicó que su padre se había retirado del mundo de los mortales, hacia la sombría caverna del cielo, en la que pasaría sus últimos días en su Reino Helado, porque sus adoradores mortales eran cada vez más escasos; y sus hijas, Las Que Elegían a los Caídos, deberían acompañarlo. Pero ella, Skalla, habia saboreado brevemente la vida al quitársela a los hombres, y la deseaba para sí. Para ello, necesitaba sólo una pequeña astilla de la fuerza vital que ardía en el alma del bárbaro.
 
    Skalla sedujo a Conan y le pidió que la abrazara, pero al hacerlo, la mujer se transformó en un esqueleto viviente; pero pronto recobró su forma humana, prometiendo a Conan que la pasión la convertiría para siempre en una mujer real. En el siguiente abrazo que se dieron los amantes, Conan vio una extraña y siniestra forma que salía del cuerpo de Skalla y se desvanecía en la oscuridad de la noche.
 
      Después de un apasionado encuentro, apareció ante ellos la figura de otra Valkyria, que dijo llamarse Hylda, que venía por su hermana para que ocupara el lugar que le correspondía junto a su padre, Borri. Skalla se negó a volver, y Conan se enfrentó desafiante a la recién llegada. Hylda invocó a los cuerpos de los guerreros que meses atrás habían sido elegidos por ellas mismas en la Batalla de Ravenplain; así, Conan se encontró luchando contra sus propios aliados y enemigos, y no pudo evitar el recordar a las legiones de No-Muertos a los que se había enfrentado siendo más joven, entonces controlados por la malvada Reina Vammatar.

 

    Después de un violento combate, Conan derrotó a los espíritus reanimados y luego desafió a Hylda; pero intervino la propia Skalla, haciendo ver al cimmerio que era imposible para ella seguir en el mundo de los mortales, ya que para sobrevivir, necesitaría absorber lentamente la vida de los hombres, y acabaría matándolos. Se despidió de Conan, diciéndole que él no recordaría nada del breve tiempo que compartieron, salvo quizás por algún detalle que reconocería en otras mujeres que pasarían por su vida. Conan trató de evitar su partida, pero Skalla se alejó en el córcel alado de Hylda, perdiéndose entre las nubes, que formaron en la inmensidad el rostro sombrío de Borri, y luego se fundieron para dar lugar al de la Valkyria que se despedía por última vez del cimmerio, diciéndole que olvidara lo vivido.
 
    Conan cayó al pie del mismo pino donde había sido arrojado por el agua minutos antes de encontrar a Skalla, y se preguntó si en realidad no habría transcurrido sólo un instante desde entonces.
 
    Al amanecer, había olvidado por completo a la Valkyria que tuvo entre sus brazos.

 
 
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