Cimmeria

 

Recuerdo
Los tenebrosos bosques, oscuras pendientes de colinas sombrías;
El perpetuo y ceniciento arco de las nubes grises;
Los arroyos crepusculares que fluían silenciosos,
Y los vientos solitarios que soplaban al bajar por las quebradas.
 
En una sucesión de visiones tras visiones, colina sobre colina,
Pendiente tras pendiente, oscurecidas por los hoscos árboles,
Yacía desnuda nuestra tierra. Y al escalar un hombre
Un abrupto pico para observar, protegiéndose los ojos con las manos,
Vislumbraba sólo el paisaje sin fin... colina sobre colina,
Pendiente tras pendiente, todas encapuchadas como hermanas.
 
Era una tierra tenebrosa, que parecía capturar
Todos los vientos y las nubes y los sueños que escapaban al sol,
Con las ramas desnudas que crepitaban en los vientos solitarios,
Y los oscuros bosques propagándose por sobre todo,
Sin siquiera la luz del raro y opaco sol
Que convertía a los hombres en sombras agazapadas; la llamaban
Cimmeria, tierra de las Tinieblas y de la Noche profunda.
 
Fue hace tanto tiempo, y tan lejos
Que ya he olvidado hasta el nombre que me daban los hombres.
El hacha y la lanza con punta de piedra son como un sueño,
Y las cacerías y las guerras son como sombras. Recuerdo
Sólo la quietud de aquella tierra sombría;
Las nubes que se apilaban para siempre sobre las colinas,
La penumbra de los eternos bosques.
Cimmeria, tierra de las Tinieblas y de la Noche.
 
 
 
 
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